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27 de octubre de 2022

Correspondencia Internacional

Carta a los marxistas de Japón

 

Camaradas de la JRCL-RMF
Querida Kihara

Recibimos su nota respondiendo al envío que le hicimos de las traducciones que tenemos hasta ahora del libro de Ucrania. Así también hemos constatado que han recibido los dos libros que le hemos enviado: “Ucrania en Guerra” y el “Stalinismo: una fuerza social y política contrarrevolucionaria”.

En su nota, nos informan que nos envían el escrito de Ucrania del Org Buró de la JRCL con fecha 2 de mayo. Esta declaración sobre Ucrania del mes de mayo que nos envíanya ha sido entregada a todos los militantes ygrupos de la FLTI de todos los países.
En este momento se está subiendo a la carátula de la página web, tanto en su versión en castellano que hemos traducido, como en su versión en inglés.
Vuestra lucha intransigente contra la monstruosa guerra de agresión realizada por Putin y la denuncia a los izquierdistas que se olvidan del internacionalismo proletario es compartida por todos nuestros militantes.

Como no podía ser de otra manera, los marxistas revolucionarios internacionalistas nos encontramos en la misma trinchera de combate contra las fuerzas contrarrevolucionarias de Putin, junto a la clase obrera ucraniana, que pone los muertos y los peores sacrificios para enfrentar la invasión, mientras los oligarcas ucranianos y Zelensky, a cada paso, los atacan por la espalda tomando medidas antiobreras de despidos y ataque a sus conquistas.
El proletariado ucraniano ha recibido la más grande ayuda a su combate, que es la sublevación de jóvenes y trabajadores rusos que se niegan a matar a sus hermanos de Ucrania. Los explotados de Rusia ven que esta no es su guerra, sino la de Putin y sus lugartenientes contrarrevolucionarios.

Estamos combatiendo, junto a la clase obrera, contra todos los traidores estalinistas y renegados del marxismo que dicen combatir a la OTAN, pero desde las centrales sindicales, como las CCOO del Estado Español, la CGT francesa o belga, la CGIL italiana, la GSEE griega, apoyan abiertamente a los gobiernos imperialistas que constituyen las fuerzas militares de la OTAN bajo el mando yanqui. Ellos apoyan y traicionan todas las luchas que ha iniciado la clase obrera europea contra el brutal ataque a sus conquistas y contra la carestía de la vida.
Ni la Europa imperialista de Maastricht ni mucho menos los yanquis se preparan para liberar a Ucrania como nación oprimida. Ellos, ya de hace décadas, vienen succionando sus riquezas y saqueándola. Luego de que Putin desangre a Ucrania, los yanquis se preparan para quedarse con la mayor parte del botín de esa nación.El imperialismo anglo-yanqui ha sometido, por ahora, al eje franco-alemán, para ir juntos a nuevos negocios hacia el este europeo. Ello ha profundizado una brutal crisis económica en el viejo continente y también una crisis política en el Maastricht imperialista.

