A continuación presentamos a nuestros lectores una primera reflexión del Comité Ejecutivo Internacional de la FLTI a modo de carta a todos sus componentes, al calor de los acontecimientos en Argentina del 20 de diciembre de 2012, acontecimientos que han ocupado las primeras planas de la prensa internacional y sobre los que los revolucionarios y la clase obrera tienen mucho para decir. A propósito de los levantamientos por el hambre en Argentina: Compañeros: Como primera medida, para comprender las revueltas espontaneas motorizadas por el hambre y la miseria, que se sucedieron el 20 y el 21 de este último diciembre, hay que tener en cuenta que los burócratas sindicales de la CGT y la CTA se han declarado enemigos de levantar como condición fundamental para unir a todas las capas del movimiento obrero en lucha la demanda de Trabajo Para Todos, imponiendo un turno más en todas las fábricas y distribuyendo las horas de trabajo con un salario acorde a la canasta familiar. Los dirigentes de las corrientes de la izquierda reformista siguen como la sombra al cuerpo la política de las aristocracias y a las burocracias obreras; por eso mismo miran a las capas más explotadas de la clase trabajadora, es decir a los obreros precarizados, tercerizados y en negro o desocupados, que son más del 70% de la clase obrera, como ajenos a la misma. Vale destacar que en Argentina menos de un 30% de los obreros están sindicalizados y bajo convenio, cuestión que muestra a un país devenido en una gran maquiladora de mano de obra esclava. Por eso ha de ser un cínico quien habla del “movimiento obrero argentino” olvidando a ese más del 70% de los trabajadores. Justamente el rol de las burocracias sindicales es dividir y desgarrar al extremo las filas obreras. La izquierda, sostenedora de este régimen burgués, es consecuente con esta tarea de su “majestad” la burocracia sindical. De conjunto, todos ignoran a la mayoría esclavizada del proletariado: a esa mayoría que no tiene convenio colectivo de trabajo, ni paritarias que año a año discuten el aumento salarial; esa amplia mayoría que realiza tareas durante doce o catorce horas por día de infernales ritmos de producción; esa amplia mayoría que son despedidos sin ninguna indemnización o bien que es parte de esa masa que ni siquiera tienen derecho a empleo, mucho menos un salario. Son los millones de desocupados, la capa más baja de la clase obrera, esclavizados en las cooperativas sin derechos, obligados a subsistir con limosnas, subsidios del estado, planes de trabajo totalmente precarizados “promovidos” por las municipalidades -que van de 50 a 100 dólares por mes-, son los millones de jóvenes de entre 16 y 18 años que ni estudia y ni trabaja. Estos millones de desocupados son utilizados por la patronal para reventar y bajar el salario de los obreros ocupados. Ellos son los que estallaron en estas verdaderas revueltas por el pan el pasado 20 y 21 de diciembre. En Argentina esta situación de penurias no se aguanta más. La inflación ha vuelto insoportable la subsistencia diaria; por eso, como ya es tradición histórica y un método de lucha cada vez que hay crisis en Argentina, las capas más bajas de la clase obrera comienzan a pelear atacando la propiedad privada de los capitalistas y yendo a buscar el pan a los supermercados.
