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EDITORIAL


El Subte marcó el camino. Para enfrentar la nueva flexibilización laboral del gobierno y la patronal, garantizada por la burocracia sindical

COORDINADORA NACIONAL
DE LOS QUE LUCHAN
QUE LEVANTE UN PLIEGO UNICO DE RECLAMOS, CONTRA LA CARESTIA DE LA VIDA, POR SALARIOS Y TRABAJO PARA TODOS


Por más que la patronal y el gobierno quieran disimularlo, el conflicto y el triunfo de los trabajadores de subterráneos se convirtió en un hecho nacional. Es que en este enfrentamiento entre una empresa privatizada (apoyada por el gobierno y el conjunto de la burguesía y la burocracia sindical) y los trabajadores, están presentes el conjunto de las contradicciones que cruzan la actual coyuntura de la situación Argentina.
El gobierno y la burguesía saben que el desenlace de esta huelga no puede quedar ante el conjunto de los trabajadores como un triunfo. El resultado en números da como conclusión que los trabajadores conquistaron el 44% de aumento sobre la masa salarial básica. Sin embargo, no hubo funcionario, o medio de comunicación que no tratara de distorsionar los hechos diciendo que los trabajadores había firmado por "sólo el 19%". Inclusive hacían notar que esta cifra estaba dentro de "la pauta firmada por los telefónicos" y que la firma del acuerdo se había conseguido gracias a Palacios y la UTA. Los medios falseando lo escrito en el acta, llegan a decir que el aumento fue "en realidad del 10%" (Clarín). Mienten a sabiendas.
No pueden decir cuál es el verdadero aumento conseguido por los trabajadores del subte, porque eso rompe el piso salarial acordado entre la patronal, el gobierno y la burocracia al calor de la lucha de los telefónicos en diciembre con el objetivo de desviar la oleada de luchas salariales que amenazaban con convertirse en huelga política y generalizada. Tampoco quieren admitir que no fue la burocracia sindical de la UTA la que dirigió el conflicto y consiguió el aumento, sino una dirección opuesta a la burocracia que para actuar debía consultar constantemente a la base. Toda la patronal advierte que hay que "negociar entre caras conocidas" (Clarín). No pueden permitirse el surgimiento de direcciones por fuera de la burocracia sindical tradicional (CGT, CTA y también piquetera).
Es que la huelga de subterráneos hizo mucho más que perforar el techo salarial. Pegó directamente en el corazón del régimen del "pacto social". Porque cuestionó a la institución que junto con el gobierno garantiza que la situación no desborde los límites establecidos: la burocracia sindical. Porque fue la burocracia sindical la que garantizó el desvío de las luchas salariales de diciembre, igual que antes había garantizado en la oleada de mayo. También fue la burocracia sindical la que garantizó que la clase obrera no entrara a jugar un papel definitorio en las movilizaciones por la masacre de Cromañón, cuando todas las instituciones se habían revelado impotentes para contener el "que se vayan todos" y sólo se mantuvo incólume la institución presidencial.
Por eso la huelga de subterráneos cuestionando a la burocracia sindical, representaba un peligro enorme a los ojos del conjunto de la patronal. La patronal y el gobierno tienen memoria. Saben que en los ´70, el comienzo de luchas como la de subtes, desató un proceso de conflictos donde los trabajadores echaban a patadas a los burócratas, de las internas, los cuerpos de delegados y hasta los sindicatos, porque identificaban a la burocracia con un obstáculo que tenían que sobrepasar si querían obtener sus reclamos, fueran estos por salarios, condiciones de trabajo, etc.
La patronal y la burocracia se acuerdan y no quieren que se vuelva a repetir. Tienen presente que el desarrollo de ese recambio dio lugar al surgimiento de las coordinadoras fabriles que pusieron en aprietos al gobierno peronista y que fueron las grandes protagonistas del "Rodrigazo".
Por eso, la tarea inmediata del régimen es un "nuevo pacto social" donde la burocracia sea el garante de que las luchas salariales no se desbordan y además, vía las paritarias discutiendo condiciones de trabajo, o vía la productividad hacen pasar una nueva flexibilización laboral que le permita al gobierno y la patronal, cerrar el default, y tener competitividad en el mercado mundial para mantener su ciclo de ganancias, mientras recomponen las instituciones del régimen y las legitiman en las elecciones de octubre. Para esto ya se están posicionando los distintos sectores de la patronal y, ante la debilidad de las variantes burguesas, el PJ recrea los enfrentamientos internos en la provincia de Buenos Aires, o con Menem-Rodríguez Saá, para garantizar que el PJ hace a la vez de oficialismo y oposición, conteniendo todo en su seno.

