Reagrupar a los que ante la llegada de Bush y el Encuentro obrero del 25 de marzo luchamos por un programa obrero internacionalista contra el pac, las reformas sindical/laboral, previsional y educativa, y el sometimiento al imperialismo

Peleando por coordinar y centralizar a los que están luchando para romper el sometimiento a la burguesía que imponen las direcciones stalinistas y los liquidadores del trotskismo, e imponer una lucha nacional con paros, cortes de ruta, piquetes y movilizaciones

 

Desde que se anunció la llegada de Bush a Brasil en su gira por Latinoamérica, se sabía que habría expresiones de repudio. El sentimiento de grandes sectores de las masas obreras y campesinas era de odio hacia el representante del régimen republicano-demócrata, y contra el gobierno que aplica esos planes para beneficio del imperialismo y de la patronal esclavista de Brasil.

Desde los trabajadores de la Volskwagen, que fueron entregados atados de pies y manos por las direcciones sindicales (oficialistas y “de izquierda”) a los despidos disfrazados de “retiros voluntarios”, que ahora se convirtieron en “retiros indicados” (lo que significa que entre la patronal y la burocracia sindical oficial deciden la lista de los despedidos, y donde siempre están incluidos los activistas y luchadores); a los “lay off” (especie de “conciliación obligatoria” mientras se decide o no el despido del trabajador, pero donde los trabajadores tienen suspendidos todos sus derechos, no cobran los salarios y están fuera de la empresa), etc.; pasando por los controladores aéreos que siguen en conflicto, los docentes universitarios estatales y de las universidades convertidas en fundaciones que están sufriendo por adelantado los efectos de lo que será la reforma educativa, hasta los sin tierra que tuvieron que volver a tomar campos y haciendas enfrentando la represión y las bandas fascistas (para asegurarse un pedazo de tierra para trabajarlo y que no se les pase el tiempo del comienzo de la siembra que los condenaría al hambre durante todo el año); todos ellos y muchos más en condiciones similares, tenían sobrados motivos para buscar un camino que les permitiera enfrentar no sólo la llegada de Bush, sino las consecuencias que esto traería para las masas trabajadoras brasileras: más sometimiento de la nación al imperialismo, y mayores planes de superexplotación y esclavitud.

La burocracia sindical de la CUT y Força Sindical (FS), la dirección del Movimiento Sin Tierra (MST), la iglesia y los partidos como el PT y el PCdoB que sostienen al gobierno proimperialista de Lula -del que ahora todos quieren ocultar que fue durante muchos años la niña mimada y la figura central del Foro Social Mundial- se pusieron a la cabeza de la “protesta” para que esa rabia obrera no se convirtiera en una respuesta contundente de parte de los explotados que les permitiera impedir que Bush pisara suelo brasileño parando el país, cortando las rutas con sus piquetes, etc., enfrentando al imperialismo y al gobierno Pero también para impedir que los trabajadores brasileños pudieran lograr alguna acción coordinada con sus hermanos de clase de los otros países del continente que también querían enfrentar al representante imperial.

La posibilidad de que una huelga general continental se concretara estaba al alcance de la mano. Bastaba con que en los días previos las centrales sindicales como la CUT y FS de Brasil, la CTA de Argentina, el PIT-CNT de Uruguay, la CUT de Chile, etc., concretaran el llamado a ese paro continental y lo organizaran mediante congresos de bases y coordinaciones internacionales. Pero nada se podía esperar de centrales que están sosteniendo todos los planes pro-imperialistas que aplican sus respectivos gobiernos. Toda acción efectivamente antiimperialista y antipatronal tendría que realizarse contra ellos y enfrentándolos. Era necesario romper la trampa a la que se quería llevar a los trabajadores, llamando a organizar y concretar una respuesta que desde la unidad y coordinación con los trabajadores de Latinoamérica, garantizara un paro continental, para que Bush no pudiera poner pie en nuestros países, y que dejara planteada la continuidad de la lucha latinoamericana coordinada contra los gobiernos que aplican esos planes.