Una brutal ofensiva del gobierno de Cristina, Estos acontecimientos no cayeron como un rayo en cielo sereno, estuvieron precedidos por un paro general contra el gobierno de la Kirchner, realizado el 20 de noviembre, el cual fue impuesto por presión de las capas sindicalizadas sobre el ala de la burocracia sindical “opositora” al gobierno (CGT de Moyano, CTA de Mychelli y la CGT “Azul y Blanca” de Barrionuevo). Justamente, por esta división que reina en las filas del movimiento obrero, el gobierno y los capitalistas tienen las manos libres para atacar a todos los sectores del proletariado. A los obreros que ganan más de U$S1.000 se le saca más del 35% de su salario en impuestos. A los que ganan U$S800 se les retira el subsidio por hijo. Lo que se consigue en las paritarias (negociaciones salariales) realizadas año a año se pierde con la inflación que supera al 35% anual. Al mismo tiempo que a más de 6 millones de trabajadores en negro y esclavizados, a los cuales se los súper explota por una “remuneración” inferior a los U$S350 por mes, la misma burguesía los utiliza para hundir el salario del obrero sindicalizado.
Como planteaba la III Internacional y el Programa de Transición trotskista, la única posibilidad de unir las filas obreras es partiendo de un programa que contemple las necesidades de su sector más explotado. Levantar y luchar por las demandas de “Trabajo digno para todos, un turno más en todas las fábricas y reducción de la jornada laboral, con un salario de $ 10.000 mínimo vital y móvil para todos” (similares a las que llevaron a la lucha a los obreros mineros de Marikana/Sudáfrica), se ha vuelto una necesidad impostergable también para las capas sindicalizadas que quieren mejoras salariales y la derogación del impuesto que la patronal le aplica a su salario. De lo contrario no habrá ni salario digno, ni nada, solo más explotación y padecimientos inauditos. Es que toda lucha económica seria, termina por transformarse en una lucha política contra el gobierno y el estado puesto que la crisis mundial ya ha penetrado por todos los poros en la Argentina semicolonial dejando al desnudo que donde se producen toda variedad de alimentos, de los mejores del mundo, los explotados no comen. Y cuando ellos se sublevan porque no soportan más, la izquierda reformista ¿Qué dice? “no impulsamos los saqueos, no son métodos obreros, se trata de pobres, excluidos del modelo” etc, etc. Son estas las mismas condiciones que moldearon la heroica lucha de los mineros de Marikana en Sudáfrica quienes para poner sobre la mesa sus demandas tuvieron que enfrentar a la burocracia sindical del Cosatu. En Argentina para poder comer, habrá que enfrentar a los traidores de la burocracia de los sindicatos, que como todo agente pago de la patronal es enemigo acérrimo de pelear por esta perspectiva. Pero también habrá que derrotar la política de la izquierda reformista que, ya sea de la variante stalinista o ex trotskista, no quiere organizar una verdadera lucha en los sindicatos para derrotar a la burocracia. La burguesía chilla “vándalos”, “delincuentes”. La burocracia sindical y la izquierda reformista afirman “son pobres, excluidos del modelo” Volviendo a lo que como marxistas revolucionarios definimos como levantamientos del hambre, toda la prensa internacional (dentro de ella también la argentina), mientras se sucedían estos brotes de lucha espontáneos de masas desesperadas, decían “toma de supermercados organizadas”. Pero ¿“organizadas”, por quién? ¡Mentirosos! Así, tratando como “vándalos” y “delincuentes”, tanto la fracción burguesa “oficialista” como la “opositora”, querían seguir escondiendo a la verdadera Argentina: esa donde millones no tienen ni siquiera para llevar un plato de comida a sus familias; los que esta vez dijeron basta y escaparon del control de la patronal y sus instituciones. Por eso esa furia incontenible, que por ejemplo en San Fernando enfrentó por más de 6 horas la represión policial. Lo que sí queda claro es que la burocracia sindical y la izquierda del Ministerio de Trabajo, no tienen ninguna autoridad para hablar sobre estos levantamientos por el pan, puesto que los consideran “ajenos a los métodos de la clase obrera”. Sin embargo los