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CHUBUT - Diciembre de 2021

Voces de los trabajadores que enfrentaron en la primera línea a las mineras imperialistas y al gobierno hambreador de Arcioni

Luego de seis días de una enorme sublevación, hablan sus protagonistas

 

Nos encontramos con decenas de compañeras y compañeros con los que habíamos peleado juntos en el 2019 y rápidamente nos reconocimos nuevamente como parte de la misma lucha.
En la cancha de fútbol donde funcionaba la asamblea de autoconvocados, nos juntamos entre todos para votar que nadie abandonaba las calles hasta derrotar la zonificación, hasta tirar a Arcioni y hasta que se vayan todos.
Ya todo se resolvía en asamblea. La democracia directa y la autoorganización de los trabajadores y el pueblo en lucha estaban conquistadas. Así se organizaron los sindicatos combativos que intervinieron en esta gran gesta de los trabajadores de la Patagonia. Apoyaron su lucha en las asambleas y se autoconvocaron por fuera de los traidores de la burocracia sindical.
Estoy viendo los partes que llegan de los distintos partidos de izquierda que han enviado compañeros desde Buenos Aires, pero ninguno constata este hecho. ¿Por qué ocultan cómo se organizaron los trabajadores y el pueblo, con democracia directa para pelear? Espero que reflejen esto en su prensa. Es que no tomar este hecho como clave y fundamental, sería no comprender nada de lo que pasó aquí.

Nadie abandona la plaza aunque la asamblea había terminado. Todos nos quedamos tomando mate y charlando.
“¿Cómo están tanto tiempo?”, nos decían las compañeras y compañeros con los que nos habíamos dejado de ver producto de la pandemia y las restricciones para moverse de ciudad a ciudad. Los primeros comentarios que nos hacían saber cada uno de ellos giraban en torno a los combates del jueves 16/12 por la madrugada y el viernes 17/12: “…nosotros estamos cansados, pero seguimos firmes, muchos aún tienen heridas en sus cuerpos, decenas de heridas de perdigones y uno de nuestros compañeros, Gustavito, fue herido gravemente en la pierna y aún sigue internado”.

“Este es el mundo al revés”, nos dice un joven que había venido desde Madryn. “¿Cómo puede ser que en esta provincia tan rica haya tanta desocupación? ¿Cómo puede ser que nuestros compañeros heridos no tengan ni siquiera un poco de agua oxigenada y vendas en los hospitales para tratar sus heridas? Este gobierno tiene que caer”.

La compañera Me, profesora de educación secundaria nos contaba: “enfrentamos de todo en estos seis días. La policía nos tiró con todo, con goma y plomo. Nosotros sabíamos que eso iba a pasar. Pero esta fue una lucha de todos y por eso muchos marchamos con nuestros hijos y bebés en brazos. A la policía no le importó, nos tiraron a todos, a nuestros hijos y hermanitos. Cuando vivimos eso sabíamos que ya no íbamos a dar marcha atrás”.
Y luego me comenta:No sé cómo empezó con el fuego en la Casa de Gobierno, pero todos pusimos un poco de chispa ahí y los hicimos arder. La represión fue salvaje, retrocedimos y avanzamos cada vez que podíamos y en el camino, no quedó un solo edificio del gobierno sano. Nuestro odio fue dirigido a ellos. Los móviles de la policía también fueron incendiados.
Quisieron usar matones de la UOCRA, pero los estibadores que eran la primera línea los hicieron huir como ratas de la gobernación”.

Esto mismo afirma de primera mano un compañero marinero: “Cuando nos enteramos de la votación de la Ley, desde el cuerpo de delegados del SOMU hicimos una asamblea general, votamos por unanimidad el paro contra la megaminería, porque sabíamos que si se avanzaba en esta ley luego irían por la Ley de Pesca para saquear más los recursos del mar y ponernos a nosotros a trabajar como esclavos. Terminamos la asamblea de nuestro gremio y comenzaron a llegar llamadas desde el STIA o el SUPA y ellos también habían votado ir al paro. Hicimos una asamblea general de los cuatro gremios de la industria pesquera y desde el 16 de diciembre estamos en huelga general”.

