12 de octubre de 2014
29 Encuentro Nacional de la Mujer:

¡El agua y el fuego no se juntan!
¡Paso a la mujer trabajadora!

Estadio Delmi, Salta Capital. Van llegando las delegaciones al “Encuentro de la Mujer”, en clima festivo y de colores se escuchan cánticos que suenan desde adentro del estadio. El gobierno de Salta ha garantizado un gran despliegue de luces, pantallas, “niños originarios” cantando, dando la bienvenida a todas al Acto de Apertura.
En la puerta dialogamos con una obrera boliviana, que asentía con la cabeza, frente a nuestra pregunta: ¿qué tiene que dialogar una mujer obrera con una mujer burguesa? Nada, deducíamos al instante. Pero a la hora de ofrecerle nuestro material de Paso a la Mujer Trabajadora, nos dice que no puede aceptarlo, ya que su patrona quien la ha llevado, la está mirando y puede dejarla sin trabajo….
Las columnas de mujeres con sus distinciones de cada corriente, con colores y canciones animosas van saliendo del acto de apertura. Salen las de la izquierda y de las de los partidos patronales. El estadio Delmi está rodeado de un gran predio, un campo enorme donde se van acomodando las diferentes columnas.
La mujer obrera con la que dialogamos no estaba contenta, ella todos los días se encuentra sometida a la burguesa, y no tiene libertad…
Las mujeres de la izquierda venían a “exigir” y a hacer escuchar su voz, y estaban alegres, es que para ellas es normal y común estar en ámbitos comunes con la burguesía y sus espacios… la izquierda sí tiene libertad y democracia para ello. Todos los días concurre a espacios comunes con la burguesía y se unen allí donde ésta la convoca: parlamentos, conciliaciones, sindicatos, foros, encuentros…
En ese campo enorme, ¿por qué no se cantó bien fuerte?: “la mujer trabajadora se queda acá y discute SUS problemas, que NO son los mismos que las de las mujeres que representan a la burguesía…. Las burguesas con su partidos, ¡afuera!.
¡Qué oportunidad enorme perdida, una vez más, como todos los días!…. Eso no ocurrió, desde ese lugar, cada delegación se fue a debatir “entre mujeres” a talleres comunes….
La mujer obrera quedó atada a su patrona y no tuvo una alternativa. . . la izquierda del sistema, feliz.
Contra esa consigna reaccionaria burguesa: “Mujer bonita es la que lucha”, que cantaban y hasta tenían tatuadas las mujeres reformistas… Nosotros decimos bien fuerte: ¡Paso a la mujer trabajadora! Nuestra clase es bella y hermosa, aunque no luche por momentos, porque se encuentra sometida por el accionar de LAS reformistas por múltiples lazos a la burguesía.
Una vez más el programa de nuestra IV Internacional pasó la prueba, y hoy más que nunca: no hay tarea más inmediata que tirar al basurero de la historia a esa fea y horrible lacra de la izquierda reformista.
                                                                                                                                                                                                            Corresponsal.