Mayo 2019
Presentación
¡Bajo las banderas de
la IV Internacional!
Este 1° de Mayo de 2019, la Fracción Leninista Trotskista Internacional, en homenaje a los Mártires de Chicago de ayer y a todos los mártires de la clase obrera a nivel mundial, anticipa la presentación de dos de los documentos y cuadernos que fueran hallados en febrero de 2018 de la Oposición bolchevique-leninista de la URSS.
Realizando arreglos a las instalaciones de la vieja prisión y aislamiento de Verkhneuralsk, en la ciudad de Cheliábinsk, donde eran recluidos los oposicionistas al stalinismo durante los años ’30, fueron encontrados aproximadamente 30 documentos, constituidos por textos independientes, cuadernos, folletos, discursos y hasta cartas de la Oposición bolchevique-leninista. Muchos de estos cuadernos hoy se encuentran en proceso de traducción e inclusive de restauración que están siendo realizados por la Universidad de Cheliábinsk. De estos documentos, solamente 3 han sido publicados.
No es el propósito de este anticipo dar toda nuestra visión histórica de la importancia de este hallazgo y las consecuencias programáticas y de lecciones históricas que este tiene.
Buscamos presentar todos los materiales existentes hasta el momento (en este y en próximos boletines), que dan cuenta de la pelea que dieron los más de 130 bolcheviques-leninistas que se reivindicaban combatientes trotskistas en esa prisión de Verkhneuralsk desde 1930 a 1933.
Estamos frente a documentos valiosísimos que son un eslabón de las centenares y miles de cartas, documentos, folletos, samizdat y escritos en la clandestinidad y en Occidente, que fueron materiales de lucha y combate de las fuerzas del bolchevismo en la resistencia contra el stalinismo. Eso fue el trotskismo en los ’30: el bolchevismo en la resistencia.
Fueron Trotsky y los dirigentes de la IV Internacional que fuera fundada en 1938, quienes sintetizaron y expresaron política y programáticamente esa batalla, que luego se transformara en programa de lucha por la revolución política para derrotar a la lacra stalinista y volver a poner a la URSS como bastión de la revolución mundial.
Estudiar esta documentación es clave. Es ingresar al mundo de la lucha política, teórica y programática que se desarrolló en el combate por la IV Internacional en los ‘30, en su sección soviética, cuyos dirigentes y cuadros más importantes estaban en la más dura clandestinidad o en las prisiones, aisladores y campos de concentración del stalinismo.
Bajo esas terribles condiciones de combate, la relación de los oposicionistas soviéticos con las fuerzas de los trotskistas en Occidente se mantuvo intacta, en vida del camarada Trotsky hasta el año 1940 y en particular, hasta el asesinato de León Sedov en 1938, durante la época del terror stalinista que desde el ‘36 diezmó físicamente las fuerzas de la Oposición de Izquierda en los campos de concentración, fusilando a centenares de sus militantes.
En Occidente, un estado mayor revolucionario bolchevique encabezado por el camarada Trotsky tomaba como propia la responsabilidad histórica de la lucha por la revolución política en la URSS, que era una parte decisiva de la lucha por la revolución socialista internacional en los países imperialistas y en el mundo semicolonial.
Nuestro objetivo es que las nuevas generaciones de trotskistas se hagan una idea del trabajo que aquí presentamos a través de distintas visiones que le permitirán comprender el carácter de esta enorme conquista política que se ha encontrado.
Los compañeros verán que este anticipo comienza presentando una introducción a estos trabajos que hace el periódico Kommersant, un diario ruso de la ciudad de Cheliábinsk. En dicha nota, la burguesía académica de la universidad de Moscú se sorprende del hallazgo de estos manuscritos y, como dice Yury Zhukov, anuncia que “por fin los muertos hablaron”. ¿Por fin hablaron los trotskistas? En todo caso, los stalinistas devenidos en nueva clase burguesa, recién ahora, cuando el trotskismo, por el momento, dejó de ser un peligro real para cortarles sus cabezas, lo muestran en la sociedad académica como algo adocenado y como un objeto de investigación historiográfica. Pero se han equivocado: lo que han descubierto es dinamita que les va a estallar en las manos, en momentos en que más del 75% del proletariado de Rusia ansia y exige volver a la URSS… Y volverá, pero esta vez de la mano de los trotskistas y no de “muertos que recién hablan”.
