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30 de julio de 2024

Carta de la FLTI a la 62° Asamblea Internacional Antiguerra

Feroz contraofensiva imperialista con ataques a la clase obrera y guerras de opresión nacional

Las masas no se han rendido
Los trabajadores pelean, las direcciones los traicionan

A la 62° Asamblea Internacional Antiguerra

Compañeros de la JRCL-RMF
Compañeros Zengakuren
Compañeros del Comité Juvenil Antiguerra

Camaradas:
Les enviamos nuestro saludo revolucionario e internacionalista desde el Colectivo por la Refundación de la IV Internacional / FLTI a vuestra Asamblea Internacional Antiguerra.

Ustedes estarán reunidos en momentos en que, bajo la dirección de los bandidos imperialistas yanquis, el sionismo, comandado por Biden y Netanyahu, avanza en la OPERACIÓN MASACRE FINAL SOBRE GAZA.
Ya han pasado 10 meses de genocidio. Han caído sobre el pequeño territorio de Gaza toneladas y toneladas de bombas. Ya no quedan barrios, casas, hospitales ni escuelas sin demoler allí.
El hambre y la falta de agua son los misiles más poderosos que utiliza el estado de Israel para hacer rendir a las masas palestinas… pero no lo han logrado.
Como proclama la resistencia, ¡morir de hambre o morir resistiendo! El pueblo no se rinde. ¡Palestina libre del río al mar!

Camaradas,
¡Es necesario romper el cerco a las masas palestinas!
Mientras éstas pelean, día a día sale a la luz la cobardía de las burguesías nativas, tanto árabes como de la teocracia iraní. Ellas solo buscan la rendición de la resistencia.
Reprimen brutalmente, como lo hacen la OLP y Al Fatah, a las masas palestinas de Cisjordania que buscan entrar al combate con sus hermanos de Gaza. Mantienen aún bajo control a los millones de trabajadores palestinos que viven en Líbano. Actúan como una verdadera quinta-columna de la heroica resistencia palestina.
En esta “santa alianza” no podía faltar el cobarde Putin, que jugó el rol de mercenario y asesino en Siria, donde masacraron a 600 mil oprimidos. Rusia tiene allí una enorme base militar en Tartus, en la provincia de Latakia, sobre la costa del mar Mediterráneo en Siria, a escasas 250 millas de Gaza. Desde allí Putin protege los barcos que llevan suministros al estado de Israel. Es que está por la victoria del ocupante, a diferencia de la nación yemení que ataca todo buque que transporta armamento y pertrechos al sionismo.
De Wall Street a Pekín, del carnicero de Moscú al Maastricht imperialista: todos quieren imponer la rendición de Gaza. Ellos reconocen al estado de Israel y sostienen la política de “dos estados”, que no es otra cosa que la ocupación del sionismo de Palestina y el sometimiento de su pueblo a guetos y campos de concentración.

Camaradas,
Ustedes sabrán que el 3 de agosto fue fijado como un día internacional de lucha en solidaridad con Gaza y por la libertad de los presos palestinos. Esta jornada la ha convocado la resistencia palestina de Gaza y hemos adherido a ella centenares de organizaciones en el mundo.