La enorme unidad en la lucha se veía con claridad en la gran hospitalidad que recibimos de todos aquellos que llegábamos desde otras ciudades era inmensa. Cada uno de los que sabía que habíamos llegado desde Comodoro nos preguntaban: “¿Tienen dónde dormir? ¿Movilidad necesitan? ¿En qué los podemos ayudar para que puedan quedarse el tiempo que sea necesario?”. De inmediato nos hicieron sentir como en casa.

Inmediatamente teníamos un alojamiento garantizado por los compañeros que venían luchando en Rawson. Esta actitud se repetía con todos aquellos que arribábamos a la capital.

Todos nos conocíamos y reconocíamos de la misma lucha, habíamos compartido combates anteriores, y las asambleas generales eran los verdaderos organismos de decisión de qué se hacía cada uno de los días, tanto en Rawson como en todas las ciudades. Mientras esto sucedía en Rawson, en Madryn y Trelew las fileteras y portuarios se mantenían incólumes en las rutas. Estas tres ciudades estaban absolutamente paralizadas y el único organismo que definía, incluso por dónde circular con los vehículos, eran las asambleas de autoconvocados.

¿Y el gobierno? ¿Y los legisladores? Habían huido espantados de la furia de las masas en lucha.

Terminada la asamblea en la cancha de fútbol volvimos a la casa de gobierno. Frente a la puerta principal de la gobernación está la casa del gobernador y allí mantuvimos un asentamiento donde a cada momento retumbaba ¡Fuera Arcioni! ¡Que se vayan todos, que no quede ni uno solo!

Por la tarde se da a conocer una conferencia de prensa desde Comodoro Rivadavia donde Arcioni anuncia la suspensión de la Ley de Zonificación y que estarían estudiando el llamado a un Plebiscito.

¿Quién podía creerle algo al gobierno en estas condiciones? Nadie. Y rápidamente se agota la maniobra de la farsa de un plebiscito de Arcioni y sus legisladores. Enseguida salió la posición de que el plebiscito ya se había realizado en las calles, derrotando a Arcioni y a su policía asesina y que este acabaría cuando lo echemos como a De la Rúa. Una nueva resolución se tomaba en todas las asambleas de la provincia, “¡Ni plebiscito, ni suspensión, derogación YA! ¡Abajo Arcioni y todos los políticos corruptos!”. Esa fue la respuesta inmediata.

Esa noche nos fuimos a descansar temprano, porque a primera hora comenzaría a sesionar la legislatura de forma virtual para darle tratamiento nuevamente a la Ley de Zonificación y ya anunciaban por anticipado la posibilidad de derogar la ley.

Los trabajadores ya no delegaban más en nadie, sabían que su poder estaba en las asambleas generales de todos los sectores en lucha.

Ante la campaña de calumnias reproducidas por la prensa burguesa contra los que luchábamos en las calles, todos los que combatían necesitaban dar a conocer la situación real que se vivía y por eso nos pedían que registráramos en fotos, videos y transmisiones cada uno de los hechos que se producían. Nos dieron fotos y videos que ellos mismos habían tomado para que se difundan de primera mano las acciones y que la información no sea manipulada contra todos los sectores en lucha.

El odio inconmensurable contra la policía y las fuerzas represivas era evidente, su cobardía al balear a niños, mujeres, ancianos y las propias casas de los trabajadores en sus barrios. “Que no queden dudas para ninguno que, luego de votada la ley de zonificación, tuvimos dos durísimos días de represión y cacería por parte del Estado”, nos explicaba la compañera Ro, trabajadora estatal. Y continuaba afirmando: “No nos vamos a olvidar nunca más de esto.
Años atrás parecíamos cinco gatos locos marchando, el gobierno nos reprimía y nos encarcelada. A nosotros nos llevaron detenidos en el 2020, nos armaron causas y pudimos darlas vuelta. Pero ahora ya no éramos cinco gatos locos, éramos miles, y sabíamos que teníamos razón, la gente se dio cuenta de eso, porque antes nos atacaban a nosotros separados de los trabajadores, pero ahora vinieron por todos nosotros y nosotros fuimos contra todos ellos.
Por eso esto sigue. Esto no se detiene, se tienen que ir todos.”