Trotsky denunciaba, a propósito del aniversario de la muerte de Marx, que la burguesía lo había denostado, perseguido y calumniado en vida y que luego se dedicó a castrarle su contenido revolucionario y mostrarlo como un ícono inofensivo. Esto buscan hacer con los trotskistas… Por nuestro honor, no permitiremos que esto sea así.
Reproducimos entonces extractos del artículo del periódico Kommersant del 16 de junio de 2018 y los comentarios que al respecto realiza Zhukov.
Entre otras cosas, llama la atención cuando él plantea que utilizaban a los trotskistas para “asustar a los niños pequeños”, como si el trotskismo fuera lo que hoy llamamos “el hombre de la bolsa”… ¿O acaso será un fantasma?... En todo caso, era el fantasma del comunismo que recorría todos los días la cultura y la ideología stalinista.
Es muy sugestiva, pero a la vez interesante, la apreciación que hace en esta misma instrucción, Alexey Gusev, profesor de historia de la universidad de Moscú y la visión que este tiene de los aisladores políticos hasta 1933. La clave del stalinismo era separar a los trotskistas de las masas. Por eso los recluían a aisladores. Aun la burocracia soviética no tenía la fuerza para aplastar y asesinar a los trotskistas, como hizo después. Antes tuvo que traicionar a la clase obrera de Occidente (como hizo en Francia, Alemania y España) para poder imponer su régimen de terror en la URSS.
Por estos motivos, presentamos en primer lugar a los obreros revolucionarios, a los trotskistas, la introducción del diario ruso Kommersant y cómo ve este hallazgo la academia burguesa.
Acompañando la primera parte de esta presentación, editamos el listado de los cuadernos que fueron hallados, con extractos de la introducción de Alexander Fokin, profesor de la Universidad de Cheliábinsk, quien es el encargado de realizar la investigación historiográfica de estos documentos. Hoy el antiguo aislador político de Verkhneuralsk es un museo. El Servicio Penitenciario Federal le otorgó los manuscritos encontrados a la Universidad. En esta introducción, Fokin da cuenta del descubrimiento de los cuadernos y de la visión de quienes los hallaron.
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En la segunda parte de este trabajo, presentamos notas de León Sedov, dirigente de la Oposición trotskista, y luego de la IV Internacional, quien fuera el encargado de la edición del Boletín de la Oposición de Izquierda soviética.
León Sedov, el hijo del camarada Trotsky, quien fuera asesinado por la GPU en 1938, desde Alemania y luego desde Francia, era quien organizaba la relación de los bolcheviques-leninistas soviéticos con el estado mayor de Trotsky en Occidente. Esta dirección era la responsable de que llegaran a los aisladores políticos, en este caso a Verkhneuralsk, todas las elaboraciones y luchas políticas que a nivel internacional llevaban adelante los trotskistas. Además, fue en equipo con los oposicionistas soviéticos y en debate con ellos, que se conquistó el programa trotskista para la recuperación de la URSS y la derrota de la burocracia stalinista.
Trabajos de Trotsky sobre la lucha contra la NEP y la pseudo-teoría del “socialismo en un solo país”, sobre la política frente a la cuestión de alemana y el ascenso de Hitler por la capitulación del PC y Stalin, a propósito del comité anglo-ruso, la cuestión china, el inicio de la revolución española e inclusive la táctica de “Giro Francés” en 1934, fueron debates y luchas políticas del trotskismo que llegaban a los bolcheviques-leninistas a las prisiones y a la sección rusa que estaba en la clandestinidad.
Tan al día seguía toda la Oposición de Izquierda la lucha de la sección soviética, que en 1931 León Sedov escribió un homenaje a la enorme huelga que estaban protagonizando en ese momento los trotskistas en el aislador de Verkhneuralsk.
Publicamos entonces tres trabajos de León Sedov: “La persecución de la oposición bolchevique rusa” de Agosto de 1930, “La vida de los encarcelados y exiliados de la oposición de izquierda rusa” de Diciembre de 1930 y “¡Oposicionistas en huelga de hambre!” de Noviembre de 1931.