Como ustedes correctamente plantean, mientras los yanquis en Ucrania mantienen una guerra de desgaste de Rusia, entregando a Ucrania para que sea masacrada y partida, con su otro ojo miran a China. Fortalecen militarmente a Taiwán, con su ofensiva política, económica y militar, buscan dividir a la burguesía china. Y, así mismo, buscan encontrar agentes directos de sus negocios en ese país dividiendo y abriendo fisuras en el partido de los “empresarios rojos” de Pekín.
El imperialismo yanqui, apoyado en Taiwán política y militarmente, busca aprovechar la crisis abierta en el PC chino donde se expresan todas las contradicciones del crac económico que se ha abierto a nivel internacional y en ese país entre las pandillas burguesas. Algunas de ellas cayeron ahora en desgracia, como banqueros, inmobiliarias, a las que se le quiere tirar la responsabilidad del desastre y bancarrota de ese sector impactado por el estallido de la burbuja inmobiliaria que, inclusive, hace empalidecer a la de Wall Street del 2008.
El crac chino es parte de esta ronda de crisis mundial y afecta, en gran medida, a sus importantes ramas de producción. El cerco tecnológico de Estados Unidos, ya está llevando a Hewlett Pakard a salir de China y a buscar nuevas maquilas en Asia. Las empresas coreanas, testaferros de la City de Londres y de Estados Unidos, de productos de alta tecnología han iniciado un proceso de desinversión. Los yanquis han prohibido allí la producción de microchip de quinta generación para que estos no sean copiados por el aparato industrial chino. La crisis de los coches eléctricos que no encuentran la energía ni el microchip para desarrollarse ampliamente en el mercado mundial, tienden a debilitar el mercado interno chino. El encarecimiento de los minerales y de los hidrocarburos agudiza la recesión y la salida del capital del proceso productivo. El crac ha llegado allí y el imperialismo, cercando a china solo busca profundizarlo.
Las pandillas burguesas de la “gran China”, sobre todo los jerarcas del PC chino que controlan las empresas de servicios del Estado necesitan, todas ellas, un árbitro fuerte que, con mano dura, las centralice ante todo peligro de disgregación que pueda ser aprovechada por las potencias imperialistas para penetrar aún más política y económicamente en su territorio. Pero, sobre todo, necesitan un árbitro fuerte, para unificar las filas de las clases dominantes para prepararse para un embate de la clase obrera y las masas explotadas. Así, el régimen del Partido stalinista contrarrevolucionario de Pekín ha multiplicado mil veces el bonapartismo en el régimen de dominio.
Xi Jinping, con su tercer mandato y la posibilidad de ser reelegido nuevamente, se ha coronado emperador.
Con la excusa del Covid mantiene mano dura contra las masas y al ejército en las calles. Teme, como toda la gran burguesía china, a una rebelión de las masas explotadas y mil veces martirizadas en la China capitalista. Ahí está el stalinismo chino dándole ahora en el siglo XXI un nuevo emperador a China.
Esta crisis se hizo evidente en el reciente congreso del PC chino, donde Xi Jinping y su camarilla de bandidos han expulsado al ex presidente Hu Jintao del mismo, hoy caído en desgracia.

Camaradas, queríamos informarles asimismo que de nuestro libro “Ucrania en guerra”, ya está traducido el prólogo (el cual ya lo tienen) y la presentación de cada uno de los 9 capítulos. Esto ya se encuentra en nuestra página web www.flti-ci.org/index_eng.html De todas maneras también se los adjuntamos por este medio. Queremos informarles también que ha culminado la traducción de una parte del capítulo 9, que versa sobre las conclusiones de la obra en cuestión, que también adjuntamos. Esto les permitiría tener en vuestras manos una parte importante del trabajo realizado con un enorme esfuerzo de nuestros militantes.
Sobre Ucrania, también les hacemos llegar el trabajo “El Marxismo y la Guerra” traducido al inglés. Fue escrito al inicio de la invasión de Putin. Sorprende y llama la atención la coincidencia que tiene el desarrollo de este trabajo con la declaración de ustedes que acabamos de recibir. Ambas fueron escritas a uno y otro lado del mundo. La nuestra fue escrita en abril de 2022 y la de ustedes en el mes de mayo.

Camaradas, estamos convencidos que la bancarrota imperialista abre el camino a grandes y nuevas conflagraciones militares, guerras económicas, brutales ataques al movimiento obrero y de masas, pero también, bajo condiciones de padecimientos inauditos, a enormes combates de las masas explotadas. Lo hemos visto en América Latina, o en Sri Lanka con los oprimidos llegando a la casa de gobierno, como lo hicieron también en una insurrección semi-espontánea en Irak.
La revolución iraní ha puesto a la orden del día, nuevamente, sobre los hombros de los marxistas revolucionarios, una enorme responsabilidad ante la clase obrera de Medio Oriente. Allí se ha abierto una enorme situación revolucionaria. Se pelea calle a calle en Teherán, en cada universidad de Irán. Las etnias y nacionalidades oprimidas entran al combate. El proletariado, con su método de la huelga, juega un rol central en esta sublevación.
En Europa, la clase obrera francesa ya ha ganado las calles. Duras huelgas se desarrollan en Inglaterra, Grecia, Italia, algunas abiertamente contra la guerra. La carestía de la vida, la inflación, empuja a más y más sectores de la clase obrera al combate, inclusive en Alemania misma.
El fin de semana pasado hubo una enorme movilización de jubilados en defensa de su nivel de vida y contra el aumento de las tarifas de electricidad, apoyado por amplios sectores del sindicalismo combativo del Estado Español. Lo significativo de este acontecimiento es que se está poniendo en pie, alrededor de los obreros combativos del metal de Cádiz y de Andalucía, un aguerrido sindicalismo combativo, que viene de protagonizar duras luchas y que enfrenta abiertamente a los estalinistas de CCOO y a los no menos traidores de la burocracia sindical socialdemócrata de la UGT.
El sindicalismo combativo del Estado Español dio un ejemplo de solidaridad internacional de clase y se prepara para marchar a la embajada de Francia este 28 de octubre en apoyo a las luchas de la clase obrera de ese país. Esto es internacionalismo militante en los hechos y no de palabra. Un enorme paso adelante.