LA PUNTA DEL ICEBERG

El temor patronal es porque el conflicto de subterráneos es sólo la punta del iceberg. Es lo que se ve por ahora en la superficie, pero representa un movimiento que viene bien desde abajo, de lo más profundo de la clase obrera, que apunta con bronca contra la carestía de la vida, los primeros síntomas de inflación y aumentos de precios que ya se comieron los miserables $ 100 recibidos en diciembre y que contiene en su interior toda la potencialidad de la oleada de luchas de diciembre, que fue desviada por la traición de la burocracia sindical, pero que no fue derrotada y sólo postergó el enfrentamiento escamoteándole el triunfo que los trabajadores tenían al alcance de la mano. Un movimiento que comienza a identificar a la burocracia sindical como la culpable de todas sus derrotas y apunta directamente contra ella. Subterráneos, rompe el cerco establecido por el engaño del pacto social y pone nuevamente sobre la mesa la pelea que quedó pendiente.
Muestra la bronca obrera que apunta contra la patronal, a la que ven llenarse de plata y encima quejarse y exigir cada vez más. Apunta también contra las condiciones de trabajo cada vez más esclavas, que instauró la patronal con el cuento de que había que sacrificarse para luego repartir, porque primero había que pasar la crisis. Pero la crisis nunca termina, y los sacrificios son sólo para los trabajadores, mientras los patrones se toman lujosas vacaciones, compran carísimos autos importados y amplían sus negocios.
Los obreros que vuelven cansados y enojados a sus casas, con el cuerpo y los músculos destrozados y durante horas se quejan frente a sus familias por las "cosas del trabajo", están mostrando que se junta bronca y que el hilo puede cortarse por lo más delgado en cualquier momento. Está al caer una oleada de reclamos salariales y por condiciones de trabajo que puede cuestionar todo el plan burgués. Por eso es tan importante el resultado de la lucha de subterráneos. Su triunfo amenaza desencadenar un efecto cascada. Dicen que fue un conflicto "testigo" y tienen razón.

LA SITUACION GENERAL

El gobierno enfrenta un escenario que se le complica. Está en medio de la negociación del default. Empezó entre la patronal una discusión por la "redistribución del crecimiento", porque la renta agraria con la caída de los precios internacionales y las buenas cosechas en otros países, se verá reducida en un importante porcentaje. Incluso se juega en ese terreno una discusión de nivel internacional entre los grandes monopolios (Cargill, Monsanto) que buscan imponer sus condiciones y sus productos en desmedro de los del otro. También está cruzada la realidad porque no se ha cerrado la disputa entre los sectores burgueses que apoyados en un sector del imperialismo, centran sus negocios en el Mercosur y los que, apoyados en otro sector imperialista, juegan todas las cartas a los negocios con China. Es desde esta perspectiva desde donde se explican los enfrentamientos dentro del PJ, y todas las discusiones entre los partidos burgueses, y sus candidatos.
El gobierno sabe que no puede perder tiempo. Sabe que el mantenimiento de sus ganancias y de la prosperidad de sus negocios depende de que le arranque una mayor masa de plusvalía a las masas trabajadoras. Necesita una mayor flexibilización laboral, y un nuevo y mayor golpe al salario. Pero la relación de fuerzas no se lo permite. Los trabajadores no se dejan explotar mansamente. Por eso está apurando un nuevo "Pacto Social", pero ahora tiene que estar firmado, entre el gobierno, la UIA y la CGT. Necesita establecer como si fuera una ley que los aumentos tendrán un techo del que no se puede pasar.
Están preparando una nueva trampa mediante los aumentos por productividad o las paritarias, que no son otra cosa que modificar las condiciones de trabajo y los ritmos de producción a favor de la patronal, es decir una nueva flexibilización laboral, y una vez más el garante será la burocracia sindical.