Centrales como CONLUTAS (Brasil) estaban en condiciones de llamar a un congreso de delegados de base con mandato para organizar esa respuesta. Los centenares de agrupaciones sindicales opositoras y las corrientes como el MIC, CCC, PO, MST y muchas de ellas direcciones de seccionales de sindicatos o de sindicatos enteros que ellos dirigen en Arentina, estaban en condiciones de llamar a esta lucha alternativa. Partidos que le hablan a la clase obrera de la revolución y el socialismo y que dirigen o tienen enorme influencia en esas corrientes sindicales en Brasil, como PSTU, PSOL, entre los que se encuentran todos los partidos que hablan en nombre del trotskismo, podían poner todo su peso al servicio de concretar esta propuesta. Sin embargo no fue así...

 

Pstu, psol y también grupos menores,

todos a los pies de la cut y el pt

 

Desde su integración al Foro Social Mundial la dirección del PSTU, junto al PSOL y el resto los liquidadores del trotskismo en Brasil vienen cumpliendo disciplinadamente la política de esa verdadera internacional contrarrevolucionaria. Primero garantizaron liquidar la oleada de huelgas y movilizaciones de los funcionarios públicos (donde tienen influencia) dejando que quedaran sectores peleando aislados. Luego en el congreso nacional de CONLUTAS, en mayo de 2005, bajo la dirección de la burocracia castrista, y supervisados por Celia Hart, convirtieron a CONLUTAS en una central estatizada más, eso sí, con lenguaje de “izquierda”.

Allí se garantizó que no hubiera una sola lucha nacional unificada, ni ninguna lucha generalizada llamada por CONLUTAS, y se liquidó la posibilidad de una alternativa de clase en las elecciones llevando todo a los pies de Heloísa Helena y su frente de izquierda que era un verdadero frente popular “rosado” con un programa burgués desarrollista. Impusieron así que millones de votos obreros, que carecían de una alternativa y programa de clase, fueran a Lula en la segunda vuelta. Pero lo más importante: siguen defendiendo que fue correcta esa política, incluso después que Heloísa Helena salió en defensa del parlamento y los represores que lo custodian contra los campesinos sin tierra hambrientos, y luego de que en el senado primero y en diputados después, el PSOL votó por el “Supersimples” que es una ley que profundiza el trabajo esclavo en las pequeñas empresas.

El frente PSOL-PSTU-PCB se convirtió en un muro de contención para que los trabajadores que rompían con Lula y el PT y querían luchar no avanzaran en un camino revolucionario.

Esto explica el hecho que, ante la llegada de Bush, el PSOL y el PSTU diluyeron a los sectores opositores al gobierno en una marcha en las calles de San Pablo, subordinada a la metodología y al programa impuestos por el PT y la CUT y con la misma consigna central “Fora Bush”. Aunque en la marcha misma la transformaran en “Fuera Bush de Brasil y Lula de Haití”, el objetivo ya estaba cumplido: abrieron expectativas entre los trabajadores de que con el PT y la CUT, con FS, con el PCdoB, etc., se puede enfrentar al imperialismo, a Bush, y también… al Plan de aceleración del Cecimiento (PAC) y a las reformas. Y en esta acción están incluidos todos los que en nombre del trotskismo sostienen por izquierda estas trampas contra las masas, la LIT y su partido el PSTU, la UIT, Socialismo o barbarie, etc., integrantes a través de sus grupos del PSOL y también los que con “exigencias” hacia el PSTU son correas de transmisión por “izquierda” de la misma política, como la LBI y la LER-QI.

No solo le lavaron la cara al PT a la CUT y a sus socios en el sostén del gobierno. En todos los balances posteriores a las marchas en San Pablo, además dar mil argumentos para comprobar como se diferenciaron de “los gobernistas” (como llaman a los partidos del gobierno y a la CUT y FS) también le lavan la cara a la visita y al acto que Chávez realizó en Argentina, haciéndola aparecer como una “contragira” enfrentada a Bush, sin denunciar que era un engaño contra los trabajadores a los que se les quería hacer creer que había “unidad latinoamericana”, cuando las burguesías cipayas están compitiendo ferozmente entre sí para hacer sus propios negocios con el imperialismo.