Ya antes de la invasión a Ucrania habíamos visto también los enormes levantamientos de Bielorrusia, Kazajistán, los violentos choques en el Cáucaso, que anunciaban el ingreso nuevamente al combate internacional del proletariado de los ex estados obreros, hoy devenidos en verdaderas semi-colonias luego de la restauración capitalista del ’89 y el dislocamiento de la URSS.
Justamente Putin invade Ucrania sintiéndose imprescindible para contener esa lucha revolucionaria en Eurasia. Pero lo hizo en momentos en que el imperialismo yanqui ya se prepara a ir también sobre Moscú.

Camaradas, las masas aún tienen enormes energías de combate y sus fuerzas no se han agotado, aunque sus luchas no han podido desarrollarse hasta el final ni triunfar por las direcciones traidoras que estas tienen a su frente. El vergonzoso apoyo que vemos estos días de los traidores estalinistas y los renegados del trotskismo al frente electoral de Lula (el agente de la iglesia) y Alckmin (representante de la altísima burguesía de San Pablo) es una muestra más de cómo la clase obrera de Brasil, que venía en una fase de ofensiva de grandes luchas, fue desviada y es traicionada, como ayer lo fue en Chile, Colombia, Perú, Ecuador, EEUU.
Todos los partidos estalinistas y de renegados del trotskismo del continente americano apoyaron abiertamente a los verdugos “democráticos” del proletariado. El estalinismo, que ha sobrevivido a la restauración capitalista, sostenido por los estados burgueses, ha jugado un rol central en América Latina. Hoy está terminando de entregar la enorme conquista que significó la revolución cubana al imperialismo y los capitalistas, que ya controlan allí los negocios fundamentales: los financieros, la hotelería, el níquel, los hidrocarburos, el comercio.
Como no podía ser de otra manera, el hambre, la miseria inaudita, el derrumbe de las viviendas, se expande por toda la isla. Es el regreso del capitalismo de manos de nuevos gusanos, encarnados en las fuerzas contrarrevolucionarias del estalinismo, que están transformando a Cuba nuevamente en la isla de Batista. Decenas de miles de explotados se han sublevado el 11 de julio de 2021. Sucesivas explosiones sociales se han desarrollado estos días ante el corte de electricidad y el hambre que se profundiza. Miles y miles de presos políticos se amontonan en las cárceles del PC Cubano y su jefe Diaz-Canel. Mientras tanto, como en Venezuela, Colombia, México, Centroamérica, etc. millones de cubanos huyen de la isla, inclusive alentados por el castrismo. En esa nueva isla capitalista, gobernada por el PC de los hermanos Castro, sobra fuerza de trabajo para producir riquezas. Y también sobran traidores, millonarios y nuevos ricos que la saquearon.

Mientras la guerra, golpes bonapartistas y el fascismo amenazan con nuevos baños de sangre al proletariado mundial, vuelve a jugar un rol central en la política mundial los “frentes populares”, es decir, de colaboración de clases, con los que, con “cantos de sirena” y engaños, se desvían las luchas revolucionarias de las masas, se desorganizan sus ofensivas, para que luego venga el fascismo y el bonapartismo que las aplaste.
Lo más cínico y pérfido de esta política fue el apoyo abierto y descarado de las fuerzas contrarrevolucionarias del stalinismo que, aliados a fracciones de ex trotskistas, sostuvieron el “frente antiterrorista” de Macron, los yanquis, Putin, Erdogan que, sostenido en el genocidio de Al Assad, aplastó y masacró la heroica revolución siria.

