VER DECLARACIÓN DEL 14-11
¿Y después del 20 de Noviembre qué?
Para conquistar la derogación del impuesto al salario obrero, frenar los nuevos tarifazos,
conseguir trabajo bajo convenio y salario digno para todos, y parar la represión y persecución
contra los luchadores obreros, populares y socialistas…
¡PLAN DE LUCHA Y HUELGA GENERAL!
¡Asambleas de base para votar esta moción en todas las fábricas y establecimientos del país!
¡Que vuelvan las coordinadoras! ¡Que vuelvan los piquetes como en Mosconi y Cutral-Có!
¡Que vuelvan los cortes de rutas y las ocupaciones de fábricas como en el 2001!
¡HAY QUE PARARLE LA MANO AL GOBIERNO DE LA KIRCHNER!
¡SIRVIENTE DE OBAMA, WALL STREET, LAS TRANSNACIONALES, LOS BANQUEROS Y LA PATRONAL ESCLAVISTA!
¡Ni el gobierno antiobrero de la Kirchner, ni la “oposición” gorila!
¡Todos esclavistas y enemigos de la clase obrera!
¡Hay que impedir que los dirigentes colaboracionistas dividan las filas obreras y sometan a los trabajadores al gobierno, los patrones, los banqueros, los sojeros y sus partidos políticos que matan de hambre al pueblo!
¡Congreso Obrero Nacional de las organizaciones en lucha
con delegados, votados en asambleas de base, de los trabajadores ocupados, desocupados, en negro,
contratados, tercerizados, inmigrantes y estudiantes combativos!
Con el paro del 20/11, la clase obrera reapareció en la escena política nacional
El 20 de noviembre se desarrolló el paro de 24 horas llamado por las centrales sindicales como la CGT de Moyano, la CTA de Michelli y la CGT “Azul y Blanca” de Barrionuevo. Las demandas convocantes fueron: “Suba del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias”, “asignaciones familiares para todos” y “$4.000 de plus a fin de año”.
En dicha jornada hubo más de 200 cortes de ruta en todo el país. El punto más fuerte del paro fue en Capital Federal y en el conurbano bonaerense. Allí las calles estaban desiertas. Miles de compañeros, aprovechando la legitimidad que dio el paro y los cortes de ruta, no se presentaron en sus puestos de trabajo.
En las ciudades del interior del país la medida tuvo menos efecto, sin embargo esta acción obrera ocupó el centro de la escena.
En algunos cordones industriales, como el de la zona norte del Gran Buenos Aires, las automotrices y muchas autopartistas no realizaron tareas. No porque el SMATA de Pignanelli o la UOM de Caló, ambos oficialistas, hayan adherido al paro –cuestión que no sucedió-, sino por el impedimento del ingreso de los insumos a las plantas. Los obreros de las automotrices que no podían adherirse al paro porque sus sindicatos carnereaban la medida de fuerza, sentían que al no ir a trabajar golpeaban sobre su propia patronal y sus dirigentes vendidos.
Es clave destacar que lo que se vio, más allá de las intenciones de la burocracia Moyano, de Michelli y de Barrionuevo, es que al movimiento obrero lo recorre una bronca barbará. Ya sea en sus capas sindicalizadas, mejores pagas, o en sus capas bajas y en los sectores más esclavizados. Todos sienten abuso y robo por parte del gobierno y la patronal.
La mayoría de los trabajadores, hayan adherido o no, sienten que durante el paro el movimiento obrero pudo volver a mostrar el verdadero peso que tiene. Pues, más allá de los límites impuestos por la burocracia, la clase obrera demostró que puede tener en sus manos la posibilidad de paralizar el país, porque es quien lo hace funcionar y produce todas sus riquezas.
200.000 trabajadores parando valen más que 3 millones de personas provenientes de las clases medias, aunque éstas estén movilizadas y golpeando cacerolas. Es que más allá de que el paro no afectó lo central de la industria, reafirma que la clase obrera tiene peso en la economía nacional por el rol que ocupa en la producción.
En el paro se vio un significativo esfuerzo de la base obrera. Hubo sectores de vanguardia -como los obreros gráficos que contra la burocracia de su sindicato impusieron el paro en varias plantas y talleres- que fueron la expresión de la tendencia a la unidad y coordinación para luchar que reina en la base obrera.
Los trabajadores de de Paty, de la industria de la carne, hicieron sus asambleas y votaron parar la planta. Ellos, que desde hace años vienen luchando por la unidad y la coordinación, son una expresión consciente de lo que siente en los profundo la base obrera que puja por irrumpir.
