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JABON FEDERAL
¿Por qué no fueron reincorporados todos los despedidos y solo reingresaron 16? Las causas de esta derrota parcial.
Dos estrategias para la resistencia de la clase obrera argentina
Más de 60 días los trabajadores de TBV, la ex Jabón Federal, libraron una dura y heroica batalla en defensa de sus 38 compañeros despedidos. Estos despidos fueron la respuesta de la patronal a la demanda de los obreros de reconocimiento de su comisión interna y reclamos salariales. Esta heroica lucha, aún parcialmente derrotada, ha dejado para el conjunto de los trabajadores importantes lecciones para aprender coómo enfrentar a nuestros enemigos de clase en las próximas luchas por venir. El resultado hasta ahora es que ingresaron 16 compañeros, el resto quedó sujeto a “revisión”, y ya comenzaron las citaciones penales para los activistas.
La responsabilidad de la derrota no fue de los compañeros de la fábrica que entraron a la lucha con toda su fuerza, todas sus ilusiones y que pusieron todo de sí para triunfar, muchas veces quedando en un ángulo de 180º con la política de sus dirigentes -influenciados por el PTS- a los que superaban en los hechos, sino de los partidos que se dicen de la clase trabajadora y de izquierda y de las nuevas direcciones sindicales que todos los días se postulan como la dirección que la clase obrera necesita para luchar y vencer. Pero, como lo vienen demostrando los hechos en las luchas dirigidas por ellos, al mantenerse sometidos a las direcciones sindicales, a los ministerios de trabajo y a través de ellos a Kirchner, sus promesas de victoria se transforman una tras otra en jalones de derrotas para nuestra clase. Porque es imposible derrotar a la patronal y al gobierno sin romper cualquier expectativa en la justicia, los parlamentos y los ministerios patronales; y sin enfrentar y ajustar cuentas con los burócratas sindicales -los gendarmes que la burguesía tiene al interior del movimiento obrero-, y sin apoyarse en la democracia obrera como condición indispensable.
Es necesario entonces sacar las conclusiones correctas de esta lucha, en especial para los trabajadores de TVB a los que nada más se les podía pedir, que necesitan comprender por qué tanta combatividad y heroísmo de su parte no pudo triunfar, y por qué, cercados por la patronal, el estado, la justicia, amenazados por la burocracia y con la pistola en la cabeza de la represión policial, pero sobre todo, por la falta de una política obrera independiente de su dirección (influenciada por el PTS), y el aislamiento al que los sometieron el conjunto de la izquierda reformista (PO, MST, PC, MAS, CCC, etc.) y las nuevas direcciones sindicales, entre ellas el MIC, tuvieron que aceptar esta derrota parcial.
TVB: UNA LUCHA DE RESISTENCIA AISLADA FRENTE A UN ATAQUE CONCENTRADO DE LA PATRONAL
TVB era parte de esa verdadera rebelión por el salario que recorrió las bases obreras. Una rebelión que comenzara en Las Heras con la heroica lucha de los obreros petroleros, y que fuera derrotada por la acción del gobierno, la burguesía y la burocracia sindical que actuaron en forma centralizada y coordinada contra esa lucha que fue dejada aislada por la izquierda reformista sirviente del régimen. Una izquierda que se cansó de hacer comisiones de solidaridad, fondos de huelga, actos y festivales, pero que se negó a hacer una sola acción coordinada para poner en pie la lucha nacional que se necesitaba para romper el aislamiento de la lucha petrolera y enfrentar semejante ataque del gobierno y la patronal.
Fue la izquierda la que invocó en Las Heras, la intervención de la justicia y en nombre de esa justicia se utilizaron contra los trabajadores los peores métodos de la dictadura videlista (ocupación de la gendarmería, represión policial, secuestros, matones de la burocracia, etc.), todo dirigido por la jueza Ruata de Leone, con el saldo actual de seis compañeros presos. Esta derrota preparó el terreno para que pudieran imponerse las paritarias con un techo de 19% firmadas a espaldas de los trabajadores por el gobierno, la patronal y la burocracia, y que los condenan a una mayor miseria, precarización laboral y con mayores ritmos de superexplotación. Desde ese momento las luchas que surgieron, como SIDERAR, las contratistas del subte, ATENTO, etc., quedaron dispersas mientras enfrentaban la acción concentrada de la burguesía, su gobierno, su estado y la burocracia sindical. Esta acción centralizada de la patronal se repitió en la derrota de Jabón Federal, y como está se está demostrando también en la lucha del Hospital Francés, que si es derrotado abrirá el paso a que la patronal intente derrotar uno por uno al Garrahan, a subterráneos y a los demás.
