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¿Enfrentamientos entre “etnias”, “sectas”, “religiones”? ¡No! ¡Es la lucha de clases!
El nefasto rol del Estado Islámico agente de la burguesía saudí:
otra marioneta de Obama para estrangular la revolución siria e iraquí

Entonces, contra los esfuerzos de la izquierda del Foro Social Mundial por falsificar la realidad, en Irak lo que estalló fue un levantamiento de masas, que busca resolver el problema del pan. Éstas saben que para ello tienen que derrotar a los gobiernos y regímenes agentes del imperialismo que las oprimen y garantizan el saqueo de la región. Para nada estamos ante la situación que afirman las corrientes del Foro Social Mundial, de que se trataría de una “ofensiva” o “avance militar” de la burguesía sunnita, que siempre pactó sus negocios, garantizó el saqueo de la región, y no sólo no resolvió el problema del pan para las masas sino que las hundió más en la miseria.
Esta burguesía sunnita siempre utilizó la lucha de las masas y sus justas aspiraciones antiimperialistas para manipularlas y negociar qué tajada se queda de la renta petrolera, a condición de ahogar los levantamientos de los explotados y garantizar la propiedad privada y el saqueo de la nación por parte del imperialismo.
Esto mismo vemos hoy con el Estado Islámico de Irak y el Sham (conocido como “Estado Islámico”), que es una organización de la burguesía sunnita, compuesta inclusive con cuadros militares de la vieja “Guardia Republicana” del genocida Saddam Hussein, un verdadero partido-ejército enviado por Arabia Saudita. Ellos fueron a Fallujah y a todas las ciudades que se tomaron las masas para montarse por encima, impedir que se expropie a los capitalistas, sobre todo las petroleras imperialistas, controlar los procesos, que no se desarrollen, que no lleguen a Bagdad, que no se unan con los explotados del sur de Irak e impedir que se desarrollen los organismos de autodeterminación de las masas en lucha y así terminar entregando los combates desde adentro.
Hoy vemos que han impedido, por el momento, que la insurrección de masas se una con los explotados del sur del país y entre en la capital, Bagdad. Vemos al Estado Islámico controlando las ciudades liberadas imponiendo un régimen dictatorial, con ejecuciones públicas y persecuciones a obreros armados por parte de sus guardias de elite (como quintacolumna que son), imponiendo su ley y cobranza de impuestos a su antojo con la fuerza de sus armas y su aparato militar contra las masas, para garantizar en primer lugar, que la propiedad de los capitalistas y las petroleras imperialistas no se toca.
No es de extrañar este comportamiento, ya que esta burguesía se caracteriza por ser la garante del saqueo imperialista en la región, y cuidar los pozos de petróleo, como lo es y siempre fue Arabia Saudita, y como durante décadas le garantizara en Irak la cobarde burguesía nativa de Hussein, “valiente” para masacrar a decenas de miles de explotados tirándoles Gas Mostaza como fuera en Basora, y cobarde para enfrentar la invasión yanqui, ante la que se rindió, dejando solas a las masas trabajadoras resistiendo al imperialismo.
Está claro entonces que la Halliburton y las petroleras lo han enviado, no solo para contener la revolución y controlarla, sino para garantizar la propiedad de las trasnacionales. Después de todo, sus dirigentes vienen de la pandilla que fundaron Al-Qaeda, como lo fuera Bin Laden, que era agente de la CIA y que contó con todo el financiamiento, armamento y entrenamiento de EEUU. Abu Baker el Baghdadi, que hoy se autodenominó “califa” de las zonas que las masas liberaron de la presencia del ejército iraquí, estuvo 4 años preso en EEUU y fue dejado salir libre, mientras combatientes antiimperialistas aún siguen en Guantánamo, donde llevan más de 10 años presos y torturados. 
El Estado Islámico fue enviado para, en donde las masas se levantaron y expulsaron a sus agentes de los gobiernos, regímenes, ejércitos y guardias privadas armadas que cuidaban los pozos petroleros, refinerías, destilerías, etc., ir a ocuparlos con su armamento y sus hombres para cuidarle la propiedad privada al imperialismo, y garantizar esa ruta del petróleo. Así lo vimos en Fallujah, Mosul, Baiji, entre otras ciudades del norte iraquí, como así también en las zonas petroleras y gasíferas de Siria como en la provincia de Der ez-Zor. A partir de allí, como toda burguesía, negocia su tajada del saqueo de la nación.
El Estado Islámico en Siria se ha enfrentado con choques militares a Jabhat al-Nusra, una organización burguesa sunnita nacional que, también como el Estado Islámico, se muestra como “musulmana radical”. Pero, en Irak, a su interior, cuenta con el alto mando de la ex Guardia Republicana de Saddam Hussein, que se mostraba como “pan-árabe”. Dirigentes del Estado Islámico declararon que esto se debía a que Jabhat al-Nusra “no negociaba bien”, mientras que sí lo hacían los ex generales de Saddam Hussein. Esto demuestra que se trata de intereses de clases de pandillas burguesas, y no de “ideologías”, ni de “religión”, y que éstas sólo están para manipular a las masas.

