Chávez “respeta” el sacrosanto derecho de la burguesía
a la propiedad privada y a explotar a la clase obrera
Mientras vociferaba “contra Bush” y por la “integración latinoamericana” en Ferro, Chávez se encargó de aclarar que “respetaba” la decisión de sus “amigos” los “mosqueteros” Lula y Vázquez, de juntarse con Bush, porque se trata de “cuestiones de estado”. Lo que Chávez “respeta”, a lo que llama “cuestiones de estado”, es el derecho de sus congéneres a hacer negocios, de la misma manera que él los hace vendiéndoles petróleo a los yanquis para que alimenten la maquinaria de guerra con la que masacran en Irak.
Así, “respeta” que Lula en Brasil, Tabaré en Uruguay y Calderón en México le van a vender al imperialismo yanqui la caña de azúcar y el maíz para producir etanol , aunque eso signifique la hambruna para las masas mexicanas por la disparada de los precios de la tortilla de maíz, base de la alimentación en ese país.
Chávez “respeta” el derecho de Lula de aplicar en Brasil el “Programa de Aceleración del Crecimiento” (PAC) en base a robarles su dinero a los trabajadores para pagar a los usureros internacionales; vaciar sus fondos de garantía para garantizar las inversiones que necesita la patronal y superexplotar todavía más a las masas brasileñas aplicando la reforma laboral y sindical, la reforma educativa y previsional; y para eso, endurecer las leyes represivas como hace con la disminución de la edad penal, que es un claro ataque a la juventud obrera.
“Respeta” el derecho de Kirchner de mantener presos a los obreros de Las Heras, como verdaderos rehenes, a los que la burguesía muestra como escarmiento para todos aquellos que osen enfrentar sus planes de hambre y miseria. Mientras tanto, Kirchner -sostenido por las burocracias sindicales de la CGT y la CTA- sigue aplicando los planes de flexibilización y precarización laboral, impone nuevas paritarias de hambre y miseria, le vende a Venezuela tecnología para el campo y se asocia a Chávez y a la burguesía nacional venezolana en la producción de soja, y la patronal chupasangre de Techint sigue haciendo suculentos negocios en ambos países. Si para esto es necesario modificar las leyes penales y laborales vigentes, iniciar fábrica a fábrica la persecución de activistas; que desaparezca Julio López, amenazas a los luchadores obreros y sus familias, etc., estas medidas tendrán todo el “respeto” de Chávez, ya que el mismo aprobó leyes antihuelgas y reprimió a trabajadores y campesinos para defender los negocios burgueses -mientras todavía no ha tocado un solo interés de las 31 familias oligárquicas de Venezuela.
El mismo “respeto” muestra Chávez a que Tabaré Vázquez haga negocios que cada vez lo ligan más al imperialismo; permita la instalación de las papeleras que destruyen el medio ambiente; y al mismo tiempo les pague a las masas un salario mínimo que cubre solo un tercio de la canasta familiar básica, para que los trabajadores puedan comer tan solo... 10 días al mes. Mientras, al mismo tiempo, estos gobiernos realizan ejercicios militares con las tropas imperialistas en el operativo UNITAS.
Chávez “respeta” incluso a Evo Morales – al que reivindicó en un acto que realizó en El Alto junto a los enviados de Fidel Castro, el domingo 11 de marzo- que acaba de hacer un acuerdo con la burguesía fascista de Santa Cruz, para contener y liquidar el nuevo embate de las masas obreras y campesinas que comenzara en Huanuni y continuara en Cochabamba y Camiri. Y lo hace a pesar de que, como representante de la burguesía nativa boliviana y socio menor de las transnacionales imperialistas petroleras como la Totalfina francesa, la British Petróleum, la Exxon Mobil, etc., es directamente competidor en el mercado mundial del gas y del petróleo con la burguesía venezolana.
Es tanto el respeto de Chávez a las cuestiones de “estado”, que fue a Haití pero no dijo una palabra de las tropas “gurkas” que sus socios Lula, Kirchner, Tabaré Vázquez, Bachelet, y ahora también Morales, tienen ocupando la isla para garantizar el dominio imperialista y que acaban de hacer una verdadera masacre con las movilizaciones que ya empiezan contra la ocupación.
Fue a Nicaragua para asegurase que, detrás de toda su palabrería sobre el “socialismo del siglo XXI” , efectivamente se consolidaba el gobierno burgués de Ortega y que hará con el mismo jugosos negocios instalando en Nicaragua refinerías de petróleo tan necesarias para el imperialismo.
En síntesis: Chávez se encargó de dejar bien claro que “respeta” el sacrosanto derecho a la propiedad privada de la burguesía, su “derecho” a explotar obreros y a saquear a las naciones para que un puñado de parásitos acumulen fabulosas ganancias a costa de la miseria y la decadencia del continente.
Todo aquel que como las corrientes de los ex trotskistas, devenidos hoy en reformistas neo-stalinistas, dé aunque sea el más mínimo apoyo a Chávez, a la burocracia castrista restauracionista, a Evo Morales, a su estafa de “revolución bolivariana” y a su cortina de humo de “integración latinoamericana”, es responsable de la esclavitud a que han sido sometidos los trabajadores centroamericanos con el CAFTA y sus maquiladoras; de las penurias inauditas de la clase obrera y los campesinos bolivianos a causa de la expropiación de su revolución; de la superexplotación de la clase obrera argentina que deja sus músculos, huesos y nervios en las máquinas a cambio de un salario de miseria, y tiene a sus mejores luchadores en las cárceles de Kirchner, como son los presos de Las Heras. Son co-responsables de la terrible situación que padece la clase obrera norteamericana y de los países imperialistas, sometidos al chantaje de sus propias burguesías imperialistas que relocalizan su producción en China, Vietnam, América Latina, para que acepten perder todas sus conquistas, sus seguros de salud, y ganar salarios de miseria o ellas se llevan las fábricas a otra parte. Son co-responsables de sostener la terrible superexplotación de centenares de millones de obreros chinos trabajando por centavos de dólar la hora, de centenares de miles de obreros vietnamitas superexplotados.
En fin, todo el que le da aunque más no sea el dedo meñique a Chávez, todos los que lo siguen, lo apoyan y aún desde la “oposición” lo sostienen, “respetan” el sacrosanto derecho del imperialismo y las burguesías nativas a explotar a la clase obrera.