POR LA UNIDAD INTERNACIONAL DE LOS COMBATES
DE LA CLASE OBRERA MUNDIAL

- En Siria, Egipto, ha comenzado una contraofensiva contrarrevolucionaria del imperialismo y sus agentes de las burguesías nativas 

- Con heroicos combates resisten y se defienden los procesos revolucionarios de Egipto, de Siria, Yemen y Túnez… mientras las indomables milicias de Libia no entregan las armas ni se rinden al CNT de Obama y Sarkozy. ¡ESTOS COMBATES NO PUEDEN QUEDAR AISLADOS!

¡POR UNA ACCIÓN CENTRALIZADA DE LA CLASE OBRERA MUNDIAL PARA PONERSE DE PIE JUNTO A SUS HERMANOS DEL NORTE DE AFRICA Y MEDIO ORIENTE! ver declaración completa

 

Siria:

Último momento: ¡Los trabajadores y los explotados de Hama, Homs y Damasco no se rinden! ver

¡ABAJO EL GOBIERNO ASESINO DE BASHAR AL-ASSAD Y SU CASTA DE OFICIALES GENOCIDA! ver declaración 03/02/2012

Túnez:

A pesar de los desvíos parlamentarios y trampas, la revolución resiste e intenta mantenerse de pie en la unidad de los obreros ocupados y desocupados

ver declaración 03/02 2012

Egipto:

¿Pelea entre hinchadas de fútbol?
¡Una masacre contrarrevolucionaria!

ver declaración 03/02/2012


Editamos en este suplemento del Organizador Obrero Internacional de la FLTI junto a las declaraciones de Siria, el manifiesto de Egipto y Túnez, que dan cuenta de las duras luchas de los explotados del Norte de África y de sus revoluciones, que enfrentan una contraofensiva imperialista y ataques brutales para frenar la ofensiva revolucionaria que comenzaron las masas de la región a principios del 2011.
Un reflujo momentáneo de las luchas ofensivas de la clase obrera europea, fue la orden de largada de esta ofensiva contrarrevolucionaria del imperialismo y sus lacayos de las burguesías nativas, en las calles de Homs (Siria), El Cairo (Egipto), Túnez, Yemen, etc.
Se trata de comprender, el carácter internacional de estos combates. Es que el reflujo coyuntural de la clase obrera europea, que ha sido llevada permanentemente a callejones sin salida en sus combates contra los banqueros imperialistas (por parte de las direcciones traidoras que tienen a su frente), le deja las manos relativamente libres al imperialismo para que dirija su contraataque contra los explotados en el Norte de África y Medio Oriente.

La clase obrera griega, ha desarrollado ya su 15° huelga general. En España, los trabajadores estatales deben salir de sus oficinas todos los días y marchar para poder cobrar. Ya son luchas económicas crónicas, que al no elevarse a lucha política de masas para derrocar a los gobiernos de las autocracias y los banqueros imperialistas,  desgastan a las masas y sus luchas. El gran capital habla el lenguaje de la crisis. Afirma que hay que despedir a los trabajadores, reducirles el salario, liquidarles las jubilaciones, que deben pagar con su “sangre, sudor y lágrimas” hasta la última deuda que les impusieron los piratas imperialistas y los banqueros. Le han tirado a la clase obrera toda la crisis de los estados imperialistas, saqueado por los banqueros para recuperar sus pérdidas. A todo obrero que quiere luchar se le dice “levante su lucha o se queda sin trabajo”. La recesión golpea, y el gran capital, con ella, intenta disciplinar a los explotados.
Las direcciones reformistas piden clemencia. Usan a la clase obrera y sus luchas para presionar para “parar el ataque”, que éste sea negociado, etc. La burocracia reformista de los sindicatos y los partidos socialimperialistas, llevan a la clase obrera europea a una patética negociación donde la clase obrera sólo tiene que discutir cuánto permite que le saquen de sus conquistas, y no cómo derrota la ofensiva capitalista y a sus gobiernos para mantenerlas y hacerle pagar la crisis a los explotadores. Este callejón sin salida de luchas económicas impotentes, al que fue llevada la clase obrera europea, es lo que permite que el imperialismo inicie esta contraofensiva, con nuevos y feroces ataques contra los explotados en Grecia, España y en todo el Norte de África, en Egipto, pero sobre todo en Siria. Allí el imperialismo ha concentrado sus fuerzas para escarmentar a la clase obrera y los explotados de todo el mundo. Ayer, en el 2009, para asentar al gobierno de Obama y someter a las masas con el estallido del crack capitalista, éste largó la ofensiva de “plomo fundido”, masacrando con el ejército sionsita asesino del estado de Israel a las martirizadas masas palestinas de Gaza.
Esta vez, el “trabajo sucio” lo está haciendo su agente Al-Assad, armado hasta los dientes por Putin y Hu Jintao, los lacayos de la Merkel y Obama. La Liga Árabe y el CNS, acantonado cómodamente en Qatar, le han dejado las manos libres a Al-Assad para que masacre a las masas insurrectas.
Es que la izquierda reformista mundial y el imperialismo ya no pueden mentir más. Homs, los suburbios de Damasco, Hama han sido reducidas a escombros, donde se combate como en Fallujah, Gaza y en el Gueto de Varsovia o Stalingrado de la Segunda Guerra Mundial. Así lo llama la prensa imperialista angloyanqui.

