La protesta unificada de San Pablo y Río de Janeiro del 15 de octubre, impulsada por la lucha de los Profesores Municipales de Río y por la juventud explotada de la cual el Black Bloc es una expresión –que en Río concentró más de 10 mil personas en las calles y que en SP concentró alrededor de 2 mil– terminó con una represión feroz. En Río la policía detuvo a más de 200 jóvenes en su mayoría del Black Bloc, varios fueron liberados al día siguiente, pero 58 fueron trasladados a distintos presidios, 20 de ellos eran menores de edad, por lo que fueron transferidos a correccionales y “abrigos”. En San Pablo fueron más de 50 los detenidos, liberados al día siguiente.
En la manifestación de San Pablo, la izquierda reformista que está impulsando una política democrático burguesa en la USP (Universidad de San Pablo), bajo el manto de “democratización” quiso encabezar la marcha y poner al frente de esta una bandera que decía “Los que derrumbamos las tarifas, vamos a derrumbar al Rey” (haciendo referencia al Rector, “Reitor” en portugués, NdeR). Esta bandera fue hecha por el Centro de Estudiantes de la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias Humanas (FFLCH) de la USP, que está bajo la dirección del PSTU y del PSOL en una lista unificada que se llama “Juntos”. La juventud obrera y los Black Bloc estaban totalmente en contra de que sea esa bandera la que encabezara, donde la izquierda quería apropiarse de las acciones de junio (de las cuales habían sido expulsados al grito de “ustedes no nos representan”) y diciendo que desde la USP se derrotó el aumento del transporte, lo que para nada es así.
Toda la izquierda reformista (PSTU, PSOL, LER, MNN, PCO, Praxis, Espaço Socialista, etc.) y también el PT y el PCdoB (estos últimos centralizados en la Unión Nacional de Estudiantes, UNE), impulsan una política de “elección directa al rector”, algunos pintándose más de “rojo” levantando la consigna de “gobierno tripartito” sin decir cómo se conquista y planteando esto como una acción sólo para la USP, aislada, sin llamar a la unidad obrero-estudiantil, sin luchar por unificar las filas obreras, sin derrumbar a la burocracia, sin acciones revolucionarias para enfrentar el ataque de los capitalistas, como plantean la LER o el PCO, por ejemplo.
Estas corrientes quisieron imponer que la marcha del 15 de octubre se dirigiese a la USP y no al Palacio de los Bandeirantes (Casa de Gobierno del Estado de San Pablo) como estaba definido, otros llamaron a movilizarse a la avenida Paulista, o sea bien lejos de las instituciones de gobierno.
Los jóvenes explotados que estaban presentes y el Black Bloc, después de prepararse para marchar, tomaron la cabecera de la marcha. Antes de que se comience con la movilización toda la izquierda hizo una sentada en la calle y comenzaron a levantar solo las demandas de la USP al grito de “democracia ya”. La indignación de los jóvenes secundarios y la juventud obrera comenzó a recorrer toda la marcha. “Pensábamos que esta marcha era por una cuestión colectiva”, “nosotros no tenemos acceso a la USP”, “ustedes sólo gritan y ante el primer gas salen todos corriendo”, “son todos hijos de la burguesía”, y todo tipo de insultos contra la izquierda se gritaban en la marcha, que estaba paralizada para ver quién la encabezaba.
Era claro que la juventud obrera planteaba una política de luchar por todas las demandas en curso, junto a los trabajadores de todo el país, por la libertad de los presos y contra la represión, por eso combatimos junto a ellos. Ellos no tenían ninguna intensión de pelear por la cabecera de la marcha, inclusive estaban dispuestos a ocupar los laterales de la movilización, como les “proponía” la izquierda, pero se percataron rápidamente que en los laterales de las marchas es por donde se mueve la policía y que desde el comienzo los marcaba e intentaba identificar para después cazarlos.
La marcha comenzó a andar, hizo cuatro cuadras y la izquierda rompió la marcha al medio y dobló en la esquina, en una clara política de desviarla hasta la USP y de separarse del Black Bloc y la juventud explotada. Igualmente los jóvenes se adelantaron y volvieron a tomar la cabecera de la marcha. Esto complicó muchísimo más las cosas, algunos burócratas de la juventud del PSTU comenzaron a insultar a los jóvenes del Black Bloc y comenzaron algunos forcejeos. Ahí, junto a la gran mayoría de los jóvenes explotados y del Black Bloc, les gritábamos: “Juntos y UNE que se vayan a la mierda”, “pacifismo es para la iglesia de Cristo” y “policía no es peón, es perro guardián del patrón”.
