08/04/2012

“Ni “tragedia” ni “desgracia”, una vez más queda al desnudo este sistema capitalista decadente”

La noche del pasado 4 de abril se convirtió en una de las más grandes pesadillas de los últimos tiemposß para decenas de miles de familias obreras de la zona oeste del Gran Buenos Aires. Es que una tormenta con vientos de 150 km por hora arrasó con las viviendas precarias y no precarias, que con gran esfuerzo de años y años de sacrificio pudieron levantar la inmensa mayoría de obreros que viven en la zona y que como siempre son los que más sufren las consecuencias, de las “desgracias” o “tragedias” que azotan casi de forma clasista, ya que no se sabe de ningún Country de la zona en el que se haya volado una sola teja de sus techos.
También se habla de muertos, las cifras oficiales hablan de 17 víctimas fatales, pero las otras, las de la gente que estuvo sin dormir casi 3 noches seguida por que no había electricidad ni agua, de los que se cruzaban de un barrio a otro para ponerse al tanto de cómo estaban sus parientes, amigos, etc., hablan de alrededor de 24 muertos.
Todo el mundo hacía una triste comparación desde la localidad de Moreno hasta Morón, en los barrios donde más duramente había golpeado la tormenta… “esto parece el Kosovo”, repetían una y otra vez los vecinos, sin percatarse que en la nación de los Balcanes se habían perpetrado bombardeos de exterminio planificados, como lo que hoy está haciendo el asesino genocida de Al Assad en Siria, reduciendo a escombros las barriadas obreras de ese país de Medio Oriente, como parte de un plan de exterminio de las milicias y las masas que resisten solas y aisladas.
Ni “tragedia” ni “desgracia”, una vez más queda al desnudo este sistema capitalista decadente que no le puede garantizar a sus esclavos ni siquiera la seguridad de dormir tranquilos sin que venga un ventarrón en la noche y se lleve su casa y sus sueños, en un abrir y cerrar de ojos. O de viajar y llegar a sus trabajos sin que un tren se quede sin frenos y mueran 51 trabajadores, asesinados por la sed de ganancias y la corrupción de los patrones y los funcionarios de turno del Estado.
Lamentablemente la izquierda reformista y los renegados del trotskismo, que tienen influencia en amplios sectores en la zona, dejó solo a los trabajadores, ya que no llamaron a una sola asamblea en ningún barrio para organizar el reclamo por luz, agua y el arreglo de las viviendas afectadas. De esta manera, vuelven a repetir lo hicieran con los usuarios del Sarmiento ante la masacre de Once. Si Izquierda Socialista junto al PO y otras corrientes hubieran llamado a asambleas de ferroviarios y usuarios en cada una de las estaciones, seguramente se hubieran puesto de pie las fuerzas para enfrentar a TBA y al gobierno, para lograr tener un tren en el que viajen dignamente los trabajadores, pero desgraciadamente solo se escuchaba el lamento cansino de los dirigentes, que decían que no paraban los trenes “para no perjudicar a los Usuarios”. Cuando la realidad demuestra que los usuarios están cada vez más perjudicados, ya que ningún tren sale o llega a horario, se sigue viajando peor que antes, se sigue llegando tarde a los trabajos y perdiendo el premio por presentismo.
Indudablemente, frente a la “catástrofe” provocada por el temporal, el estado de ánimo de la gente es de mucha bronca, indignación e impotencia, como las familias del barrio cerca de Marlboro en Merlo, que cortaron la calle exigiendo agua y luz. A lo que el asesino intendente de Merlo, Othacehe, les mandó la policía a reprimir con gases y balas de gomas para dispersar a los que cortaban las calles.
Podemos enumerar cientos de reclamos de la gente a quienes las autoridades municipales no les daban más respuestas que las amenazas de enviar a la policía asesina que siempre está presta para reprimir al pueblo. No existe ningún plan de contingencias para resolver este tipo de situaciones, donde los que más padecen son los sectores de más bajos recursos.
Por eso, somos los trabajadores y el pueblo, con nuestras organizaciones de lucha, los que debemos tomar la solución de nuestros problemas con nuestras propias manos, ya que de las manos de nuestros verdugos lo único que vamos a recibir será superexplotación, represión y engaño.

Severino Chúcaro