30 de junio de 2018
La mayor tragedia de los inmigrantes
y refugiados desde la II Guerra Mundial
Con deportaciones, campos de concentración, encarcelamiento y superexplotación, los piratas imperialistas
martirizan a los millones de explotados que buscan una vida digna en las metrópolis imperialistas
Un sistema que ni siquiera le puede dar de comer a sus esclavos…
Merece morir
Ya son más de 244 millones los inmigrantes que hay en todo el mundo viviendo bajo condiciones de vida infrahumanas. Además hay 68.5 millones de refugiados que dejaron sus países escapándose de las guerras, de masacres contrarrevolucionarias, del hambre y la miseria inaudita, como las que se viven en Siria, y en otras naciones del mundo árabe y del continente africano.
Desde las metrópolis imperialistas hacia las colonias y semicolonias, las grandes transnacionales y bancos que dominan el planeta, avanzan junto a los gobiernos lacayos descargando sobre las masas explotadas todo el peso de su crisis. También lo hacen en sus naciones contra su propio proletariado. Es que el crack de la economía mundial que estallara en 2008, lejos de atenuarse sigue profundizándose día a día.
Es que ante un mercado que se achica y en medio de una feroz guerra comercial entre las potencias dominantes donde unas buscan poner de rodillas a otras, los bandidos capitalistas le han declarado una verdadera guerra a la clase obrera y los explotados del mundo. Siendo de esta manera, la burguesía imperialista -ese 1% de parásitos que concentra en sus manos más del 50% de las riquezas del mundo- la que viene imponiendo que sean la clase obrera y los explotados los que paguen la crisis, con un brutal ataque a su nivel de vida ya destrozado, con zonas enteras del planeta hundiéndose en la miseria, con guerras contra las masas que se levantaron por el pan y la libertad, como sucede –y no nos cansaremos de repetir, para que nadie lo olvide- en la Siria masacrada, con sus más de 600.000 explotados asesinados y sus 15 millones de refugiados y desplazados internos. O como en la Ucrania partida entre la oligarquía pro-rusa, el gobierno reaccionario de Kiev y el chacal Putin, todos lacayos del FMI.
Este es el funcionamiento normal del nefasto sistema capitalista en su fase de decadencia, donde –contra todo lo que afirman los reformistas- las fuerzas productivas no solo dejaron de crecer, sino que éstas han retrocedido y se desarrollan fuerzas destructivas, es decir la ciencia y la tecnología aplicadas a la destrucción masiva, fundamentalmente de las más importantes de las fuerzas productivas, que son la fuerza de trabajo, esto es, el hombre que es el generador de toda la riqueza existente al transformar la naturaleza en su beneficio. El parasitismo imperialista dejando afuera de la producción a centenares de millones de obreros en todo el mundo, no hace más que aumentar el “ejército industrial de reserva”, cuyas filas son engrosadas por los trabajadores inmigrantes que se suman a los millones de desocupados ya existentes en Europa y en los Estados Unidos. Sin embargo para este sistema decadente sobran trabajadores, por eso a ninguno de los gobiernos burgueses e imperialistas, en otro claro ejemplo de la destrucción de fuerzas productivas, les importa un bledo que miles se hundan en el mar, se mueran en las fronteras o en sus países devastados por las guerras y por la miseria. “¡Qué se mueran!” gritan los burgueses, amos y señores de un sistema criminal que no le puede garantizar ni comida ni trabajo a sus esclavos.
El crack de la economía mundial dejó a millones de obreros en EEUU sin casa, sin trabajo, viviendo de las beneficencias del estado. En el sur de Europa hundió al proletariado español y griego exponiéndoloa vivir en condiciones de extrema pobreza, llevándolo a cortar árboles de las plazas para conseguir la leña que alimente el fuego que lo calienta en el invierno. Estas son algunas de las condiciones que engendraron la tragedia de los inmigrantes y refugiados que llegan a Europa y a Estados Unidos. Es que si el proletariado de las grandes metrópolis es llevado a vivir de la forma en que lo hacen sus hermanos de las semicolonias, qué le espera entonces al trabajador inmigrante, que en busca de una vida mejor se enfrenta al mar abierto y a días de caminatas por desiertos y montañas. Le espera la cárcel, los campos de concentración “custodiados” por la FRONTEX (policía fronteriza de la UE), morir asesinados por las fuerzas represivas o los ejércitos en las fronteras o ahogados en el mar Mediterráneo.