Esta respuesta es la que sale de las profundidades de las masas explotadas que durante décadas fueron olvidadas y traicionadas por la izquierda sostenedora del PT y la aristocracia obrera de Brasil.
¿Cómo la juventud obrera que por millones entran al combate y son los que obligaron a retroceder (aunque más no sea 20 ctvs) el precio del transporte, no se va a sublevar y enfrentar a las direcciones que la dejaron postergada durante décadas?
Esta izquierda reformista de la Conlutas, del PSTU y PSOL, no le puede imponer sus decisiones a la juventud trabajadora y a millones de obreros esclavos que entran a la lucha. Es que se trata de la misma izquierda que apoyaba las “huelgas” de la Policía asesina de la juventud obrera en las favelas y barrios proletarios. Entonces ¿de que se queja esa izquierda reformista cuando la juventud obrera no les deja encabezar sus movilizaciones y su lucha?
La marcha ya estaba totalmente tensionada, hasta que en un momento un dirigente del PSTU empujó a un joven del Black Bloc. Ahí ya comenzó un forcejeo mayor entre el Black Bloc y la izquierda pequeñoburguesa, por lo que la juventud obrera presente en la marcha les decía “ahora van a ver lo que nos representa” y comenzaron a rebolearle bolsas de basura y los hicieron retroceder.
La marcha no había avanzado más de 15 cuadras, y ya estaba totalmente dividida. Así, aprovechando la división de la marcha, la policía comenzó a reprimir duramente y comenzó la cacería de la juventud obrera que estaba en la marcha, los únicos que quedaron resistiendo la represión fue el Black Bloc, jóvenes obreros y estudiantes secundarios y nosotros, pero ya la marcha estaba toda dividida y sólo se podía retroceder. Cuando los manifestantes comenzamos a replegarnos y a concentrarnos nuevamente, toda la izquierda comenzó a subirse a los colectivos que iban en dirección a la USP. Acabaron con la marcha.
Fue flagrante la política traidora de la izquierda reformista que, como el PSTU, el PSOL y demás, terminaron con la marcha en menos de media hora ya que estaban todos juntos queriendo que la marcha se desviase a la USP.
Las corrientes de la izquierda reformista no defienden los intereses de la clase obrera
y de la juventud explotada
¡PASO A LA JUVENTUD OBRERA!
Lo que determinó la política del PSOL y el PSTU, y de toda la izquierda reformista, es que ellos no reconocen ningún método de lucha que no sea dentro de los marcos de los estatutos de la burocracia sindical y del Ministerio de Trabajo. Son parlamentaristas en los parlamentos, son sindicalistas en los sindicatos. No reconocen a los jóvenes obreros que no están en los sindicatos, no reconocen la lucha política, ni la acción de revuelta, ni la lucha extraparlamentaria. Ellos no hacen más que plantear una posición típica de las corrientes de la aristocracia obrera y de la pequeño burguesía, y actúan con la juventud explotada y los jóvenes organizados en el Black Bloc de la misma forma que actuaron los partidos socialimperialistas contra los jóvenes de las citês francesas, o contra los jóvenes de Inglaterra, donde no reconocían sus acciones como legítimas y sólo se dedicaron a llamarlos “vándalos”.
Son corrientes pacifistas, que abandonaron a su suerte a los obreros que se amontonan en las favelas militarizadas, llamando a democratizar a la policía y apoyando las “huelgas” de estos perros guardianes de los explotadores. Su posición respecto al estado y su aparto represivo los muestra tal cual son.
Es por eso que se chocan de frente con los jóvenes que odian a la policía y que no reconocen a las direcciones de los sindicatos, ni mucho menos a las corrientes de izquierda que se agazapan en la USP, no los reconocen porque su programa NO REPRESENTA NI A LA JUVENTUD OBRERA, NI LOS INTERESES DE LOS EXPLOTADOS. Ellos se han colocado como correa de transmisión de los intereses de la pequeñoburguesía en las universidades y de la aristocracia y la burocracia de los sindicatos que agrupa solo al 5% de la clase obrera.