En EEUU se desarrolla un enorme movimiento de la juventud y los trabajadores contra el genocidio sionista al pueblo palestino. Esta lucha choca abiertamente con el gobierno del carnicero Biden, quien dirige las operaciones del sionismo contra las masas palestinas. Al igual que en los ’70 contra la guerra de Vietnam o luego contra la ocupación yanqui en Irak, la juventud rebelde de EEUU gana las calles y junto al movimiento negro y la clase obrera han abierto un nuevo frente de lucha del pueblo palestino en las entrañas mismas de la bestia imperialista.
Ellos cercaban el Capitolio mientras el fascista Netanyahu era ovacionado por los representantes de la oligarquía financiera de Wall Street, tanto republicanos como demócratas.
La juventud norteamericana viene de protagonizar tomas de universidades, de combatir en las calles de Nueva York, Oakland, Atlanta, Los Ángeles, Charlotte, etc. y últimamente han unido su lucha a la del movimiento negro de “Las Vidas Negras Importan”.
La demanda puesta en las calles por este movimiento de la juventud y los trabajadores norteamericanos es: ¡de Brooklyn a Gaza, sin justicia no habrá paz!
Así, un movimiento de masas por Palestina se pone de pie en EEUU levantando los reclamos del movimiento negro y los trabajadores que también chocan abiertamente con esa estafa de la “izquierda” del Partido Demócrata encabezada por el multimillonario y sionista Sanders y su socia Ocasio-Cortez.

Camaradas,
Cuando ustedes estén realizando vuestra Asamblea Antiguerra, habrá culminado la jornada de lucha internacional del 3 de agosto.

La situación en Medio Oriente se agrava. Ya ni Irán ni Hezbollah pueden contener a las masas palestinas del Líbano que buscan entrar al combate. La crisis y debilidad momentánea del gobierno norteamericano en medio de la coyuntura electoral de EEUU, provoca que el sionismo tenga que profundizar su guerra total. En este momento está atacando los barrios de Beirut.

En estas condiciones camaradas, les proponemos una tarea que ya es impostergable:
¡Hagamos nuestro el llamamiento de la resistencia palestina y que la respuesta a semejante genocidio no sea tan solo un día de lucha, sino que esta jornada sea un paso para poner en pie un Comité Internacional que coordine y centralice toda la solidaridad con la causa palestina en los cinco continentes!
Es que no solo luchan los estudiantes de EEUU, sino que nuestros compañeros Zengakuren han marchado a la embajada sionista en Tokio condenado la masacre sionista. Camaradas, ¡estamos con ustedes!
¡Ya es hora de una intervención decisiva de la clase obrera impulsando una Huelga General Mundial para frenar el genocidio en Gaza y con la unidad internacionalista del proletariado enfrentar las ofensivas contrarrevolucionarias del imperialismo contra los pueblos oprimidos y sus propias clases obreras!
Una victoria del sionismo en Gaza sería un nuevo punto de apoyo para aventuras superiores del imperialismo en el planeta.

Camaradas,
Ya entrado el siglo XXI, está por demás claro que la época de crisis, guerras y revoluciones se profundiza día a día.
Luego del crac de 2008 y las sucesivas rondas de la crisis que le siguieron, EEUU vuelve al mercado mundial, donde había perdido su hegemoní a indiscutida. Lo hace mostrando las cañoneras, arrojándole su crisis al mundo entero, disputando palmo a palmo sus zonas de influencia y a los tiros.

A partir de 2008, la “gran” Alemania, Francia y el Maastricht imperialista comenzaban a controlar, con altos aranceles y autarquía, el mercado europeo de Portugal a las estepas rusas. Rusia era la que abastecía de gas, energía y minerales a la Europa imperialista y ésta le brindaba alta tecnología al aparato industrial-militar de Moscú.
Los yanquis no pudieron ingresar a Europa con la guerra comercial de Trump, sino que volvieron sobre ella pisándola con la OTAN. Utilizaron la invasión de Putin a una nación oprimida como Ucrania para cortar el flujo de materias primas de Rusia al Maastricht imperialista y dislocaron la división del trabajo y el control del mercado europeo del eje franco-alemán. Esto abrió una enorme crisis en toda Europa y en particular en la “gran” Alemania y su socio, el imperialismo francés. Ahora ambos han volcado gran parte de su capacidad instalada, sus avances en alta tecnología y su capital financiero para el desarrollo de la industria militar.
Por su parte, los yanquis, con la OTAN, ya se han puesto en las fronteras con Rusia, mientras Putin insiste con su partición de Ucrania, en ser él el gendarme de los negocios del imperialismo y los capitalistas en toda Eurasia. Ese es el rol que viene cumpliendo.