revolucionarios afirmamos que lo único “ajeno” a los métodos de la clase obrera es que donde dirige la burocracia sindical y la izquierda es cómplice, permiten que haya millones de obreros en negro y despedidos. Y que cuando se realizan elecciones sindicales, estos trabajadores precarizados quedan “ajenos” a todo porque no tienen derecho a votar ¡Esto es lo “ajeno” al movimiento obrero! Dejar a su suerte a millones de obreros en negro, despedidos, a millones de desocupados que sobreviven con subsidios del estado, eso es lo “ajeno” al movimiento obrero y eso lo impone la burocracia sindical, sea peronista o “de izquierda”. Sin embargo, esta enorme lucha de la clase obrera dejada a su suerte por la burocracia sindical, para superar su carácter espontaneo y por tal limitado debe avanzar a una fase superior, es decir merece y necesita elevarse a poner en pie comités de trabajadores desocupados, comités de obreros en negro, comités de fábrica, comités de abastecimiento y control de precios, contra la carestía de la vida, para luchar junto a los trabajadores sindicalizados contra el impuesto al salario y por trabajo digno. Toda la burocracia sindical salió a decir “nosotros no fuimos”, “nosotros no organizamos eso”. El FIT y toda la izquierda reformista invocaron la misma plegaria que “su majestad” la burocracia. En un sentido tienen razón: ellos no solo dejan por fuera de los sindicatos y librados a su suerte a más del 70% de los trabajadores, sino que jamás incitarían una lucha que ataque la propiedad privada y que en su dinámica enfrente al gobierno y a los parásitos imperialistas y sus transnacionales que saquean la nación. Pero a pesar de la burocracia y de los señores dirigentes de la izquierda reformistas, FUE EL HAMBRE EL QUE ORGANIZÓ a miles y miles de hambrientos que necesitan comer. En más de 40 ciudades de distintos puntos del país (Rosario-Santa Fe, San Fernando, Campana, Zárate, Martínez, Grand Bourg en Buenos Aires, San Miguel-Tucumán, Bariloche-Río Negro, etc.) se levantaron miles y miles de trabajadores precarizados, desocupados, hijos, hombres y mujeres en busca de pan y alimento. Justamente, la prueba de que de ningún modo los burócratas estimularían a las masas para que éstas irrumpan y ataquen a los capitalistas, fue la jornada del 19 de diciembre último, un día anterior a estos levantamientos espontáneos. Ese día la fracción de la burocracia de la CGT y la CTA “opositoras al gobierno” realizaron una marcha, apoyada y promovida por las corrientes reformistas, en la cual estuvieron los partidos políticos patronales “opositores” al gobierno, como el reaccionario PRO y la Unión Cívica Radical. Si la UCR, nada más y nada menos que el partido burgués que estaba en el poder y que junto a toda la patronal asesinaron a más de 40 trabajadores en los combates de la revolución argentina de 2001, que derrocaron al gobierno anti obrero de De la Rúa. La burocracia de Moyano y Michelli, junto con la izquierda reformistas, lleva a un sector de las capas más altas de la clase obrera, a una política de colaboración de clases junto a la burguesía “opositora”; mientras, en una verdadera división de tareas, las corrientes stalinistas y bolivarianas llevan a franjas de la clase obrera y los desocupados a dar su apoyo al gobierno de los Kirchner. El FIT (“Frente de Izquierda y los Trabajadores”), va y viene de un lado a otro de la soga. En las elecciones del 2011 llamaba a “cortar boleta” para que los votantes por la Kirchner a presidente vote por ellos como “diputados socialistas” al Parlamento; y el 19 de diciembre de 2012 marchó con la UCR, el PRO y demás partidos patronales que junto al aparato de la burocracia de la CGT y la CTA llevó menos de 8.000 personas a la Plaza de Mayo.
