Colombia
A propósito de la cuestión colombiana:
No es una “Paz negociada”, es la entrega y rendición de la resistencia obrera y campesina.
¡Abajo el pacto contrarrevolucionario de la dirección de la FARC, el stalinismo, el gobierno pro imperialista de Santos-Uribe, sus socios bolivarianos Chávez y Castro!
¡Por un congreso Nacional de obreros y campesinos pobres para luchar por el pan, tierra, trabajo, salario,
la libertad a los presos políticos, contra el gobierno de Santos y por la expulsión de las bases militares yanquis!
¡Abajo el gobierno restauracionista de los hermanos Castro y todos los nuevos ricos del PC!
¡Abajo la farsa de la “revolución bolivariana” y el pacto Obama-Castro para restaurar el capitalismo en Cuba!
Las “negociaciones” que culminarán en la desmovilización y el desarme de la resistencia obrera y campesina, que se vienen dando entre el gobierno reaccionario de Santos y la cúpula de la guerrilla, con la activa participación como “garantes y mediadores” de los hermanos Castro y el bolivariano Chávez, no son negociaciones sino la directa entrega por parte de esta dirección contrarrevolucionaria de las FARC y el ELN, de la lucha de los sectores explotados contra el orden del capital. Esto es para acabar con la guerra civil campesina en Colombia, como parte de la contraofensiva imperialista que golpea en Siria, Palestina, Europa y China contra la clase obrera y los explotados.
Toda la burguesía bolivariana y las direcciones reformistas han conformado una “santa alianza” para estabilizar el “patio trasero” yanqui bajo la disciplina del carnicero “democrático” Obama. Chávez, Morales, Kirchner, Castro han salido a apoyar directamente a Obama y conformaron con él un verdadero pacto contrarrevolucionario continental para derrotar al proletariado y garantizar el saqueo y explotación del imperialismo. Los acontecimientos en Colombia son un capitulo fundamental del accionar de este pacto contrarrevolucionario continental. Por ello la clase obrera mundial debe seguir atentamente estos acontecimientos pues sus resultados definirán en gran medida el devenir de los proletarios del continente. Así es que, no se terminaba de contar el último voto en EE.UU. cuando el imperialista Obama (apoyado por los bolivarianos) y su gendarme sionista, protagonizan un nuevo genocidio contra el pueblo palestino.
El pacto contrarrevolucionario que está entregando la resistencia colombiana, es una réplica del accionar del stalinismo y el castrismo en los ‘80s, donde entregaron las revoluciones nicaragüense y salvadoreña en los pactos contrarrevolucionarios de Contadora y Esquipulas, para que el imperialismo aplaste la resistencia y avance sobre todo Centro y Latinoamérica. ¡La entrega de la resistencia obrera y campesina colombiana por la dirección de las FARC, es un nuevo “Contadora y Esquipulas”! Hoy los bolivarianos y el castrismo son garantes de imponer la rendición de la resistencia para que en Colombia termine de imponerse un verdadero enclave yanqui con sus bases militares, y para que los hermanos Castro terminen de ser la nueva burguesía de una Cuba capitalista.
Esto es lo que esta detrás del absoluto servilismo de Chávez con su amo Obama al que salió a dar sus condolencias por la muerte del embajador gringo, ajusticiado por la justa furia de las milicias revolucionarias en Libia, y nuevamente, en alocuciones recientes, lamentar la muerte de Gadafi. Su papel colaborador con Santos y la dirigencia de las FARC para entregar los últimos vestigios de resistencia, le permite al imperialismo y los bolivarianos reafirmar sus negocios con Unasur, mediante la combinación de las agencias mercantiles de los TLC-CAN-ALBA-MERCOSUR. Todo con el interés de mantener protegida la retaguardia del imperialismo en “su patio trasero” de América Latina.
Estas cuestiones son el verdadero trasfondo de las “negociaciones de paz” en Colombia, todo lo demás es cortina de humo.
