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Primeros elementos de recesión en el MERCOSUR

Las transnacionales imperialistas, de la mano de sus gobiernos cipayos, quieren hacer que la clase obrera pague la crisis

Las trasnacionales imperialistas instaladas en el Cono Sur vienen amasando fabulosas fortunas, gracias al “ciclo de crecimiento” de la economía, sobre la sangre, los huesos y los músculos de la clase obrera.
 
Las automotrices, las mineras, las petroleras, las cerealeras y demás monopolios imperialistas, de la mano de todos los gobiernos del continente, han impuesto un enorme saqueo que desangra nuestras naciones, mientras la amplia mayoría de los trabajadores produce en condiciones de superexplotración con salarios de miseria.
Ahora, con la quiebra de los estados en la Europa imperialista, principalmente Grecia, y con los primeros elementos de recesión en la economía de China y Brasil; las transnacionales instaladas en el MERCOSUR comienzan a profundizar su ataque y chantaje contra la clase obrera para que pague la crisis.
Un síntoma del ataque que están preparando los explotadores contra las masas, es el plan de imponer 400 suspensiones en la FIAT de Córdoba, y suspensiones rotativas con el 75 % del salario a los obreros contratados de ACINDAR en Santa Fe, con el aval de la burocracia sindical.
Si bien estos planes aún no se han impuesto, y la patronal de la FIAT se ha echado atrás por el momento con su plan de suspensiones, esto anticipa que el imperialismo y la patronal esclavista de todo el MERCOSUR preparan el peor infierno contra los trabajadores.

Argentina ante la crisis mundial capitalista
 
La Argentina “blindada ante la crisis económica mundial” que pregona la Kirchner, es una completa mentira.
La economía argentina está atada en la división mundial del trabajo a la exportación de soja y demás commodities a China y Europa. El resto de las ramas de producción y exportación están profundamente imbricadas a la producción en Brasil y el resto del MERCOSUR, formando una sola economía.
Por eso, cualquier variación en los precios internacionales de la soja (que en último mes y medio hay caído un 20%), o un enfriamiento de la economía (como ha empezado) o recesión en China y Brasil, descalabraría todo el “modelo” que defiende el gobierno de los Kirchner, esos sirvientes de Obama y Wall Street.
Es que como tendencia contrarrestante al crac mundial que comenzara en el 2007, enormes masas del capital financiero se han volcado a la especulación en los mercados a futuro de la soja y las commodities. También se han volcado a China, donde consiguieron enormes superganancias con la “nueva” clase media rica, mientras millones de explotados trabajan para las transnacionales bajo una brutal superexplotación jamás vista. Además, estos capitales fueron hacia el Cono Sur, principalmente a la especulación financiera, aprovechando la diferencias entre las tasas de interés de Brasil y los países imperialistas, cuestión que le permite al capital financiero realizar jugosos negocios; junto con el endeudamiento del estado brasileño –que produjo el “boom” de la industria automotriz ligada al MERCOSUR.
Hoy lo que salta a la vista es que estas enormes masas de capitales volcadas a China y Brasil, junto a los límites del mercado, provocan inevitablemente la caída de la tasa de ganancia, por lo que el capital financiero comienza a retirarse de esos negocios. Por esta razón es que ha caído el precio de la soja en el mercado internacional, al igual que sucedió con el precio del cobre –la principal producción de Chile-, mientras también el PBI brasileño desacelera su crecimiento y amenaza con caer, lo que golpearía directamente sobre la economía argentina.

La verdadera cara de la “Revolución Bolivariana” y el Foro Social Mundial: enormes ganancias para las transnacionales y condiciones de “maquila” para el movimiento obrero