Las sucesivas rondas del crac mundial también golpearon a la “gran” China. Allí se hundieron decenas de bancos comerciales, se fundieron las grandes empresas constructoras y está en plena expansión una verdadera “burbuja inmobiliaria” como la de los yanquis en 2008.
Desde Corea del Sur y Taiwán, EEUU muestra sus cañoneras y hace ostentación y hostigamiento militar. Esto obliga a China a volcar más de su excedente, en medio de su crisis, a la inversión en armamento.
Esta es una tendencia inevitable del sistema capitalista en su fase imperialista. Este sistema capitalista decadente que frena el desarrollo de las fuerzas productivas, lo que se desarrolla son fuerzas destructivas. Como diría Lenin, la guerra es el negocio más importante del imperialismo en bancarrota.

El crac mundial y sus sucesivas rondas de crisis han roto el equilibrio de la economía y la política mundial y han dislocado la división del trabajo a nivel internacional. Se ha abierto una enorme crisis política de disputa por las zonas de influencia y de brutal contraofensiva imperialista contra la clase obrera mundial.

Camaradas,
El imperialismo en bancarrota viene a definir históricamente el ’89 a su favor, buscando colonizar con una política agresiva los ex estados obreros, mientras reinicia una enorme disputa en todas las zonas de influencia y por el control de las ramas de producción.

En este “siglo oscuro”, como ustedes lo llaman, las disputas interimperialistas expresan la pelea por quién se quedará política y militarmente con las enormes fuentes de materias primas y el aparato industrial-militar de Rusia y con el enorme mercado interno de China.
Esto no se desarrollará de manera pacífica, sino que estos grandes países capitalistas con poderosas burguesías comerciales e industriales, ligadas íntimamente a la economía-mundo capitalista, deberán ser colonizados o semicolonizados con invasiones, guerras aduaneras y guerras contrarrevolucionarias. Es que sobran potencias imperialistas y las que existen, comenzando por EEUU, están en bancarrota.

Asimismo, las potencias imperialistas buscan que surjan agentes directos de sus negocios en esos países para incidir sobre ellos desde adentro. Ello es lo que explica los fuertes regímenes bonapartistas que existen en Rusia, China, Vietnam y la misma Cuba. Son regímenes ofensivos contra su clase obrera y defensivos frente a la política agresiva del imperialismo en la economía mundial en crisis.

El mercado mundial se ha achicado. El crac se ha devorado millones de puestos de trabajo. La población crece demográficamente. La lucha por el excedente se agudiza. Ya no hay lugar para países capitalistas “independientes” y como lo vemos en las semicolonias, ha llegado a su fin la posibilidad de las burguesías nacionales para regatear sus negocios con el imperialismo. Un verdadero plan de colonización del mundo semicolonial está en marcha.
Si la clase obrera no lo impide, las guerras por nuevos mercados, y en particular por Rusia y China, estarán a la orden del día. Esa es la tendencia inevitable del capitalismo imperialista en putrefacción.
Las tensiones en Taiwán y Corea del Sur, al igual que la guerra de Ucrania, anticipan esto que aquí decimos.

Pero, para ir a ofensivas contrarrevolucionarias superiores, las burguesías imperialistas, y la de EEUU en particular, deben derrotar a su propia clase obrera y a la del mundo colonial y semicolonial que oprimen. Las potencias imperialistas se ponen mil veces más agresivas.
Los márgenes para la conciliación de clases se han terminado. El reformismo, agente del imperialismo, ya no puede hacer pasar las limosnas que conseguía ayer como reformas. Una era de “contrarreformismo” se ha abierto.