Bajo la dirección de Obama, “final feliz” para Santos, Correa, Chávez, los hermanos Castro y demás representantes de las burguesías nativas y las transnacionales imperialistas: La sangre y los sufrimientos de las masas obreras y campesinas son una simple moneda de cambio para sus negocios
Mientras la cúpula de las FARC “negocia” con el gobierno de Santos cómo imponer la rendición de la resistencia, el estado asesino y sus paramilitares entrenados en las bases yanquis descargan una masacre sobre los campesinos pobres desposeídos. A su vez esta ofensiva se expresa en el corazón de la clase obrera con el total viraje a la extrema derecha de parte de Julio Roberto Gomez y la dirección de la Confederación General de Trabajadores (CGT), pasándose al campo del gobierno de Santos respaldando abiertamente los planes económicos dictados por los yanquis. Parecido sucede con la dirección de la Central Única de Trabajadores (CUT) donde la extrema derecha esta copando como vemos en el sindicato del Magisterio. Las disputas de burócratas entre el PCC y el MOIR le allanaron el camino a la ultraderecha para que copen las organizaciones obreras.
El imperialismo y el capital monopólico necesitan rentabilizar sus inversiones realizadas durante el periodo de crecimiento de los 90 y maximizar las ganancias a través de la política del Tratado de Libre Comercio. El ALCA fue derrotado por la insurrección de las masas revolucionarias en Latinoamérica a comienzos de este siglo XXI, y el imperialismo maniobró en su táctica llevando estos tratados país por país. Es así que con la expropiación de la revolución obrera y campesina en el continente, y en medio de este reflujo relativo de las fuerzas revolucionarias en Colombia como consecuencia de las traiciones de los stalinistas y demás reformistas, la burguesía y todos sus agentes, profundizaron en la aplicación de los planes de TLC, tal como también lo hizo en otros países con una situación semejante como México, Perú, Chile, etc.
Pero una vez manifestada la crisis capitalista en toda su magnitud, se hace evidente que estos TLC bilaterales no son suficientes para frenar la caída de la tasa de ganancia y el imperialismo necesita aplicar planes unificados a nivel continental. Ejemplo de esto es la entrega en concesión del 80% del territorio nacional a las multinacionales mineras, la industrialización a gran escala de las tierras que limitan con el Brasil en Palma e Higuerilla para la producción de biocombustible, el aumento a mas de 1 millón de barriles diarios de petróleo crudo y 45 millones de toneladas de carbón tipo B, para la producción de aceros y la entrega del 80% de producción aurífera (oro a cielo abierto).
Justamente para aplicar estos planes se requiere que sea derrotada la lucha de las masas al igual que la resistencia. Por eso estamos presenciando entonces una brutal ofensiva para terminar con la insurgencia campesina en Colombia, al igual que lanza una arremetida con medidas económicas como la reforma tributaria que elimina impuestos a las multinacionales por 7 billones de pesos, mientras aumenta los gravámenes a los obreros y el resto de la población, recorta el presupuesto nacional con lo cual liquida la salud, educación, y aumenta impuestos para contribuirle en recuperar la tasa de ganancia a multinacionales, descargando estas medidas en los hombros de los trabajadores y campesinos pobres ya de por sí golpeados.
Se entiende por tanto el papel contrarrevolucionario de las direcciones de la guerrilla, las burguesías bolivarianas, la seudoizquierda, usando el piso político que le dan los renegados y traidores del trotskismo, para expropiar las revoluciones y preparar las derrotas que tan útiles les han sido y les son en la actualidad al capitalismo mundial.