Moldeado por la crisis mundial imperialista… Hasta ayer mismo, desde este FIT, decían “enfrentar” a la burocracia en las elecciones sindicales y hoy se supedita a ella, no llamando a poner en pie a los movimientos piqueteros para volver a unir las filas obreras. La izquierda reformista es muy consciente de que hacer este tipo de emplazamiento significaría desatar los demonios que aterrorizaron a la burguesía, como los movimientos piqueteros de Mosconi y Cutral-Co, surgidos de la lucha por trabajo digno, cortando rutas y atacando a las petroleras imperialistas, y entregando nuevos mártires de la clase obrera mundial como Teresa Rodríguez, Aníbal Verón, Víctor Choque, entre muchos otros. Justamente estos movimientos piqueteros fueron la expresión organizada gestada al calor de los levantamientos revolucionarios de obreros desocupados a fines de los ‘90 y principios del 2000, que anticiparon la revolución del 2001 y su glorioso grito de independencia de clase “¡Qué se vayan todos, que no quede ni uno solo!”: combate que la izquierda reformista intenta enterrar y silenciar desde hace muchos años. Ha quedado entonces que la burocracia piquetera de la cual la izquierda reformista es parte, no es más que un apéndice de “Kolina”, la corriente de la hermana del difunto Néstor Kirchner que comanda la cartera del Ministerio de Acción y Desarrollo Social. Hasta el momento, parecía que la burguesía controlaba todo. Pero las condiciones de la crisis económica mundial ya han comenzado a llegar al MERCOSUR y a Argentina en particular; abriendo tendencias a la recesión y a la profundización de una inflación galopante que –como dijimos más arriba- ya no permite vivir en paz a ningún sector de la clase obrera e inclusive a sectores de las clases medias. La recesión europea está frenando la economía del MERCOSUR, donde Argentina de hecho está en un mercado común con Brasil (país que ya ha entrado en una fase recesiva), desde el cual se exporta a Europa y Asia. Esto agregado a que en el ciclo expansivo de la economía se multiplicó la importación de maquinaria (que por supuesto no se producen en los países semi coloniales como Argentina), y se agudizó por mil el saqueo, junto a la fuga de divisas, los retiros de utilidades y los cobros de patentes y royalties por parte de las transnacionales. Así están secando las reservas de la nación. El gobierno para mantener el dólar alto y sub devaluado el peso, le da a la “maquinita” y emite dinero sin respaldo en valores y bienes reales creados por el trabajo humano. Se gasta a cuenta, con el dinero de las cajas de jubilaciones, del sistema de salud de los sindicatos y del impuesto al salario, el déficit del funcionamiento del estado. Lentamente, en la Argentina, gran productora de alimentos, comienza a entrar la crisis económica mundial. Pero lo que desenmascara este levantamiento del hambre es que, en el país que produce trigo, soja, maíz, leche y carne, siendo el mayor productor de alimentos del mundo, se mueren de hambre y no tienen qué comer millones de explotados. El cinismo de los explotadores ya no tiene límites. Los perros guardianes del capital y el gobierno, llaman al orden y a reprimir a los “salvajes”, cuando son ellos y las transnacionales los únicos ladrones y vándalos. Son las cerealeras, asociadas a la oligarquía nativa, quienes se roban el 50% de la renta agraria. Las mineras están destruyendo la cordillera de los Andes, vaciándola de litio, cobre, oro, etc., sin pagar un solo peso de impuestos. Mientras tanto el problema para los trabajadores sigue sin resolverse. Hay capas de la clase obrera que, aunque de forma miserable, llega a comer, pero otras capas, las más arruinadas, no. Unos, centralmente los sindicalizados, presionan por mejores condiciones salariales y laborales; mientras otros, salen