UN ATAQUE PATRONAL A FONDO Y UNA HEROICA RESPUESTA OBRERA
Cuando el 27/7 despidieron al primer compañero, la patronal buscaba quebrar cualquier tipo de resistencia obrera para imponer sus planes de mayor superexplotación y precarización obrera. El ataque patronal se afirmaba en la ofensiva que los monopolios imperialistas desarrollan en todo el subcontinente y en la fortaleza que el gobierno y el régimen habían conquistado después de derrotar a los trabajadores en Las Heras y con la aplicación de las paritarias del techo salarial del 19%.
La respuesta obrera ante el ataque fue ejemplar, parando la producción, ocupando la planta, con asambleas y cortes de ruta, buscaron un camino de lucha para reincorporar a su compañero. Se apoyaban en una conquista del período anterior que era la elección de una nueva interna que, aunque no estuviera reconocida por el sindicato (SOJO), les permitía arrancar la lucha sin tener que pelear dentro de la fábrica con una interna de la burocracia. También permitía que los trabajadores pusieran todas sus expectativas en las asambleas y la democracia obrera, como forma de imponer sus demandas. Esta cuestión chocó una y otra vez contra la política de su dirección.
Pero esta respuesta también tenía una base material. Los trabajadores, por el ciclo de crecimiento de la economía y por la relocalización de las empresas hecha por los monopolios imperialistas, son y se sienten fuertes (a pesar de que toda la izquierda reformista los quiere convencer de que son débiles) porque saben que la producción es necesaria y que cada día de paro le cuesta fortunas a la patronal. Pero esa fortaleza tiene límites que trataremos de explicar más abajo.
Ante la respuesta obrera, el Ministerio de Trabajo y sindicato actuaron en equipo y se negaron a reconocer al conflicto, a la interna y a la asamblea. Luego de seis días de paro con ocupación de fábrica, lo reconocieron y aquél decretó la conciliación obligatoria. La dirección llamó a acatar. Cuando los trabajadores se presentaron a trabajar, se encontraron con 37 nuevos despidos. La que no “acataba” la conciliación era la patronal.
PRIMER MOMENTO DEL CONFLICTO
LA PATRONAL BUSCA QUEBRAR LA RESISTENCIA Y ATACA A FONDO.
LOS TRABAJADORES CON LAS MANOS ATADAS
Durante los dos meses de conflicto, la patronal jugó el todo por el todo para defender sus intereses. Lo contrario que la dirección obrera del conflicto que constantemente trató de dirimir el conflicto, no en el terreno de la lucha de clases, parando la producción, con los piquetes y llamando a la coordinación efectiva para centralizar las fuerzas obreras en lucha, sino que una y otra vez llevó a los trabajadores a las puertas de los ministerios y juzgados buscando la audiencia o el fallo salvador. En vez de llamar inmediatamente al paro ante los 37 nuevos despidos, llamó a mantener el acatamiento de una conciliación que no existía y a confiar en la justicia, porque la que estaba “en falta” era la patronal de TVB. Una y otra vez postergó la lucha esperando las audiencias ministeriales.
La empresa perseguía a los obreros máquina por máquina, apretaba, y hasta amenazaba con cerrar la planta. Quería quebrar e implementar las 12 horas obligatorias con lo que eliminaba un turno de trabajo. Los obreros que estaban trabajando resistían los aprietes y pedían asambleas conjuntas, para unificar la lucha. Pero la dirección hacía asambleas sólo de los despedidos. Con esto se dividió a los trabajadores, se rompió la democracia obrera y se impedía volver al paro.
La patronal apostaba al desgaste obrero y, mientras tanto, tenía a la fábrica produciendo. Para enfrentarla había que volver al paro. Fueron los trabajadores los que, cansados del apriete, la persecución y la falta de resultados, dijeron ¡basta!. Y pararon la producción. Al grito de “al ministerio lo vamos a quemar… sos amigo de la patronal” se volvió a soldar la unidad obrera, se recuperó la democracia de la asamblea conjunta y se fortaleció y moralizó la lucha.
Primera conclusión: las luchas obreras no se ganan en los escritorios de los ministerios, con recursos de los abogados o con las conciliaciones obligatorias; tampoco son suficientes los festivales para aplaudir a los despedidos, o marchas de “presión” que se perpetúan en el tiempo desgastando sin resultados a los que luchan. Se ganan poniendo en pie organizaciones obreras de lucha que garanticen mediante la democracia de las asambleas, la unidad obrera y pararle la producción a la patronal, que es lo que más le duele. Era necesario superar a los “cuerpos orgánicos” de la burocracia, fortaleciendo la unidad y la democracia obrera poniendo en pie organismos de toda la fábrica en lucha, como un comité de huelga en la propia fábrica, cosa que los obreros más adelante impusieron a sus dirigentes.