CROMAÑON, UNA PIEDRA EN EL ZAPATO

Para colmo de males la irrupción de las movilizaciones por la masacre de Cromañon, desnudó la enorme debilidad de las instituciones estatales que, una tras otra fueron demostrando su ilegitimidad ante las masa. La única que superó el trance fue la institución presidencial. Y esto es un alerta rojo para la burguesía que sabe que no cuenta con recambios institucionales legitimizados. Esto es particularmente peligroso cuando frente a la impunidad cunde el dolor y las ansias de justicia, aunque en este momento carezcan de una dirección y un programa que permita llevar al triunfo esta lucha. Inclusive esta debilidad institucional obliga al gobierno a apoyarse aún más en la burocracia sindical, que en el caso de Cromañon fue la garante de que las organizaciones obreras, que ya habían comenzado a expresar su solidaridad y a tomar medidas al respecto, como ferroviarios y subtes, no entraran de lleno en escena y se convirtieran en caudillos de la lucha por el juicio y castigo.
Quedó demostrado que no se puede luchar contra la impunidad si no entra en escena la clase obrera con sus métodos y sus organismos de democracia directa, saldando cuentas con los traidores de la burocracia sindical que son los garantes de mantener divididos a los jóvenes que buscan el juicio y castigo de los obreros que luchan contra los asesinos de sus compañeros en los accidentes de trabajo y en masacres como la del Turbio. Está claro que también para conseguir el juicio y castigo por lo de Cromañon, habrá que enfrentar y derrotar a la burocracia sindical.
El plebiscito que impuso el gobierno, por el contrario, es para que se salven y se queden todos los que las masas pedían que se fueran. Es lamentable decir que una vez más los partidos que se reclaman del socialismo revolucionario han hecho todo lo contrario de lo que la lucha necesitaba. En Cromañón llevaron la movilización tras la utopía de una comisión investigadora "independiente" cuyo hijo putativo es este plebiscito que busca salvar al propio Ibarra. Ahora plantean una Asamblea Constituyente, pero como un nuevo recurso electoral, no como un medio para desarrollar los organismos de democracia directa de las masas que permitan la irrupción del movimiento obrero y sus organizaciones. El fin de la impunidad empieza por que se vayan todos los que la garantizaron. Toda otra salida es una utopía que salva a los culpables.

SE VA A ACABAR… SE VA A ACABAR…

La clase se prepara a salir contra la nueva flexibilización laboral en defensa de su salario, sus condiciones de trabajo y contra la carestía de la vida, que es lo mismo que decir contra los planes imperialistas de mayores pagos de la deuda, aumento de tarifas, etc. Es imposible encarar seriamente esta pelea sin enfrentar y derrotar a la burocracia sindical. Los trabajadores de subte tuvieron que enfrentar a la burocracia de la UTA y recuperar su cuerpo de delegados, para poder llegar a la situación actual, para conseguir las 6 horas, etc. Hoy una vez más tienen que enfrentar a la burocracia de la UTA para llevar a buen puerto sus demandas, exigiéndole un paro de todo el transporte. No se puede ganar sin enfrentar y derrotar a la burocracia.
No se puede ganar con dirigentes como Moyano, que entregó la lucha de los telefónicos en diciembre y ahora les pidió a los trabajadores que "flexibilicen sus demandas". O como Palacios que en todo momento transó con la empresa para quebrar la lucha y liquidar al cuerpo de delegados. Tampoco son trigo limpio los del CTA. Los De Gennaro, Basteriro, etc. que el 20 de diciembre mientras los obreros morían en las calles bajo las balas de la represión decían que eran "servicios".
Cuando los trabajadores del subte echaron al representante de la UTA que venía a puentear a sus delegados y a levantar el paro sin consultar a las asambleas, mostraron con claridad el camino. Por eso en el festejo por el aumento conseguido surgió el "se va a acabar la burocracia sindical".
La burocracia sindical es la garante de la explotación patronal y el hambre obrera. Es la encargada de hacer que pasen los acuerdos por productividad y la nueva flexibilización laboral. Para eso no escatimaran medios desde el engaño, hasta el envío de matones, como en Parmalat.
No podemos esquivar este problema. Para conseguir salarios habrá que echar a la burocracia. Para mejorar las condiciones de trabajo hay que echar a la burocracia. Para conseguir la más mínima de las demandas habrá que enfrentar y derrotar a la burocracia. Y si nos atacan por eso, habrá que defenderse.
Para enfrentarla debemos empezar por los que tenemos a mano, que son los delegados amigos del sindicato que están en cada fábrica y empresa, recuperando las internas y cuerpos de delegados. Ahí comienza la tarea. Y juntándonos con todos aquellos que hagan lo mismo o quieran hacerlo. Esperar que alguna vez una lista sindical gane un sindicato, que es una institución completamente estatizada a la cual es más difícil acceder que ganar la presidencia de la nación, para comenzar a luchar es una utopía que evita enfrentar a la burocracia. Recuperar las internas y los cuerpos de delegados es la primera tarea contra la burocracia y la que puede lograrse ahora.