Es que estas burguesías bolivarianas han pasado de cumplir un rol indirecto como agentes del imperialismo para pasar a ser sus agentes directos y por eso preparan el terreno para la entrega de los luchadores del campo y la ciudad en Colombia, y con ello acelerar la consumación de la restauración del capitalismo en Cuba. Para todo ello, pusieron en pie el ALBA para que funcione como una bisagra y junto con la Comunidad Andina de Naciones, entre los TLC y el MERCOSUR, son solo buenos negocios para las transnacionales y la burguesía. En última instancia la dirección de las FARC que durante décadas se negó a expropiar un milímetro a las transnacionales imperilistas y a los terratenientes colombianos, quiere entrar plenamente a ese circuito de negocios, como sucedió en el Salvador posterior a la desmovilización, donde los “viejos comandantes” del Frente Farabundo Martí son los nuevos yupis del Wall Street, o como los nuevos burgueses del frente sandinista de Nicaragua en cabeza de Ortega.
Así es que el Tratado de Libre Comercio de Colombia y EU (TLC), hoy esta enlazado con el ALBA a través del restablecimiento de las relaciones económicas, (negocios por más de 13.000 millones de dólares con Venezuela). Por tanto no fue gratuito el abrazo entre Chávez y el asesino de Santos. Solo buenos negocios es lo que les interesa, a costa de años de masacres, asesinatos selectivos, entregas, para someter a la clase obrera y postrarla ante el imperialismo, para chuparles de mejor manera la sangre ¡cínicos! ¡sinvergüenzas!
¡Basta de “revolución bolivariana”, entregadora de la lucha antiimperialista de las masas latinoamericanas!
¡Romper con la burguesía es el único camino para que la clase obrera retome el camino de la revolución obrera y socialista!
Los carniceros imperialistas y las burguesías nativas sólo discuten alrededor de cuál es el mejor plan para derrotar la resistencia de las masas contra el régimen sanguinario de Santos, para terminar con el último foco de guerra civil que queda en el continente e imponer la paz social y la “legitimidad” que necesitan para asegurar sus negocios y el saqueo de América Latina.
El “antiimperialista” charlatán de Chávez en 2005 impuso el pacto contrarrevolucionario de Chávez y Uribe, refrendado con Santos, sobre la sangre derramada de la resistencia obrera y campesina colombiana y la entrega y asesinatos de jefes de las FARC. Por ello no es de extrañar que Chávez haya entregado a siete miembros y asesinado al dirigente de la FARC “Luis Freddy Rojas ‘El Cojo’” en el Estado Táchira, Venezuela, y ahora sea nombrado “mediador” en las negociaciones en La Habana, a la vez que mantiene en prisión a Julián Conrado “el cantante”.
A los pregoneros de la “rendición en paz” de las burguesías “bolivarianas” la suerte de las bases de las FARC y de la clase obrera y el pueblo colombianos los tiene sin cuidado. Mucho menos a los carniceros imperialistas que, entre bastidores, manejan esta política para disputar abiertamente la fuente de materias primas al imperialismo yanqui en su patio trasero. La sangre y las penurias de la clase obrera y los explotados, son para ellos sólo monedas de cambio de sus negocios y disputas, ahí están los 6500 presos políticos olvidados en las mazmorras del régimen de Santos y de Chávez.
Los “bolivarianos” insisten en que la feroz represión contra las masas y las FARC, por parte de 400.000 mercenarios armados hasta los dientes por el imperialismo yanqui en Colombia, ha expandido el conflicto a los países vecinos. Esos gobiernos burgueses que, como ellos mismos lo han dicho, tienen el “orgullo” de haber “pacificado” América Latina “salvándola” de los embates revolucionarios de las masas. Temen que la crisis de Colombia se expanda y que vuelva a despertar los “demonios” que desataran la revolución ecuatoriana, boliviana, argentina, mexicana de Oaxaca y el ascenso de lucha antiimperialista de las masas en el primer lustro del siglo XXI. Por eso, las burguesías del continente buscan imponer la “paz” definitiva y el desarme de las masas en toda América Latina, en momentos en que florecen sus negocios, asociadas a tal o cual potencia imperialista, con el aumento del precio del petróleo, las comodities y los minerales, mientras los explotados del continente padecen la carestía de la vida, la superexplotación, la represión y la entrega nacional. Estos son los “bolivarianos”, los supuestos “antiimperialistas”
“Paz con justicia social” para las burguesías y el imperialismo, para hacer buenos negocios sobre la sangre del proletariado y campesinado pobre de Colombia. La “paz” con justicia social, es la paz de los sepulcros.
