Estado Español - 11 de Julio de 2023
Entre la trampa electoral de los partidos de la monarquía y los capitalistas y la clase obrera que comienza a ponerse de pie
Luego de la abrumadora derrota electoral del PSOE de Pedro Sanchez y sus socios ya diminutos de Podemos y demás consortes a manos del PP y Vox, el gobierno no tardó ni 24 horas en convocar a nuevas elecciones generales para las Cortes de todo el Estado Español.
La izquierda stalinista y socialimperialista, acompañada por una resaca de renegados del trotskismo que se autotitulan “anticapitalistas” y no lo llaman a derrocar, se rasgan hoy las vestiduras. Se lamentan de que el gobierno “de izquierda” o “progresista”, como lo llaman, haya perdido las elecciones y “las derechas” estén próximas a volver al gobierno.
¿Alguien puede creer realmente que el gobierno del PSOE-Unidas Podemos fue un gobierno que le dio algo a los trabajadores? ¿O en realidad garantizó los negocios de los banqueros y los capitalistas a cuenta de ellos? Afirmar lo primero es una vil mentira. El gobierno “progresista” hoy en bancarrota fue el mejor que tuvo a mano la monarquía de los borbones para atacar todas las conquistas de la clase obrera del Estado Español.
Las burocracias sindicales de CCOO y la UGT, Podemos, IU, los ahora llamados “Ecosocialistas”, todos ellos vienen de gobernar o ser parte de partidos del gobierno en los últimos años, que aplicaron los peores planes de ataque a mansalva contra la clase obrera.
Ellos fueron los garantes de hacer naufragar el levantamiento de la República de los Indignados. Junto al stalinismo, las burocracias sindicales y el PSOE, allá por el 2011-2012, salvaron a la monarquía de la crisis para que luego esta, renovada, profundice su ataque contra la clase obrera y las masas. Ahí está la Cataluña sublevada intervenida militarmente. Ahí están las cárceles de Euskadi llenas de presos políticos. Ahí están las masas aún hoy pagando la crisis de los banqueros y transnacionales que, atrapados en la bancarrota de Wall Street y la City de Londres, se la arrojaron sobre sus espaldas.
El PSOE, Podemos, PP y demás partidos de la monarquía, todos ellos garantizaron que el gran capital se cobrara sus deudas y bancarrotas. Desde el gobierno le dieron la llave al capital financiero en bancarrota para que vaciara el tesoro del estado, se robe las riquezas del pueblo y le tire a este toda su crisis. De ello se trata la inflación galopante, próxima a llegar al 5%, que hizo ya que casi un 30% de los hogares no llegue a comer dignamente los 30 días del mes… De ello se trata el ataque a las jubilaciones, la salud y educación.
Los “progresistas” (el PSOE, Podemos, etc.) y las “derechas” (PP, Vox y otros) siempre gobernaron para el mismo patrón: los Borbones y el gran capital financiero imperialista del Estado Español. Ambos siempre defendieron sus intereses contra los trabajadores. De esto se trata la gran traición y engaño de las “izquierdas”, que tratan de “progresistas” a los sirvientes de izquierda del gran capital y la banca.
Las diferencias que tienen estos dos frentes de los capitalistas son sobre las formas que utilizan para aumentar nuestra explotación y cobrarse, de nuestra sangre y sudor, sus quiebras, basadas en el robo y latrocinio al estado, a los trabajadores y al pueblo pobre.
Por un lado, los así llamados “progresistas”, que no son más que una verdadera fuerza burguesa imperialista de los banqueros bajo el mando de la monarquía, son los que, con las burocracias sindicales pagas y con engaños y cantos de sirena, se encargan de arrancar todas las conquistas, desviar todas nuestras luchas de los trabajadores. Esto, los de abajo, ya lo sufrimos y lo venimos sufriendo día a día en carne propia. Ellos imponen el plan de los capitalistas engañando al pueblo.
Estos agentes del capital son utilizados por el mismo como un verdadero “limón exprimido” para que ataquen a los trabajadores, y cuando ya no les sirve y agotaron hasta su última gota del jugo, los mismos banqueros y capitalistas son los que llaman a sus otros agentes, “las derechas”, para que sean ellos los que, apoyados en las clases medias reaccionarias, sigan atacando abiertamente a las masas.