La posibilidad de la emergencia de gobiernos como el de Trump en EEUU, Le Pen en Francia o Vox en España, son el indicio de que el establishment de las grandes potencias imperialistas ha decidido sacar el látigo para propinarles durísimos golpes contrarrevolucionarios a su propia clase obrera.
Este plan avanza puesto que los partidos reformistas de stalinistas y social-traidores traicionan al proletariado, poniéndolo a los pies de sus verdugos, a los que ellos llaman “democráticos”, “progresistas” o “antiimperialistas”. Es la vieja y pérfida política de “frente popular” del stalinismo en los años '30, donde la clase obrera es sometida a la burguesía y debe abandonar todas sus demandas y la más importante de ellas que es la lucha por el poder.
Con estos frentes de colaboración de clases y sus cantos de sirena, se desorganizan las ofensivas de masas para que luego el gran capital las aplaste con bonapartismo y fascismo… Uno no funciona sin el otro. Son las dos puntas de la misma soga de la burguesía para estrangular los procesos revolucionarios.
Como vemos, en Francia ha triunfado un pacto infame de la izquierda neo-stalinista (y llamada a sí misma “progresista”) de Mélenchon que, con la excusa de “derrotar a Le Pen”, cínicamente realizó un acuerdo con Macron, cuando es ese gobierno el que le ha arrancado todas las conquistas a la clase obrera, como la semana de trabajo de 35 horas y las jubilaciones, y le impuso la flexibilización laboral.
Esto también sucede en el Estado Español donde han sido el PSOE y Podemos, apoyados por el stalinismo desde la dirección de los sindicatos, los que atacaron duramente las conquistas de los trabajadores, aplastaron la sublevación por la autodeterminación de Catalunya y salvaron por enésima vez a la monarquía.

Lo mismo hizo Syriza en Grecia, apoyado por la burocracia sindical stalinista, abortando una situación prerrevolucionaria años atrás.

Camaradas,
La tarea de la izquierda reformista durante las guerras es colocar a la clase obrera mundial en la trinchera de su enemigo de clase.

Ayer lo vimos en Siria, donde estas direcciones hicieron un frente con el imperialismo para “derrotar al terrorismo”. Así apoyaron al perro Bashar y al asesino Putin en su masacre a las masas revolucionarias sirias.

En Palestina, le dieron las condolencias al sionismo cuando la resistencia se defendió tomando como rehenes a colonos fascistas armados hasta los dientes que les usurpan sus tierras.
Ahora han colocado la enorme solidaridad internacional con Gaza martirizada a los pies de la teocracia iraní y de los traidores de la OLP y Al Fatah en Cisjordania.

En Ucrania, la mayoría de estas corrientes hacen pasar a Putin como un “luchador antiimperialista” que, según ellos, vendría a “ponerle un límite a la OTAN”, justificando de esta manera la invasión de la “gran” Rusia a la Ucrania oprimida.
Estos oportunistas del marxismo niegan que Ucrania es una nación oprimida, con siglos de opresión de los Zares y luego del stalinismo que, tal como aquellos, transformaron a la gran Rusia en una “cárcel de naciones”.

Para Lenin, hay una posición principista ante las guerras: se es defensista militarmente cuando es atacado por un país colonial o semicolonial por una potencia que lo invade y se es antidefensista cuando el proletariado va al frente de batalla a morir por su propia burguesía imperialista. O bien, se está por la paz cuando dos países oprimidos van a una guerra fratricida. El programa no es otro que unir la lucha contra el imperialismo.

No tener una política defensista frente a la invasión de Rusia a Ucrania es criminal. Es que más y más Putin invade a Ucrania y más y más empuja a un pueblo desesperado y a una nación ya partida, a los brazos de la Unión Europea, del FMI, que a su vez la saquea, y de las transnacionales imperialistas que le roban sus riquezas.