Si el paro no tuvo mayor intensidad y no se convirtió en el inicio de un verdadero plan de lucha que haga hocicar a la patronal, las transnacionales y al gobierno de la Kirchner, fue pura y exclusivamente porque la burocracia, y todos los que se subordinaron a ella, como el FIT, no lo quisieron. Es que el paro fue convocado en un acuerdo de cúpulas por arriba, a espalda de la base obrera. No se llamó a realizar una sola asamblea de base, que además de votar el paro decida poner en pie los piquetes para garantizarlo. De esta forma le quitaron la posibilidad a la base obrera de expresarse libremente. A no dudarlo que si la base obrera hubiera tenido opción de elegir, le paraba y le cortaba todas las fábricas y rutas del país, no solo el 20 de noviembre, sino todos los días que fueran necesarios hasta conseguir sus demandas.
Sin embargo la Kirchner y todo su sequito de funcionarios supo reconocer la potencialidad que tiene el movimiento obrero cuando pelea, incluso con paros parciales y limitados como el del 20 de noviembre. Saben que la adhesión por distintas vías al paro de millones de trabajadores, objetivamente, enfrenta el fenomenal robo al salario y el saqueo de los fondos jubilatorios (salario diferido) para subsidiar a la patronal. Todo este ataque al bolsillo de los trabajadores, junto al %21 del IVA (impuesto al consumo), es para pagar dólar por dólar a los parásitos de Wall Street, como aseguran los cipayos del gobierno de la Kirchner. Por ello toda su furia contra la medida de fuerza de los trabajadores.
Es que la Kirchner, como los gobiernos “bolivarianos” y los del “TLC”, es la encargada de Obama para mantener a raya a la clase obrera y garantizar el saqueo de la nación, imponiendo así el control del imperialismo yanqui sobre su “patio trasero”.
¿“Extorsión”? ¡LAS PELOTAS!
¡La Kirchner gorila y los patrones son los únicos extorsionadores!
Mientras aún continuaba desarrollándose el paro, en horas de la tarde, la Kirchner salió enfurecida a despotricar contra los trabajadores. Los acusó de “extorsionadores”, “anti democráticos” y un sinfín de otras tantas provocaciones.
El paro del 20 de noviembre tuvo un aspecto muy positivo en contra de la democracia de los patrones, es que permitió que un sector de la clase obrera que vive bajo la más férrea y sangrienta dictadura del capital en las fábricas y establecimiento, pudiera ejercer su derecho a huelga.
A la Kirchner, como a todo patrón, la enojo muchísimo que los trabajadores con sus piquetes conquistaran jalones de democracia obrera, cuestión que fue un amparo para que decenas de miles de compañeros no se presentasen a trabajar.
Es por eso que denunciamos que acá los únicos “extorsionadores” son el gobierno y el conjunto de los patrones y sus partidos políticos, que tienen a las fuerzas represivas, a la casta de jueces, a las cárceles, es decir su estado (como herramienta de dominio contra los explotados) para ejercer su dictadura contra las masas oprimidas.
Ellos, la son los que nos matan cuando salimos a luchar, los que persiguen con su justicia patronal a más de 6.000 luchadores obreros y populares, los que nos encarcelan, los que nos hunden en la miseria, los que nos quitan la salud y la educación, los que nos roban el salario, los que les pagan miles de millones de dólares al FMI y demás bancas imperialistas con el hambre del pueblo, los que entregan los recursos naturales de nuestra nación a las grandes transnacionales que manejan la economía del mundo. ¡Vivan los piquetes obreros! ¡Habría que haberles hecho no 200, sino miles en cada fábrica y ruta del país, para que se exprese verdaderamente la voluntad de los explotados contra este gobierno y régimen opresivo y anti obrero!
La Kirchner nuevamente se ha desenmascarado. Tras su rostro “progresista”, se esconde una patrona gorila de pura cepa. Su grito de son unos “extorsionadores”, fue una orden de mando para que sus jueces y policías larguen una cacería contra los dirigentes obreros. Así buscan aterrorizar a los trabajadores que buscan un camino de lucha para satisfacer sus demandas.