Pero también era necesario romper el aislamiento y buscar la coordinación nacional de todos los que estaban luchando para levantar un pliego común y pelear juntos. Podía lograrse. En el mismo momento que peleaba TVB, estaban en lucha los portuarios de BACTSSA, estaba en lucha el Hospital Francés, se estaba poniendo en marcha una jornada de lucha piquetera con movilizaciones en Capital, Buenos Aires, etc., donde asistían el PO, CCC, FTC, TV y toda la izquierda. Además, decenas de fábricas reclamaban contra las paritarias y sus consecuencias. Podía hacerse. Las direcciones de la izquierda se confabularon para que no se hiciera. A pesar de eso, los obreros salvaron este round.
SEGUNDO MOMENTO:
PROMESAS DE VICTORIA DE LA MANO DE RECALDE, EL PARLAMENTO Y LA JUSTICIA
Frente a la acción obrera, la burocracia vino en auxilio de la patronal. Por un lado apareció la burocracia con los matones armados del SOJO amenazando en San Justo, a plena luz del día, a los trabajadores cuando se movilizaban. Por otro lado, Gdansky de la UOM y CGT Matanza y los diputados Recalde de la CGT y Macaluse del CTA y ARI, se ofrecieron como mediadores para que “la empresa cumpliera” con las resoluciones del Ministerio: llevaron a los obreros al Congreso, expresaron su solidaridad, “abrieron puertas” en los juzgados. Hasta hicieron votar en el parlamento un dictamen “a favor” de los obreros. El propio Gdanksy se reunió con la interna junto con el intendente de Matanza para “escuchar sus reclamos”, todo parecía a favor de los trabajadores. La cara visible de esta estrategia, que era una trampa para los trabajadores, era Recalde, el abogado de la CGT, el que firmó y avaló no sólo el pacto social sino también las paritarias de hambre del 19 %. Sí, el abogado de Moyano y de Fortuna, el burócrata del SOJO que se negaba a reconocer a la interna elegida por los trabajadores y que mandaba los matones. Su función era impedir a toda costa nuevas medidas de lucha y mantener a los trabajadores en los escritorios del ministerio con el que habían amenazado romper, mientras la patronal preparaba nuevos golpes como el lock-out.
La dirección orientada por el PTS, avalada por el conjunto de la izquierda reformista, se convirtió en correa de transmisión de esta trampa al no denunciarla, pero además al presentar las “gestiones” de este agente de la patronal como una posibilidad de triunfo, porque “la ley y la razón” estaban del lado obrero.
La conferencia de prensa que se hizo en el Bauen -a la que asistieron diputados de partidos patronales como el ARI, partidos que están en el gobierno como Patria Libre, los principales “referentes” de la izquierda, etc.- también fue funcional a esta política de Recalde de “rodear” a los trabajadores mientras paralizaban la lucha.
A la “Comisión de solidaridad nacional” que se hizo de inmediato, no asistió ninguno de estos dirigentes. Se volvió a hablar de fondo de huelga, de marchas y hasta de un acto en la puerta de la fábrica, pero nunca de coordinación para luchar juntos, a pesar de que en esa reunión estaban presentes representantes de alrededor de 50 organizaciones obreras, y más de una decena de fábricas y establecimientos plantearon que estaban en conflicto. Pero los trabajadores de Jabón Federal, se tomaron en serio las palabras de unidad que todos decían de forma demagógica, y obligaron a que su dirección tuviera que anunciar que junto con Zanón convocarían a un “Encuentro Obrero”. Jamás se hizo.
Segunda conclusión: cuando no se puede quebrar la resistencia obrera y esta amenaza con superar a su dirección, aparecen los “mediadores”, son los que te vienen a decir que están con tu lucha y tratan de que te descuides mientras la patronal prepara golpes decisivos y la burocracia sindical alista sus matones. Siempre es una trampa porque paralizan la lucha obrera para llevarla a los escritorios ministeriales. El PTS y la izquierda los avalaron, subordinando la lucha obrera y estrangulando cualquier posibilidad de coordinación. En fin, cubriendo por “izquierda” la política antiobrera de Recalde.
Cuando la patronal, aprovechando la trampa organizada por Recalde, no pagó las quincenas, otra vez fueron los trabajadores los que, parando y movilizándose, evitaron la derrota.
TERCER MOMENTO:
LOCK-OUT PATRONAL Y NECESIDAD DE LA LUCHA POR LA NACIONALIZACION BAJO CONTROL OBRERO
Parando la producción, los trabajadores marcharon en masa al Ministerio de Trabajo y allí se cruzaron con los burócratas del sindicato, que no sufrieron las consecuencias de la bronca obrera porque la dirección del PTS lo impidió, en nombre, otra vez, de la “legalidad”. Las carpas, que se iban a poner como en otras huelgas como un símbolo de “resistencia”, fueron transformadas por los obreros en un arma del piquete al colocarlas bloqueando las entradas de la fábrica. La patronal pagó las quincenas.