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En tercer lugar, publicamos extractos del trabajo “Los trotskistas en la URSS (1929-1938)” de Pierre Broué que da cuenta de la situación de la oposición en 1930, de la vida de los bolcheviques-leninistas y la resistencia contra el stalinismo durante aquellos años y de la acción política y las huelgas de hambre en el aislador de Verkhneuralsk (a las cuales también se refiere León Sedov).
La lucha de los revolucionarios bolcheviques-leninistas en el aislador de Verkhneuralsk no era desconocida ni para el conjunto de la Oposición de Izquierda, ni para los historiadores que investigaron sobre este tema, como es el caso de Pierre Broué. Él aporta una valiosa información al respecto que debe ser estudiada con atención por los marxistas revolucionarios del siglo XXI.
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En cuarto lugar reproducimos algunos capítulos del libro En el país de la mentira desconcertante, de Ante Ciliga, uno de los dirigentes del Partido Comunista de Yugoslavia, sobreviviente del aislador de Verkhneuralsk.
En 1926 Ciliga había viajado a la URSS para interiorizarse de la experiencia revolucionaria del primer estado obrero de la historia. Allí, contra la política de la burocracia stalinista, formó un grupo de oposición entre los comunistas yugoslavos residentes en Rusia y estableció contacto con la Oposición de Izquierda dirigida por Trotsky. En 1930 fue arrestado por la GPU, estando preso primero en Leningrado y Cheliábinsk, y luego en el Aislador Político de Verkhneuralsk. Después de 3 años de cárcel, fue desterrado a Siberia y en 1935 pudo salir de la URSS por contar con ciudadanía italiana y y por una enorme campaña por su libertad. Entre 1936 y 1937 escribió esta obra, En el país de la mentira desconcertante, dando su visión de cómo era la vida política en las cárceles del stalinismo y del aislador de Verkhneuralsk en particular.
En los capítulos que reproducimos, Ciliga demuestra que el Aislador Político de Verkhneuralsk era uno de los centros claves donde funcionaba la dirección de los bolcheviques-leninistas en la URSS. Varios de sus documentos sobre lo que acontecía en las prisiones de Stalin fueron publicados en el Boletín de la Oposición de Izquierda a nivel internacional.
Además Ciliga da su visión particular de las distintas fracciones y tendencias que existían al interior de la Oposición de Izquierda dentro de las mismas prisiones de Stalin.
Él se haría parte de una fracción “ultraizquierdista” que afirmaba, ya en los años ’30, que la URSS había dejado de ser un estado obrero. Eso lo llevó a romper con la Oposición de Izquierda. Luego terminaría afirmando la necesidad de hacer un bloque común por la libertad de los presos en la URSS, incluyendo a las fuerzas contrarrevolucionarias de los mencheviques. Ante esto Trotsky afirmaba: “el camarada Ciliga considera que es posible colaborar con los mencheviques. La historia del movimiento revolucionario muestra muchos ejemplos de ultraizquierdistas que se acercaron al oportunismo… desde el extremo opuesto del espectro. De más está decir que nuestro Boletín no puede compartir sus colaboradores políticos con las publicaciones mencheviques. Por lo tanto, nos vemos obligados a suspender la publicación de los artículos del camarada Ciliga.” (“Sobre los artículos del camarada Ciliga” - 3 de junio de 1936).
Esto no quita la valía de los escritos de Ciliga sobre su experiencia en las prisiones de Stalin mientras combatía junto a los bolcheviques-leninistas. Tal como continuaba afirmando Trotsky: “las vacilaciones políticas de este camarada no disminuyen en lo más mínimo la importancia de los informes que, gracias a él, hoy son patrimonio de la clase obrera mundial.”
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Por último, en la parte principal publicamos, uno de los documentos hallados de los bolcheviques-leninistas, titulado “Golpe fascista en Alemania”. El mismo fue publicado por Alexander Fokin.
La cuestión alemana concentró la atención del movimiento obrero mundial. Allí el stalinismo se probó con una política totalmente ultraizquierdista táctica en su “3° periodo”, entregando de hecho al proletariado alemán a la masacre de Hitler, cuestión que no fue ignorada en los campos de concentración, bajo condiciones de aislamiento total de los trotskistas, como en Verkhneuralsk.