Mientras la mayoría de la izquierda reformista mundial está en la trinchera de Putin en su invasión a Ucrania, otros sectores no menos capituladores del reformismo, afirman que con el gobierno pro-imperialista de Zelensky, la OTAN y el Maastricht imperialista se puede ganar la guerra de liberación nacional. Ello es un verdadero espejismo.
Los canallas de la OTAN y la Unión Europea para nada están por la victoria de la nación oprimida. En medio de la guerra, ellos ya se han llevado, con Cargill y Monsanto, el trigo y los cereales de las tierras negras de Ucrania y hacen fabulosos negocios como la ArcelorMittal francesa, mientras el FMI ha endeudado con dobles y triples cadenas a Ucrania.

Camaradas,
La lucha por la liberación nacional de un pueblo oprimido lo que necesita en primer lugar es la unidad de su clase obrera. Conocemos el pronunciamiento valiente de sindicatos, organizaciones obreras y corrientes marxistas que combaten en Ucrania.
Es necesario insistir mil y una vez que hace falta un programa y una política de la clase obrera independiente de Zelensky y ese gobierno pro-yanqui que en plena guerra le arrancó todos los derechos económicos, sindicales, de reunión y organización a la clase obrera ucraniana.
Todo esto mientras la ayuda imperialista no pasó de algunos tanques de la Segunda Guerra Mundial y misiles que solo garantizan llegar a las fronteras ya establecidas del Donbass y Crimea por los bandidos de Moscú.
De la mano de la OTAN, el FMI y los yanquis, Ucrania no será independiente ni vencerá la invasión.
La unidad de la clase obrera de Kiev al Donbass se vuelve decisiva. En los territorios controlados por Moscú, los obreros de las grandes minas de Donetsk, Lugansk, Mariupol, etc. han sido despedidos de a miles y llevados a condiciones de vida infrahumanas por los oligarcas rusos y sus centuriones en esa región ocupada.
Lo mismo sucede con los obreros de Kiev.
La tarea de unir las demandas de una sola clase obrera del Donbass y Crimea a Kiev, retomando la lucha por la derrota de Moscú, la ruptura con el FMI y el desconocimiento de una deuda externa fraudulenta, llevaría rápidamente a la confraternización de los obreros de Ucrania y a abrirle trincheras en la retaguardia a las tropas invasoras.
Esto sería un verdadero shock eléctrico para los obreros y la juventud de Rusia que por miles desertan porque se niegan a ir a combatir a Ucrania y, sobre todo, sería un duro golpe a las burocracias sindicales, partidos social-imperialistas y al stalinismo que controlan a la clase obrera europea, para demostrar que son estas direcciones las que realmente son sirvientes de la OTAN puesto que defienden a los gobiernos imperialistas de Maastricht, que son todos miembros de la OTAN.

Solamente la unidad de la clase obrera ucraniana, con ella y sus organizaciones tomando el control político, económico y militar de la guerra para expulsar a los invasores y romper con el FMI y la Europa de Maastricht, es el camino para conquistar la liberación nacional de Ucrania, unir al proletariado ucraniano con la clase obrera de toda Europa y para poder hacer realidad lo que proclama el título de la declaración reproducida por la Red Europea de Solidaridad con Ucrania: “¡por una paz de los pueblos, no una paz imperialista!”.
Junto a ustedes hacemos nuestro cuando esta declaración plantea: “necesitamos una paz basada y apoyada por los intereses del pueblo y de los trabajadores de Ucrania y de Rusia”.

Camaradas,

Pero las masas no se han rendido…
La clase obrera pelea. Las direcciones la traicionan.

Como vimos, la heroica resistencia palestina está poniendo de pie nuevamente a las masas norteamericanas.
Asimismo, hemos presenciado enormes levantamientos espontáneos y revueltas de masas contra el hambre, como sucediera en Sri Lanka e Irak, y hoy en Kenia y Bangladesh, por nombrar algunos pocos ejemplos.