Pero de inmediato contraatacó largando el lock-out. Frente al lock-out, sólo cabía demostrarle a la patronal que se estaba dispuesto a ir por todo. Es decir, por la fábrica misma. Toda otra política era impotente ante semejante ataque y preparaba la derrota. El piquete frente a la fábrica ya no era efectivo porque no entraba ni salía nada, y la producción esta vez la paró la patronal.
Hacer como Zanón o Brukman, discutían los trabajadores y tenían razón, porque la condición para el triunfo, para lograr la reincorporación de todos, era lanzar de inmediato la lucha por la nacionalización sin pago y bajo control obrero de TVB, demostrándole a la patronal que por no reincorporar a los 38, lo perdería todo. Había que arrancarle la fábrica a la patronal e imponerle al estado que se hiciera cargo de la empresa y pusiera toda la plata necesaria para su funcionamiento, pero que los que se encargaran de controlar que todo funcionara bien y de auditar las finanzas fueran los trabajadores.
Era una lucha contra el pacto social del imperialismo, el gobierno, la patronal esclavista y la burocracia sindical.
La pelea por la reincorporación de los despedidos superaba los marcos de la fábrica y se había convertido en una lucha de todo el movimiento obrero. Era necesario hacer un llamado a los que estaban luchando para atalonar la resistencia obrera y preparar la contraofensiva levantando un programa que uniera todos los reclamos. Los trabajadores de la ex Jabón Federal, con su lucha, estaban dando una nueva oportunidad. Era el momento de poner en pie un Comité de Lucha Nacional para coordinar y organizar a los que ya estaban luchando, mientras se preparaba la IIIa Asamblea Nacional Piquetera de ocupados y desocupados, levantando la reducción de la jornada laboral para unirse a los desocupados y reclamar trabajo para todos, y el pase a planta permanente y bajo el mismo convenio de todos los contratados. Era el momento de levantar como un estandarte la lucha por la liberación de los presos de Las Heras, rehenes de la patronal, y por el desprocesamiento de todos los luchadores obreros y populares. Y de llamar a unirse al Hospital Francés, a los telefónicos, a los contratados del subte, etc.
La propia patronal vió el peligro y sacó un comunicado contra esa posibilidad alegando (igual que la “izquierda”), que TVB no podía ser Zanon o Brukman porque era “una empresa rentable”. El PTS y la izquierda utilizaron este mismo argumento y avalaron la mentira patronal.
El control obrero es para aplicarlo en las empresas que dan ganancias, para demostrar la superioridad de la organización obrera frente a la burguesa; para abrir los libros de contabilidad y desenmascarar ante los trabajadores las superganancias de la patronal, y que eliminando la propiedad privada de las fábricas se pueden solucionar todos los problemas, desde la jornada de trabajo, la rebaja de los precios, el aumento de los salarios. Pero para estos señores, es al revés: quieren que los trabajadores le salven las crisis a la patronal. Cuando hay crisis y crack económico, cuando la producción está destruida, lo que cabe es plantear la administración obrera directa.
En cambio, en el ciclo de crecimiento, es más fácil hacer como Zanón o Brukman. Pero el PTS, el partido que se autotitula de Zanón y Brukman, se negó. Llegaron a plantear que no se podía tomar la fábrica porque “caía la conciliación obligatoria” y se dejarían de cobrar los sueldos y entonces ¿quién iba a poner los 300 mil pesos necesarios para poder pagarlo?.
A eso había que responder que la plata la tiene que poner el estado, y a eso había que imponérselo, como ya dijimos.
Cada vez que los obreros se rebelan, y mucho más si se pelea por arrebatarle la fábrica al patrón, ningún burgués va a venir a invertir. Al contrario, van a huir. La patronal pone como condición la derrota y la esclavitud obrera para traer su dinero, justamente eso era lo que quería imponer la patronal de TVB para levantar el lock-out. Y toda dirección que se detiene en los umbrales de la propiedad privada porque se “rompe la legalidad”, es una dirección que solo puede mendigarle limosnas a la patronal y que está derrotada antes de empezar a pelear.
Porque son este tipo de dirección, el PTS y la izquierda reformista, convencieron a los trabajadores que pelear por la nacionalización y tomar la fábrica era una medida “muy dura”. Cierto, pero nunca sería tan dura como la respuesta patronal, que ya muestra su saldo no solo en los despidos y en que quieren procesar penalmente a los activistas, sino que iniciarán de inmediato un ataque para echar a todo activista que quede, para que nadie más levante cabeza.
Era necesaria una estrategia obrera independiente, de clase y combativa para vencer a la patronal. Para esa estrategia obrera se necesita una dirección que apoyada en la democracia obrera, rompa toda atadura con las instituciones patronales y llame a poner en pie organizaciones obreras independientes de lucha, que centralicen la respuesta obrera y preparen la contraofensiva para derrotar la acción centralizada de la patronal y el gobierno.
