Las elecciones para conformar el comité de "los 60", que debía estar integrado por 60 miembros "electos" a través de la democracia burguesa y quienes debían encargarse de dictar la "nueva constitución" que regiría en el estado libio, se impusieron con un enorme fraude principalmente por la falta de votantes (provocada por un descontento general en la población que lleva al descrédito del sistema democrático burgués). Luego de esto es que el gobierno de buitres del CNGL pudo lanzar una ofensiva contra la clase trabajadora que fue respondida con paros de producción en las refinerías de Zawiya, Sirte y Ras Lanuf, dejando a la capital libia casi desproveída de combustibles por casi 3 semanas, provocando cortes de energía eléctrica y largas colas en las estaciones de servicio.
Como una maniobra para tapar la gran lucha petrolera, el gobierno del CNGL extraditó a uno de los más famosos hijos del dictador pro-imperialista Muamar alQadafy, Sady alQadafy. Esto fue mostrado por todos los medios como un trofeo de la revolución. Sin embargo la realidad es que fue puesto en una cárcel VIP con sus camaradas custodiándolo y proporcionándole una estadía mil veces más cómoda que el más honesto de los ciudadanos libios.
Con la figura de Sady "tras las rejas" muchas brigadas se vieron envalentonadas. Tal es el caso de las brigadas de Msrata cuyos generales fueron en su mayoría comprados por el gobierno del CNGL, quien utilizó con ellos la estrategia de "si no puedes contra ellos, úneteles" aunque en este caso sería mejor expresada "si no puedes aplastarlos, cómpralos", pues es bien sabido que los planes del imperialismo es aplastar y masacrar a todo tipo de organización en Libia que represente un doble poder de las masas.
Alentadas por la captura de Sady y con órdenes de CNGL, varias milicias de Msrata marcharon hacia la ciudad de Sirte para romper la espectacular huelga que vienen dando los trabajadores petroleros allí, a los cuales se les ha montado una dirección burguesa traidora y colaboracionista que los usa para negociar su tajada de los negocios y propone la división de Libia en un sistema federal.
Fue esta misma dirección burguesa la que dio luz verde para que el conflicto se profundizara, vendiéndole a Corea del Norte un barco de crudo.
La jugada estaba pactada; las brigadas de Msrata debían entrar a las refinerías y "liberarlas" y el "comandante" separatista Ali Jathran debía retirar sus tropas y dejar a los trabajadores solos para que estos sean arrasados si ofrecieran resistencia. Los dólares que les correspondían a cada uno ya estaban en la balanza.
Pero fue la fuerza de los obreros en huelga la que con sus piquetes y fusiles lograron repeler el ataque contrarrevolucionario de los generales pro CNGL.
Al ver lo acontecido, al día siguiente el separatista Jathran montado sobre la victoria de los obreros, sacó un comunicado invitando a más países a comprar crudo desde "sus puertos" y le pidió al CNGL parar con el ataque para "evitar un desastre mayor". Asimismo invitó a los jefes de clanes a intervenir en el conflicto para "encontrar una solución pacífica".
Por el momento las huelgas en el este se mantienen, y las huelgas en Zawiya son intermitentes. Las malas condiciones en las que se encuentran todos los trabajadores petroleros y los bajos sueldos con respecto a la cantidad de riquezas que generan, son el motor de estas huelgas. Es que luego de la revolución muchos obreros tuvieron acceso a los números de contabilidad de sus empresas y se dieron cuenta de cuantos millones generan y cuanta miseria es la que les pagan.
Una vez más, la crisis generada por la falta de una dirección revolucionaria en Libia se acrecienta agudamente.
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