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Como parte del combate por refundar la IV Internacional...
Hay que refundar el trotskismo internacionalista en Argentina para dotar de una dirección revolucionaria al proletariado
La clase obrera argentina tiene en su historia un gran punto de partida para conquistar una dirección revolucionaria para triunfar. Este punto de partida son la IV Internacional de 1938 y sus fundadores en Argentina de los cuales los trotskistas de Democracia Obrera nos reivindicamos continuadores. El surgimiento de nuestro movimiento responde al combate de una fracción internacional del proletariado, que nació enfrentando a la burocracia stalinista que usurpaba la conquista del estado obrero ruso. El trotskismo en argentina no nace, como lo afirma el “mito” del morenismo en Villa Pobladora. Surge con los internacionalistas que enfrentaron el surgimiento de la burocracia stalinista, fracción dirigida por Mateo Fossa, Angélica (La Negra) Mendoza, Rafael Greco y Héctor Raurich que en 1925 se levantan contra la dirección del PC comandado por Codovilla y rompieron a los tiros el congreso del Partido Comunista defendiendo el programa de los bolcheviques leninistas y el legado de la Revolución de Octubre.
El trotskismo argentino surge de este combate de los llamados “chispistas” en alusión al nombre de su periódico (La Chispa), que luego se ponen en contacto internacional con la Oposición de Izquierda. Ellos en los ´30 discutían junto a los obreros e intelectuales marxistas la cuestión de la “Liberación Nacional” en Latinoamérica contra la política estalinista de revolución por etapas y de frente popular. En estos combates programáticos, la clase obrera conquistó grandes intelectuales e historiadores marxistas como Miliciades Peña que dejaron un valioso bagaje al proletariado de lecciones para preparar los próximos triunfos.
Estos son los fundadores del trotskismo argentino, sus destructores han negado esta historia para justificar sus adaptaciones a las direcciones reformistas y al régimen burgués. Fueron el morenismo, el altamirismo etc. quienes dejaron de combatir al stalinismo como lo supieron hacer los oposicionistas del congreso de 1925, ellos intentaron liquidar esa tradición con “leyendas heroicas” de los “trotskistas” de Yalta que devinieron en liquidadores de la IV Internacional.
El legado y el combate de los oposicionistas de 1925 ha quedado en manos de los trotskistas de Democracia Obrera para conquistar una poderosa fracción internacionalista de la clase obrera argentina que derrote a las direcciones reformistas y lleve al triunfo la revolución socialista.
Comité Redacor
07 de Julio de 2010