La dirección del PTS nunca tuvo esta política, a cada paso destruyó lo que los obreros en lucha ponían en pie. Siempre se subordinó a las instituciones patronales, y con ellos subordinó y desarmó a los obreros. Evitaron la toma cambiándola por una “guardia obrera” para impedir que se lleven todo y no para adueñarse de la fábrica. Llamaron a confiar en un nuevo fallo judicial, como mostramos aparte. También dijo que la patronal estaba “golpeada por los fallos”. Con ese argumento convenció de que solo hacía falta aguantar, porque el tiempo “está a nuestro favor”. Y dejó a los obreros que querían seguir la lucha esperando en la puerta de la fábrica.
La patronal otra vez no pagó las quincenas y, además, depositó la liquidación final de los despedidos. Al mismo tiempo comenzó la producción en la fábrica Querubín. La única respuesta de la dirección del PTS, fue esperar la próxima audiencia salvadora, asistir el 15-9 a la marcha federal, a la que se subordinó, y volantear la planta de Pilar. En estos quince días se profundizó el aislamiento de los compañeros. Y su lucha se debilitó porque los obreros estaban atados de manos para intentar definir el conflicto a su favor.
Tercera conclusión: mantener a los trabajadores subordinados a las instituciones de la patronal los divide y debilita su lucha al aislarlos, permitiendo que cada fábrica que pelea tenga que enfrentar sola a todo el estado burgués. Por el contrario, la lucha por la nacionalización bajo control de los trabajadores, al poner sobre la mesa el problema de la propiedad privada de las empresas, y las superganancias de la patronal, abre la lucha por la reducción de la jornada laboral, por el salario, por trabajo para todos, por todos a planta permanente. Abriendo la posibilidad de unir con el Hospital Francés, con los telefónicos, y también para defender Zanón y Brukman. Era una lucha que ponía a la orden del día la necesidad de un Comité de Lucha o Coordinadora Nacional para coordinar y centralizar a los que luchan abriendo el camino de una gran lucha nacional y preparando la contraofensiva obrera. Era, a la vez, la mejor forma de negociar la reincorporación de los despedidos, porque solo ante la posibilidad de perder la fábrica, la patronal estaría dispuesta a conceder las reincorporaciones, como quedó demostrado. Al negarse a levantar esta perspectiva, la dirección del PTS, y los partidos de la izquierda reformista, demostraron que son pésimos negociadores y además favorecieron el aislamiento de los obreros de Jabón Federal y los condenaron a la derrota.
LA PATRONAL DEFINE
Seguro ya de que la lucha no iría hasta el final, el estado mayor patronal pegó para definir el conflicto a partir del 25/9. Suspendió a todo el personal. Los jueces libraron ordenes de desalojo, citaciones por perturbación de la propiedad, la policía merodeaba el piquete, el sindicato del SOJO comenzó a actuar con los carneros agitando la posibilidad del cierre definitivo de la fábrica, llamando a “asambleas” rodeadas de matones armados en la sede del sindicato para “convencer” a los compañeros de la vuelta al trabajo a cambio de los despidos, y éstos, una vez más, resistían negándose a firmar ningún acta de rendición.
Así, aislados, apretados por todos lados, con la policía entrando a retomar el control de la fábrica y con una política impotente de parte de su dirección, llegó la asamblea donde los obreros tuvieron que aceptar la derrota y levantaron la huelga. Todo un sector de compañeros se negaba a levantar. Son los que evitaron que la derrota, por la política de la dirección, fuera catastrófica y aún hoy resisten dentro de la fábrica, frente a los aprietes de la empresa y al intento de la burocracia del sindicato de terminar con la interna y recuperar la fábrica. Tanto heroísmo obrero merece conclusiones correctas. Los trabajadores necesitan entender por qué, a pesar de poner todo para ganar, no se consiguió.
A LOS OBREROS DE TVB LES FALTÓ UNA DIRECCION OBRERA INDEPENDIENTE Y UN PROGRAMA PARA TRIUNFAR
Los que estuvimos codo a codo con los compañeros en lucha queremos acercarles nuestras conclusiones. No se puede derrotar a la patronal sometiéndose a las instituciones patronales como la justicia, el parlamento o los ministerios. Una dirección que llame a los trabajadores a luchar y que no se prepare para enfrentar esta acción patronal, no sirve para pelear y ganar.