Para nada es de extrañar el odio de la “bolivariana”, contra este paro parcial de algunos centenares de miles de trabajadores. Sí la Kirchner, como Chaves y Fidel Castro, es amiga y sostenedora del genocida Al-Assad que masacra en Siria, de la misma forma que lo fue del ajusticiado Khadafy, ese perro asesino del pueblo libio garante de los negocios las petroleras imperialistas. ¡Los “bolivarianos” son todos enemigos de los trabajadores y las masas explotadas!
Es por ello que la clase obrera en cada una de sus luchas, para frenar la ofensiva represiva del gobierno, las transnacionales y la patronal negrera, debe levantar como su propia bandera el grito de: ¡Basta de masacrar, reprimir, encarcelar, procesar y perseguir a la clase obrera! ¡Libertad a los presos políticos y desprocesamiento de los más de 6000 luchadores obreros, populares y socialistas! ¡Paremos la persecución contra los dirigentes revolucionarios, socialistas e internacionalistas! ¡Abajo la Casta de Jueces! ¡Tribunales obreros y populares para juzgar y castigar a todos los asesinos de Mariano Ferreyra, los trabajadores del Indoamericano y de todos los mártires de la clase obrera! ¡Disolución de todas las fuerzas represivas! ¡Por un comité nacional único de autodefensa de todas las organizaciones obreras combativas!
La burocracia impidió que el paro del 20/11
sea el inicio de un Plan de Lucha nacional contra el gobierno y el conjunto de la patronal
La burocracia moyanista y michellista, jamás quisieron llamar a un paro de lucha contra la patronal y el gobierno. Y mucho menos unir al movimiento obrero. Por eso limitaron el reclamo “oficial” del paro al sector sindicalizado, con la “suba del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias” (que se le aplica al salario obrero) como demanda central.
Esta demanda, muy sentida en las capas mejor remuneradas de la clase obrera sindicalizada, deja por fuera a la mayoría de los trabajadores que están bajo convenios esclavistas o directamente en negro; ambos terriblemente flexibilizados con salarios promedio de $3.500 por mes. Ni hablemos de los trabajadores que están desocupados o “integran” las cooperativas negreras del “Plan Argentina Trabaja” de Moreno y la Kirchner que están obligados a vivir en la miseria y a comer con $6 por día.
No luchar en contra de esta terrible esclavitud y flexibilización laboral, es dejar correr el plan de la Kirchner y las trasnacionales de convertir al país en una verdadera maquiladora, donde la pésima situación que hoy viven el 70% de los trabajadores sea generalizada al 100% de la clase obrera; tal como está ocurriendo con los obreros de Paraná Metal, del Cordón del Acero, que actualmente pasaron a cobrar menos $4.000 por mes.
Michelli en conferencia de prensa habló de los trabajadores en negro, pero jamás fue su intención que los obreros sindicalizados levanten las demandas de estos sectores. Mucho menos que los trabajadores en negro, desocupados, contratados y tercerizados salgan a luchar bajo el respaldo de las centrales sindicales, cuestión que despertaría el entusiasmo de más de 10 millones de obreros que trabajan bajo pésimas condiciones.
Por eso Michelli y Moyano organizaron un paro por “arriba” para que nada escape a su control e impedir de esta manera que surjan organismos de auto organización y democracia directa de los trabajadores en lucha. Es que de haber surgido estos organismos, se hubieran expresado el conjunto de las demandas del movimiento obrero y la jornada del 20 de noviembre se hubiera transformado en una verdadera Huelga General que golpee al plexo del gobierno y el régimen.
Esta era la forma de preparar las condiciones para que los trabajadores pongamos con nuestra lucha de rodillas al gobierno y a la patronal. Solo luchando así, contra la guerra que nos han declarado y la catástrofe que nos amenaza, es decir peleando por todo, es que podemos conseguir la más mínima de las conquistas.
Por el contrario, Moyano, Michelli y demás alas de la burocracia “opositora”, terminaron juntas en una conferencia de prensa junto a la patronal de la Federación Agraria representada por Bussi. Es que su estrategia es presionar al gobierno y someter al movimiento obrero a los políticos patronales como los Scioli, los Macri, De La Sota, Duhalde, etcétera, hoy “enfrentados” al gobierno K.
Contra esta nefasta política, el 20 de noviembre estaba planteado “tomar el paro en nuestras manos”, es decir que la base obrera mande y los dirigentes acaten, para conquistar SU DEMOCRACIA, la de las asambleas y los piquetes, y levantar un programa que unifique al conjunto del movimiento obrero, comenzando por defender los intereses de sus capas más explotadas.
