La burguesía y su gobierno avanzan en imponer un régimen aún más autoritario Para redoblar su ofensiva, la burguesía profundiza los rasgos bonapartistas del régimen de la Constitución de 1853/1994 (que mantiene formas parlamentarias sólo para posar de “democrático” ante los ojos de las masas). Sólo así podrán darle al imperialismo garantías jurídicas y plena legitimidad para continuar saqueando la nación y súperexplotando a la clase obrera. Los capitalistas buscan dejar atrás para siempre el régimen con el que expropiaron la revolución del 2001. Ya avanzaron en eliminar todos los elementos de colaboración de clases y de coqueteo con las masas que mantenían en el régimen –destruyendo el “frente transversal” del kirchnerismo con los “bolivarianos”, Hebe de Bonafini, representantes de movimiento piqueteros y organismos de Derechos Humanos, etc-, y ahora deben asentar un régimen de partidos estable. Por eso hoy intentan recrear dos bloques burgueses: uno de “centro-izquierda” comandado por la Kirchner, y otro de “derecha” que va desde Macri –a quien quieren ubicar como el gran “opositor” al gobierno- hasta el mismo Videla. Este régimen que intentan imponer se asienta principal y fundamentalmente en las clases medias que están viviendo el jolgorio del ciclo de crecimiento y apoyan indiscutidamente, por ahora, el “modelo” de la Kirchner contra el movimiento obrero. Para este plan, los explotadores cuentan en su haber con el 54 % de los votos que obtuvo Cristina Kirchner en las últimas elecciones. Este fue un triunfo reaccionario de la burguesía que legitimó con millones de votos a su gobierno y a las instituciones del régimen. Para terminar de asentar este triunfo -que se dio en el terreno electoral- en la lucha de clases, los capitalistas alistan sus instituciones antiobreras y blindan su régimen, porque es en las calles donde deben propinarle una dura y decisiva derrota a la clase obrera y los explotados, para imponer sus planes al servicio del imperialismo que significan un infierno para los trabajadores. |