Y los que tienen la “suerte” de sortear todos estos “obstáculos” y convertirse en “refugiados” no pueden salir, ni trabajar dignamente, ni estar con sus familias. Son tratados peor que animales, excluidos en ghettos, donde sufren la persecución del estado y su policía asesina, de bandas fascistas que quieren amedrantar e imponer terror. Viven bajo una amenaza constante a ser deportados… y muchas veces lo son. Si consiguen trabajo, no tienen ningún derecho, tienen los peores salarios y trabajan en las peores condiciones o son directamente esclavizados.
La política de Trump, la Merkel,
Macron, Tsipras, Salvini, etc., para
los trabajadores inmigrantes que
llegan a Europa y Estados Unidos: secuestros de niños, cárcel
y campos de concentración
Los estados de Europa que en 2008 pagaron la quiebra de los grandes bancos y para salir de su bancarrota atacaron sin piedad a las masas, no pueden ni quieren ponerle un solo centavo para los inmigrantes que llegan al continente. Dejar ingresar a los inmigrantes, le significa a los estados europeos tener que aumentar sus presupuestos para escuelas, comedores, hospitales, y no están dispuestos a hacerlo en un momento en que cuentan con enormes déficits. Porque todo su dinero está al servicio de las fabulosas ganancias de las transnacionales y sus bancos.
Toda la hipocresía y el cinismo de los gobiernos imperialistas de Europa salió a viva luz con “la crisis” que le significó la llegada de los refugiados e inmigrantes, como sucedió en las últimas semanas con el impedimento de que atraque en los puertos europeos el buque “Aquarius”, que había rescatado del mar a 600 refugiados que intentaban llegar a Europa por el Mediterráneo.
También vimos actuar de esta manera, en la Europa imperialista al gobierno de la “Nueva Izquierda” de Tsipras de Syriza en Grecia. Este gobierno, que fue presentado al mundo por la izquierda reformista como “una expresión distorsionada de la lucha revolucionaria de las masas”, es el responsable del brutal ataque que padecen los trabajadores griegos e inmigrantes, el que ha encarcelado a decenas de miles de refugiados en campos de concentración en las islas griegas y en las afueras de las ciudades, haciendo de sus vidas un verdadero infierno, mientras mantiene encarcelada, con centenares de años de prisión, a la juventud rebelde anarquista.
Ya diversas denuncias han salido a la luz de que los gobiernos europeos, sus ejércitos, los agentes de FRONTEX y también diversas ONGs, organizan el tráfico humano de los refugiados e inmigrantes para la prostitución, la venta de órganos y el trabajo esclavo, haciendo ganancias con las penurias inauditas de mujeres, hombres y niños que lo único que buscan es sobrevivir. Además de estas denuncias, las condiciones “normales” de los campos de concentración son desgarradoras. Sin comida suficiente, sin agua corriente, padeciendo el frío y la nieve en el invierno, las altas temperaturas y brotes de enfermedades en el verano. Custodiados por el ejército o la FRONTEX, aterrorizados por las bandas fascistas. Sin trabajo para los hombres y mujeres, ni escuelas para los niños. Verdaderas prisiones a cielo abierto dónde decenas de miles de refugiados e inmigrantes son amontonados y librados a todo tipo de abusos.
Hoy el Maastricht imperialista y los piratas yanquis recrudecen su ofensiva sobre los esclavos modernos del siglo XXI, luego de saquear todas las riquezas en el mundo semicolonial. Los gobiernos de la Unión Europea se reunieron para discutir la “crisis migratoria”, y sus propuestas son de cerrar y fortalecer aún más las fronteras, aumentar el presupuesto de la FRONTEX en 34 mil millones de euros, con más 10 mil agentes. Proponen que se hagan “plataformas de desembarque” de los refugiados construidas como verdaderos campos de concentración en Europa. En Hungría el gobierno xenófobo de Viktor Orbán ha aprobado una ley que castiga con una sentencia de hasta 1 año de cárcel a todo aquel que ayude a un refugiado o un inmigrante “ilegal” en este país. También Francia cuenta con una ley similar.
También en EEUU, la agresión de Trump a los inmigrantes en la frontera con México, muestra la ferocidad imperialista que ha dejado a miles de niños encarcelados, separados de sus padres, por el solo “delito” de buscar una vida digna y por escapar de la miseria en América Latina, provocada por los piratas imperialistas yanquis con su saqueo y pillaje a ese continente. La política de “tolerancia cero” de Trump sigue el camino allanado por Obama, que en su gobierno deportó a más de 3 millones de explotados latinoamericanos y que sólo en 2014 tenía más de 60.000 familias enjauladas en los centros de detención.