El FIT y la izquierda reformista: enemigos de las asambleas de base y la democracia obrera
Lamentablemente el PO, el PTS, el MAS, IS, etcétera, aplicaron al pie de la letra la política de la burocracia sindical. Ellos le prestaron su “gente” para organizar ciertos cortes en los lugares donde dirigen o tienen presencia dentro del activismo. Han acatado ejemplarmente la disciplina encomendada por sus jefes de los sindicatos. Fueron enemigos de llamar a los trabajadores a tomar el paro en sus manos, a imponer las asambleas de base y los piquetes, a desacatar incluso a las centrales que abiertamente llamaron a carnerear el paro. Por eso se negaron, por ejemplo a parar la Kraft, donde el PTS dirige la Comisión Interna, aunque le exigían a la burocracia de Daer que “hiciera asambleas”, lo que a esta altura es un chiste de mal gusto y una tragedia para los obreros de la alimentación (uno de los sectores que más lucho en los últimos tres años).
Así, subordinados a Moyano, Michelli y compañía, las corrientes reformistas impidieron que surgiera un polo de la vanguardia más combativa, que levantase un programa que unifique al conjunto del movimiento obrero, y con ello abrir la perspectiva de que se pueden gestar las condiciones para imponer un Plan de Lucha y la HUELGA GENERAL.
Hoy se lo puede ver al señor Altamira (PO) y a la dirección del PTS, totalmente exultante y extasiado con los resultados del “parazo” y del “piquetazo”. Pero todas estas no son más que frases rimbombantes para esconder que se subordinaron a Moyano y Michelli y no plantearon una alternativa de lucha a la oficialmente trazada por las centrales sindicales convocantes al paro. Tan es así que, aunque el PTS muestre como sus dirigentes aparecían en distintos canales de TV al mismo tiempo, levantaron sus “piquetes” cuando Michelli y Moyano así lo decidieron; esto es así, pues ninguno de los 200 piquetes fueron votados en asamblea de base. Cuestión que demuestra que los dirigentes del FIT son enemigos de la democracia obrera.
Con su política de someterse a los cuerpos orgánicos de las centrales sindicales estatizadas, el FIT y las corrientes reformistas, imposibilitaron que se ponga en pie una coordinadora de todas las comisiones internas (arrancadas a la burocracia) y de los delegados combativos, para disputarle la dirección de la lucha a la burocracia. De esta manera se hubiera retomado la tradición del verdadero clasismo de los ´70, donde los obreros con la coordinadora de la zona norte del Gran Buenos Aires, marchando por Panamericana, paralizando fábrica a fábrica a su paso, desacataron a la burocracia de la CGT y garantizaron una acción independiente imponiendo la Huelga General contra el gobierno de Isabel Perón y su ministro de economía Celestino Rodrigo.
¡Congreso Obrero Nacional de las organizaciones en lucha de delegados con mandato de los trabajadores ocupados, desocupados, en negro, contratados, tercerizados e inmigrantes!
¡PLAN DE LUCHA Y HUELGA GENERAL!
El paro del 20 de noviembre demostró que la clase obrera comienza a llenarse odio contra este gobierno y también contra las penurias y los enormes padecimientos que debe soportar día a día. También, señaló que se perdió una primera oportunidad de organizar una gran lucha contra la Kirchner, el imperialismo y las transnacionales, la cual como quedó demostrado no vendrá de la mano ni de Moyano, ni de Michelli.
La base obrera necesita una estrategia para unir sus filas y preparar el camino a la victoria. Las fuerzas para hacerlo ya están, porque en las profundidades del movimiento obrero no se aguantan más la inflación, los tarifazos, el ataque al salario, las infrahumanas condiciones laborales, las jornadas interminables de explotación.
Para torcerle el brazo al gobierno y la patronal, los trabajadores no podemos quedar presos del programa de “suba del mínimo no imponible” que proponen Moyano y Michelli. El salario no es una “ganancia¨, es el valor de la reproducción de nuestra fuerza de trabajo. Por eso la lucha, para que nunca más se nos robe un solo centavo a los trabajadores, tiene que ser por eliminar este impuesto.
Además, debemos impedir que utilicen nuestras energías para llevarlas a los pies de los patrones y sus políticos, tanto oficialistas como opositores. Es que cada vez que a los trabajadores nos sometieron a nuestros verdugos, terminamos perdiendo todo, mientras los patrones se enriquecen.
