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La pelea de las mujeres trotskistas en el ENM de Salta demostró que había fuerzas para imponer un verdadero Encuentro de la Mujer Trabajadora sin patrones ni represores…. O por “la equidad de género” que pregona la izquierda reformista o por un programa de independencia de clase para la liberación de la mujer trabajadora… Nada tiene que ver la mujer trabajadora y sus más sentidas demandas con la burguesía y sus instituciones Las mujeres trotskistas fuimos a ese encuentro a decir lo que el FIT y su política reformista quieren ocultar: que nada puede conseguir la clase obrera de la mano de la burguesía, que nada puede conseguir la mujer trabajadora conciliando con la mujer burguesa o en los parlamentos capitalistas. Fuimos a decir que las demandas y derechos de la mujer trabajadora se conquistan con la lucha en las calles con el conjunto del movimiento obrero enfrentando al gobierno, las transnacionales y al estado asesino que son los que comandan el mayor femicidio contra las familias obreras. La mujer trabajadora conquistó su programa contra la triple explotación y fuimos a luchar por él, en nombre de Teresa Rodríguez, de las piqueteras del norte de Salta de Mosconi y Tartagal que marcaron el camino en el 2001, en nombre de las mujeres palestinas que luchan contra el ocupante sionista. Las corrientes feministas del FIT, parecen ser una filial más del UMA ya que reivindican la misma bandera de igualdad de “género” por encima de la lucha de clases. Una frontera elemental de clases que hace rato el FIT borró, por eso a las mujeres de la izquierda se las vio disueltas en los debates junto a las representantes de los partidos patronales. Parecería ser que al FIT le da lo mismo sentarse a “debatir” con la Sra. de Budú, de Berni, de Sayago, con las representantes del gordo Piagnanelli del Smata… Todo indica que sí. Por eso, llevó al ENM a representantes de comisiones internas y sindicatos que influencian a exigir que sus reclamos sean escuchados “más allá del carácter del encuentro”. ¡Una vergüenza, el FIT tras los pasos de la política de colaboración de clases del Partido Comunista en la “U.M.A” en décadas anteriores! La política de la izquierda antes, durante y después de este encuentro reaccionario fue subordinar las demandas de la mujer trabajadora al parlamento, a la justicia y a toda institución de este régimen. Lejos de poner estas demandas a la cabeza de todas las organizaciones obreras, por ser la mujer trabajadora el sector más explotado de nuestra la clase obrera. Las fuerzas del FIT fueron mayoría en todas las comisiones de un encuentro que se realizó en Salta, donde el PO ganó las últimas elecciones en su capital y fue segunda fuerza provincial, sobraban fuerzas para conquistar un verdadero Encuentro de la Mujer Trabajadora sin patronas, represoras y asesinas de obreros para que se haga escuchar y pese la voz de la mujer superexplotada, que aquí no tuvo lugar. Nuestra pelea demostró que sobraban fuerzas para conquistarlo y que la izquierda se negó imponiendo una política de colaboración de clases. Ha quedado claro que la liberación de la mujer trabajadora se conquistará peleando en las calles, con sus organizaciones y como parte de lucha de la clase obrera, en el camino de la revolución socialista y peleando por el poder. Las mujeres trotskistas, parte del Colectivo por la IV Internacional-FLTI, pusimos de manifiesto que el ejemplo es el de las mujeres de Zimbabwe, que junto a su clase, votaron organizarse junto a los obreros de Marikana de Sudáfrica. Ellos están organizados en un Comité de Huelga que se coordina independientemente de los patrones, la burocracia, las ONGs y contra los dirigentes que hablan en nombre de los sindicatos y las organizaciones obreras y sólo entregan a los trabajadores a sus verdugos. ¡Esto es una clara política de independencia de clase! ¡Así se lucha! ¡Paso a la mujer trabajadora! ¡El género no nos une, la clase nos separa! ¡Por comités de mujeres en los sindicatos, seccionales y organizaciones de lucha de los explotados para pelear por nuestras demandas!
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