Sobre el Partido Obrero y su “Rodrigazo”
Altamira y el PO vienen sosteniendo que en Argentina habría una suerte de “Rodrigazo” refiriéndose al ajuste antiobrero que el 4 de junio de 1975 decretara el entonces Ministro de Economía Celestino Rodrigo bajo el gobierno de Isabel Perón. Sin embargo, esta analogía el PO la utiliza desde el punto de vista del “golpe económico”, pero oculta cómo fue que la clase obrera derrotó aquel ataque proimperialista. Visto la política del FIT que se niega a cada paso a coordinar a los que luchan, esto no se trataría de un simple olvido.
Es que, una vez lanzado aquel decreto, la clase obrera comenzó una cadena de respuestas revolucionarias que comenzaron en el interior del país como Córdoba o Santa Fe y que terminó el 30 de junio, con las Coordinadoras fabriles del gran Buenos Aires rodeando el edificio de la CGT de la calle Azopardo para garantizar la huelga general contra el “Rodrigazo” que ya en los hechos se había conquistado. El 7 y 8 de julio la CGT se vio obligada a convocar “oficialmente” a la huelga general por 48 hs contra el gobierno peronista estableciendo un nuevo hito en la clase obrera argentina.
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Más allá que podamos tener puntos de acuerdo o no con la caracterización sobre un “Rodrigazo” en marcha, lo que el movi- miento obrero y su vanguardia deben saber, es que aquel ataque de 1975 del gobierno peronista bajo el comando del imperialis- mo, fue derrotado con la vanguardia obrera organizada en las Coordinadoras fabriles, asentadas en los cuerpos de delegados rotativos y los comités de fábrica que garantizaban la unidad de las filas obreras mas allá de su gremio, rama u oficio. ¡Este es el camino que debe seguir la clase obre- ra hoy para derrotar el ataque de Cristina y Wall Street!
Por el contrario el FIT somete a lo más combativo del movimiento obrero a los sin- dicatos estatizados y sus estatutos, y para
colmo llama a distintos encuentros sindica- les por separados y encima dichos encuentros los separa más aún en sub encuentros regionales, mientras todos seguimos luchando separados sector por sector ¡Basta! ¡No podemos seguir luchando así!
La izquierda dice que estamos en la “era de los sindicatos”, que la “intervención fundamental de los revolucionarios es en los sindicatos”, etc. Pero ni siquiera levantan una política sindical consecuente que mínimamente parta de romper con los estatutos de la burocracia sindical para que se imponga la democracia obrera. El PO, en la vereda opuesta de la clase obrera que derrotó el Rodrigazo, afirma “La coordinación de la vanguardia debe comen- zar por la unidad en cada sindicato”. Pero justamente los estatutos de la burocracia sindical están para que los sindicatos, que agrupan a una minoría del movimiento obrero, no puedan ser una herramienta de lucha. No nos cansaremos de insistir, aunque al PO y al FIT no les guste, que es más fácil ganar una elección presidencial que un sindicato nacional.
La tarea urgente es coordinar a los que luchan. No puede ser que los compañeros del Sarmiento encabecen el “Encuentro Nacional del Sindicalismo Combativo” y luego tengan que salir a la lucha por sus demandas solos quedando como blanco del ataque del gobierno.
¡Hay que coordinar a los que luchan! ¡Hay que romper con los estatutos de la burocracia sindical! ¡Que vuelvan las coordinadoras fabriles que derrotaron al Rodrigazo! Para luchar por el salario, el trabajo, contra las paritarias truchas de la burocracia, contra las suspensiones y despidos y por la libertad de los presos políticos ¡Hay que luchar como en el Cordobazo y el 2001! ¡Paso a los que luchan!
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