Todos al unísono FARC, ELN, PC, Desmovilizados, MARCHA PATRIOTICA, POLO DEMOCRATICO y el resto de oportunismo, unidos hoy corean la consigna de “Paz con Justicia Social”. Se repite la escena de 1989, en un nuevo capítulo, inaugurado en La Habana, (FARC-Santos) para continuar postrando y entregando al proletariado y campesinado pobre. Por eso no es gratuito el afán de recomponer una institución de colaboración de clases como lo es MARCHA PATRIOTICA, donde terminarán todos los oportunistas que hoy manifiestan “pequeñas diferencias y matices”, pero terminarán unidos para controlar y desorganizar cualquier ala izquierda de las masas que intente enfrentar este siniestro plan.
Lo que significa “Paz con Justicia Social”, es la “paz” para la burguesía y el imperialismo hacer buenos negocios, unificando el TLC, ALBA, MERCOSUR. No es gratuito el ingreso de Venezuela al MERCOSUR, detrás están la Monsanto y la Mitsubishi que tumbaron a Lugo y están desarrollado el proyecto de la pampa bis, 30 millones de hectáreas a costa de deforestar el amazonas y despojar de las tierras a campesinos e indígenas a punta de tiros; el imperialismo ata los cabos de sus negocios, con un nuevo invitado, la nueva burguesía cubana en cabeza de los hermanos Castro.
Hoy en Colombia debe surgir un nuevo engendro de colaboración de clases, después de entrar en una profunda crisis el POLO DEMOCRATICO reventado en mil pedazos, no solo por su crisis interna y las disputas por el control de su dirección para administrar su corrupción, principalmente en la alcaldía de Bogotá, sino fundamentalmente por hacer el trabajo sucio de contener la revolución y meter la lucha obrera, estudiantil (Mane), campesina en la vía parlamentaria, la concertación y dejar a la clase postrada a la voracidad del imperialismo. Esto es el Movimiento Político y Social MARCHA PATRIOTICA. Como decía Trotsky, como limones exprimidos tratan de recomponer las desprestigiadas organizaciones, como el PC stalinista y los demás sectores de la pseudo izquierda que se sostienen todos entre sí. Todos saldrán a sostener al aparato político de los nuevos desmovilizados de las FARC que en Cuba hoy ultiman detalles para la entrega, con lo cual pretenden legitimar el régimen burgués, con la colaboración y silencio cómplice de los pseudo trotskistas.
Es por ello que, el PST (LIT), que en su última declaración y bajo el título “Negociando bajo el fuego ¡Apuesta riesgosa!” Septiembre 26, 2012 en su prensa El Socialista se limita sólo a efectuar un simple análisis periodístico de los puntos acordados entre las FARC y el gobierno de Santos para iniciar los diálogos, como cualquier prensa burguesa, silencio total y cómplice respecto al verdadero trasfondo, de contener la revolución por la izquierda y permitir al imperialismo el saqueo y la explotación más inhumana de la clase obrera. De igual manera nada se habla del proceso de restauración capitalista en Cuba, facilitado al propinarle un golpe a la clase obrera latinoamericana entregando los últimos vestigios de resistencia armada en Colombia y aplastando a la clase obrera en Venezuela, ambas con una profunda influencia del castrismo y el guevarismo. Es que, para la izquierda reformista de lo que se trata es de una “negociación forsoza” entre la FARC y el gobierno fascista de Santos. Así, de forma canalla y vergonzosa, esconden que lo que hay es una verdadera entrega de la resistencia. Es una rendición que les están imponiendo a los campesinos pobres de la resistencia al igual que a los obreros, que vienen masacrando durante años. Hoy a pesar de la nueva ofensiva del paramilitarismo como la masacre de Santa Rosa Antioquia, las amenazas de muerte a dirigentes sindicales, del control por parte de la derecha de todas las centrales obreras y sindicatos, las FARC negocian su rendición sobre la sangre derramada de sus propios camaradas para transformarse en nuevos yuppies de saco y corbata, como lo hicieron los “guerrilleros de cartón” en Nicaragua y el Salvador.