No pueden servir cuando hace poco tiempo hablaban del “compañero policía caído en Las Heras” y hoy no dicen una palabra ni hacen una sola acción por los trabajadores que aún siguen presos, y sobre los que se inician en estos días los juicios, al mismo tiempo que le entregaron, el 24-3, la lucha contra el genocidio al gobierno de Kirchner. No pueden serlo porque todos ellos han llamado directa o solapadamente a apoyar a burgueses como Chávez, Lula, Evo Morales, Palacios, Tabaré Vázquez, etc., como parte del Foro Social Mundial al que todos se someten, mientras la lucha por la nacionalización bajo control obrero es una lucha que recorre toda Latinoamérica y enfrenta a los gobiernos y los regímenes sostenidos por el Foro Social Mundial. Porque no es distinta la lucha por la nacionalización y bajo control obrero de la minería de Bolivia o la del cobre chileno, o de la lucha contra los despidos en la VW de Brasil, o las petroleras, y contra los despidos y la precarización en todo el continente, de la lucha contra los despidos en Jabón Federal, contra el cierre del Hospital Francés, el pase a planta permanente de los contratistas de Telefónica, de los de ATENTO y del subte. La necesidad de los obreros de tomar en sus manos las empresas se vuelve una consigna inmediata frente al ataque de la patronal esclavista.
Por eso queremos plantear una última conclusión. Los revolucionarios que estamos siempre por que nuestra clase triunfe, sabemos utilizar y utilizamos cada vez que podemos, los parlamentos, las negociaciones en los ministerios y los juzgados. Una prueba es la campaña por la reincorporación de Pablo de Sabó que estamos haciendo (ver página 16). Pero nunca subordinamos a esa utilización los objetivos de la lucha obrera, porque eso significa abandonar la estrategia del triunfo.
Por el contrario, los reformistas como el PTS, hacen de esa utilización una estrategia y terminan poniendo a los pies de las instituciones burguesas a los trabajadores. Con eso, no solo liquidan cualquier posibilidad de coordinar, generalizar y unir a los que luchan, sino que también debilitan la solidaridad de clase. Porque para negociar en los ministerios y los juzgados no es necesaria ninguna organización obrera de lucha centralizada. Pero además demuestran no hacer aprendido nada del pasado, o de ocultarlo concientemente, porque la lucha de Las Heras también es un ejemplo en este sentido. Los trabajadores habían “conseguido todo”. En el ministerio firmaron las reincorporaciones, el salario, el mínimo no imponible y hasta el pase a convenio petrolero de los contratados de la UOCRA. Parecía un triunfo, hasta que los gerentes de la petroleras se reunieron con los políticos y los jueces y quedó claro que nada puede superar la propiedad privada patronal. Intervino la “justicia” y los trabajadores no solo se quedaron sin nada, sino que también fueron presos.
La clase obrera necesita una dirección para triunfar. Una dirección de la que serán parte cientos de compañeros que hoy están haciendo su experiencia con estas direcciones reformistas, políticas y sindicales. Cuando los compañeros nos preguntan por qué estamos allí, ésa es la respuesta. Nuestra clase para liberarse necesita formar esa dirección, y nosotros queremos construirla con ellos.
La primera tarea es sacar las conclusiones de estas batallas. Para vencer a la patronal, hay que estar dispuesto a pelear por todo, también por la propiedad. La lucha no es dictadura contra democracia sino obreros contra patrones. La segunda tarea es centralizarlos y coordinarlos para que puedan conocerse y reconocerse y tomar conciencia de sus fuerzas para liberarlas.
Esa tarea solo puede llevarla adelante hasta el final un partido revolucionario. Un partido que quiera terminar con el sistema de explotación, que levante un programa para ello y que se proponga construir junto a lo mejor de la vanguardia obrera la dirección que esta se merece para triunfar, enfrentando a la patronal, al imperialismo, y a las direcciones traidoras de todo pelaje agrupadas en la burocracia sindical, pero también en el Foro Social Mundial bajo la bandera de la “revolución bolivariana”.
Al cierre de esta edición, los trabajadores de TVB estaban cortando nuevamente las rutas, resistiendo y negándose a entregarse. Las direcciones reformistas como el PTS siguen aplicando sus políticas de marchas a los juzgados y los ministerios, y los trabajadores siguen imponiéndoles medidas de lucha. Tanta combatividad y heroísmo no pueden quedar nuevamente aislados. Es hora de constituir una coordinadora de la resistencia obrera que sigue en pie porque, a pesar de estas direcciones, los trabajadores no se entregan. No hay un minuto que perder. Saquemos juntos estas conclusiones y pongamos manos a la obra.•
EN JABÓN FEDERAL SE ENFRENTARON DOS POLÍTICAS
Nuevamente en el conflicto de TVB se enfrentaron dos políticas. Como antes en Las Heras, como ahora en el conflicto del Hospital Francés, y como en cada lucha de los últimos años.
