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METALÚRGICA SABÓ: Último Momento

Unifiquémonos contra el ataque y preparémonos para enfrentar el fraude de la patronal y la burocracia

Los compañeros de Sabó saben que los trotskistas de Democracia Obrera afirmamos que sólo es posible lograr conquistas con luchas decisivas donde la patronal se vea ante la necesidad de aflojar o perderlo todo. Y saben que afirmamos que sólo se mantienen esas conquistas o se frenan los ataques de los patrones, con luchas decisivas también. Así sucedió con la lucha protagonizada por los obreros de la misma metalúrgica Sabó en La Matanza, hace ya un año.
Luego de una dura toma de fábrica, donde enfrentaron 19 despidos, fueron reincorporados 17 compañeros. Fue un triunfo, aunque el dirigente más importante de ese combate que le impuso a la patronal las reincorporaciones y derrotó a la burocracia sindical, aceptó quedar afuera para consolidar lo conseguido. La lucha por su reincorporación se constituyó desde entonces en un estandarte de la amplia mayoría de los obreros de la fábrica.
En estas páginas damos cuenta de la campaña que se está haciendo por su reincorporación convertida en una campaña contra la persecución a todos los luchadores obreros. En esa campaña mantuvo una constante comunicación con sus compañeros explicándoles a cada paso que no había ninguna posibilidad de ser reincorporado por la justicia, sino sólo por la lucha.
El triunfo conseguido, no fue sólo de los compañeros de Sabó, lo fue de los centenares de compañeros luchadores que durante la toma se acercaron y rodearon la fábrica para hacer saber que los trabajadores de Sabó no estaban solos.
La conquista más importante de esa lucha significó que, durante un año, la patronal no pudo despedir y se vio obligada a paralizar su plan de expansión hasta que lograr la derrota de los trabajadores.
Todos los compañeros vieron reflejado ese triunfo en la conquista de una Nueva Comisión Interna. Sin embargo el verdadero triunfo fue la derrota de la vieja interna de Gdansky,  la conquista de la asamblea como método y el control de los dirigentes por la base.
Como siempre sucede, la patronal trata inmediatamente de corromper a los delegados surgidos de cualquier lucha para que se vuelvan como los burócratas que acaban de desplazar y pone todo lo que sea necesario para conseguirlo. El primer síntoma de esa burocratización es cuando los delegados quieren escapar al control de la base y reniegan de los mandatos de asamblea. Un sector de la nueva interna, rápidamente hizo y hace lo imposible por despegarse de ese control. Significa que la mayoría de esa interna ya fue comprada. Incluso dos de sus miembros estuvieron con los matones de las 62 Organizaciones en la Quinta de San Vicente. Más claro hay que echarle agua.
En las últimas 48 horas, ante el hecho de que se acercan nuevamente las elecciones para la Comisión Interna, la mayoría de los miembros de esa “nueva” interna anunciaron que se negaban a ir en la misma lista con la dirigente que es reconocida por toda la base como la más combativa de la misma interna. El argumento utilizado por estos delegados fue que tenían diferencias de “metodología”. La metodología de la compañera era la de la asamblea para decidir y el paro para enfrentar a la patronal. Es decir la metodología en la que se apoyaron los compañeros de la fábrica no solo para impedir los despidos sino para echar a la vieja interna del “Perro”.
En las asambleas por turno, la base enfrentó a los delegados, y algunos compañeros exigieron que los candidatos a la comisión interna fueran votados por asambleas en sus sectores, apoyando así la propuesta de la Agrupación Lista Naranja de la UOM de Matanza. La propuesta era confeccionar una lista “de los compañeros” con los elegidos en cada sector como forma de conservar la unidad y no dividirse en las elecciones sindicales ante el ataque que está descargando la patronal. El método elegido fue la democracia obrera donde la base decide y el “dirigente” acata.  La “nueva” interna maniobró  una a una las asambleas, negándose a acatar lo que la base quería y apoyándose en los estatutos de la burocracia. Reniegan de la democracia obrera porque están preparando una trampa contra los trabajadores, que consiste en presentarse como opositores a la vieja interna y hacerse elegir, pero son el mismo “perro” con el collar cambiado que se prepara a avalar el ataque contra los trabajadores.

Ha llegado el momento de parar el fraude
de la burocracia que prepara el ataque
de la patronal esclavista

Los integrantes de la “nueva” se pasaron de equipo. Son parte de una trampa orquestada por la patronal y la burocracia de la UOM, donde si gana el “Perro” gana Gdansky, y si gana la “nueva interna, sin la compañera, también. Nos están vendiendo el mismo perro aunque le cambiaron el collar. Así, las elecciones pasan a estar controladas por la burocracia de Gdansky y por la patronal. Un fraude para preparar el ataque contra los trabajadores.
Los obreros de Sabó están en una encrucijada de hierro: o paran este fraude y esta trampa basada en los estatutos antidemocráticos de la burocracia sindical y el estado patronal, o la lucha dada retrocederá y, sin ninguna duda, la patronal profundizará el ataque con más despidos y mayor esclavitud, golpearán a la base obrera de la fábrica - como denunció la Agrupación Naranja-, avisando la intención de ingresar 100 contratados.
Frente a esta trampa, los trotskistas no podemos menos que insistir en que la lucha contra los despidos comienza por garantizar la conquista de la democracia obrera, de las asambleas y de los delegados elegidos y controlados por la base que conquistamos hace un año.
Cuando los dirigentes se escapan del control de la base, es que ya están arreglados por la patronal para garantizarle los despidos y la superexplotación. Viejos y nuevos dirigentes, ¡a todos los compra la patronal! Ocho sobresueldos de miembros de una Comisión interna que le garanticen incorporar 100 obreros contratados y por agencia, y al mismo tiempo echar a los mejores activistas, es un gran negocio para los patrones.
La lucha contra los despidos y la esclavitud es hoy la lucha por derrotar el fraude de Gdansky, la patronal y sus dos internas, la vieja y la “nueva”. Empezando por no avalar el fraude y no votar si no se presenta la “lista de los compañeros” con delegados por sector, como cuando les reventamos las urnas en otras elecciones.
La solución contra este fraude está en apelar a la base, en la democracia directa; en imponer la unidad con delegados por sector; en conquistar una lista que utilice el estatuto fraudulento de los “cuerpos orgánicos” de la burocracia para presentarse y desenmascarar a los viejos y nuevos vendidos. Si esto no es posible, hay que organizarse por la base para preparar la resistencia contra el ataque patronal que inevitablemente se viene.
Porque la patronal podrá comprar a las dos camadas de burócratas, dejando a los trabajadores en las peores condiciones para dar una pelea en el terreno electoral. Pero no puede comprar a toda la fábrica ni a los delegados combativos que resisten junto a la base. Y digámoslo con claridad, las elecciones son un momento táctico, allí no se define el futuro de los obreros de Sabó. Su destino se define en la lucha como lo demostró la pelea de hace un año. Lo definen los grupos de obreros combativos que se organizan lejos de los ojos de los buchones de la patronal y eligen los delegados por sector, que llegado el momento pararán las máquinas al primer despido y demostrarán como se puede echar a los burócratas y construir en Sabó la dirección que esos trabajadores merecen.