a reclamar o a protagonizar revueltas para poder comer mañana. Las filas de la clase obrera se han desincronizado por traición de su dirección y esto es lo que sucede hoy. El símbolo de esta desincronización se expresa en dos hechos importantes: primero hubo un paro de presión el 20 de noviembre contra el impuesto al salario y la carestía de la vida por parte de los obreros sindicalizados; y segundo, un mes más tarde, el 20 de diciembre, se dieron estos levantamientos por el hambre que estamos describiendo, donde los protagonistas fueron los sectores sin derecho a nada. Ese terror hoy lleva a que el gobierno monte guardia permanente para que la situación no se desbande, con la policía custodiando todos los supermercados del país, y cercando a los batustanes donde viven los sectores obreros más explotados. Además lleva a que la burocracia “oficialista” también tenga que salir a decir que “a la negociación del salario no se le puede poner techo”. Por ahora las clases medias han salido a la calle con consignas contra el gobierno y reaccionarias puesto que no les permiten comprar dólares, que es la moneda de ahorro de las clases medias en Argentina para cubrirse de los picos inflacionarios de las últimas décadas. Visto todos estos elementos y contradicciones, podemos decir que la situación en Argentina comienza a volverse preparatoria. Las grandes transnacionales en el MERCOSUR observan el comienzo de la caída de la tasa de ganancia. La recesión, provocada por la crisis de la economía capitalista mundial, ha comenzado a cerrarle ciertos mercados, principalmente Europa. Los estados comienzan a tener sus arcas vacías por “financiarle” sus inversiones a las transnacionales. Parecería que se está agotando un ciclo económico y político de dominio en el MERCOSUR y América Latina. Por ahora, el precio de los comodities en esta región productora de alimentos, actúa de contra-tendencia, pero a la vez genera todas estas contradicciones, porque las distintas pandillas de la burguesía no aceptan quedarse por fuera de los negocios, y los sectores hambrientos de las masas explotadas no aceptan no comer donde sobran alimentos, en un país como Argentina que produce anualmente alimentos para abastecer a más de 400 millones de personas. Los acontecimientos de Argentina demuestran nuevamente el servilismo de la “izquierda”: Por lo anterior, el ataque a los supermercados es un método de lucha espontáneo, incipiente, limitado, pero con el que comienzan a expresarse las capas más bajas de la clase obrera al inicio de una nueva crisis en ciernes. Así pasó en los convulsivos periodos anteriores, como en el 1989 y 2000-2001. La izquierda reformista desconoce esta lucha por “brutal” y “extemporánea” y por “ajena a los métodos de la clase obrera”. Los trotskistas no, además de reconocerla como lucha de la clase obrera, peleamos por que esta se desarrolle, y conquiste los organismos de autodeterminación y democracia directa. Es que así debe enfrentarse a los que saquean y roban la nación, a los monopolios, la oligarquía, los banqueros y los capitalistas. A ellos hay que encarcelar, ellos son los “vándalos” y los “sediciosos”. Ellos son la única lacra de la sociedad. Se los combate como los mineros de Marikana en Sudáfrica, como los mineros de Asturias de España, como en la Foxxconn de China, como las heroicas masas revolucionarias de Túnez, Egipto, Libia, Siria, Palestina y todo el Norte de África y Medio Oriente. Si algo tenemos que opinar sobre esta lucha espontánea de las masas es justamente su espontaneidad y falta de perspectiva; es que se saquea y se puede comer hoy pero mañana… ¿qué? Justamente en esto nada tienen de culpa los que luchan y entregan su sangre contra los capitalistas, si la tienen las direcciones que hoy