Una política reformista, de colaboración de clases, que llamó constantemente a los obreros en lucha a confiar que en los juzgados de Kirchner y Zaffaroni y en los escritorios del ministerio de trabajo los trabajadores podían conseguir “triunfos”. Una y otra vez alimentaba las ilusiones en que “la ley” estaba de parte de los trabajadores. Llegaron a presentar como un triunfo lo que era una enorme trampa patronal, cuando escribieron: “Ese día tuvieron otro triunfo ya que el juzgado laboral N° 4 de La Matanza falló a favor de que la empresa acate la conciliación y reincorpore a los 38 despedidos. Pero la conciliación vencía al otro día. Por eso marcharon masivamente a la delegación del Ministerio de Trabajo donde el viernes 1 se resolvió que los plazos previstos en la conciliación obligatoria solamente comienzan a contar cuando los despedidos estén adentro. Esta resolución es inédita y sienta un precedente para todo el movimiento obrero.” (LVO 203 7/9). Es evidente han roto con las premisas básicas del Programa de Transición de los trotskistas, es decir con el trotskismo, que dice que los revolucionarios “Luchan implacablemente contra toda las tentativas de someter los sindicatos al estado burgués y de maniatar al proletariado con “el arbitraje obligatorio” y todas las demás formas de intervención policial, no sólo son fascistas sino también “democráticas”. Solamente sobre la base de ese trabajo es posible luchar con buen éxito en el seno de los sindicatos contra la burocracia reformista incluidos los stalinistas.” (negritas nuestras). Donde el PTS ve un triunfo “inédito”, Trotsky ve una “intervención policial” y una trampa para “maniatar” a los trabajadores. Toda subordinación a la legalidad burguesa, a sus juzgados, sus ministerios y sus parlamentos, paraliza la voluntad de lucha de los obreros y al mismo tiempo deja libres las manos de los enemigos de clase, preparando la derrota.
En pocas palabras, convencieron a los obreros de que a la “dictadura patronal”, se la derrotaba con las leyes de la democracia, también patronal. No era una política de clase contra clase. Por el contrario era una política de colaboración de clases, de “frente democrático”, aplicada a las huelgas. Según esta política, el enfrentamiento es democracia versus dictadura y no obreros contra patrones, entonces, todo burgués, diputado, juez, funcionario o burócrata sindical “democrático” que enfrente a la “dictadura” es mi aliado. Para mantener esa “alianza” la dirección convence a los trabajadores de que hay que mantener la “legalidad”, justamente para que los “aliados” no se vayan. Con eso se subordina lo que los trabajadores necesitan y sus medidas de lucha a la conservación del “frente democrático”.
Niegan y, con eso, engañan a los trabajadores, que el estado burgués es una dictadura del capital, que sus instituciones y bandas armadas (policía, ejército, gendarmería y también los burócratas sindicales y sus matones) están para garantizar la explotación obrera.
Con esta política se desarma a los trabajadores para enfrentar las trampas, que hace burguesía desde los ministerios, parlamentos y juzgados; y frente a las traiciones de la burocracia sindical y las direcciones traidoras de todo pelaje. Por allí se cuelan los Recalde, Macaluse, DGansky, etc. Porque mientras los Recalde y Macaluse adormecen la lucha obrera con dictámenes del parlamento y fallos del juzgado, la patronal prepara nuevos golpes contra los trabajadores y DGansky le ayuda a Fortuna a preparar a los matones.
Las direcciones como el PTS, que sostienen esta política, constantemente se oponen y violan la democracia obrera y tienen que destruir todo elemento de independencia que los trabajadores construyen con su lucha.
Pero además, esa política reformista tiene otra dos premisas que son fatales para la lucha obrera: la primera es que hay que luchar por lo mínimo, para ir avanzando paulatinamente, conquistando un reclamo mínimo tras otro; la segunda es que la lucha de una fábrica se gana en la propia fábrica, Jabón Federal se gana en Jabón Federal, Pepsico en Pepsico, Las Heras en Las Heras, etc. Con ambas políticas, llevan a los obreros a la derrota.
Primero, porque el actual ciclo de crecimiento se mantiene sobre la base de la ventaja comparativa que le da a la patronal la superexplotación de mano de obra esclava, a la que tiene que esclavizar más y más para mantenerlo, con niveles salariales de miseria, con cada vez menos conquistas sociales y laborales y una mayor precarización. Entonces, para obtener el más pequeño y mínimo de los reclamos, es necesario doblegar la voluntad patronal y para eso hay que demostrar que se está dispuesto a luchar por todo, incluida la propiedad de las fábricas. Y esto se demostró en la ex Jabón Federal cuando la patronal jugó todo al lock-out.
En ese momento había que ir por todo o se condenaba la lucha a la derrota. Había que ir por todo para conseguir el reclamo mínimo de la reincorporación de los compañeros. De eso hablamos los revolucionarios cuando decimos que conseguir la más mínima de las conquistas, es el resultado de acciones revolucionarias de las masas. Porque solamente cuando se vea ante la posibilidad de perderlo todo, la patronal aflojará algo.