 

El mismo perro, collar diferente

 

Es que el PSTU, el PSOL y demás liquidadores, se han convertido en una pieza fundamental para que pasen los planes de las reformas y el PAC del gobierno de Lula, el imperialismo y la patronal esclavista. Por eso desde las usinas de CONLUTAS están levantando una campaña de “valorización del salario” donde plantean conseguir un salario básico al nivel del costo de la canasta básica en… ¡4 años! Proponen que este año los trabajadores se conformen con conseguir… ¡la mitad de ese salario!, y luego ir consiguiendo lo demás. Los trabajadores comen todos los días, sus hijos tienen necesidades de alimento, vestimenta, gastos de educación, transporte y salud, todos los días, durante todo el año. Los desocupados no tienen salario y los precarizados ganan menos salario que los trabajadores registrados.

Solo a un burócrata que está atornillado desde hace años al sillón de un sindicato, que gana mucho más que un trabajador de su gremio y no pasa las penurias que sufre el conjunto de la clase obrera, se le puede ocurrir esperar cuatro años para ganar la “canasta familiar”. El hambre no espera.

Por eso es que proponen grupos de trabajo, auditorías de la deuda, foros para que los intelectuales informen a la opinión pública… de todo, menos un congreso de delegados de base de todas las fábricas empresas y universidades, de los sin tierra, etc., para salir a luchar.

 

El Encuentro obrero del 25 de marzo, un nuevo golpe contra la vanguardia obrera

 

El 25 de marzo la CONLUTAS convocó en San Pablo un Encuentro obrero, en el que prometían “Vamos a dar un cambio el 25”. Sin embargo, no llamaron a concurrir a delegados de base con mandato sino a “sectores de las pastorales de la iglesia, de las confederaciones sindicales, de la intersindical”, es decir un acuerdo entre dirigentes, lejos de la base y de la democracia obrera, y sobre todo, lejos de una lucha generalizada que enfrente al PAC, las reformas y al gobierno porimperialista de Lula y su pacto social con las burocracias de la CUT, FS, etc.

Los más de 6000 concurrentes, según su propio balance, donde estaban representadas “626 entidades”, se fueron con las manos vacías.

No se habló una palabra de como preparar una huelga general contra las reformas; ni se habló de cuál es el programa obrero que enfrenta al programa burgués de Lula, la patronal esclavista y el FMI; tampoco se dijo cuáles son las acciones de lucha concretas para lograr la reincorporación de los despedidos de la Volskwagen, a los que solo se les ofreció “solidaridad” y “contribuciones”, pero siguen quedando solos, aislados y, hay que decirlo, abandonados en el campamento en la puerta de la fábrica, lo que nos trae el triste recuerdo de lo sucedido en Tango Meat en Argentina.

Ni una sola medida que una a los que están luchando, ni una medida para concretar la alianza obrera y campesina ahora que los movimientos como el MST ya anunciaron el “Abril vermelho” (Abril Rojo). Era una gran oportunidad para demostrar que la clase obrera tenía el programa y las medidas necesarias para dar solución a los problemas de los sin tierra.

Ni una sola medida que unifique a los estatales y las protestas en las universidades. En fin, fue un encuentro donde se actuó el dique de contención que, mientras deja aisladas y dispersas las luchas en curso, solo prepara actos para el 1º de mayo y marchas nacionales a Brasilia como la del 2005 o como fuera en la Argentina la “Marcha Federal”, etc., para desviar a la vanguardia y a las masas a un callejón sin salida y dejando todo a los pies de algún sector burgués, mientras se le da tiempo al gobierno de Lula para que imponga las reformas.