están al frente del movimiento obrero internacional. Un programa obrero de emergencia Este combate de las capas más explotadas debe levantar la mira. Para ello, hoy más que nunca, está planteado un programa que unifique las filas obreras para atacar al gobierno, al régimen y a este sistema capitalista putrefacto. Por eso hay que volver a poner en pie el movimiento piquetero de desocupados que surgió en la revolución del 2001, con sus demandas de trabajo digno para todos y reducción de la jornada laboral. Hay que poner en pie miles de comités de desocupados, junto a las comisiones internas y comités de fábrica cuya dirección fue arrebatada a la burocracia. En cada barrio hay que poner en pie comités de consumidores que, con los números en la mano, demuestren el carácter de la inflación que abruma al pueblo y saquea el salario. Hay que unir en un solo cuerpo a todos los sectores de la clase obrera para pelear. La incesante carestía de la vida e inflación, pone a la orden del día pelear por abolir el secreto comercial. Pues es con él que se oculta cómo los monopolios conspiran contra los intereses de la sociedad y les ocultan a los productores y a los consumidores las maquinaciones de la explotación, el robo y el fraude. ¡Abajo el secreto comercial! Así quedarán al descubierto los tráficos y estafas de los bancos y los monopolios. De esta manera se pondrá al descubierto frente a toda la sociedad el derroche de trabajo humano, el por qué de la desocupación y la miseria, que no es más que el resultado de la anarquía capitalista y su sed de ganancia. Es para pelear por esta tarea que se deben unir los comités de fábrica junto a los comités de desocupados, para avanzar en la pelea por el control de la producción. La izquierda reformista argentina, en lugar de atacar esta espontaneidad desesperada de los hambrientos ¿Por qué no llama a poner en pie comités de desocupados junto a las comisiones internas de fábricas que ellos dirigen por centenares en Argentina para exigir un turno más en todas las fábricas y luchar juntos por el salario y la dignidad? El problema del hambre en la Argentina se resuelve inmediatamente. Basta con expropiar toda estancia o tierra de más de 1.000 hectáreas, para que coma toda la clase obrera y sus hijos gratis por el resto de sus vidas. ¡Hay que expropiar sin pago a todas las empresas de la industria alimenticia y las cadenas de intermediarios en el comercio de alimento, con lo que habría alimento digno y de alta calidad para todos! Hasta hoy, a una madre con 7 hijos, que se le muere uno de sus hijos por desnutrición se la quiere encarcelar acusándola de asesinato. ¡BASTA! Se levantaron los pobres parias, librados a su suerte por la burocracia sindical, para demostrar que ellos existen. Ellos no son la barbarie como lo quieren hacer ver, la barbarie son los banqueros, los monopolios, los capitalistas que hunden la nación. Para llevar adelante una lucha de este calibre, que todo el reformismo es enemigo de preparar y organizar, hay que justamente comenzar por sacarse de encima a todas esas direcciones de los sindicatos y a esta izquierda sostenedora del régimen burgués, con las que ya ni siquiera se puede soñar en pelear por nuestros reclamos. A once años del 2001 Porque la verdad es que hoy estamos igual o peor que en el 2001 en Argentina porque los trabajadores y el pueblo pobre no tomamos el poder, por culpa de los bolivarianos y la izquierda reformista, no sólo en Argentina sino en toda América Latina, donde expropiaron nuestro combate revolucionario. Por ello hay que comenzar a preparar la segunda revolución argentina. Para ello hay que poner en pie, como parte del combate por refundar la IV Internacional, un partido revolucionario e internacionalista de la clase obrera, que