Anticipamos este documento sobre la cuestión alemana en los ’30 que en sí mismo desenmascara a todos los que dicen que el marxismo ruso y de la Europa oriental no logró comprender -como lo decía Gramsci y afirman sus seguidores de hoy, abiertos renegados del trotskismo-, las condiciones de la Europa imperialista para articular un programa y una estrategia para la victoria de la revolución. Esto es una verdadera falacia.
El documento “Golpe fascista en Alemania”, publicado en el cuaderno N°2 de los bolcheviques-leninistas en 1933, da cuenta que el bolchevismo y los comunistas de la URSS fueron los marxistas más “europeos” y “occidentalistas” que haya habido en el proletariado internacional.
Esto es importante precisarlo en momentos en que se acusa de “atrasado” y de “brutal” al marxismo ruso. Inclusive lo hacen grupos pseudo-trotskistas que hace rato rompieron con la IV Internacional, como es el caso del PTS de Argentina.
Los bolcheviques jamás vieron a la revolución rusa separada de la revolución alemana y mucho menos de la revolución europea y mundial. Es más, ni se imaginaron que la URSS pudiera sobrevivir sin la victoria de la revolución en el resto de Europa. Por ello fundaron la III Internacional que resultó ser una escuela de estrategia revolucionaria, al decir de Trotsky y Lenin.
Tan “occidentalista” fue el movimiento trotskista que la primera batalla que libró contra Stalin y la lacra burocrática que se consolidaba en la URSS a partir de la derrota de la revolución alemana en 1923-24, fue luchar por recuperar la dirección de la III Internacional para regenerar al estado obrero que, aislado, se descomponía y degeneraba más y más. Por ello el combate contra la nefasta pseudo-teoría del “socialismo en un solo país”, frente a la NEP, etc.
Ha surgido un neo-stalinismo que toma como estandarte la política totalmente reformista y stalinista de Gramsci, de “revolución por etapas”, de defensor a ultranza del “socialismo en un solo país” y del partido stalinista que liquida política y físicamente a toda oposición. Ellos afirman que por su “carácter orientalista”, el bolchevismo “no comprendía para nada las condiciones para la revolución socialista en Occidente”… ¡Como si los stalinistas hubieran entendido perfectamente las condiciones en Occidente! Como si ese hubiese sido el caso de Gramsci y los dirigentes del PC italiano. Y ni hablar de los dirigentes del Partido Comunista alemán, francés, español… Ellos entregaron y traicionaron todas las revoluciones europeas de Occidente en los ’30, de Berlín a Madrid, de París a Lisboa y de Atenas a Roma. Los comunistas más “occidentalistas” demostraron ser los traidores de los dirigentes de las secciones europeas de la III Internacional, que dejaron aislados y masacrados en los campos de concentración de Stalin a los bolcheviques-leninistas.
Este trabajo de los trotskistas en las prisiones sobre la cuestión alemana y la ubicación internacionalista desde donde escriben los oposicionistas soviéticos al definir sus obligaciones internacionales con la clase obrera alemana, es un duro golpe en la nariz a los que intentan embestir desde el stalinismo, camuflándose con las banderas de la IV Internacional.
Esta política frente a la cuestión alemana de los trotskistas en la URSS retoma las mejores tradiciones del Partido Bolchevique y de todos los afluentes como Rosa Luxemburgo, Liebknecht, el sindicalismo revolucionario francés, etc. que confluyeron en las conferencias de Kienthal y Zimmerwald, donde los marxistas “orientales” dieron allí el programa y la política más justa para la Europa capitalista, cuando en 1914 comienza la I Guerra Mundial interimperialista: “dar vuelta el fusil” y transformar la guerra en el primer paso de la revolución socialista. Ese programa antidefensista ante la guerra imperialista fue clave para la victoria de la Revolución Rusa en 1917. Por si los nacionalistas de hoy, herederos del viejo stalinismo, no se han enterado, el estado mayor que dirigió la revolución de octubre y al mismo Partido Bolchevique, fue el de Kienthal y Zimmerwald, con las lecciones programáticas y el curso de acción que de allí se dio al proletariado europeo. Eso fue “Lenin regresando” a la Rusia revolucionaria de 1917.