Ahora queda claro por qué ese rejunte de la izquierda reformista lacaya del imperialismo, los bolivarianos y las burguesías árabes calumniaron a las heroicas milicias que derrotaron y desarmaron al ejército de Khadafy, y que ya combaten abiertamente al CNT. Las acusaron de ser agentes de la CIA y del imperialismo. Ellos son cacatúas de las transnacionales y el imperialismo. Es que eso no fue más que una cortina de humo y una tapadera para permitir ahora que Al-Assad, el “Khadafy sirio”, masacre a los explotados que resisten heroicamente. En las calles de Homs no resiste ni combate ni el CNS ni la CIA. COMBATEN LAS MASAS EXPLOTADAS CON FUSIL, CUCHILLO Y PALOS, casa por casa, en barrios obreros demolidos por los bombazos de Al-Assad, que no pueden ser tomados debido a la heroicidad de las masas, que ya han dejado miles de muertos en las calles.

Los trotskistas de la FLTI hemos insistido en que los combates revolucionarios de Siria, Egipto, Libia, Túnez, Yemen, etc., se definen, no solamente en esas cadenas de revoluciones que han comenzado, sino en las calles de Roma, Madrid, Washington, Berlín, etc. Pero pese a esta situación coyuntural y el contraataque burgués imperialista, las masas se han atalonado en durísimos combates, como lo vemos en Siria, Egipto y Túnez y como las indomables masas de Libia que no entregan sus armas.
Pero estos combates, que por momento se transforman en duras resistencias, como hoy en Siria, retroceden por traición de las direcciones. Se ha sacado a la clase obrera europea del único camino de lucha con el cual puede comenzar a dar pasos para conquistar su triunfo, que no es otro que el de enfrentar abiertamente y luchar por derrotar a los gobiernos y a los regímenes de las autocracias de la oligarquía del capital financiero internacional, es decir, luchar como en Egipto, Libia o Túnez. Esto es también hablar el lenguaje de la crisis, pero para que la paguen los capitalistas. Esto es levantar el grito de guerra de “¡expropiar a los banqueros!”, como plantean los trabajadores que cercan Wall Street. Es comenzar una ofensiva contra los gobiernos que largaron un ataque y una guerra contra los explotados.
Las direcciones les atan las manos a las masas para que no luchen y para que no profundicen una contraofensiva mundial que aplaste a la bestia imperialista. De ello se trata la traición de las direcciones compradas por el gran capital, y la necesidad cada vez más urgente de poner en pie la IV Internacional de 1938 refundada.
Es que no sólo el imperialismo necesita sacar de escena a la clase obrera de Europa occidental para iniciar una contraofensiva contrarrevolucionaria en el Norte de África y Medio Oriente. Debe sacar de las calles a la clase obrera de Inglaterra y Alemania, porque desde Alemania hasta las estepas rusas ha comenzado a sublevarse la clase obrera del este europeo. Han comenzado los combates contra el asesino Putin y se ha sublevado ya la clase obrera de Rumania, con paros generales y enormes manifestaciones en las calles, enfrentando al gobierno en luchas políticas abiertas, y tumbando a cuanto primer ministro nombra el parlamento rumano para atacar a los trabajadores. ¡Así se lucha y se combate, siguiendo el camino de Egipto, de Túnez y de Libia!
Pero el rol siniestro de los agentes pagos del capital es desincronizar estos heroicos combates, y luego decir que “no hay condiciones para unirlos y centralizarlos en una verdadera lucha coordinada y centralizada del proletariado mundial”.