El paro del 20/11, como quedó demostrado, bajo la dirección de Moyano, Michelli y Barrionuevo no fue suficiente para quebrar los planes antiobreros de la Kirchner, las transnacionales del MERCOSUR, y el conjunto de la patronal esclavista. No hubo “suba del mínimo no imponible”, no hubo “asignaciones familiares para todos”, ni “plus de $4.000”, ni mucho menos las demandas de la mayoría de la clase obrera… Lo que vino después del paro fue un redoblado ataque de la Kirchner con un nuevo tarifazo y los cumplimientos de pago de la fraudulenta deuda externa.
¡Basta! ¡Hay que parar la guerra que la patronal y su gobierno les declararon a los trabajadores! ¡Hay que conquistar un programa para reagrupar las filas obreras que unifique todos nuestros reclamos!
¡Hay que sembrar las fábricas y establecimientos de asambleas de base y formar comités de fábrica para unir a efectivos, contratados, tercerizados, despedidos, suspendidos y desocupados!
¡Que el movimiento piquetero rompa con su subordinación al Ministerio de Acción Social y a las municipalidades, y se vuelvan a llenar las rutas de piquetes! ¡Para que vuelva el movimiento piquetero revolucionario de Mosconi atacando la propiedad de los capitalistas!
¡Que los sindicatos y las organizaciones obreras rompan con la burguesía y sus instituciones como el Ministerio de Trabajo, la Justicia patronal, las Legislaturas y el Parlamento! ¡Fuera las manos del estado de las organizaciones obreras! ¡Abajo la Ley de Asociaciones Profesionales!
¡Hay que imponer la democracia obrera y recuperar nuestras organizaciones para la lucha! Las comisiones internas, cuerpos de delegados y seccionales combativas arrebatadas a la burocracia sindical, como en Kraft, gráficos en lucha, Subte, Línea 60, Ferroviarios de Haedo, Garrahan, etc., deben ponerse a la cabeza de organizar esta lucha. No hay más tiempo que perder.
¡Abajo las paritarias truchas de la patronal, el gobierno y la burocracia! ¡Salario mínimo, vital y móvil de $10.000 indexado mes a mes según la inflación! ¡Ni un desocupado más! ¡Reparto de las horas de trabajo entre todas las manos disponibles! ¡A igual trabajo, igual salario! ¡Basta de trabajo esclavo de los Kirchner y su plan “Argentina Trabaja! ¡Reincorporación de todos los despedidos y suspendidos! ¡Basta de trabajo en negro, todos bajo convenio! ¡Estatización sin pago y bajo control obrero de toda fábrica que cierre, suspenda o despida! ¡Abajo el impuesto al salario! ¡Eliminación del IVA!
¡Que las ganancias las paguen los que se roban todos los dólares: los patrones, los banqueros y el imperialismo! ¡Ni un solo dólar, ni un solo peso, para pagar la fraudulenta deuda externa!
Como claman los obreros y campesinos en Bolivia, Hagamos nuestra la lucha por: ¡Fuera gringos! ¡Aplastemos a las transnacionales!
Para conquistar todas estas demandas, junto a salud, educación y vivienda digna, hay que aplastar a las transnacionales. ¡Expropiación sin pago y bajo control obrero de todas las fábricas y empresas imperialistas, sus bancos y propiedades! ¡Expropiación sin pago de todas las tierras de la oligarquía terrateniente y los grandes pooles sojeros para ponerlas a producir en granjas colectivas controladas por comités de obreros agrícolas!
¡Banca estatal única y bajo control obrero! ¡Impuestos progresivos a las grandes fortunas, y quite de subsidios a la Iglesia y los capitalistas, para financiar un plan de obras públicas para viviendas dignas, y la triplicación del presupuesto de la educación y la salud públicas!
Desde las organizaciones obreras en lucha hay que llamar a poner en pie un Congreso Obrero Nacional de delegados con mandato de base de los trabajadores ocupados, desocupados, en negro, contratados, tercerizados e inmigrantes para imponer un Plan de Lucha y abrir el camino a la Huelga General.
Solo luchando así, conquistando un programa para unir las filas obreras e imponiendo la ruptura de sus organizaciones con las instituciones del estado y sus políticos patronales, irrumpiendo con sus propios métodos de lucha, la clase obrera argentina podrá recomponer la alianza obrera y popular, acaudillando a las clases medias arruinadas y todos los explotados de la nación, para que vuelva a tronar el grito de guerra de la revolución del 2001 “¡Que se vayan todos, que no quede ni uno solo!” y esta vez llevarlo al triunfo •
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