Esta agresión del estado semi-fascista colombiano, gendarme de Obama, no puede extrañarle a la clase obrera latinoamericana y mundial. Por ello, la primera tarea es ganar las calles para condenar la salvaje agresión, por la derrota del gobierno de Santos y su ejército asesino y en solidaridad con la clase obrera y los campesinos oprimidos de Colombia. Junto a ello, y también como primera tarea de la clase obrera latinoamericana y mundial, está planteada la defensa de la soberanía de Colombia que se concentra en la lucha por ¡Fuera las bases yanquis de Colombia! ¡Fuera las petroleras imperialistas! ¡Nacionalización de nuestros recursos naturales sin indemnización y bajo control obrero! ¡Abajo los pactos contrarrevolucionarios de los gobiernos boliviarianos y del TLC con Obama! ¡Yanquis Go Home!
¿Qué son los “Diálogos” y la cacareada consigna de “paz negociada”?
Es solo la entrega de la resistencia campesina e impedir la alianza revolucionaria obrera y campesina
La respuesta más inmediata que podemos darle a este interrogante es que se trata de un incontrovertible hecho histórico, no solo para Colombia sino también para Latinoamérica y el mundo.
Por su innegable y profundas implicaciones en los aspectos político, ideológico, puesto que se trata de la expresión más auténtica y entrañable del prolongado proceso de resistencia de las masas de campesinos pobres, desplazados, sin tierra, pequeña burguesía radicalizada en contra de las políticas de despojo de parcelas, fincas y propiedades por la burguesía terrateniente, políticos corruptos (gamonales y narcotraficantes), apoyadas en las fuerzas armadas y él para-militarismo. Lo que ha costado miles y miles de muertos, tanto a este sector pequeñoburgués, como al proletariado agrícola y la clase obrera en las ciudades, que no ha cedido en momento alguno en esa persistente lucha por conservar o alcanzar un trozo de tierra para trabajarla y vivir dignamente junto a sus familias. Al igual que la lucha de los obreros contra las reformas que solo pretenden descargar sobre sus hombros la crisis. Valga recordar ejemplos valerosos de esa lucha como la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos ANUC con su consigna de TIERRA PARA QUIEN LA TRABAJE Y A DESALAMBRAR, o sea la expropiación de tierras a los grandes terratenientes, la lucha de los indígenas y campesinos de color por la recuperación de sus tierras, las grandes movilizaciones campesinas de los años 80 en el nororiente Colombiano como las heroicas lucha del proletariado cañero, los obreros petroleros de Rubiales, el proletariado de la palma, y la resistencia titánica de los mineros contra la expropiación por las multinacionales.
Las FARC entre los años 1964 y 1968 son cooptadas por el Partido Comunista (estalinista), que surgió en los años 30, como producto de la campaña de desprestigio, intrigas, mentiras, amenazas y montajes en contra de los dirigentes del Partido Socialista Revolucionario. Con toda esta campaña de desprestigio al mejor estilo STALINISTA, es con lo que logran desarticular al PSR; y es de las cenizas de éste que surge el PCC (Partido Comunista Colombiano). Ya podemos saber qué clase de tumor canceroso comenzó a enquistarse en la conciencia de los obreros y campesinos para mantenerlos divididos. Sus direcciones, con sus vicios y burocratismo, tenían la tarea de cercar la resistencia y llevarla a la derrota (Yalta), a pesar de la dura resistencia de los campesinos y obreros que se reflejo en miles de luchas aisladas por tomas de tierras o la defensa de ellas. Para este sector contrarrevolucionario, que como sabemos con absoluta claridad, era el agente del stalinismo con su política de concertación, el “respeto” a la diferencia y la “tolerancia”; era y sigue siendo la colaboración de clases, ligada a la “coexistencia pacífica” con el capitalismo, para mantener divididos a obreros y campesinos pobres.