Cuando más temprano se vuelque al combate la clase obrera norteamericana y pueda la clase obrera europea romper el cerco a su combate que le impusieron las burocracias y aristocracias obreras y los partidos socialimperialistas, más cerca va a estar la victoria de los explotados del Magreb y Medio Oriente.
La clase obrera griega, ante un nuevo y superior ataque, vuelve al combate con una huelga general. Ya van más de 15 huelgas generales. En la última, los trabajadores habían intentado tomarse el parlamento y derrotar al gobierno de Papandreau en las calles. Ello significaba luchar como en Egipto y derrotar a Papandreau como se derrotó a De la Rua en la revolución argentina del 2001.
El Partido Comunista griego, con 5000 lúmpenes y matones, a garrotazos impidió esta acción revolucionaria de las masas. Ese es el rol de la burocracia, las aristocracias y los partidos socialimperialistas.
Luego de ello, el gobierno que vino es el de otro gerente de los banqueros, que sigue atacando –como ayer Karamanlis y Papandreau- diariamente a la clase obrera de Grecia: el gobierno de Papademos, un miembro del directorio de la Banca Morgan de EEUU, a la cual está asociado, como socio menor, el capital financiero griego.

Las divisiones impuestas a la clase obrera europea por los partidos socialimperialistas pueden llevar peligrosamente a la desesperación a la clase obrera, e inclusive a la pequeña burguesía arruinada, que puede girar a la ultraderecha. En las calles de Grecia se queman las banderas de Alemania, cuando la clase obrera griega tendría que llamar al proletariado alemán a luchar juntos y sublevarse contra la Europa de Maastricht de las potencias imperialistas en bancarrota, de la “dama de hierro” Merkel, de la City de Londres y los carniceros de la V República francesa.
Condiciones para conquistar la unidad de la clase obrera europea sobraron en estos años. Si no se logró fue por la traición del reformismo, que está salvando a la Europa imperialista de Maastricht, sometiendo a la clase obrera para que pague la crisis de los capitalistas, descentralizando sus luchas y sometiendo los combates de la clase obrera a negociaciones con sus respectivas burguesías imperialistas.
Con más crisis y más ataques a los explotados, la clase obrera está pagando la traición de sus direcciones, que deshacen, a cada paso, lo que las masas construyen en su lucha.

El hándicap que tiene el imperialismo y la burguesía, entonces, es la dirección traidora que el proletariado tiene a su frente, que, no sólo no coordina ni centraliza la ofensiva de los explotados a nivel mundial, sino que como enfermeros del capitalismo en bancarrota, se dedican a cercar y aislar todo proceso revolucionario para que sea aplastado país por país, como ya lo hicieran antes en Madagascar, mil y una veces en Grecia, como lo hacen silenciando las heroicas revueltas revolucionarias de las masas chinas, en los combates de Chile, etc.
El reformismo, ha reagrupado sus fuerzas para sostener al capital en bancarrota. Maastricht es un ejemplo de esto. Intentar llevar la lucha de la clase obrera europea a luchas de presión económicas, en el medio de la catástrofe que le impusieron al mundo los banqueros imperialistas, es una abierta traición.
Todo obrero sabe, como lo comprendieron las masas del Norte de África y Medio Oriente, que en el medio del crack imperialista no se puede luchar por aumento de salario, por poder comer y tener trabajo, sin derrotar a las autocracias y regímenes políticos representantes del gran capital.
Sin triunfos revolucionarios de la clase obrera; sin nuevos procesos revolucionarios en Europa (como los del Norte de África), que abran el camino al triunfo de la revolución socialista no hay ni habrá ninguna posibilidad de parar el ataque del capitalismo, que ha salvado las ganancias de los banqueros y ha mandado a la clase obrera de las potencias imperialistas a igual o peores condiciones que sus hermanos de clase del mundo colonial y semicolonial.
La izquierda reformista europea, sostiene la Unidad Europea de las autocracias imperialistas, de los Borbones, de la “dama de hierro” del régimen de los Junkers en Alemania, de los carniceros de la V Republica francesa, entre otros. Le quiere hacer creer a los trabajadores que con estos leones hambrientos se puede negociar      que  “morigeren” el ataque. Es como negociar con el zorro que no se coma las gallinas.