Trump tiene a decenas de miles de familias inmigrantes en centros de detención y bases militares en la frontera de México con EEUU, procesados criminalmente por el “delito” de buscar una vida digna. Estos miles de trabajadores latinoamericanos son verdaderos rehenes de la ofensiva de Trump sobre su patio trasero, y eso se ha convertido en un enorme negocio para las empresas de “refugios” privados, constructoras y de seguridad, a las cuales el gobierno norteamericano contrata para encarcelar a las decenas de miles de inmigrantes y niños que llegan solos a EEUU. Desde 2015 una única empresa de “refugio”, la Southwest Key Programs, facturó 955 millones de dólares en contratos con el gobierno.
Trump pretende deportar a todo aquel que pise EEUU “sin permiso”, y promete profundizar la ofensiva contra los inmigrantes que ya están hace años trabajando como mano de obra barata en los peores trabajos en EEUU.
El reformismo quiere democratizar al capitalismo que convirtió al mundo en una sucia prisión, cuando la única salida para las masas es la revolución obrera y socialista que acabe con el imperialismo y este sistema que solo trae hambre, miseria y muerte para los explotados
¡Para que los explotados puedan vivir,
el imperialismo debe morir!
¡Esto es el capitalismo imperialista: un infierno para las masas! Esto es lo que hacen Trump, Merkel y compañía en Estados Unidos y Europa y lo que hacen con sus sicarios y alfiles Assad y Putin, en Siria. ¿Y la izquierda aún siguen con sus sueños de “democratizar este sistema? Lamentablemente sí.
Es que la izquierda reformista es la expresión de los intereses de la aristocracia obrera y no de las capas más explotadas del proletariado. Lenin, en “El imperialismo y la escisión del socialismo” (1916) ya exponía claramente las características del imperialismo -capitalismo decadente- y como el oportunismo, en la forma del socialchovinismo, ha avanzado sobre el movimiento obrero, especialmente en Europa: “(…) la explotación de las naciones oprimidas, ligada indisolublemente a las anexiones, y, sobre todo, la explotación de las colonias por un puñado de "grandes" potencias, convierte cada vez más el mundo "civilizado" en un parásito que vive sobre el cuerpo de centenares de millones de hombres de los pueblos no civilizados. (…) Una capa privilegiada del proletariado de las potencias imperialistas vive, en parte, a expensas de los centenares de millones de hombres de los pueblos no civilizados”. Y así el imperialismo compra a las direcciones del movimiento obrero.
Contra lo que pregona la izquierda reformista, para las masas no hay solución en el sistema capitalista, necesita de la revolución obrera y socialista para aspirar a conseguir hasta las más mínimas de sus demandas. Es que todas las demandas de la clase obrera y de los explotados, de salario, trabajo y vida digna, chocan abiertamente con los capitalistas y el estado burgués. Por eso, la tarea más inmediata del proletariado y de todos sus batallones, acaudillando al conjunto de los explotados y a las capas oprimidas que ya no tienen y ni pueden tener ninguna solución bajo este sistema, es tomar el poder, expropiando a la burguesía y a las transnacionales. Es decir, las premisas de la revolución socialista están a la orden del día. Pues tal como escribió Trotsky en el Programa de Transición: “Si el capitalismo es incapaz de satisfacer las reivindicaciones que surgen infaliblemente de los males por él mismo engendrados, no le queda otra que morir”.
¡Es una tarea fundamental recuperar
el internacionalismo militante de la
clase obrera y de sus sectores
más oprimidos!
¡Una misma clase obrera por encima
de las fronteras, una misma lucha!
Si hoy el imperialismo, después de enormes combates que dio y que sigue dando la clase obrera europea, norteamericana y mundial, profundiza su ofensiva hacia los sectores más explotados del proletariado -como los trabajadores inmigrantes- es porque desde la izquierda lo han sostenido, separando a la clase obrera país por país, donde era derrotada por la burguesía y el imperialismo, o sosteniendo a este último para aplastar a las masas como en Siria.
Las direcciones traidoras del movimiento obrero con islamofobia y socialchovinismo, han separado los combates de la clase obrera europea por trabajo, salario y contra los ataques de los patrones imperialistas y sus gobiernos, del combate y la solidaridad con los refugiados y los trabajadores inmigrantes. Declararon “el enemigo es el ISIS” y han infundido el veneno islamofóbico en la clase obrera europea, para que vean a los inmigrantes y refugiados del mundo árabe como sus enemigos, y no como sus mejores aliados contra las transnacionales imperialistas y los gobiernos europeos que junto con el imperialismo han llevado la barbarie al Magreb y Medio Oriente. Ellos, sus ejércitos al servicio de las petroleras imperialistas, los regímenes y gobiernos lacayos de esta región y el gendarme sionista son los verdaderos terroristas.