En el OOI de marzo del 2008 planteaba: “Las burguesías “bolivarianas” de Chávez y Correa, con el apoyo de la burocracia castrista, son las responsables políticos de haber expuesto, en un canje de prisioneros, a toda la dirección de las FARC en Ecuador ante los ojos vigilantes de la CIA, los yanquis y del ejército colombiano, que desde Manta y la frontera colombiana no dudaron en aprovechar esta situación para masacrarlos. Y después, cuando la sangre de la dirección de las FARC masacrada todavía no se secaba, terminaron todos festejando con abrazos y apretones de mano, la “paz” de sus negocios. Su cinismo no tiene límites. ¡Sinvergüenzas!”
Este proceso que ha tenido enorme costo para la clase obrera colombiana, como fue, entre otros, el sacrificio de varias generaciones de líderes y dirigentes obreros, estudiantiles y campesinos dejando acéfalo los sindicatos, comités estudiantiles organizaciones campesinas que ante la arremetida de las bandas de sicarios y la no construcción de milicias de autodefensa terminaron siendo cooptados por las FARC el ELN y el EPL. Así se creó la ilusión paternalista de que un grupo o una organización armada sería quien asumiera la tarea de derrotar a la burguesía y alcanzar el socialismo, dejando a la clase obrera y los campesinos pobres como simples espectadores, supeditando la lucha de clases como algo secundario, es que la guerrilla jamás confío en las masas, y mucho menos en el proletariado; por eso su actuación aislada, suplantándola.
Por tanto reafirmamos, desde la FLTI: “no coincidimos en absoluto con la política de colaboración de clases de la cúpula de las FARC que las ha convertido en un verdadero reformismo armado, ni con el método impotente y pequeñoburgués del foquismo, puesto que estamos por la autoorganización y el armamento de las amplias masas obreras y campesinas, único camino para organizar, con una dirección revolucionaria al frente, una insurrección de masas triunfante que lleve a la clase obrera al poder. Pero no le reconocemos al estado burgués colombiano, responsable del genocidio contra las masas explotadas de ese país, ningún derecho a atacar, encarcelar o juzgar a ningún militante u organización obrera o campesina que se levante y luche contra el yugo imperialista, la opresión y la explotación”.
En Colombia la desmovilización en 1990 de un sector del ELN, el EPL, QUINTIN LAME, PRT, Movimiento 19 de Abril (M19), como consecuencia de los estallidos a la caída de la EX URSS en el 89 y en momentos en que arreciaba la ofensiva del ejército burgués y el paramilitarismo contra el proletariado industrial y agrícola y contra los campesinos pobres y que cercaban por la izquierda al proletariado llevándolo al callejón sin salida por la vía parlamentaria, en cabeza del extinto POLO DEMOCRATICO y entregando la dirección de la CUT a la derecha; dándole la primera dirección disque en aras de la unidad y pruralismo al hoy vice presidentes Angelino Garzón y su aliado el ex alcalde de Bogotá Lucho Garzón y Jorge Carrillo, este último ex ministro de trabajo y fiel representante de la burguesía.