UN PLIEGO UNICO DE RECLAMOS

Está planteado, desde el triunfo de los trabajadores de subte poner manos a la obra para organizarse y convertir nuestros reclamos en un pliego único y lanzarlo con fuerza en todo el país.
Cuando los delegados del subte hablaban que quedaba pendiente el pase a planta permanente de los trabajadores de la terciarizada Taym, que cumplieron un gran rol en la lucha, o cuando proclamaron que hay que luchar por las 6 horas y el salario para todos, estaban expresando lo que surge por todos los poros de la realidad.
La vida misma de la lucha obrera demuestra dos cosas que los revolucionarios venimos planteando como necesarias y que nos decían que no eran posibles. Primero un programa a la altura de las circunstancias, que exija un salario al nivel de la canasta familiar y trabajo para todos mediante la escala móvil de salarios y horas de trabajo, la renacionalización sin pago y bajo control obrero de todas las empresas privatizadas y la expropiación sin pago y bajo control obrero de toda empresa que cierre o despida. El pase a planta permanente de todos los contratados, etc. La apertura de los libros de contabilidad de las empresas para que queden a la vista de todos las enormes ganancias que acumulan, y los negociados. Desde aquí es que se puede garantizar la unidad en la lucha de efectivos, contratados, desocupados, etc. como se muestra hoy en la vida misma en la lucha del subterráneo. La segunda es que para defender o conseguir cualquier conquista, por pequeña que sea, hay que salir a luchar por todo. Sólo así, cuando la patronal vea que puede perder todo va a conceder lo que pedimos.
Los trabajadores de subtes salieron por salarios, y tuvieron que exigir la "apertura de los libros de contabilidad" desde la privatización hasta ahora para saber adonde fue a parar la plata que ganaron y la de los subsidios que recibieron. Tuvieron que decir que si la empresa dice que pierde plata, "que se vaya" porque significa que no es apta para dirigir la empresa. Eso se llama renacionalización sin pago y bajo control de los trabajadores. Demostraron que estaban decididos a ir hasta el final en esta lucha, así se doblegó la voluntad patronal.

LIBERTAD A LOS PRESOS POLITICOS POR LUCHAR

Un lugar central en todo programa que se levante es el de los compañeros que se encuentran como rehenes en las cárceles del régimen por el simple hecho de luchar por un trabajo y un salario digno. La carta de los compañeros presos de Caleta fue un momento importante en la lucha del subte. Es un reclamo de principios para todo luchador obrero y popular, junto con la exigencia del desprocesamiento de todos los luchadores obreros y populares, exigir la Libertad de todos los presos políticos por luchar que son los rehenes de Kirchner y de la burocracia sindical y piquetera. No puede tolerarse que los avanzados de la lucha por el derecho a trabajar y contra el pacto social, como los compañeros de Celta, sigan en las cárceles. Los propios trabajadores de subte dieron un ejemplo cuando acudieron por la libertad del "Pollo" Sobrero y los trabajadores ferroviarios presos. "No vamos a tolerar chantajes, ni compañeros presos" dijeron. Es necesario recoger esta bandera y ponerla en primer lugar de la lucha.

LOS MOVIMIENTOS DE DESOCUPADOS

Los movimientos piqueteros tienen un enorme rol que cumplir en esta situación. Tienen que derrotar la política del gobierno y la patronal de usarlos como herramienta de presión sobre los trabajadores ocupados para condicionar sus luchas y rebajar el salario. Por el contrario deben levantar una política que unifique la lucha de ocupados y desocupados. Para lograrlo el primer paso es romper su subordinación a la burguesía, al gobierno y al pacto social que, con la complacencia de sus direcciones, los han convertido en un movimiento sujeto a la caridad del estado. La condición para esta ruptura es enfrentar y derrotar a la burocracia piquetera que se ha encaramado en la dirección de esas organizaciones. Los D' Elía, etc., no representan los intereses de los desocupados. Por el contrario son los que garantizan que el gobierno pueda usar a los desocupados contra los que hoy tienen trabajo, o como mano de obra semi esclava en los microemprendimientos donde los trabajadores se desloman sin ningún tipo de derechos sociales, ganando miseria y sin posibilidades de mejorar.
¡Abajo la burocracia piquetera! Hay que romper con la burguesía y el gobierno y unirse con los trabajadores ocupados exigiendo escala móvil de salarios y horas de trabajo para que todos podamos tener trabajo y salario digno. Y mientras no tengamos trabajo es necesario un seguro general de desempleo de $ 600 sin contraprestación laboral. Es necesario imponerle a las burocracias piqueteras esta exigencia. Hay que hacer un congreso nacional de delegados de base de todos los movimientos de desocupados que voten este programa y las medidas a tomar para unirse a sus hermanos de clase, los trabajadores ocupados.
Los compañeros desocupados tienen que ser concientes que mientras no levanten las demandas de los trabajadores ocupados estará más lejos la solución de sus problemas. Ellos son la punta de lanza de la lucha contra los culpables de que hoy no tengan trabajo: los burócratas sindicales. Sus piquetes y movilizaciones tienen que marchar sobre los sindicatos para imponer a los burócratas las medidas de lucha que ellos y los trabajadores ocupados necesitan.