Estamos ante las dos puntas de una misma soga para estrangular a la clase obrera y sus intereses y arrancarle sus conquistas. Uno no funciona sin el otro. De esto se trata el pacto infame de 1978 de la Moncloa.
Pedro Sanchez se anticipó y convocó a elecciones antes que su gobierno sufriera un duro golpe a cuenta de las masas en lucha… Su enemigo no son “las derechas”, estos son sus socios en el sostenimiento de la monarquía y de los grandes negociados de la oligarquía financiera, totalmente imbricada con los negocios del Maastricht imperialista y la OTAN
Y aquí está la farsa electoral. Pedro Sanchez se anticipó y convocó a elecciones ante el peligro de una irrupción generalizada de masas contra su gobierno. Su preocupación no es ni será ser sustituido por el PP y Vox. Estos continuarán la política que les dicte el capital financiero y la monarquía, como ya dijimos, si ganan las próximas elecciones. Lo harán con menos frases dulzonas, con menos engaños, pero se robarán las mismas pensiones, la misma educación y salud que ya faltan y el pueblo necesita. De eso se trata este engaño y trampa electoral.
Miles ya habían marchado en Madrid en defensa de las pensiones, luego de dejar su vida entera en fábricas y establecimientos. Los trabajadores de la salud ganaron las calles. El corazón del proletariado industrial del metal comenzaba y comienza a levantarse porque no piensan ser ellos los que paguen, con inflación y carestía de la vida, las superganancias de los parásitos capitalistas.
La entrada al combate de los obreros del metal de la bahía de Cádiz, la lucha de los obreros industriales de Córdoba, la salida a la huelga del metal en Galicia, la huelga hasta de los bomberos en Bilbao, anticipan que lo que están transitando las masas es el camino del 2011-2012, y que estas elecciones, como las direcciones traidoras que estas tienen a su frente, le vienen a cerrar el paso.
Desde la Bahía de Cádiz, los obreros avanzados del metal ya descifraron quiénes son sus enemigos. Ellos sufrieron una brutal represión durante estos años del “gobierno progresista”, como así también despidos y un ataque a sus conquistas. Por ello días atrás, irrumpieron en el acto de campaña de Yolanda Díaz, encabezados por varios subcontratistas de Navancia, y exclamaron: “¡ni un paso atrás en la lucha del metal!”. Este es el grito que debe levantar toda la clase obrera del Estado Español contra los “progresistas” del PSOE, Sumar, etc. y a los “derechistas” que se preparan para consumar su trabajo del PP y Vox.
Aquí el combate es clase contra clase y la burguesía tiene todas sus instituciones listas para profundizar esta guerra que le han declarado a los de abajo.
La gran burguesía ya palpa el estado de ánimo del oprimido pueblo vasco que ya no soporta más a miles de ellos en las cárceles de la monarquía. El régimen de los Borbones busca que nuevamente no estalle en Catalunya las sublevaciones de años atrás. El pueblo catalán, como de otras nacionalidades, mastica odio y venganza contra la ocupación y represión que sufrió y sufre por parte de la monarquía de los Borbones.
Pero lo fundamental es que la clase obrera ya está en las calles y no acepta ser ella la que pague la crisis y la inflación, que no es más que el endeudamiento del estado en bonos del banco europeo para cubrir las pérdidas de los banqueros, como ya dijimos, y tirarle el pago de las mismas a los trabajadores.
Y de esto se trata la trampa electoral que está en curso: que la clase obrera y las masas explotadas, antes que “gane la derecha” siga votando a los mismos que la oprimen, saquean, explotan y le roban hoy.
La trampa electoral: el rol clave de las burocracias sindicales y de los partidos socialimperialistas
Don Pedro Sanchez se anticipó, entonces, con su llamado a elecciones y disolución de las cortes, intentando poner en pie un nuevo gobierno o airear este, para que sea fuerte para enfrentar a las masas en momentos en que estas han comenzado a ponerse de pie en el Estado Español. Y eso no es todo, sino que en el país vecino, en la Francia de la V República imperialista, ha entrado en maniobras de revolución el proletariado francés. Este último hoy enfrenta, con enormes combates revolucionarios en las calles, las mismas políticas de hambre, saqueo y explotación que aplican los Borbones en el Estado Español.
En los meses de abril y mayo, la clase obrera francesa respondía con enormes combates de masas al ataque de Macron a sus jubilaciones. Antes lo había hecho contra la flexibilización laboral, en defensa de las 35 horas, o como lo hace hoy repudiando el asesinato de la juventud obrera inmigrante.