En esa escuela que afirmaba que la URSS era tan solo un eslabón de la revolución socialista europea e internacional, es que se forjaron y se formaron los cuadros que resistieron heroicamente al stalinismo y desde las prisiones hicieron los más grandes aportes para aplastar al fascismo en Alemania en los años ’30.
Leer atentamente hoy este trabajo de los oposicionistas soviéticos en la prisión de los Urales no es otra cosa que encontrarse con un enorme aporte a la extensa lucha teórica y programática que dieron los trotskistas en Occidente para derrotar a Hitler en Alemania. Como se podrá ver en este manuscrito que adelantamos, ellos, como verdaderos internacionalistas, planteaban que la tarea inmediata en la URSS para aplastar al fascismo alemán e impedir la catástrofe para toda la clase obrera europea que se avecinaba con la victoria de Hitler, era ni más ni menos que sublevar al Ejército Rojo y marchar con todas sus fuerzas a la frontera con Alemania para poner las armas del estado obrero soviético al servicio de aplastar al fascismo o el fascismo aplastaría al proletariado de Europa y a la URSS. Y escribían esto desde las prisiones del mismo Stalin.
El marxismo revolucionario del siglo XXI saldará cuentas contra tanta falsificación del bolchevismo y del trotskismo, el marxismo revolucionario de nuestros días.
Las fuerzas del trotskismo adquirimos con este hallazgo un enorme arsenal político y programático extraído, como se informa hoy, de las cañerías de las prisiones, donde los revolucionarios escondían estos manuscritos para que no sean robados por los guardias stalinistas de la cárcel y para que sean leídos por todos los militantes que allí se encontraban y para que también sean llevados a los oposicionistas que estaban fuera de los aislamientos y a Occidente.
Tenemos nuevas herramientas y munición pesada para derrotar al revisionismo y a los falsificadores del combate de los revolucionarios de la III Internacional en vida de Lenin y Trotsky y de su continuadora, la IV Internacional.
La política del trotskismo entonces fue pelear por recuperar la III Internacional para desde allí derrotar a la burocracia soviética que se asentaba en las condiciones de aislamiento que había quedado la URSS luego de la derrota de la revolución alemana de 1923-24 y el desgaste que sufría el proletariado soviético después de 4 años de guerra civil y con la economía devastada.
El trotskismo concentró sus fuerzas para este combate y lo hizo también desde las prisiones de Stalin. En otro de los manuscritos hallados, el documento “Tácticas y Tareas de la Oposición Leninista”, los bolcheviques-leninistas, continuando con la tradición internacionalista de los revolucionarios soviéticos, afirmaban: “La Oposición B/L [bolchevique-leninista, NdT] siempre consideró su lucha por la reforma del partido como una tarea internacional. La Oposición emprendió y encabeza la lucha contra el liderazgo estalinista en estrecha relación con la lucha general del ala izquierda de la Comintern contra la dominación del centrismo. Sin un cambio en el liderazgo centrista de la Comintern, es imposible preparar el factor subjetivo de la revolución internacional, ya que ‘la historia del liderazgo estalinista es una historia de errores continuos y de la derrota del proletariado internacional causada por ellos’ (Trotsky)”
Pero en la amplia mayoría de la III Internacional no hubo reacción ante semejante traición del stalinismo. Los Gramsci, los Thaelmann, los Togliatti, etc. demostraron ser nada más que satélites benefactores del faro de Moscú.
Por ello en la parte central de este adelanto, también presentamos el trabajo “Tácticas y Tareas de la Oposición Leninista”, que fuera publicado por el diario ruso Kommersant.