Todas las corrientes de la izquierda mundial, como un verdadero eco de los analistas burgueses, dicen que estamos ante una guerra civil entre El Estado Islámico de Irak y el Sham y el gobierno y ejército de Irak, y que el triunfo de la primera estaría dado por su “valentía” o su armamento. Algo completamente insostenible. Ellos dicen que lo que hay es una guerra “interétnica”, o “entre tribus”, o bien “interreligiosa e inter-sectaria”.
El Estado Islámico de Irak y el Sham tiene entre 10.000 y 15.000 miembros distribuidos entre Siria e Irak. Si bien está armado a trastiendas por Arabia Saudita, y por una fracción burguesa asociada que proviene de países del Cáucaso (como Azerbaijan o Chechenia), Kazakhstan, Turkmenistán o Uzbekistán, su armamento nunca mejoró ni puede mejorar el de un agente directo del imperialismo yanqui como su propio régimen colonial, impuesto tras una guerra, ocupación y masacre a los explotados de Irak.
La izquierda del Foro Social Mundial tiene que explicar cómo es que un ejército de no más de 15.000 hombres puede disolver uno de los ejércitos mejor equipados y entrenados del mundo, que tiene en sus filas alrededor de 140.000 soldados que cuenta con todo el apoyo, armamento, finanzas, entrenamiento y comando del imperialismo dominante (el estadounidense). No podrá, porque no ve –o bien silencia conscientemente- que los que están peleando son los explotados y, como vimos, sus hermanos de clase bajo armas en el ejército iraquí, los soldados rasos, se niegan a reprimir a sus hermanos. Por eso se pasan del lado de las masas, o les entregan sus armas y se van del ejército.

 

Los partidos socialimperialistas, haciéndose eco de los políticos del imperialismo, acusan a los levantamientos de las masas de “terroristas”

La izquierda del Foro Social Mundial niega a la clase obrera iraquí, tratándola como distintas “tribus”. Pero en Irak la producción es esencialmente petróleo. Es uno de los principales productores de hidrocarburos del mundo. ¿Quién trabaja en los pozos de petróleo, refinerías, etc.? En Irak se encuentra una de las mayores concentraciones de obreros petroleros del planeta aunque la izquierda lo quiera negar.
El FSM dice que son “tribus”, como si estuviéramos en la época primitiva, donde habían tribus de cazadores-recolectores. Para ellos, en Medio Oriente hay “pueblos bárbaros”, “atrasados”, que cuando son superexplotados por las transnacionales imperialistas no serían obreros ni explotados. Y cuando hacen los peores trabajos en los países imperialistas, los obreros inmigrantes no serían parte de la clase obrera, y al rebelarse serían “vándalos”. Ahora, cuando se levantan contra el imperialismo, sus petroleras y sus regímenes coloniales y enfrentan militarmente a sus ejércitos gurkas asesinos, el FSM dice que son “terroristas”.
Por el contrario, para el FSM, cuando la burguesía se organiza en sectas, como los masones que hoy están en el gobierno de la V República Imperialista Francesa, no son “tribus” ni “sectas”. Cuando el imperialismo francés invade Mali, ellos no los acusaron de “terroristas”. Cuando se impone un régimen de protectorado norteamericano en Irak dejando un millón de muertos, y ahora el ejército de Maliki descarga una masacre sobre las masas insurrectas… ellos no denunciaron ese terrorismo. Son corrientes socialimperialistas que se niegan a decirle al proletariado mundial quiénes son sus aliados y quiénes sus enemigos; y cual es el camino a seguir para el triunfo de la revolución. Sostienen al imperialismo. Por eso ocultan la verdadera situación de Irak. No dicen que allí combaten obreros, que son hermanos de clase del proletariado europeo, norteamericano y de los explotados del mundo, y que es un mismo combate contra las petroleras y transnacionales imperialistas, sus gobiernos y agentes. Lo callan y silencian para que no se sepa, y de esta forma aislar y cercar a las masas insurrectas de Irak, como ayer lo hicieron con los explotados de Siria y de Libia.
Por ello son un sostén fundamental de Ginebra 2, ese pacto contrarrevolucionario entre el imperialismo, la ONU, Putin, Assad, la CNS, la burguesía saudí e iraní, y todas las burguesías –sean chiitas o sunnitas- del Magreb y Medio Oriente, para terminar de imponer la contrarrevolución en la región. Cercan a la clase obrera cuando ésta se insurrecciona y abre revoluciones, para dispersar a nivel internacional las fuerzas de los explotados mientras le permite al imperialismo concentrar todas sus fuerzas y usar a todos sus agentes para aplastar la revolución.

 

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