Alemania, la potencia “vencedora” en el crack económico en Europa, se niega a pagar un solo centavo de la crisis de las potencias imperialistas en bancarrota. Es más, ante la recesión europea, los barones de la industria alemana buscan avanzar a disputarle a EE.UU. inclusive las zonas de influencia en América latina y Asia, como Vietnam o Indonesia.
Mano de hierro en Europa y ofensiva por las zonas de influencia es la ubicación del imperialismo alemán, mientras impulsa que las potencias “vencidas” en el crack económico paguen la crisis del capital financiero.
Alemania y EEUU, con el FMI, para cobrar sus inversiones en Europa imponen a las potencias imperialistas “vencidas” por el crack económico un nuevo tratado de Versalles.
La clase obrera debe unir sus filas y parar este siniestro plan de salvataje del capital financiero internacional. Es que el imperialismo alemán buscará el apoyo de su clase obrera para no dar ni un peso para salvar a Grecia o España de su hundimiento. Las burguesías imperialistas en bancarrota de Grecia, España, etc. llamarán a su clase obrera a enfrentar a Alemania. Este es el pérfido plan de las direcciones contrarrevolucionarias y socialimperialistas: someter a la clase obrera a su propio imperialismo –desgastando y llevando a callejos sin salida sus combates-, para que éste las siga reventando país por país y haciéndolas enfrentarse a sus hermanos de clase en toda Europa.
La clase obrera europea debe comprender que con estas direcciones ya no se puede pelear más, que son agentes del gran capital europeo, y que hay que poner en pie una dirección internacional que centralice los combates del proletariado.

La clase obrera europea está sacando lecciones de estas ricas experiencias, de los enormes esfuerzos y vigor que puso en pie desde el 2008 hasta nuestros días. Cada lucha decisiva que esta ha protagonizado significó aire fresco y viento a favor para la lucha de los pueblos oprimidos y el mundo semicolonial.
Las masas del Norte de África y Medio Oriente como vemos entonces en Siria, Egipto, etc., y en los levantamientos en Asia de las masas superexplotadas en las maquilas de China, hacen el aguante a las próximas oleadas de ofensivas de los trabajadores europeos, de Estados Unidos y de Japón. Pero lo hacen a costa de duras pérdidas masacres y padecimientos inauditos.

Hoy en Siria se quiere dar un escarmiento al proletariado mundial. ¡No lo podemos permitir! ¡Todas las fuerzas de la clase obrera mundial a romper el cerco a Siria e impedir la masacre a la vanguardia del proletariado mundial!
¡Desde Libia, Egipto y Túnez hay que poner en pie brigadas obreras internacionales para entrar a combatir en Siria contra el ejército asesino de Al-Assad!
¡Hay que romper el sometimiento de la clase obrera europea al Maastricht de las potencias imperialistas! La única posibilidad de contener el ataque en Europa es con una huelga general coordinada y centralizada, con el grito de guerra de “¡Abajo el Maastricht de las potencias imperialistas europeas! ¡Expropiación de los banqueros! ¡Desarmemos a sus ejércitos y fuerzas de choque contrarrevolucionarias para poder pelear como en Egipto, Túnez y Libia por el pan, por el trabajo y defender hasta la conquista más mínima que les está siendo arrebatada a los obreros europeos!”

