07-10-2014 Para terminar con las redes de trata y el tráfico de personas: ¡Disolución de la policía, la SIDE, la Gendarmería, y todas las fuerzas represivas del estado burgués! ¡Disolución de la casta vitalicia de jueces videlistas-peronistas-radical!

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En Argentina cientos de mujeres son desaparecidas, secuestradas y obligadas a las peores de las ignominias y la degradación: prostitución, servidumbre y esclavitud. La mayoría de ellas son indocumentadas, traídas y engañadas desde Bolivia y Paraguay. Todas ellas pertenecen a la clase trabajadora y los sectores explotados de la sociedad. Es la trata de esclavos traídos para ser súper explotados en las fábricas clandestinas de “cama caliente”, trabajando día y noche atados a sus maquinas. De esto trata este sistema capitalista decadente. Y el que no enfrenta a este sistema, no esta por acabar con la trata de personas y menos por defender a la clase obrera.
Hace dos años, en noviembre del 2012, tres jueces de la provincia de Tucumán absolvieron a los 13 imputados por secuestro y trata de personas, por el caso de la desaparición de Marita Verón. Frente a esto, las masas explotadas hirvieron de odio porque en los prostíbulos las que mueren, son golpeadas, maltratadas, y súper explotadas, son las hijas de los trabajadores; no las hijas de los jueces, ni de Alperovich, ni de la Kirchner, ni de ningún otro representante político, funcionario o administrador de la burguesía.
Este caso puso al desnudo que son los jueces y la Policía, quienes están detrás de la trata de blanca y de la prostitución. Quedo claro ante los ojos de millones de explotados que las miles de familias obreras que pierden a sus hijas e hijos a manos de los traficantes, estos actúan para la policía y los jueces corruptos de la burguesía. Todos ellos, jueces y policías, se reparten la torta de esa “caja chica” que tienen por la administración de los negocios de la prostitución y venta de drogas. 
Los magistrados de la justica videlista-peronista-radical solo le garantizan “seguridad jurídica” a las transnacionales imperialistas que saquean la nación como las mineras, automotrices y cerealeras, y a toda la patronal esclavista, que mantienen a los trabajadores en una verdadera maquila, con una brutal flexibilización laboral, “en negro”, salarios miserables y condiciones deplorables de vida. Desde los tribunales de estos “señores magistrados” se dictan las órdenes para reprimir a la clase obrera, la cárcel, el procesamiento y persecución a todos los que luchan contra este sistema putrefacto y los políticos e instituciones que lo sostienen.
Los jueces ejercen sus cargos en forma vitalicia, y son los mismos que estuvieron con Videla y los milicos genocidas, con Alfonsín, Menem, De la Rúa, Duhalde y los Kirchner. Son los que sostienen a la policía asesina del “gatillo fácil”, que masacró a los pibes de Bariloche y secuestró a Luciano Arruga y Daniel Solano (obrero agrícola). Estos mismos jueces por más que algunos se pinten de “democráticos” con los juicios a sólo algunos de los genocidas de los ´70s, dejan en libertad y bajo total impunidad a los que secuestraron y desaparecieron a Julio López, y a todos los asesinos de obreros y el pueblo.
Esta justicia tiene a más de 7.000 luchadores obreros y populares procesados, condenó a cárcel y cadena perpetua a los obreros petroleros de Las Heras que osaron levantarse por su salario; mientras resguardan a los jueces kirchneristas como Oyarbide que hizo fortunas con el secuestro de mujeres y la prostitución. Y dejan en total libertad a los policías asesinos que nos matan cuando luchamos, o asesinan en nuestros barrios a miles y miles de nuestros hijos.
Por eso, no lucha contra la trata de personas y la prostitución, quien no enfrenta a este estado asesino y pelea por disolver a estas dos instituciones, como la justicia y la policía, que actúan con total impunidad contra los trabajadores y el pueblo pobre. No se trata de “democratizar la justicia”, como afirma la izquierda del FSM, puesto que, es todo el régimen maldito de la Constitución de 1853-1994 el que mantiene unidas a las redes de trata, del narcotráfico y todos los negocios sucios de la burguesía. Los políticos de turno, las fuerzas de seguridad como las policías y la Gendarmería, se enriquecen con estos negocios mientras la nación se desangra por el saqueo sin límites de las transnacionales y la patronal esclavista. La Kirchner, los gobernadores, los políticos patronales sirvientes de las transnacionales, los jueces, y la policía asesina, y toda la patronal esclavista son una verdadera “asociación ilícita” que roba, mata, y superexplota al pueblo. Ellos saben donde está cada prostíbulo, donde se venden las drogas que matan a los hijos de la clase obrera, donde está Julio López, Luciano Arruga, y Daniel Solano. ¡Cínicos y sinverguenzas! 
Comandadas por la Kirchner y con las órdenes de la justicia burguesa, una verdadera “tropa de ocupación” integrada por la Gendarmería, la Policía Federal, la Prefectura y las policías provinciales,  mantiene a la clase obrera a raya, con la militarización de los barrios obreros. Estas fuerzas son las que cobijan también a las bandas de lúmpenes armados, a los pistoleros de la burocracia sindical, y las que organizan las distribución de las drogas que descomponen a nuestros hijos. Un verdadero estado asesino, que quiere transformar a las barriadas obreras en campos de concentración a cielo abierto, similar al que padecen en Gaza y Cisjordania el martirizado pueblo palestino a manos del imperialismo y el ocupante sionismo genocida.
Para terminar con las redes de trata: ¡Por la disolución de todo el aparato represivo del estado como la SIDE, la Gendarmería, la Policía Federal y todas las fuerzas represivas del estado! ¡Disolución de la casta vitalicia de jueces videlista-peronista-radical!
¡Tribunales Obreros y Populares! Para castigar a los secuestradores de las hijas de la clase obrera como fue el caso de “Marita”; y para castigar a todos los genocidas de ayer y a los asesinos de la clase obrera y los explotados de hoy.
¡Libertad a los presos políticos! ¡Desprocesamiento de los luchadores obreros y populares!
Para defendernos de estas fuerzas tenemos que poner en pie Comités de vigilancia, basado en las organizaciones obreras y lo sindicatos y autodefensa obreros y populares en las barriadas obreras, para que seamos los trabajadores y el pueblo quienes impidamos que secuestren a nuestras hijas, hermanas, y terminemos con la inseguridad de la vida de nuestras familias.