Por ello en las fábricas firman acuerdos de despidos, reducción salarial y aumento de la jornada de trabajo como lo hizo la CSP-Conlutas (avalada por toda la izquierda reformista) en la GM de San José, bajo la excusa de que “era lo único posible, porque los trabajadores no tienen conciencia”, es por eso que Zé María (Presidente del PSTU) sigue denigrando públicamente a los jóvenes del Black Bloc, diciéndoles que ellos generan la represión y, de la misma forma que toda la pequeño burguesía, sale públicamente a decir “Basta de Black Bloc”, una verdadera vergüenza. Así demuestran que no tienen ninguna intención de organizar a los sectores más explotados del proletariado: la juventud obrera que hoy combate en las calles; de la que el Black Bloc es uno de sus componentes.
Una nueva generación de la clase obrera comienza a combatir en Brasil
Sólo bajo las banderas de la IV Internacional no serán llevadas a nuevas frustraciones y catástrofes
¡SÓLO LA IV INTERNACIONAL REPRESENTA
LOS INTERESES DE LOS EXPLOTADOS!
Desde el Comité Revolucionario Obrero y Juvenil por la Autoorganización, decimos junto a la juventud explotada y las nuevas generaciones que combaten en las calles: estas direcciones ¡NO NOS REPRESENTAN! Ellos no son la revolución, son la reforma.
Es por eso que luchamos por unificar las filas obreras y juveniles, para que las organizaciones de lucha rompan con el Estado y la patronal, para ponerle el pie en el pecho al gobierno y a todos los explotadores; ellos quieren que se mantengan las luchas separadas sector por sector para que sean derrotadas. Nosotros luchamos por enfrentar la represión y liberar a todos los presos políticos, poniendo en pie Comités de autodefensa en cada fábrica, barrio y escuela; ellos impulsan acciones pacifistas en las calles y envenenan la conciencia de los trabajadores diciendo que la policía asesina puede democratizarse y que estos represores a cuenta de los explotadores son trabajadores. Nosotros luchamos por la unidad obrero-estudiantil en comités de lucha centralizados como en los ’70, para conquistar la huelga general revolucionaria, abrir la revolución y derrotar al gobierno, al régimen y destruir al estado burgués; ellos quieren que sigamos luchando separados, garantizando el “Orden y Progreso” de la patronal y de las transnacionales sobre la miseria de los explotados.
Es justamente contra las direcciones reformistas que las nuevas generaciones de la clase obrera se rebelan. Ellos comienzan a distinguir en estas direcciones a los responsables de inspirar el miedo y la docilidad de los oprimidos a los opresores, a los que durante años ahogaron el espíritu de protesta y de rebeldía, y a los que remplazaron la voluntad de las masas por la de sus jefes, la persuasión por la coacción y el análisis de la realidad por la demagogia y la falsificación.
La juventud obrera, que hoy es la protagonista de los combates históricos contra los capitalistas en Brasil, con su grito de “Ellos no nos representan” no hacen más que desenmascarar a las corrientes de la izquierda reformista, que han prostituido al marxismo, y los comienza a mostrar tal cual son: enemigos mortales de la revolución proletaria.
Es por eso que sólo el programa de la IV Internacional representa los intereses de los explotados y marca el camino para vencer. La IV Internacional se esfuerza en inspirar a la juventud confianza en sus propias fuerzas, en su entusiasmo y en su espíritu ofensivo, con los cuales se asegurarán los primeros triunfos. Las organizaciones oportunistas concentran sus intereses en las capas superiores de la clase obrera y, en consecuencia, ignoran tanto a la juventud explotada como a las mujeres trabajadoras. Por eso, es que la garantía de victoria de los actuales y próximos combates sigue estando bajo las limpias banderas de la IV Internacional, que debe ser refundada. Por eso llamamos a la juventud obrera, a la mujer trabajadora, a la juventud organizada en el Black Bloc, a dar juntos este combate, para no dejar piedra sobre piedra del capitalismo putrefacto, enfrentando decididamente a todas las direcciones que actúan como enfermeros de este sistema pestilente. ¡Paso a la juventud! ¡Paso a la mujer trabajadora!
Comité Revolucionario Obrero y Juvenil por la Autoorganización
Adherente de la FLTI-Colectivo por la IV Internacional |