En América Latina se desarrollaron a partir del año 2019-2020 enormes procesos de levantamiento de la clase obrera y los campesinos pobres. El Chile de la Dignidad, la huelga general revolucionaria en Colombia, los combates de las masas ecuatorianas, las enormes movilizaciones obreras y campesinas contra el golpe militar en Bolivia o el golpe palaciego en Perú, demuestran lo que aquí decimos.
Estos procesos revolucionarios fueron desviados y traicionados por el stalinismo, los renegados del marxismo, las burocracias sindicales y el así llamado Foro Social Mundial que ayer con la estafa de la “Revolución Bolivariana” le propinara graves derrotas a las luchas antiimperialistas de las masas latinoamericanas de principios de siglo XXI.
La nueva ofensiva revolucionaria de obreros y campesinos en Latinoamérica se encontró con una dura puñalada por la espalda impuesta por la lacra stalinista: la entrega de la Cuba obrera y campesina al imperialismo y la restauración capitalista.
El grito de guerra del castrismo de “el socialismo ya no va más ni siquiera en Cuba”, fue la traición más grande a la clase obrera de todo el continente americano, mientras surgía al interior de la isla una nueva clase capitalista y la mayoría de los trabajadores viven en condiciones de hambre y miseria como en Haití.

Así surgieron ahora los Petro en Colombia, los Boric en Chile, la vuelta al poder del MAS en Bolivia, el regreso de Lula en Brasil, etc., es decir, una verdadera izquierda pro-yanqui que logró estabilizar el control imperialista de la región.
Ellos tomaron la posta de la trampa, el engaño y de la expropiación de la lucha antiimperialista que impusieron los Castro, los Chávez, los Kirchner, los Morales, etc.

En la primera década del siglo XXI con el Foro Social Mundial y ahora con la así llamada “Internacional Progresista”, que también incluye a la izquierda norteamericana sosteniendo a Sanders y a Biden “contra Trump”, el imperialismo logró contener las distintas oleadas de lucha de masas que conmovieron al continente americano.
Uno de sus puntos más álgidos fue el combate de la clase obrera norteamericana y el levantamiento del pueblo negro contra Trump en 2020, que hoy todos los traidores al socialismo quieren que olvidemos.

Son las masas las que pagan semejantes traiciones con la desorganización de sus filas, desánimo, padecimientos inauditos, enormes crisis sociales, etc.
Es sobre esta base que surgen los Milei, los autogolpes palaciegos como el de Dina Boluarte en Perú o la última intentona golpista en Bolivia.

Como si esto fuera poco, la clase obrera latinoamericana debe sufrir en su contra el escarnio del saldo que queda de la estafa de la así llamada “Revolución Bolivariana” en Venezuela.
Maduro hace años que posa de “antiimperialista” en América Latina, pero no le tocó un solo interés ni propiedad a las transnacionales y los banqueros, mientras el imperialismo le expropiaba todos los fondos de Venezuela en el exterior e inclusive las más de 15 mil estaciones de servicios de sus petroleras en el sur de EEUU.
La “boliburguesía”, surgida de la casta de oficiales del ejército venezolano, es el sector que más se enriqueció de las clases dominantes, como socia de la burguesía comercial. El chavismo llevó a las masas a una situación de desesperación en nombre del “socialismo del siglo XXI”, que resultó ser obreros comiendo de los basurales en las calles.

Las masas pelearon… Las direcciones las traicionaron… La verdadera crisis que existe es la de dirección revolucionaria: la falta de partidos revolucionarios de vanguardia que combatan por la revolución socialista y la unificación internacionalista de los trabajadores del continente americano y a nivel internacional.
Los partidos que se reivindicaban del socialismo revolucionario y la IV Internacional hoy marchan del brazo con el stalinismo, como lo hacen con la supuesta “izquierda” stalinista cubana, y han quedado colgados a los Parlamentos burgueses, a las reaccionarias burguesías nativas y a los frentes de colaboración de clases…

El último capítulo de esta historia de la lucha de clases en el siglo XXI aún no ha sido escrito. El proletariado no ha sido sacado de escena, pese a las duras derrotas parciales que le impusieron las direcciones que lo traicionaron y le crearon a nivel internacional las peores condiciones para luchar.