En EE.UU., la clase obrera busca ponerse de pie. En Nueva York, Oakland y Oregon se desarrolla el movimiento de los “Indignados”. De Oakland salió un llamado a una huelga general el Primero de Mayo. Allí se puede plantear la moción de “paralizar todos los puertos de Europa y EE.UU. para que no se embarque ningún arma ni munición que abastezca al ejército asesino de Al-Assad, pero garantizando, a la vez, que lleguen armas y alimentos a las masas que resisten heroicamente a los golpes contrarrevolucionarios del lacayo del imperialismo Al-Assad”
La clase obrera de Rusia ha comenzado a levantarse contra Putin, el genocida de las masas de Chechenia, de los Balcanes y el Cáucaso. Las masas chinas son masacradas, pero resisten y combaten contra la esclavitud del odiado régimen de los mandarines chinos y su presidente Hu Jintao. Ahí están las fuerzas para parar la maquinaria del frente burgués imperialista que sostiene, desde Rusia, China, EE.UU. y Europa esta contraofensiva contrarrevolucionaria contra Siria, Egipto y todas las revoluciones que han comenzado.
De la Rumania sublevada, de las huelgas generales de Grecia, sobre la ruina de las direcciones traidoras, agentes del capital, para reagrupar las filas de la clase obrera y aplastar al Maastricht imperialista, hay que conquistar un congreso europeo de todas las organizaciones obreras del continente. Para aplastar a la Europa imperialista; para expulsar al FMI y sus gobiernos lacayos de Europa del este; para volver a combatir por la restauración de la dictadura del proletariado en las calles de Moscú, Budapest, etc.; para terminar con el general Putin de la Merkel en Rusia; para poner todas las fuerzas de la clase obrera y las de sus organizaciones para llegar a combatir con las milicias libias al CNT; para enviar de sus organizaciones a los mejores combatientes a las calles de Damasco y Homs y para transformar al Mediterráneo en la tumba de los banqueros imperialistas.
¡Por los estados unidos socialistas de Europa! ¡Por los estados unidos socialistas del Norte de África y Medio Oriente, sin burguesías lacayas, sin capitalistas, sin saqueo imperialista y sin generales fascistas!

El capitalismo se sobrevive con el imperialismo comprando a la burocracia y aristocracia y sus partidos y organizaciones. La crisis de dirección se exacerba, pero aquí y allá, las energías de las masas demuestran que no están agotadas, ni mucho menos. A cada paso de estos combates, el cerco del reformismo es roto por la ofensiva de masas. Este se revuelca, estalla y ya no puede vivir en paz. Las primeras tendencias a la centralización internacional del combate de los explotados han surgido de Tokio, Chile, Colombia, los “indignados” de Wall Street y Madrid y de la clase obrera griega, que en cada combate levanta las banderas de “hay que combatir como en Egipto”.
En estas condiciones, la lucha por un reagrupamiento de las organizaciones revolucionarias y de las fuerzas sanas del movimiento trotskista se ha vuelto una necesidad inmediata. Sabemos de la enorme tardanza de las fuerzas del trotskismo y de la IV Internacional en llegar a las masas.
Nuestro partido mundial fue destruido, derrotado y entregado por los renegados del trotskismo a la reacción, al stalinismo y a la socialdemocracia.
Pero los partidos conservadores del pasado, cada vez pueden y podrán seguir manipulando menos a la clase obrera mundial. Estos combates, las guerras y la crisis del capitalismo mundial, crean las condiciones para que le serruchen el piso bajo los pies de los traidores y le abran un camino a las masas a los combatientes de la IV Internacional.
Se ha abierto un nuevo período histórico desde el 2007-2008, el de la crisis del capitalismo mundial. La carrera de velocidad para poner en pie y refundar la IV Internacional contra el accionar de las direcciones traidoras que a cada paso deshacen lo que las masas construyen en su combate, ha comenzado.
Las masas y sus heroicos combates facilitan esta tarea. La hora del “contrarreformismo” y de la tendencia a la unidad internacional de los combates del proletariado ha comenzado. Las fuerzas para refundar nuestro partido mundial ya están: incendian Tottenham, cercan Wall Street, se sublevan en Nigeria, resisten heroicamente en Siria, no entregan las armas como en Libia, se organizan y combaten en Túnez, comienzan a rebelarse y enfrentar a los asesinos de Hu Jintao y su ejército bajo las órdenes de las transnacionales y el imperialismo y nuevamente en Rusia vuelven a combatir en la Plaza Roja, esta vez contra el asesino Putin, que lejos de ser un nuevo “Zar” no es más que un “Rasputín”, agente a sueldo del régimen de los junkers de la “dama de hierro” Merkel de Alemania.
Las fuerzas para refundar la IV Internacional hoy combaten en los barrios obreros de la Siria ensangrentada.
Estas son las fuerzas sobre las cuales apoyarse y construirse para reagrupar las fuerzas sanas del movimiento trotskista internacional y conquistar una dirección revolucionaria para las organizaciones de lucha y combate de las masas. La FLTI no es más que un punto de apoyo para que todos los luchadores del proletariado mundial se reagrupen, se pongan de pie y conquisten las condiciones y el programa para la victoria, que no es otro que el Programa de Transición de la IV Internacional y la lucha por la revolución socialista a nivel mundial.

Comité Ejecutivo Internacional de la FLTI.

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