El 4 de abril de 2014, en los alrededores de la prisión de Ofer en Bitunya, ciudad de Cisjordania, cientos de palestinos de la ciudad se movilizaron a la prisión, en defensa de sus presos y a repudiar al ocupante sionista. Esta ciudad cercada y dividida por el muro de la segregación, que le sacó el 60% de los territorios de la ciudad y confiscó con este muro la mayor cantidad de tierras agrícolas y espacios abiertos donde se construyeron asentamientos de colonos israelíes, y se llenó de campamentos militares.
La movilización a la prisión de Ofer, que es una base militar de Israel, fue convocada porque las fuerzas del ocupante sionista se negaban a liberar a cinco detenidos que desde hace días debían recobrar su libertad.

Las IDF (fuerzas de ocupación israelíes), estaban preparadas para lanzar una brutal represión. Pues ya lo venían haciendo durante y después de la conmemoración del “Día de la tierra palestina” (30-3-2014) donde fueron brutalmente reprimidas las movilizaciones. Y el estado de Israel lanzó allanamientos y detenciones masivas en la Villa de Bil’ in. Mientras tanto, en la Franja de Gaza, durante 20 minutos, pasada la medianoche, cayeron bombas sobre la población y 15 misiles construidos en EE.UU.; también hubo cortes de energía eléctrica, secuestros, torturas y encarcelamiento de niños.

El 4 de abril en Cisjordania, se realizó entonces una protesta pacífica y el rezo del viernes, como repudio a la decisión del estado sionista de cancelar la liberación de los detenidos.
Al ver a las IDF  apostadas y armadas hasta los dientes, hubo una sentada pacífica bloqueando la calle de acceso a la base militar. Allí las fuerzas de ocupación israelíes respondieron con gases lacrimógenos y con balas que explotan cuando ingresan al cuerpo.
En los choques contra la represión fue gravemente herido Mohamed Basan Yasim, fotógrafo reconocido de la resistencia palestina, quien lucha por su vida en un hospital. Otros 13 palestinos quedaron heridos: 7 por disparos de armas de fuego y 5 con balas metálicas cubiertas de goma.

Ante semejante represión, cientos y cientos de jóvenes palestinos (encapuchados, porque las IDF saca fotos en las marchas y luego los buscan en las casas), con sus banderas, empezaron a llegar de todos los rincones de la ciudad, transformando la represión en una verdadera batalla campal –siempre desigual, porque los luchadores palestinos solo contaban con piedras- que se extendió por las afueras de la ciudad.
Una vez más, las heroicas masas palestinas, de pie enfrentando al estado sionista fascista de Israel.

Corresponsal