Presentación del Capítulo III:
2014: Asume Poroshenko y desata una feroz ofensiva contrarrevolucionaria
El plan que no pudo aplicar Yanukovich, sostenido por Putin, de reducir aún más el salario y los gastos del estado y de cerrar el 50% de las minas del Donbass, luego del aborto del levantamiento de Plaza Maidán, fue aplicado por el gobierno electo pro-Unión Europea y pro-OTAN de Poroshenko.
Como planteamos en este capítulo, luego de un breve período de transición donde asume el Primer Ministro Turchinov, ganó las elecciones Poroshenko en elecciones tuteladas, bajo la supervisión de la Unión Europea y la OTAN.
Putin se había ganado el odio de toda la clase obrera ucraniana por su apoyo a Yanukovich y su plan fondomonetarista. En su retirada de Ucrania, Putin se robó la Península de Crimea, donde Rusia tiene una base militar que no estaba ni está para impulsar la revolución ucraniana y terminar con la OTAN y el FMI, sino para controlar a las masas.
Poroshenko vino a cumplir la tarea que su antecesor no pudo hacer: desde el gobierno, descargó un feroz ataque de despidos masivos en las minas del Donbass. Indudablemente, comenzar a aplicar el plan fondomonetarista por el Donbass significaba dividir a los trabajadores de esa región, donde se encuentra concentrada una parte fundamental del movimiento obrero minero, del resto de la clase obrera ucraniana. En última instancia, Poroshenko atacó a los mineros del Donbass con un claro objetivo: partir a la clase obrera ucraniana para terminar de someter a la nación.
El FMI exigía el cierre de gran parte de las minas del Donbass que eran propiedad o estaban subsidiadas por el estado y donde hacía falta realizar una enorme inversión. Esas minas habían sido saqueadas durante décadas por Moscú, quedándose con sus minerales y carbón para alimentar el aparato industrial-militar primero de la ex URSS y luego de la "Gran" Rusia.
El movimiento minero del Donbass tenía una enorme tradición de lucha, incluso contra el stalinismo. En el año 1967 había protagonizado una enorme lucha revolucionaria contra la burocracia stalinista. Sus dirigentes fueron ferozmente asesinados, tal como se conoció después del 89 cuando salieron a la luz los archivos secretos del Kremlin.
Esta vez, ni bien comenzó el ataque de Poroshenko de cierre de minas y despidos, el proletariado minero entró a la escena en fuertes combates en todo el Donbass. Hizo suyo el grito de “¡Que vuelva la URSS!”, que no solo hacía temblar a Poroshenko y a Kiev, sino también al sinvergüenza y asesino de Putin y a su banda de oligarcas de Moscú.
Ante la crisis y la bancarrota de Ucrania y ante el ataque feroz del imperialismo, que dejaría un tendal de despidos y de miles de nuevos migrantes de segunda o tercera clase a la Europa imperialista, en los mineros del Donbass resurgía la conciencia igualitaria que existía en los obreros de la ex URSS, que le garantizaba seguridad en el empleo como conquista de la revolución, que el stalinismo entregó vorazmente al sistema capitalista, asociándose al imperialismo.
Se puso de pie entonces un poderoso movimiento obrero de resistencia, que se transformó en contraofensiva en el Donbass. Las masas de esa región amenazaban, como antes lo hiciera la Plaza Maidán, con unificar a la clase obrera ucraniana contra el ataque del FMI. Los trabajadores se tomaron las minas. El poder de las legislaturas y municipios del Donbass quedaron sostenidos en el aire. La clase obrera se adueñó de las calles. El movimiento minero marchaba a armarse y a desarrollar sus sindicatos independientes, dándoles un nuevo contenido revolucionario.
Como desarrollamos en este trabajo, Putin había estacionado 120 mil hombres en la frontera con Ucrania, que rápidamente retiró por temor a que sus soldados rasos se pasen a combatir junto a los mineros del Donbass.
Ya el propio ejército de Ucrania se había roto, con los soldados rasos del Oriente ucraniano saliendo en apoyo a la sublevación minera.
Esta vez la crisis revolucionaria amenazaba con desarrollarse no en la Plaza Maidán, sino en las calles del Donbass.
En respuesta a esto, el gobierno títere de la OTAN y la Unión Europea largó una guerra civil contrarrevolucionaria, apoyado inclusive en fuerzas fascistas.
Los cínicos del stalinismo que hoy dicen “fuera la OTAN” y apoyan a Putin en su invasión a Ucrania, quieren ocultar que mientras Poroshenko largaba una masacre genocida contra el Donbass sublevado y la OTAN enviaba 3.000 hombres a la frontera con Rusia, Putin replegaba, como ya dijimos, a sus más de 120 mil hombres para negociar una tajada de la Ucrania en abierto proceso de recolonización. Putin retiraba a los soldados rasos de su ejército para que ellos no confraternicen con los mineros del Donbass ante el ataque de las fuerzas de Kiev y así dejarle las manos libres a la masacre de Poroshenko. Esta es la verdad de los hechos, que las direcciones traidoras del proletariado de stalinistas y renegados del trotskismo quieren ocultar: Putin le liberó la zona e inclusive los cielos a la OTAN y a las tropas de Kiev para que aplasten al Donbass sublevado.
En este Tercer capítulo presentamos el artículo de “El Organizador Obrero Internacional” editado el 11 de junio de 2014, donde los marxistas revolucionarios ponemos la moción de:
“¡Paremos la masacre del gobierno de Poroshenko, su policía y oficiales contrarrevolucionarios y sus milicias fascistas!”
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Para que la vanguardia obrera mundial conozca cómo fue esta ofensiva contrarrevolucionaria de Kiev, publicamos un artículo sobre la masacre de Odessa del 2 de mayo de 2014, titulado:
“La masacre de Odessa a manos de los fascistas: 46 trabajadores muertos y 20 sobrevivientes encarcelados y en juicio”
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Junto a esto publicamos la lucha por un programa revolucionario para unir a la clase obrera ucraniana, es decir, a los obreros de Oriente y de Occidente y el combate por poner en pie una dirección revolucionaria, bajo el título de:
“¡Por un programa marxista para unir a la clase obrera ucraniana y a los explotados de Oriente y Occidente!”
De eso se trataba lo sustancial de la política revolucionaria. Es que si la lucha de Plaza Maidán contra el plan fondomonetarista de Yanukovich tendió a unificar a la clase obrera ucraniana, esta vez, era la sublevación y la crisis revolucionaria que se abría en el Donbass las que eran el gran punto de apoyo para pelear por unir a la clase obrera ucraniana para que acaudille el combate contra el imperialismo y su socio Putin, que buscaba denodadamente retomar el control del Donbass y ya miraba a Crimea para robársela a Ucrania. Así comenzaba su conspiración contra el levantamiento minero del Donbass.
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