Por ello, los nuevos boliburgueses de los Castro encabezan, con prisa y sin pausa, la entrega de la resistencia colombiana. Necesitan acabar con todo vestigio de resistencia y organismos armados en el continente. Es que la restauración capitalista que tienen que imponer y asentar para nada es ni será pacífica ni nacional, como no lo fue la misma revolución cubana. La revolución latinoamericana del siglo XXI, con sus eslabones: los combates del 2001 en Argentina, Bolivia del 2003-2005, Ecuador, etc. fue lo que impidió que los Castro terminaran de entregar toda la revolución cubana e impusieran la restauración capitalista e la isla, volviendo a Cuba en una nueva “Venezuela capitalista”. Ahora pujan por asentar la restauración aplastando la resistencia en Colombia y sometiendo la revolución latinoamericana a Obama y los bolivarianos.
De las tantas lecciones que la clase obrera colombiana, latinoamericana y mundial debemos extraer de este episodio de entrega y rendición de la resistencia colombiana, una de las más valiosas conclusiones será sin duda la comprensión de que sólo las masas trabajadoras al apropiarse de los instrumentos ideológicos y organizativos, o sea un partido, una dirección revolucionaria internacionalista; sacará de escena a los “intermediarios” oportunistas y traidores fieles servidores del capital, para con su lucha permanente construir la sociedad que se merece, la sociedad socialista, dando sepultura para siempre a la humillación, el despojo y la opresión ejercidas por el decadente sistema capitalista mundial.
Por tanto en Colombia pone al rojo vivo el apotegma del trotskismo: sólo la clase obrera, acaudillando a los campesinos pobres, atacando la propiedad de la burguesía en la ciudad y en el campo, autoorganizada, armada y dirigida por una auténtica dirección revolucionaria, y con los métodos de lucha de la clase obrera -que son las huelgas y los piquetes, los comités de fábricas, las huelgas políticas y las insurrecciones de masas- puede llevar hasta el final la lucha nacional, derrocando a la burguesía, haciéndose del poder, rompiendo con el imperialismo, terminando con el latifundio y dándole la tierra a los campesinos y expropiando a los expropiadores.
¡Abajo el pacto Chávez–Castro–Santos–Obama para aplastar la resistencia colombiana entregada por la dirección de las FARC! ¡Fuera las bases militares yanquis en Colombia, Guantánamo y todo el continente sostenidas por los pactos de los bolivarianos y Obama!
¡Por un Congreso Nacional de Obreros y Campesinos Pobres para luchar por expulsar al imperialismo gringo!¡Fuera las bases militares yanquis de Colombia!¡Expropiación sin pago de las mejores tierras, para que la cultiven y trabajen los campesinos pobres! ¡Nacionalización de los recursos naturales, sin indemnización y bajo control obrero!
¡No a la Entrega de las Armas al Estado burgués: que el Armamento Pase al Proletariado y Campesinado Pobre! ¡Por Comités de Autodefensa de Obreros, Campesinos Pobres y Soldados Rasos!
¡Libertad de los más de 6000 presos políticos de Colombia, Guantánamo, de las cárceles secretas de la CIA y demás presos políticos del mundo! ¡Libertad para Julián Conrado (El cantante) preso en las mazmorras de Chávez!
¡Abajo la restauración del capitalismo en Cuba! ¡Hay que pelear como en Libia, Siria y Sudáfrica!
¡Ningún proyecto del reformismo “nacionalista”: unifiquemos nuestras luchas con el resto de la clase obrera mundial alzada!
¡Contra el pacto contrarrevolucionario continental: Por un pacto revolucionario obrero y campesino para que vuelva la revolución ecuatoriana, argentina de 2001, boliviana de 2003-05, la comuna revolucionaria de Oaxaca-México, el combate de la clase obrera norteamericana como una sola y única revolución obrera y socialista!
¡Por la Revolución Continental y Mundial! ¡Por los Estados Unidos Socialistas de Toda América!
¡Refundemos la IV Internacional sobre sus bases programáticas de 1938!
Grupo Socialista Revolucionario Trotskista Leninista, “Comuneros”, Colombia