En esos meses, la clase obrera del Estado Español, fortalecida por centenares de miles de inmigrantes, ya comenzaba a seguir el camino de sus hermanos de Francia.
El nuevo gobierno que intenta emerger de esta trampa electoral infame necesita tener una enorme fortaleza porque es el que deberá profundizar la flexibilización laboral, terminar de arrebatar una a una las conquistas de la clase obrera y garantizar terminar de hundir el salario.
Con Pedro Sanchez, o Yolanda Diaz, con Feijoo o Santiago Abascal, el gobierno que va a surgir en el Estado Español, de estas elecciones, es “el de Macron”, que intentará profundizar el trabajo de Pedro Sanchez, pero hasta el final.
Maastricht y las potencias imperialistas que lo integran están en crisis y bancarrota abierta, arrojándole a las masas todo el lastre del latrocinio que han cometido contra los estados que saquean, contra los pueblos oprimidos y los trabajadores.
Las pandillas de las burguesías imperialistas de Maastricht preparan y alistan sus instituciones, puesto que ha comenzado una disputa feroz entre las potencias imperialistas, para ver quién inclusive de ellas paga la crisis.
El régimen de la monarquía y sus gobiernos no están entonces en un mar sereno.
Encima de esto, con la invasión de Putin a una nación oprimida como Ucrania, se pone en cuestión el rol de Putin como guardián de los negocios del capitalismo en toda Eurasia. Pero esta guerra también pone en cuestión a la monarquía de los Borbones como opresora de todas las nacionalidades oprimidas de la península ibérica, que solamente podrán conquistar su liberación en una federación de repúblicas socialistas libres de esa península.
El gobierno del PSOE-Unidas Podemos, un gobierno que es parte del comando central de la OTAN, sostenido por todas las corrientes stalinistas y reformistas pro Putin
La izquierda del Estado Español, sumisa y de rodillas ante la monarquía, ha devenido en la gran escudera de los Borbones y de la oligarquía financiera del imperialismo español. Aquí y allá grita “contra la OTAN”, pero apoyan a su gobierno “progresista”, que es uno de los gobiernos más grandes vendedores de armas de la OTAN.
Como lo informa el “Centro de Estudios por la Paz”, de España se han cargado al menos 35 mil toneladas de armas y municiones entre 2016 y 2023 para Arabia Saudita, uno de los países más agentes del imperialismo de Medio Oriente, que encabezó la alianza de 9 ejércitos para invadir, aplastar y llenar de sangre al Yemen de obreros y campesinos sublevados.
Estamos ante una izquierda de la monarquía con las manos manchadas de sangre y llenas de traiciones contra su propia clase obrera. En sus variantes de Ecosocialistas, stalinistas varios, de todas las viejas formas y orígenes que este pudo haber tenido, socialdemócratas… todos están sucios. Todos tienen una mancha en la frente. No solo son cómplices y partícipes del saqueo de los pueblos oprimidos, sino que han dejado también a la clase obrera del Estado Español con las manos atadas ante el ataque de los capitalistas y entregado cada una de sus luchas.
No olvidamos a los miles de obreros despedidos de la SEAT, la traición a la huelga de los mineros de Asturias, a cómo dejaron aislados a los obreros del metal y de los astilleros de Cádiz, para que las patronales represoras y antiobreras se hagan cargo de ellos. De esto se trata el rol de las burocracias sindicales de CCOO y UGT.
A pesar de la trampa electoral y de enormes traiciones, la clase obrera del Estado Español comienza a ponerse de pie
Pero hoy, muy a pesar y en contra de ellos, la clase obrera comenzó a ponerse de pie, inclusive a empujarlos a tener que ir a donde no quieren, a tener que encabezar enormes luchas y acciones de masas, como en Galicia, en el País Vasco y en la misma Andalucía.
Y no solo eso. Desde las bases del movimiento obrero, luego de tantas traiciones, una vanguardia comenzó a sacar estas lecciones. Se comenzaron a llamar “los combativos” y actuaron como tales, como lo vemos hoy en la bahía de Cádiz. Una fracción de la clase obrera hija de tantas crisis y traiciones busca abrirse un camino a reagrupar sus filas en todo el Estado Español. Esta es la península ibérica de los de abajo, la que se pone de pie, que confluyendo con la lucha nacional de los pueblos oprimidos podrá desplegar todo su peso y fortaleza como caudilla en el combate.