Y la tragedia para la clase obrera de Europa y de todo el mundo colonial y semicolonial es que el socialimperialismo, las aristocracias obreras y la burocracia separaron sus combates, dividieron sus filas entre trabajadores nativos e inmigrantes… Y al impedir que la revolución del Magreb y Medio Oriente irrumpa al interior de la bestia imperialista europea, le dejaron las manos libres a los capitalistas para que avancen en su ataque contra los explotados.
Los que pregonan “democratizar al Maastricht imperialista” demostraron ser fieles defensores de las ganancias de las transnacionales imperialistas que saquean los pueblos oprimidos del mundo. Esta “nueva izquierda” de los Syriza, de los Podemos, de los “anticapitalistas” defensores de los negocios de sus propios imperialismos, como el NPA, el SWP inglés, junto al stalinismo, a todas las burocracias sindicales y la aristocracia obrera, han separado las capas altas del proletariado de los millones de trabajadores inmigrantes y refugiados. Han dejado librados a su propia suerte a millones de trabajadores y sectores oprimidos que no están en ningún sindicato… Ellos, en momentos en que se exacerba la guerra comercial entre los piratas imperialistas, muestran su verdadera cara: socialimperialistas defensores de los negocios de sus propias burguesías.
Así profundizan la división de las filas de la clase obrera europea, dejando el camino libre para que los gobiernos del Maastricht pasen esa ofensiva sobre los inmigrantes, mientras se asienta el ataque a la clase obrera nativa.
Los únicos que pueden parar esa catástrofe imperialista son la clase obrera de los países europeos unificándose con sus hermanos inmigrantes, con los refugiados y con la clase obrera de las colonias y semicolonias. Como el marxismo revolucionario hace mucho tiempo ha planteado: ¡Ningún pueblo que oprime a otro puede liberarse a sí mismo!
En los países imperialistas: ¡El enemigo está en casa! Es una tarea fundamental de la clase obrera de estos países, levantar la lucha contra su propio imperialismo. Y es la única forma de parar el brutal ataque de los gobiernos represores a la misma clase obrera europea, norteamericana, japonesa…
¡Que se abran las fronteras! ¡Trabajo, vida digna, papeles y derechos para todos!
¡Que los sindicatos y organizaciones obreras afilien a los inmigrantes y refugiados como miembros de honor, para que puedan pelear juntos a sus hermanos de clase en Europa y en todo el mundo!
¡Comités de inmigrantes en todos los sindicatos!
Para que todos puedan trabajar: ¡reparto de las horas de trabajo sin rebaja salarial!
Un turno más en todas las fábricas para que los miles de desocupados y trabajadores inmigrantes entren a trabajar. ¡Queremos trabajo digno para todos ya!
¡Abajo el Maastricht imperialista! ¡Abajo los gobiernos xenófobos, los “democráticos” y los de la “nueva izquierda” que todos juntos aplican los peores ataques a la clase obrera europea, que hacinan en campos de concentración y ghettos a los refugiados e inmigrantes!
¡Abajo el 1% de parásitos! ¡Muerte al imperialismo! Abajo todos sus sostenedores de los partidos socialimperialistas, de las aristocracias y burocracias obreras, y todos los que hablando del socialismo en los días de fiesta, han llevado a la clase obrera, la juventud y los oprimidos a creer que era posible reformar o “democratizar” este sistema en bancarrota.
¡La catástrofe capitalista ya está acá…
la única alternativa es la revolución socialista!
Hace falta un partido revolucionario de la clase obrera mundial, para llevar la clase obrera a la victoria. Los oportunistas, socialimperialistas y renegados del trotskismo han llevado a la clase obrera a terribles engaños y duras derrotas, en nombre de nuestro partido mundial, la IV Internacional. No podemos permitir que los usurpadores y destructores del programa trotskista sigan hablando en nombre del marxismo revolucionario… ¡Hay que recuperar la IV Internacional contra sus usurpadores y ponerla a disposición de la lucha de la clase obrera mundial contra los capitalistas y sus gobiernos, por la revolución socialista mundial!
¡Trabajadores del mundo, uníos!¡La liberación de los trabajadores será obra de los trabajadores mismos! |
Inmigrantes saltando valla en Melilla
Refugiados sirios
Inmigrantes mexicanos
Inmigrantes africanos en el mediterraneo
Refugiados sirios
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