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Terminamos este adelanto rindiendo un homenaje a los bolcheviques-leninistas de la prisión de los Urales. Lo hacemos reproduciendo las palabras de Víctor Serge:
“Hecho notable: jamás en esta campaña de exterminio de los revolucionarios del ‘17 y de la guerra civil, el nombre de los verdaderos trotskistas, opositores de izquierda, bolcheviques leninistas –para emplear las designaciones que ellos mismos empleaban- apareció ni en los periódicos ni en las versiones de los procesos. Eran algunas centenas de irreductibles, encarcelados o deportados desde hacía diez años (1928). Bajo la más cruel persecución a la que estaban sometidos, mantenían sin embargo su valerosa conciencia. Conocíamos las atrocidades cometidas en prisión; pero ninguno de esos hombres templados en la lucha se prestó a las maquinaciones de la GPU. ¿Qué ha sido de ellos? Muy poco probable es que alguno haya sobrevivido. Sus nombres figuran en el Boletín de la Oposición y en dos libros de exiliados.” (“Vida y muerte de León Trotsky”)
Los trotskistas sabemos perfectamente quiénes son los bolcheviques-leninistas que estaban presos en el Aislador Político de Verkhneuralsk y conocemos sus nombres.
Hoy les rendimos un homenaje a nuestros camaradas:
1. Abramski
2. Avoian
3. Aldgauzen N.
4. Aloits
5. Akopian
6. Arónov
7. Ardshtein
8. Asrakian A.
9. Antokolski
10. Ardashelia T.
11. Azatian
12. Barkin O.
13. Belinski
14. Bezazian
15. Babaian
16. Berzina
17. Beradze
18. Brik
19. Bulychev
20. Bodrov
21. Vygon
22. Gertopian Nadezhda
23. Gordeiev
24. Glistovski
25. Gevorkian S.
26. Griuman
27. Gogerashvili
28. Govendo
29. Golub Efim
30. Graev
31. Goldberg Lisa
32. Harzman
33. Hirschfeld
34. Dingelstedt F.
35. Drapkin
36. Dvinsky
37. Donadze
38. Zalessky
39. Zaikov
40. Zaguskin |
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41. Zurabyan
42. Ivanova M.
43. Ioffe
44. Kosolapov
45. Kremmer Kl
46. Koidinov
47. Kaslas
48. Krayniy
49. Kakuzin
50. Kvachadze G.
51. Kessel
52. Kopytov
53. Koltov
54. Kulikov
55. Komarova
56. Korsanidze
57. Kamenetsky
58. Kirshin
59. Kirschin
58. Kirschin
59. Klyushin
59. Lyubitsko V.
60. Lipatov A.
61. Libkin
62. Lapshin F.
63. Langer
64. Lemelman Ida
65. Magid Musya
66. Melnays
67. Small P.
68. Marcus
69. Mijailovich
70. Nevelson Man
71. O. Osnyach
72. Oganesov-Ter
73. Poznansky
74. Podzemsky
75. Papermeister Aaron
76. Papermeister Lev
77. Papermeister Pavel
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78. Pereverzev N.
79. Pevzner J.
80. Panov
81. Patskhishvili K.
82. Pusas
83. Popov
84. Polynuk A.
85. Pivner
86. Psalmopévtsev
87. Rats
88. Rapoport
89. Reshetnichenko V.
90. Stapalov G.
91. Slitinsky S.
92. Sahakyan Amo
93. Sosorev
94. Surnov
95. Solovyan
96. Sviridov
97. Solntsev E.
98. Tabachnik E.
99. Tvachchiridze
100. Ugryumov
101. Ukraintsev
102. Frumkin
103. Fliax
104. Fedorchenko
105. Helidze
106. Hashevatski
107. Chernih
108. Cherepahin
109. Shapiro Liza
110. Sheilat S.
111. Shemes
112. Shkurátov
113. Shpitalnik
114. Iashvili
115. Yakovin G.
116. Yakovlev,
117. Eltsin V. |
Desde la Fracción Leninista Trotskista Internacional llamamos a todas las fuerzas que se reclaman del trotskismo internacional, que se declaran independientes de las fuerzas de la contrarrevolución stalinista a nivel mundial y que luchan por una estrategia trotskista independiente para darle continuidad al combate de los bolcheviques-leninistas y la IV Internacional, a constituir un Comité común para unir esfuerzos para que todos estos materiales descubiertos de nuestros camaradas en las prisiones de la URSS estén a disposición y en las mejores condiciones para toda la clase obrera mundial.
Estos escritos son un patrimonio del proletariado mundial y de las fuerzas que se reivindican del trotskismo y de la IV Internacional.
Carlos Munzer