Por eso no extraña que se le haya permitido hablar, como si fuera un héroe, a Babá y a los integrantes del PSOL, cuando vienen de votar el “Supersimples”, o que se presente a “dirigentes de la COB” de Bolivia como grandes luchadores revolucionarios cuando es la dirección colaboracionista de la COB la que ata de manos y pies a las masas bolivianas. Estaban Babá y la Iglesia, pero nadie se acordó de Jocelia Santos ni de los sin tierra asesinados por las bandas fascistas de los hacendados, ni se levantó la necesidad de la autodefensa y el castigo a los crímenes de la burguesía.

 

Una opción para unir

a la vanguardia obrera

 

Frente a semejante claudicación ante la llegada de Bush, hubo sectores que propusieron conformar un Comité de lucha directa, para empezar a plantear una alternativa. Desde las filas de la FLT, en esas reuniones defendimos la necesidad un programa (publicado en DO 21), que llamaba a la necesidad de una huelga general continental contra la llegada de Bush, de enfrentamiento al gobierno de Lula y a los gobiernos cipayos del continente, de unidad de la clase obrera latinoamericana para luchar empezando por la unidad de con los obreros y campesinos bolivianos, de llamado a los trabajadores de EE.UU. a enfrentar a su propio imperialismo y en defensa de sus conquistas que les son arrebatadas, y de crítica a las direcciones que por “izquierda” mantenían obedientes la política del Foro Social Mundial de sostén a estas variantes burguesas.

En esta pelea actuamos junto con otros compañeros, como los del POM, y nos acompañaron algunos delegados de base que asistieron. Pero no fue sencillo. También en ese comité hubo sectores que, como la LBI, aunque criticando al PSTU plantearon, en última instancia, subordinarse a la política del “Fora Bush”, es decir no sólo al PSTU sino al PT y la CUT.

Hoy más que nunca está vigente luchar por el programa contra el PAC, las reformas proimperialistas; por echar a las transnacionales y expropiarlas sin indemnización y bajo control obrero; por la tierra para los sin tierra; por la liberación de los presos políticos y la defensa de los perseguidos; contra los despidos, contra la desocupación y por un salario al nivel de la canasta básica. Por derrotar a las burocracias de la CUT, FS y CGT y echar de nuestras organizaciones a todas las direcciones colaboracionistas con la burguesía.

Pero este no es el programa de los reformistas y los liquidadores del trotskismo como el PSTU y el PSOL enquistados en la dirección de CONLUTAS y la Intersindical, que se someten a su dirección del Foro social Mundial. Por eso está planteado levantar un grito de guerra para reagrupar y organizar a las fuerzas que llevarán adelante la lucha por estas banderas. Comenzando por reagrupar a los que luchamos por este programa y lo llevamos a la vanguardia obrera, ante la llegada de Bush y en el encuentro del 25 de marzo, mientras luchamos por derrotar a la burocracia sindical de la CUT y a los que la sostienen “por izquierda”, y por imponer la coordinación y la centralización de los que están luchando en el camino de conquistar un congreso nacional de delegados de base obreros y campesinos que imponga una gran lucha nacional.

 “La liberación de los trabajadores será obra de los trabajadores mismos”, y esa liberación solo podrá concretarse cuando los trabajadores se hagan del poder derrocando a la burguesía y poniendo en pie un gobierno de los obreros y campesinos, es decir, la dictadura del proletariado. Para eso, en Brasil, es condición construir un nuevo partido obrero revolucionario e internacionalista, que sea parte de la lucha por volver a poner en pie el partido mundial de la revolución socialista.

Los integrantes de la FLT, cuyos integrantes en Brasil se agrupan en la FT-VP y que reivindicamos los postulados, el programa y la teoría de la IV Internacional fundada en 1938, convocamos a las fuerzas sanas del trotskismo y a las organizaciones obreras revolucionarias internacionalistas a luchar en Brasil por reagrupar a la vanguardia tras este programa que propusimos, y a la vez a luchar, por concretar una Conferencia Internacional de las fuerzas sanas del trotskismo que ponga en pie un centro internacional de los revolucionarios principistas.