COORDINAR A LOS QUE LUCHAN PARA
PREPARAR UNA GRAN LUCHA NACIONAL

En las reuniones con los delegados de subterráneos, estuvieron presentes, decenas de agrupamientos, internas, cuerpos de delegados y hasta sindicatos recuperados de las garras de la burocracia, los movimientos piqueteros y los partidos de izquierda que influencia o directamente dirigen a decenas de estos sectores. Está planteado poner en pié una Coordinadora Nacional de lucha y levantar un pliego único de reclamos. Está planteado desde esta Coordinadora de lucha, levantar la necesidad de recuperar las internas y cuerpos de delegados de manos de los traidores de la burocracia. De esta forma estaremos preparando futuros triunfos de las luchas que vienen y preparando en camino para organizar una gran lucha nacional que pare el plan de flexibilización e imponga un plan obrero para que la crisis la paguen los patrones y el imperialismo.
Los partidos que se dicen del socialismo revolucionario se hicieron presentes en la huelga de subtes. Llevaron su solidaridad y aportaron al fondo de huelga, sin embargo esto es lo mínimo que se espera de partidos que dicen estar por la revolución proletaria. Su responsabilidad es mucho mayor. Mucho más cuando cuentan en su haber antecedentes funestos como haber evitado, con su política, que en más de una oportunidad los trabajadores salden cuentas con la burocracia sindical, como luego de diciembre del 2001. Se han negado constantemente a marchar contra estos traidores, salvo en las elecciones gremiales. Son directamente responsables de haber condenado los movimientos piqueteros a la impotencia, de ser funcionales al desvío que la burocracia hizo de la oleada de luchas salariales, de haber impedido la centralización del proceso de luchas del año pasado, de haber abandonado el último 20 de diciembre la lucha por "Que se vayan todos", y últimamente de llevar con su política de comisión investigadora a una encerrona a las movilizaciones de Cromañón. Por nombrar sólo algunas de sus claudicaciones, de la que no es la menor de ellas haber participado, como integrantes, adherentes, etc. de esa cueva de traidores y contrarevolucionarios que es el Foro Social Mundial, junto a los representantes de las iglesias, las fundaciones sostenidas por los centros imperialistas y junto a los representantes del FMI.
Pero todas estas acciones tienen como lugar común su sometimiento al régimen y a la burocracia sindical. Deben romper con esa política. La actual situación lo exige. Mucho más cuando la gran mayoría de las internas, delegados y hasta sindicatos presentes en las reuniones del subte son influenciados cuando no directamente dirigidos por ellos.
Hay que poner en pié una Coordinadora Nacional de Lucha, que lleve a las asambleas de cada lugar donde dirigen esta propuesta. Hay que organizar una gran lucha nacional que comenzando por el reclamo contra la carestía de la vida, salario y trabajo digno para todos pelee por conseguir el pliego único de reclamos que las demandas de los trabajadores pusieron a la orden del día, en lucha por abrir nuevamente el camino hacia la huelga general que derrote el plan del gobierno y el imperialismo.
Un gran paso adelante sería unirnos con nuestros hermanos de clase de otros países que luchan dentro de los propios países imperialistas contra la masacre de los obreros iraquíes por parte del imperialismo yanky y se organizan en EE.UU. en el Movimiento de la Marcha de un Millón de obreros contra la guerra. Estos compañeros llaman a una marcha mundial el 19/03/05 contra la invasión yanky y a recuperar el 1 de mayo como el día internacional de lucha de la clase obrera, oponiéndose a la burocracia sindical traidora de la ALF-CIO, integrante del Foro Social Mundial, y llamando a una lucha mundial de clase contra clase. Obreros contra patrones y contra sus sirvientes de las burocracias sindicales. Desde la LOI-CI Democracia Obrera, como integrantes de la FTI-CI hemos propuesto al Comité de Enlace internacional por una conferencia internacional del trotskismo principista y las organizaciones obreras revolucionarias ser parte militante de esta acción internacional y llamamos a los compañeros del Cuerpo de delegados de subtes, a los ferroviarios del Sarmiento-Mitre y a todas las internas y cuerpos de delegados combativos a pronunciarse y adherir a esta propuesta.

Comité Redactor


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