Camaradas,
Saludamos vuestra Asamblea Antiguerra. Sabemos de vuestro duro combate desde Japón por derrotar la invasión rusa a Ucrania, el genocidio en Palestina y a vuestro gobierno aliado directo del imperialismo angloyanqui. También sabemos de vuestra enorme lucha contra el stalinismo y demás direcciones traidoras. Sepan que en esa pelea cuentan con nosotros. Estamos en la misma trinchera y en la misma barricada.

Camaradas de la JRCL-RMF,
Las corrientes revolucionarias nos encontramos frente a grandes desafíos. La pelea no puede ser país a país. Es que mientras ustedes enfrentan abiertamente al gobierno de Fumio Kishida en Japón, los valerosos trotskistas de Argentina, por dar tan solo un ejemplo, buscan reagrupar las filas de la clase obrera para saldar cuentas con esa bestia protofascista de Milei que ha emergido de las entrañas de este sistema capitalista putrefacto.

El combate por reagrupar las fuerzas internacionalistas del proletariado mundial es la tarea del momento.
¡Hay que poner en pie un Comité Internacional para organizar la Huelga General Mundial para frenar la masacre al pueblo palestino! ¡Por la destrucción del estado sionista de Israel! ¡Palestina libre del río al mar con capital en Jerusalén! ¡Por los Estados Unidos Socialistas del Magreb y Medio Oriente!

¡Reagrupemos nuestras fuerzas para contribuir a que sea la clase obrera ucraniana del Donbass a Kiev la que tome la dirección política y militar del combate por expulsar a las tropas invasoras de Putin y unirse con la clase obrera rusa y europea para enfrentar a la OTAN y al Maastricht imperialista! ¡Por una Ucrania obrera, soviética e independiente! ¡Por los Estados Unidos Socialistas de Europa!
De Alaska a Tierra del Fuego, el combate en el continente americano, está lejos de ser derrotado. La juventud y los trabajadores de EEUU hoy están en la avanzada del enfrentamiento contra la tiranía de Wall Street.
Del África negra al proletariado chino martirizado, ¡la clase obrera es una sola!

La alternativa es clara: socialismo o guerra.
¡Paso al internacionalismo militante!
¡Viva la revolución socialista internacional!

Por el Colectivo por la Refundación de la IV Internacional / FLTI:

Giovanni Alberotanza (Avanzada Proletaria), Abu Muad (La Verdad de los Oprimidos de Medio Oriente), Milenka López (LSTI de Bolivia), Raúl P. (LSTI de Perú), Cheo Navarro (Utopía la Palabra), Claudia P. y Alejandro Flores (LOI-CI), James Sakala (WIL)

Carlos Munzer, director del Consejo Editorial del periódico “El Organizador Obrero Internacional”

 


Asamblea Antiguerra

 


Marcha a la embajada norteamericana

 


¡Paremos la guerra de Putin!
¡Condenamos el genocidio en Gaza!

 


Mitín en solidaridad con Palestina

 


Biden y Netanyahu

 


Biden y Sanders

 


Genocidio en Gaza

 


Rescate de asesinados bajo los escombros

 


Gaza devastada

 


Masas refugiadas palestinas

 


Centenares de miles de madres palestinas vieron al sionismo asesinar a sus hijos

 


Masas palestinas de Gaza desplazadas viven entre carpas y basura

 


Bombardeo sionista sobre Yemen

 


Tanques rusos invadiendo Ucrania

 


Ucrania devastada

 


Ucrania devastada por Putin

 


Ucrania tras la invasión rusa

 


Marcha en EEUU contra el genocidio en Gaza

 


Sublevación en Kenia

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