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¡NO OLVIDAMOS, NO PERDONAMOS Y NO NOS RECONCILIAMOS!


El sábado 15 de Mayo pasado, en el cementerio de La Plata, enterramos los restos de mi papá Hugo José Medrano que fue secuestrado junto a mi mamá Elba Nidia Videla en noviembre de 1976.  Los restos de mi papá fueron encontrados en el cementerio de Avellaneda en una fosa común “acribillado a balazos”, según los estudios que hizo el Equipo Argentino de Antropología Forense.

Los milicos genocidas y los partidos políticos patronales siempre supieron donde estaban ¡son unos cínicos! y si hoy hacen aparecer los cuerpos de nuestros compañeros desaparecidos es porque quieren poner punto  final a la lucha contra el genocidio de clase perpetrado. ¡Quieren que nos reconciliemos, que olvidemos y que perdonemos!

A estos partidos que ocultaron durante 34 años los restos de los desaparecidos, a esta justicia que salvó a toda la casta de oficiales de las Fuerzas Armadas y al Equipo de Antropología Forense financiado por el Congreso Norteamericano: no les creo nada. Haré por mi cuenta una nueva prueba de ADN, porque si ocultaron durante más de 30 años dónde se encontraban los restos de los desaparecidos, a estos asesinos de obreros y su justicia no les creo ahora que hayan encontrado los restos de mi papá.

Los trotskistas sabemos que si hoy comienzan a encontrarse los cuerpos de nuestros desaparecidos es porque la patronal y el gobierno necesitan seguir con su feroz ataque contra los trabajadores, para hacer que la crisis la paguemos nosotros. Para esto, quieren poner un punto final en su política de legitimar a las Fuerzas  Armadas genocidas para usarlas contra los trabajadores e imponer sus planes a sangre y fuego. Para el gobierno y la patronal eso es “superar la tragedia del pasado”: lograr recomponer el pilar fundamental del estado que son las Fuerzas Armadas genocidas, a las que hicieron desfilar luego de décadas en los actos del Bicentenario.

¡Abajo la reconciliación con las fuerzas armadas y la teoría de los dos demonios de la justicia y el estado burgués argentino!

¡Abajo el nuevo punto final de la patronal, el gobierno y el equipo de antropología para salvar a los genocidas de ayer y a los represores de hoy!

¡Abajo la casta de oficiales del ejército genocida!
¡Abajo la casta de jueces videlista-peronista- radical!
¡Disolución de la gendarmería, la prefectura, la policía y demás fuerzas de seguridad y represión!
¡Tribunales obreros y populares para juzgar y castigar a todos los asesinos de ayer y de hoy!

¡Libertad a Martino, “Tyson” Fernandez, Villalba y demás presos políticos! ¡Desprocesamiento inmediato de los trabajadores de Las Heras y todos los luchadores obreros y populares!

¡Que se vayan todos, que no quede ni uno solo!

Paula Medrano
Hija de desaparecidos y dirigente de Democracia Obrera

 

A continuación reproducimos las palabras pronunciadas por Paula Medrano en el Cementerio de La Plata ante el acto-homenaje de su padre, Hugo José Medrano.

“Gracias a todos por venir. Gracias a los compañeros que estuvieron en la facultad con él, que incluso militaron con él, que me cuentan cosas a mí que yo no conozco. Gracias de verdad.
Yo no sé cómo explicarles pero para mí lo que está pasando ahora es sólo un momento, recién cuando habló Elisa de Brukman  me hizo acordar mucho… no lo conocí a mi viejo pero milito todos los días con él.
Hace muchos años empezamos a juntarnos los que éramos hijos de desaparecidos, y hay muchos de los que están acá que nos vimos en ese homenaje de los 20 años en la Facultad de Arquitectura, de Bellas Artes acá en La Plata.Ahí nos empezamos a juntar los que éramos hijos que nunca nos habíamos juntado. Nadie decía en la escuela ni en la secundaria que era hijo de desaparecidos. En ese momento empezamos a pelear a nuestra manera y cómo sabíamos, muchos sin saber nada. Llegamos como agrupación a ir a Cutral-Có y ponernos delante de la gendarmería para que el gobierno no reprimiera a los fogoneros.
El estado cuando vio esto, sacó una ley llamada de “reparación” y nos quiso comprar a todos. Puso un montón de plata para comprarnos a todos. Y lamentablemente, hubo muchos que aceptaron la plata y se fueron a su casa y abandonaron toda la lucha.
Yo puedo estar orgullosa. Yo y mis compañeros que levantamos esa bandera podemos estar orgullosos que nosotros no. Porque para nosotros el genocidio fue contra la clase obrera y el dinero sólo podía pertenecer a los trabajadores que con sus luchas enfrentaban al imperialismo, a la patronal y a la burocracia sindical. Por eso no toqué ni un centavo de ese dinero.
Nosotros militamos con mi viejo, para mí es un compañero de militancia de todos los días. Con él fui al Norte de Salta, a más de 2000 km, a estar con los trabajadores que les habían matado a dos compañeros por pelear por trabajo, y estar con ellos y poder llevarles parte de ese dinero que es de ellos. De haber estado con los trabajadores de Brukman en la carpa y aportar para su fondo de huelga, y en muchísimos lugares más.
Ese es el homenaje que le he hecho junto a un montón de compañeros miles de veces.
Hoy para mí no empieza ni termina nada. Estos son supuestamente sus restos, se encontraron, pero esto demuestra que todos sabían donde estaban. Todos los gobiernos sabían donde estaban los restos de los desaparecidos. Hoy se demuestra eso. Todos los cuerpos de los desaparecidos aparecieron en cementerios. Acá en La Plata debe haber también montones de compañeros enterrados también en fosas comunes. En cementerios, no en otro lado.
Hoy los hacen “aparecer” porque es parte del plan de reconciliación del gobierno y la patronal. Todos ellos siempre supieron donde estaban.  Quieren que haya un montón de gente que cierre un ciclo y diga “ya está, se acabó”. Como antes lo quisieron hacer con el dinero de las “reparaciones”, ahora lo quieren hacer con los cuerpos de los desaparecidos. Y para mí no es “se acabó”. Empezó hace mucho tiempo y no va a terminar nunca. Hasta que yo no ponga en pie junto a todos mis camaradas  el partido mundial de todos los trabajadores para tomar el poder, la IV Internacional, yo no voy a parar y para mí no se va a terminar. Son mis convicciones.
Yo no lo despido ni estoy acá como una hija. Estoy como un combatiente y para mí mi viejo fue eso: un combatiente. Y ese era mi papá.”

 

 

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