Algo similar nos decía Cr, docente y trabajador estatal: “Fue muy salvaje la represión al día siguiente de la votación de la ley de zonificación, pero nos defendimos bien. Compañeros y compañeras fueron detenidos, muchos heridos. Incluso, la policía nos intentó cazar casa a casa porque los vecinos y muchos comerciantes nos abrían sus puertas para refugiarnos de la balacera y los gases.
Nuestros compañeros de la pesca y los jóvenes eran los más aguerridos, los vecinos fueron totalmente solidarios. Y por eso los hicimos retroceder.
La policía cobarde empezó a ir a nuestros barrios a la noche como paso en el Barrio Río Chubut, pero también los esperamos ahí y los sacamos, aunque muchos chicos quedaron heridos. Pero los sacamos, porque defendimos nuestras casas y a nuestras familias.”

El 21 de diciembre por la mañana, los legisladores escondidos tras una pantalla de computadora, comenzaron desde las 9 a sesionar de forma virtual. La gente se sentía fuerte y ya se anticipaba a que los mismos que habían votado la ley de zonificación iban a tener que retroceder.

Y finalmente fue así. La legislatura aprobó por unanimidad la derogación de la Ley de Zonificación. Todos estaban orgullosos, conformes porque habían hecho retroceder la ley, pero no fue algarabía y fiesta lo que se vivió. Se abrió una enorme reflexión entre todas y todos los compañeros que habían seguido atentamente la fantochada de la sesión de la Legislatura vía teleconferencia. “¿Cómo seguimos ahora?” “Dieron marcha atrás con la ley, pero no podemos abandonar las calles” “Arcioni sigue en el poder, los políticos corruptos de la legislatura igual, hasta que no se vayan todos no podemos dejar de luchar”, eran las frases que se repetían en cada esquina del centro, frente a la Casa de Gobierno que, por las altas temperaturas de la tarde hacían que los elementos carbonizados dentro de ese edificio emanaran un profundo olor a humo. Tomamos unos mates bajo la sombra de los árboles y nos fuimos a descansar, a la tarde teníamos una nueva marcha que terminaría en la asamblea general en todas las plazas de la provincia.

La compañera Re, joven trabajadora de Rawson, que había se había defendido también de la represión en el Barrio Río Chubut nos decía luego de darse a conocer la derogación de la Ley de Zonificación: “Ya no les creemos más nada a los políticos. Por eso cuando Arcioni anunció el plebiscito y la suspensión de la ley de zonificación nosotros dijimos ¡No, derogación, que se vaya Arcioni y que se vayan todos!
La legislatura tuvo que sesionar de forma virtual y todos estos sinvergüenzas de los diputados tuvieron que votar la derogación. Esto es un primer paso, enorme para nosotros. Y lo conquistamos en la lucha.
Pero sabemos que esto no terminó, recién empieza.”

No podíamos menos que ir a buscar a Gustavito, un joven trabajador que vive al día de trabajos eventuales. Él fue gravemente herido en la parte baja de su pierna. Desde la madrugada del jueves 16 se encuentra internado en el Hospital de Rawson.

Yo me movilicé como lo hizo todo el mundo acá, no podíamos permitir que nos roben el agua. Soy desocupado, iba a empezar a trabajar pintando una casa al otro día de la represión, pero ahora no sé si voy a volver a poder subir una escalera, ni siquiera estoy seguro de poder volver a caminar normalmente.

El recuerdo de la noche del miércoles y la madrugada del jueves es muy tenebroso. Literalmente nos cazaron, nos encerraron y nos persiguieron cuadra por cuadra. A mí me agarraron en una esquina, me encerraron con una camioneta. Se bajaron dos con escudo y dos con itakas, a escasos metros uno de los policías armados me disparó a quemarropa, caí de inmediato al piso y comenzaron a pegarme con las cachiporras, luego volvieron a subirse a la camioneta para seguir reprimiendo a otros compañeros.

Me levanté como pude y algunas personas vinieron a ayudarme. Estaba mareado y vi que tenía el gemelo negro, lleno de pólvora. Un compañero me echó agua y de inmediato comenzó a salirme sangre a borbotones, me habían sacado casi todo el músculo de un itakazo.

Ahora estoy en el hospital, incluso estoy con otro compañero que también está herido y los dos sabemos que vamos a pasar las fiestas internados. Pero queremos salir bien de esta, queremos curarnos lo más posible.

El dolor que tengo es muy intenso, es una quemazón que siento en toda la herida varias veces al día. Yo ya me convencí a mí mismo de que tengo que ser fuerte, tener paciencia, porque esta es la única manera de poder salir bien del hospital. Mi vida no va a ser la misma, pero tengo que seguir adelante.