unifique sus luchas y sus demandas con la clase obrera del MERCOSUR y de toda América latina. Conquistar esta dirección, que la clase obrera se merece para triunfar, es una tarea de todas las organizaciones obreras revolucionarias del mundo. Conquistar estas lecciones y esta organización, se torna necesario para que la clase obrera, antes de que sea DEMASIADO TARDE, se prepare para pelear como en Siria, como en Libia y como pelearon los obreros de Marikana contra la Lonmin y la Anglo American. Hay que enfrentar la hipocresía y la mentira del “socialismo de mercado” de los reformistas y luchar como en Tonghua y Lingzou. Los desposeídos y hambrientos de la Argentina tienen el mismo derecho que los obreros de Asturias y sus mujeres, de levantar la consigna de “si nuestros hijos pasan hambre, los vuestros verterán sangre”. La respuesta de la burguesía es que “los pobres diablos” vuelvan a sus batustanes y a sus campos de concentración… a los barrios de los miserables, donde los agrupan como carne de explotación para los talleres de cama caliente. Los hambrientos en Argentina viven como las martirizadas masas de Gaza (Palestina) o los hambrientos que se sublevaban en Libia y Siria. ¿Rebelión o levantamiento? “Revuelta por el pan”, ¿qué significa esto? La diferencia entre revuelta y revolución es que en la revolución se concentran las fuerzas que enfrentan directamente al poder. En la revuelta es diferente, estamos frente a revueltas, es decir motines, en este caso por el pan. Es decir, al levantamiento desesperado que, al decir de Lenin, expresa fuerzas elementales de la clase, motivadas por la furia y la desesperación, pero que en sí mismas anuncian la ruptura de la paz social entre las clases. El reformismo, que condena, inclusive como “vándalos”, a un sector de la clase obrera que se subleva, jamás podrá unificar las filas de los trabajadores para luchar. Ellos saben que de la revuelta a la revolución hay un paso, porque sectores de las masas ya empiezan a ver que para comer hay que atacar la propiedad privada, estas masas hambrientas han salido del estrecho marco sindical, de lucha de presión. Para conseguir el pan, las masas comienzan a entrar en lucha política contra el orden establecido. Esta revuelta estuvo precedida por un paro general que fue mucho más potente de lo que esperaba la burocracia, lo que significa que la clase obrera le quiso pegar un golpe político al gobierno, pero no derrotarlo aún. Tanto el paro del 20 de noviembre como la revuelta por el pan del 19 de diciembre fueron dos grandes acciones obreras que el látigo del capital tendió a unir en el tiempo. Por eso todavía no estamos en una situación pre-revolucionaria. Las disputas en las alturas entre las fracciones burguesas y los monopolios y las transnacionales que se pelean por quién va a manejar los negocios en los próximos 10 años, ante la imposibilidad del kirchnerismo de seguir haciéndolo porque se agotan los tiempos institucionales, son brechas por donde se colaron las masas. No obstante, esta crisis en las alturas y estas dos acciones del 20 de noviembre y la del 20-21 de diciembre son elementos pre-revolucionarios de la situación. La ubicación reaccionaria de las clases medias -que quieren mantener un ciclo de consumo y jolgorio, profundamente gorilas y anti-obreras- en las dos fracciones que se ha dividido entre pro-clarín y pro-gobierno son, junto a las direcciones traidoras del proletariado, los elementos ultra-reaccionarios en la presente situación; la cual podemos definir como transitoria, con elementos reaccionarios y pre-revolucionarios. Ese combate sin cuartel por unir la filas obreras, contra las direcciones reformistas, estrechará la relación de los trotskistas con los futuros procesos objetivos que van a dar