Hablamos, entonces, de frentes de colaboración de clases entre las organizaciones obreras y los agentes burgueses directos del imperialismo. Frentes como los que en los ’30 impulsara el estalinismo, que llevaran, con su política de colaboración de clases, al estrangulamiento a la revolución española, francesa, etc.
En el año 1936 Stalin firma un pacto de oprobio y traición con Laval, el ministro de relaciones exteriores del frente popular del gobierno de Blum en Francia. Un pacto contrarrevolucionario de carácter internacional.
El pacto Stalin-Laval del siglo XXI es llevado adelante por las fuerzas contrarrevolucionarias del estalinismo y ahora también por todos los renegados del trotskismo, que los legitiman por izquierda para que estos, ya ensuciados por la entrega de la URSS, China, Cuba, Vietnam, etc. al imperialismo, se laven la ropa sucia ante las masas.
Ese es el cínico rol de estas corrientes que, usurparon las banderas de la IV Internacional, para terminar de disolverla y entregarla al stalinismo.
Así, hemos visto a la LIT en América Latina, al PSTU, a corrientes de los así llamados anti-capitalistas llamar en las últimas elecciones a votar y apoyar políticamente a los Boric, los Petro, los Lula, los Castillo, los Sanders… e inclusive a los Biden, al que consideraban un “mal menor” contra Trump. Todas estas traiciones hoy las padecen las masas. Como lo hizo y lo hace históricamente el stalinismo, los ex trotskistas, hoy buscan al burgués progresista. Con la excusa del “mal menor” atan la suerte de la clase obrera a los cantos de sirena de la burguesía que sólo busca echar agua al fuego de los levantamientos revolucionarios, desviarlos, para que luego, el fascismo y el bonapartismo se haga cargo de las masas ya desorganizadas y en retroceso y vuelva a restablecer y reordenar sus regímenes de dominio.
Las corrientes reformistas y las fuerzas sociales contrarrevolucionarias de la aristocracia y de las burocracias obreras son reclutadas y centralizadas más que nunca por el imperialismo y la burguesía para que estas, en el medio del marasmo del crac mundial, la salven de la revolución.

Ya es hora de reagrupar las fuerzas internacionalistas de la clase obrera mundial para derrotar la pérfida política de las direcciones traidoras, que son las que están, en última instancia, salvando al capitalismo de uno de los momentos de crisis más aguda de su existencia. Crisis que amenaza con llevar a la civilización entera a la barbarie.

De nuestra parte, creemos que el internacionalismo proletario, como sucediera en el siglo XX, debe concretarse en organizaciones internacionales de combate, como fueran Kienthal y Zimmerwald, la fracción internacional de los bolcheviques-leninistas, y luego, en los ’30, la fundación revolucionaria de la IV Internacional.
La crisis mortal del capitalismo, la guerra, la contrarrevolución y los grandes combates de la clase obrera necesitan de una coordinación y centralización de los marxistas revolucionarios. La hora de un Kienthal y Zimmerwald ha llegado.

Desde ya, entonces, partiendo de esta batalla internacionalista de la FLTI, es que vemos como un viento de aire fresco para la clase obrera mundial, vuestra declaración sobre la cuestión ucraniana, como así también la consideramos una herramienta filosa de combate contra el estalinismo y todas las fuerzas agrupadas bajo las banderas del reformismo.
La clase obrera que combate en Ucrania defendiendo sus casas, sus familias y su tierra, los jóvenes que se sublevan contra las guerras de Putin, la clase obrera europea que despierta en duras luchas contra la crisis y estallido de Maastricht, las heroicas masas de Medio Oriente, las mil veces traicionadas masas de América Latina, necesitan ya, sin demoras, un estado mayor internacional que coordine y centralice su batalla.
Los obreros combativos del Estado Español estarán marchando en estos días a la embajada francesa para cercarla y hacer llegar su solidaridad efectiva y concreta a los trabajadores franceses. Allí está el camino para que las masas recuperen el internacionalismo militante, la única vía para que la clase obrera logre nuevas victorias.

Háganle llegar un abrazo fraterno a todos los camaradas internacionalistas de Japón. Esperamos ansiosamente vuestro punto de vista sobre la nueva crisis del Partido Comunista Chino, que junto a la crisis de ese país y el martirio que sufre su clase obrera, amerita el vuelco de toda la atención, el seguimiento y el combate de todos los marxistas internacionalistas del mundo.

La clase obrera ucraniana debe tomar, sin demoras, la dirección proletaria de la guerra, para sublevar a los obreros y juventud de Rusia y entrar en combate decisivo junto a la clase obrera europea.

¡Viva el internacionalismo proletario!
¡Luchemos juntos!
¡Por un nuevo Kienthal y Zimmerwald de los socialistas revolucionarios internacionalistas!

Un fuerte abrazo
Carlos Munzer

 

 


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