En el 2003, Fidel Castro vino a la Argentina llamando a la clase obrera a “apoyar a Kirchner y ponerse a producir”, que cuando “se saliera de la crisis iban a repartir la riqueza”. ¿Y qué repartieron? Inflación, carestía de la vida, masacres, represión, cárcel, jornadas de 12 horas, salarios miserables, ritmos infernales de producción, etc. ¡Los “bolivarianos” solamente le “repartieron la riqueza” a las transnacionales imperialistas, a quienes le garantizaron fabulosos negocios en base a la peor esclavitud obrera!
Estas condiciones las pudieron imponer en todo el Cono Sur, gracias a la burocracia de las centrales sindicales de la CGT y CTA Argentina, la CUT brasilera, la COB boliviana, la CUT Chilena, etc., que sostuvieron el feroz ataque de las transnacionales y sus gobiernos sirvientes.
Mientras que, desde el ELAC (2008) y el CONCLAT (2010), la izquierda reformista llevó a la franja más combativa de la clase obrera del continente -que en cada uno de sus combates intentó atalonarse para enfrentar los planes de los explotadores- a los pies de la burguesía país por país, sometiendo a los trabajadores a las instituciones patronales como los ministerios, parlamentos y a los pactos sociales de las cúpulas sindicales, los gobiernos y las cámaras patronales.

Y ahora cuando comienzan los primeros elementos de la recesión, el imperialismo, la patronal esclavista y sus gobiernos sirvientes de Lula-Rousseff, Kirchner, etc., se aprestan a imponerle a la clase obrera del Cono Sur la “escala móvil de suspensiones, despidos y rebaja salarial”, como lo hicieron a fines de 2008 y en el 2009, cuando fueron despedidos 2 millones de obreros de Brasil y casi un millón en Argentina.
En Argentina, los Kirchner, junto con la “oposición” gorila, quieren profundizar la maquiladora en la que han convertido a Argentina para garantizar mano de obra esclava para el saqueo imperialista, y así poder competir en el mercado mundial. Con este objetivo, atacan despiadadamente a las organizaciones obreras con masacre, represión, cárcel y persecución. Quieren imponer un nuevo régimen del “menemato”, pero esta vez basado en la maquila de mano de obra esclava a cuenta del imperialismo.

¡Que la crisis la paguen los capitalistas y sus gobiernos cipayos!

Contra el “chantaje” y el ataque de los monopolios imperialistas, la patronal esclavista y sus gobiernos sirvientes; contra la “escala móvil de suspensiones, despidos y rebaja salarial” que nos quieren imponer, hay que luchar por: ¡A igual trabajo, igual salario! ¡Escala móvil de salarios y horas de trabajo! ¡Nacionalización sin pago y bajo control obrero de toda fábrica que cierre, suspenda o despida! ¡Plata hay y de sobra!¡Fuera las transnacionales! ¡Expropiación sin pago y bajo control obrero de los parásitos Wall Street y todos los monopolios imperialistas, sus fábricas, bancos, tierras y propiedades en toda América Latina y EE.UU!
¡Abajo el Pacto Social con los esclavistas en Brasil y Argentina! ¡Abajo las burocracias sindicales colaboracionistas!
Desde la base obrera hay que imponer la unidad poniendo en pie los comités de fábrica que unan efectivos, contratados, tercerizados y desocupados, para enfrentar el chantaje de los monopolios imperialistas.

La izquierda reformista siempre pregona que “no hay condiciones” para coordinar siquiera dos fábricas que están peleando al mismo tiempo y en la misma localidad. Son enemigos de unificar las filas de la clase obrera por sobre las fronteras, porque para ellos se trata de presionar a las instituciones burguesas y a los gobiernos sirvientes del imperialismo para que estos “cumplan” con las demandas, y así terminan dividiendo a la clase obrera país por país y sector por sector. 

Contra la centralización de los monopolios imperialistas y sus socios nativos hay que centralizar las fuerzas de la clase obrera del Cono Sur y todo el continente. Hay que unificar los combates los obreros y campesinos pobres bolivianos sublevados, a la juventud y los mineros chilenos, a los obreros de Brasil y Argentina en un único y mismo combate revolucionario e internacionalista contra el imperialismo y sus gobiernos lacayos.
Sólo los trotskistas de la FLTI, que peleamos por refundar la IV Internacional, luchamos por esta perspectiva y por centralizar al proletariado latinoamericano junto a la clase obrera y las masas norteamericanas, que son las que tienen la llave para atacar a los parásitos de capital financiero en el corazón de la bestia imperialista.
¡Por una misma revolución obrera y socialista en todo el continente, desde Alaska a Tierra del Fuego! ¡Para que la clase obrera viva, el imperialismo debe morir!

 

Comité redactor

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