las masas, producto de esta nueva situación que se está abriendo. Las tareas de propaganda y de organización se vuelven decisivas. Hay que explicar qué está pasando. Hay que dar una visión marxista de los acontecimientos. Los obreros avanzados y la vanguardia necesitan saber qué pasa contra la confusión, el veneno y la charlatanería poco creíble de la izquierda reformista. El camino más corto hoy a la vanguardia es esta explicación profunda, que separa en sí misma y en el programa reforma de revolución. ¡PAN, TRABAJO Y DIGNIDAD PARA TODOS! El SAQUEO LO ORGANIZÓ EL HAMBRE, EL SAQUEO DE LAS TRANSNACIONALES, LA MISERIA Y LA ESCLAVITUD ¡ESTALLÓ LA ARGENTINA MAQUILA! SON LOS PRIMEROS PASOS DE UNA SUBLEVACIÓN DE LA CLASE OBRERA QUE DEBE UNIR SUS FILAS Y PONERSE DE PIE EL GRITO DE GUERRA DEBE SER: ¡TRABAJO DIGNO PARA TODOS! ¡UN TURNO MÁS EN TODAS LAS FÁBRICAS Y ESTABLECIEMINTOS! ¡$10.000 PARA TODOS DE SALARIO MÍNIMO, VITAL Y MOVIL, INDEXHADO MES A MES SEGÚN EL COSTO DE VIDA! ¡EXPROPIACIÓN SIN PAGO Y BAJO CONTROL OBRERO DE TODA FÁBRICA QUE CIERRE, SUSPENDA O DESPIDA! ¡HAY QUE DESCONOCER LA DEUDA CON LOS BANQUEROS Y EL IMPERIALISMO! ¡HAY QUE EXPROPIAR SIN PAGO Y BAJO CONTROL OBRERO A LOS BANQUEROS Y AL IMPERIALISMO, PARA CONQUISTAR UN PLAN DE OBRAS PÚBLICAS AL SERVICIO DE LOS EXPLOTADOS! ¡BANCA ESTATAL ÚNICA BAJO CONTROL OBRERO! ÚNICA FORMA DE DEFENDER EL CRÉDITO DEL PEQUEÑO AHORRISTA Y AL PEQUEÑO PRODUCTOR; ESTO IMPEDIRÁ, ANTES DE QUE SEA DEMASIADO TARDE, QUE LOS AHORROS SEAN SAQUEADOS POR LOS BANQUEROS COMO EN EL 2001 ¡HAY QUE EXPROPIAR SIN PAGO A LA OLIGARQUÍA Y A LAS TRANSNACIONALES! ¡HAY QUE EXPROPIAR SIN PAGO Y PONER BAJO CONTROL OBRERO TODAS LAS TIERRAS PRODUCTIVAS DE MÁS DE 1000 HECTAREAS Y LAS INDUSTRIAS ALIMENTICIAS, PARA QUE LOS TRABAJADORES COMAN DIGNAMENTE! ¡COMITÉS OBREROS DE ABASTECIMIENTO Y CONTROL DE PRECIOS! ¡ABAJO EL SECRETO COMERCIAL, PARA QUE LOS TRABAJADORES Y EL PUEBLO CON LA CONTABILIDAD DE LAS TRANSNACIONALES Y LA GRAN BURGUESÍA EN LA MANO, MUESTREN CÓMO SE LE ROBA AL PUEBLO!
¡BASTA DE BUROCRACIA SINDICAL Y PIQUETERA! QUE LAS COMISIONES INTERNAS Y CUERPOS DE DELEGADOS ARRANCADOS A LA BUROCRACIA SINDICAL LLAMEN A ORGANIZAR: ¡COMITÉS DE DESOCUPADOS, COMITÉS DE FÁBRICA Y POR LA TERCERA ASAMBLEA NACIONAL PIQUETERA DE TRABAJADORES OCUPADOS Y DESOCUPADOS! ¡HAY QUE PARARLE LA MANO AL GOBIERNO REPRESOR Y HAMBREADOR DE LA KIRCHNER! ¡HAY QUE ROMPER CON LOS GORILAS REPRESORES Y TODA LA “OPOSICIÓN” BURGUESA! ¡HAY QUE PONER DE PIE A LA CLASE OBRERA! ¡HAY QUE CONQUISTAR UN PLAN DE LUCHA Y LA HUELGA GENERAL! ¡HAY QUE PARAR LA REPRESIÓN A LOS LUCHADORES OBREROS! ¡LIBERTAD INMEDIATA E INCONDICIONAL DE LOS MÁS DE 600 PRESOS! ¡DESPROCESAMIENTO INMEDIATO DE LOS MÁS DE 6.500 LUCHADORES OBREROS Y POPULARES! ¡DISOLUCIÓN DE LA CASTA DE JUECES! ¡TRIBUNALES OBREROS Y POPULARES PARA CASTIGAR A LOS ASESINOS DE LOS 3 MUERTOS EN LAS REVUELTAS Y A TODOS LOS ASESINOS DE LA CLASE OBRERA Y EL PUEBLO POBRE! ¡COMITÉS DE AUTODEFENSA OBREROS, PARA DEFENDERSE DE LA REPRESIÓN! COMO EN EL 2001: QUE VUELVA A TRONAR ¡QUE SE VAYAN TODOS Y NO QUEDE NI UNO SOLO! ¡HAY QUE PELEAR COMO EN SUDÁFRICA, EN LA FOXXCON, COMO EN LIBIA Y COMO EN SIRIA! HAY QUE PELEAR JUNTO A NUESTROS HERMANOS DE CLASE DE AMERICA LATINA: HAY QUE ENFRENTAR A LOS GOBIERNOS GORILAS Y PRO-IMPERIALISTAS DE LOS KIRCHNER, A LOS TARIFAZOS DE MORALES, A LA CARESTÍA DE LA VIDA CHAVISTA Y A LA ENTREGA DE CUBA AL IMPERIALISMO Y OBAMA. ¡HAY QUE REFUNDAR LA IV INTERNACIONAL! ¡POR UN NUEVO PARTIDO REVOLUCIONARIO E INTERNACIONALISTA DE LA CLASE OBRERA ARGENTINA! ¡LOS ESCLAVISTAS NI SIQUIERA PUEDEN DARLE DE COMER A SUS ESCLAVOS! ¡PARA QUE LOS ESCLAVOS COMAN, DEBE COMENZAR NUEVAMENTE LA REVOLUCIÓN SOCIALISTA!
CEI de la FLTI
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