Coordinar y centralizar estas luchas desde las bases, recuperando los comités de fábrica, la democracia obrera, llevando a los puestos más importantes de los sindicatos a los obreros más combativos y aguerridos, es la tarea del momento. Hay que explicar incansablemente las mil y una trampas que las direcciones traidoras le imponen a los trabajadores sometiéndolos a los partidos políticos de la burguesía imperialista del Estado Español, haciendo pasar como “progresistas” a sus más grandes enemigos.
Recrear el internacionalismo militante en las filas del proletariado del Estado Español es clave para recuperar la unidad entre el proletariado de las distintas nacionalidades oprimidas de la península ibérica y de estos con sus hermanos de los pueblos oprimidos saqueados por EEUU, Japón y la Europa imperialista de Maastricht.
El rol de las centrales sindicales anarquistas (CNT, CGT y SO) fue unificarse por arriba en un frente común. El anarcosindicalismo sabe que tarde o temprano las viejas centrales sindicales podrían ser superadas por izquierda por todos los sectores de la clase obrera que tienda a entrar a la lucha.
Lamentablemente ellos han hecho un frente por arriba. Y se llaman anarquistas. Se proclaman “luchadores por la autoorganización de los trabajadores”, pero han hecho un acuerdo de espaldas a estos entre dirigentes de sus centrales sindicales. Las 3 centrales sindicales estuvieron muy lejos de llamar a un congreso de delegados de base, uno cada cien trabajadores, por ciudad, por provincia, por nacionalidad y de todo el Estado Español, con mandato de lucha y de unidad, basados en las asambleas y en los comités de fábrica.
Este frente de las centrales sindicales anarquistas debe hacer honor a lo que proclama, que es la autoorganización de los trabajadores, y que supuestamente lucha contra todo autoritarismo en el movimiento obrero. Tiene en sus manos la posibilidad de facilitarle a la clase obrera la tarea de sacarse de encima a las traidoras burocracias sindicales. El sindicalismo, como el de Cádiz que ya está en lucha, busca este camino. Saluda las luchas de sus hermanos de Galicia, de Bilbao, pero ya no se trata solamente de saludos, sino de poner en pie una organización de lucha común que sobrepase el control de las burocracias sindicales y los partidos traidores socialimperialistas.
Las centrales anarquistas están ante una disyuntiva: continuar “por izquierda” la labor del frente de UGT y CCOO o votar democráticamente poner en pie un movimiento de autoorganización de la clase obrera, para que esta irrumpa, como lo hizo el movimiento de los indignados, desde las bases y con la lucha revolucionaria en las calles.
Lamentablemente, aún, cuando ya hay decenas de luchas en curso, este frente único por arriba, de “dirigentes”, se han cuidado muy bien de no llamar a poner en pie una coordinadora de las luchas que están en curso para unir sus acciones, para votar desde las bases el reclamo por un salario digno por encima de la inflación, por trabajo para todos, por las jubilaciones dignas y por aumento de presupuesto de salud y educación. Aún están a tiempo.
La UGT y las CCOO, integradas totalmente al régimen de la monarquía y el gobierno, son las que vienen conteniendo los distintos intentos de embestida de la clase obrera de la Península Ibérica. Para eso les paga el Estado y la Monarquía, que es su jefe.
Pero hay leña seca. Las bases obreras ya tan solo soportan a las burocracias sindicales, a la que cada vez más repudian y odian por las mil y una traiciones.
Como en el resto de Maastricht, la gran patronal ha mostrado ya sus dientes. Solo busca más fexibilización laboral y salarios de miseria para hacerle pagar a la clase obrera todo el peso de la crisis.
Encubierto por la trampa electoral, hoy un choque decisivo entre las clases se avecina y ya está en marcha.
Los márgenes de concesiones y pequeñas reformas de las direcciones traidoras de los sindicatos llegaron a su fin. Una izquierda cínica y traidora, lacaya de la monarquía, ya no puede hacer pasar sus limosnas como reformas.
Esa época se ha agotado. Las disputas feroces de los bandidos imperialistas y sus guerras comerciales, y ahora también militares, no han cesado. Se profundizan y se profundizarán aún más. Maastricht disputa con EEUU el control de Europa del Este y de la “Gran Rusia”, de donde Alemania y Francia conseguían y saqueaban el gas barato.