Muchos de nosotros fuimos heridos, yo estoy muy mal. Pero sin embargo me enteré que la ley de zonificación se derogó y que uno de los objetivos que teníamos se había cumplido. Supe que todo lo que habíamos hecho no había sido en vano y eso me llena de orgullo.

Quiero saludar a todos mis compañeros de lucha. Yo me voy a recuperar lo más pronto que pueda, porque sé que esto no ha terminado aún, esto sigue. El gobierno tiene que caer, Arcioni y todos los políticos corruptos se tienen que ir, la represión tiene que terminarse de una vez por todas. Nosotros ya decidimos que ‘No es No’ y nadie nos va a hacer cambiar de opinión aunque nos sigan reprimiendo como lo vienen haciendo.”

 

Estuvimos con la compañera Noelia Silva, trabajadora en lucha e integrante de la Comisión contra la Impunidad.

Ella nos dijo: “Quiero agradecerle a Democracia Obrera por difundir estas palabras y estar en esta lucha poniendo el cuerpo.

Estoy bastante agotada, pero creo que la primera conclusión que saco de este gran Chubutazo, es que se cumplió esa frase que dice que ‘solo el pueblo salva al pueblo’.

Hemos vivido en estos días situaciones de mucha violencia, aunque hace años que la sufrimos, pero el 15 de diciembre, con la aprobación de la Ley de Zonificación superó todas las violencias que este pueblo viene sufriendo. El pueblo dijo basta. Nos habían subestimado y se equivocaron, no creyeron que íbamos a tener tanta fuerza.

Celebro esto, celebro lo que hizo la juventud que le puso el cuerpo.

Esto es algo que me interesa reivindicar, que es la actitud de la juventud, que estuvieron en la primera línea, los que recibieron los tiros… los que tiraron piedras, los que prendieron fuego todo y entendieron que alguna vez teníamos que dejar de ser el blanco nosotros de toda la violencia, que este Estado es horriblemente represor y violador de nuestros derechos. Entonces era más que justificada la furia.

Reivindico la furia del pueblo hecho acción, porque estamos hartos de comernos las broncas. Entonces también entiendo que, sin esta primera línea de compañeros y compañeras, no hubiésemos dado vuelta tan rápido esta ley.

Hicimos historia y aún no lo terminamos de dimensionar la grandeza del acto político enorme que hicimos.

Le demostramos a todo el país y a todos los países del mundo que con el pueblo no se jode y que si nos lo proponemos podemos tener el poder.

Hoy nos toca relajarnos un poco, pero esto sigue. Porque no podemos confiar en esta democracia de estos corruptos que les encanta manosear al pueblo. Por eso vamos a ir contra ese plebiscito, que se vote la Iniciativa Popular que es nuestra ley y la única que vamos a aceptar.

Acá no se terminó nada. Vamos a salir con la misma furia, porque este pueblo ya sabe. Nos midieron, nos quisieron tomar el pelo, quisieron hacernos pasar por ‘500 locos ruidosos’ y se encontraron con miles de enfurecidos que enseñamos qué es la dignidad.

Desde la Comisión Contra la Impunidad seguimos trabajando con las denuncias de los heridos y denunciando esto, estuvimos en los hospitales y la represión de la policía fue feroz. Fue una bestialidad como manejaron lo que ellos llaman ‘garantizar la paz’ a los tiros.

Hemos visto que el verdadero terrorista es el Estado y no los que luchamos.

Hirieron a muchos compañeros y compañeras, hay niños con decenas de impactos de bala de goma en sus torsos y piernas. Por eso estamos preparando una denuncia conjunta en todos los organismos de Derechos Humanos contra esta represión estatal.

Quisiera abrazar a todos ustedes, pero hoy me toca estar con mi familia. En estas luchas faltamos mucho en nuestras casas, pero sabemos que esta lucha es por nuestras familias. Cuenten conmigo para todo lo que necesiten.”

 

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Arde la Casa de Gobierno de Chubut


Obreros de la pesca en corte de ruta en Trelew


Paro de los obreros de la empresa Anchoas Patagonicas


Represion de la policia asesina


Herida del compañero Gustavito


Obrero estibador herido durante la represion

 

 

 

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