Para enfrentar esta tragedia y bancarrota del sistema capitalista que empuja a la civilización entera a la barbarie, la clase obrera europea debe volver a pelear unificada contra el enemigo del Maastricht imperialista y los gobiernos y regímenes burgueses contrarrevolucionarios que en el este comanda el carnicero Putin.
El fuego de Francia no se ha extinguido. En Grecia, la clase obrera entra al combate, como lo hace en Bélgica, Inglaterra, y en la misma Alemania, que está padeciendo una de las peores recesiones desde la posguerra.
La clase obrera se debe preparar para la guerra de clases. La burguesía viene a por todo. Las pandillas imperialistas están centralizadas y coordinadas en esa cueva de bandidos que es el parlamento europeo, la UE y todo el Maastricht imperialista. La clase obrera deberá también poner en pie en Europa un comando internacional centralizado de sus luchas, como lo tienen los parásitos capitalistas, para poder luchar por sus más elementales derechos. ¡Ahora es el momento!
Son las direcciones traidoras de la clase obrera europea, sirvientes de sus propios gobiernos y regímenes imperialistas, que viven de las monedas que a estos se le caen de la explotación y doble y triple saqueo que le imponen a los pueblos que oprimen, las que dividen la lucha internacional de la clase obrera y someten a estas a la burguesía imperialista.
La crisis que hay que resolver es la de dirección de la clase obrera
Esta debe distinguir quiénes son sus aliados y quiénes son sus verdaderos enemigos
De esto se trata la primera tarea de los socialistas revolucionarios que nos reivindicamos de la IV Internacional. En el proceso electoral, los trotskistas denunciamos que no hay ningún sector ni corriente ni partido que exprese la independencia de clase frente a la burguesía, la monarquía y el régimen infame del ’78 de los políticos patronales, la izquierda reformista y la burocracia sindical. El grito de lucha no puede ser otro de que “¡nuestros sueños, nuestras demandas y nuestras exigencias como clase trabajadora no caben en esas urnas de la oligarquía financiera, de la gran patronal y sus partidos!”.
Asimismo, la tarea del momento no es otra que colaborar con la clase para que ponga en pie organismos aptos para el combate. Estos no son los sindicatos como están hoy estatizados, financiados y pagados por el estado burgués hasta los huesos. Hay que reagrupar las filas obreras, en esta fase preparatoria de grandes combates.
Con el método de las asambleas, los comités de fábrica, las coordinadoras de lucha, podrá la clase obrera, inclusive obligar a ir a los actuales sindicatos mucho más lejos de lo que alguna vez quisieron ir.
Se trata de preparar una gran batalla. La crisis ya es definitiva. Es que para que la clase obrera europea viva, el Maastricht imperialista y los regímenes contrarrevolucionarios del este europeo debe morir.
Se viene un ataque más duro aún contra los explotados. Los marxistas revolucionarios llamamos a enfrentar esta trampa electoral infame que prepara el PSOE, Unidas Podemos, Sumar, PP, Vox y todos los partidos de la monarquía.
Los de arriba vienen por todo, por el salario, la jubilación, la educación y la salud. Para ir por lo nuestro, hay que ir por todos ellos.
Nuestras demandas más mínimas solo se conquistarán expropiando sin pago los bancos, los grandes grupos económicos que saquean a los pueblos oprimidos del mundo, que acumulan enormes fortunas sobre la base de la sangre, sudor y lágrimas de la clase obrera.
La lucha por la revolución socialista europea a comienzos del siglo XXI comienza a ponerse como primer punto del orden del día. Es que la caída de la monarquía españolista y del Maastricht imperialista es el camino de la liberación de los explotados.
La unidad de la clase obrera de Maastricht con la de los pueblos que este oprime y saquea en todo el mundo asegurará el camino a la victoria.
¡Fuera la monarquía!
¡Paso a la clase obrera!
¡Nuestros sueños y demandas para vivir dignamente no caben en vuestras urnas!
¡Abajo el pacto infame de la Moncloa de 1978 de los políticos patronales, la izquierda del sistema y la burocracia sindical!
¡Por la Federación de Repúblicas Socialistas Ibéricas!
Por los Estados Unidos Socialistas de Europa.
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