Segundo, el burgués individual, recibirá el apoyo inmediato del estado burgués, y de toda la burguesía, porque no pueden permitir un triunfo obrero que se transforme en un mal ejemplo que desate una ola de luchas y quiebre el plan de toda la burguesía haciéndole perder sus negocios. Por eso, ellos actúan de forma centralizada y no se los puede enfrentar aislado. Porque para imponer cualquier demanda será necesario organizar la resistencia de todo el movimiento obrero, evitar que se produzca en Querubín, cortar los caminos en Pilar y las otras plantas, preparar la defensa contra los matones del sindicato y rodear la fábrica tomada para que no pueda intervenir la represión, etc.
Entonces, al negarse a esto, era lógico que no se enfrentara a la burocracia, que no se denunciara la trampa de Recalde y la conciliación obligatoria, y que se abriera expectativas en las “gestiones” parlamentarias. Porque si la política es “presionar en los ministerios” para conseguir fallos favorables, y “conciliar con la patronal” es la misma política que tiene la burocracia sindical. En síntesis, si la política es de “frente democrático” y colaboración de clases, no se puede derrotar aquellos con los que se colabora.
Otra política, es una política obrera independiente, que preparaba el camino para la contraofensiva obrera: partía de la base de que el estado son las instituciones que se da la patronal para garantizar la explotación obrera y que no hay ninguna a favor de los trabajadores.
Que les dijo una y otra vez a los obreros que la pelea era de clase contra clase, que solo podían confiar en sus propias fuerzas y en las de la unidad y coordinación con demás trabajadores, que nada se conseguiría en los escritorios ministeriales ni en los juzgados que no fuera impuesto por la lucha, que no hay ley patronal que proteja a los trabajadores, y que la propiedad privada burguesa es el umbral donde se detienen todas las leyes y reglamentos. Que los dictámenes parlamentarios no reemplazan a la lucha obrera. Que por lo tanto para vencer, es necesario demostrarle a la patronal que se está dispuesto a ir hasta el final para ganar, hasta a arrebatarle la propiedad y para ello es necesario poner en pie organizaciones obreras de lucha independientes basadas en la democracia obrera y enfrentar a los gendarmes de la patronal en el movimiento obrero, los burócratas sindicales. Esta política fue la que definió a Jabón Federal como un conflicto testigo, donde se podía definir el futuro de las luchas obreras, y actuó en consecuencia, levantando la necesidad de luchar por todo, de coordinar a los sectores en lucha en una Coordinadora o Comité de lucha nacional, enfrentando a las trampas de la justicia, el ministerio y sobre todo saldando cuentas con la burocracia sindical. Fue la que frente al lock-out levantó la toma de la fábrica y la lucha por la nacionalización bajo control de los trabajadores. Es decir, la única que siempre tuvo una respuesta a la altura de la lucha que había que dar, porque lejos de llamar a confiar en ningún juzgado, parlamento o ministerio, tiene claro que para triunfar hay que romper cualquier subordinación a las instituciones burguesas, que hay que derrotar a la policía interna que tiene el movimiento obrero, la burocracia sindical. Una política que a cada paso pelea por poner en pie la dirección que los trabajadores necesitan porque tiene claro que “la liberación de los trabajadores será obra de los trabajadores mismos”.
MC y LS
En estas páginas presentamos el balance de la lucha de la ex Jabón Federal desde el punto de vista de los trotskistas. Queremos compararlo con los balances que la izquierda reformista hace de esta lucha. Hemos tomado tres de ellos: el del PTS que tuvo una responsabilidad directa; el del PO y el MST-El Socialista porque de alguna manera representan las posiciones del conjunto de la izquierda reformista, y aunque se pasan facturas entre ellos por pequeñas diferencias, en lo esencial tienen un profundo acuerdo.
EL BALANCE DEL PTS: EVADIR LA RESPONSABILIDAD Y CULPAR A LOS OBREROS
Apenas terminado el conflicto este partido presentó un balance francamente cínico. Porque el PTS empieza diciendo que “Los paros, piquetes, las carpas, fondo de huelga, la determinación de pararle la salida de la producción a la patronal y la guardia obrera que “ocupó” la planta durante varios días ante las suspensiones masivas y el lock-out patronal fueron parte de esta heroica y aislada lucha que lograron quebrar la intransigencia patronal que nunca quiso retroceder de los 30 despidos.” (LVO 206) Incluso luego presenta como un logro que no se firmó ninguna “paz social” y que no participe el sindicato de las negociaciones. Sin embargo , a renglón seguido explica “Pero esa fuerza no alcanzó para reincorporar a todos, por lo que esta primera etapa terminó con una derrota parcial.”. Y culmina “De esta manera esta primera fase de la lucha termina con la mitad de los trabajadores reincorporados y la otra mitad a discutir en el próximo mes”. Si luego de esa introducción el PTS se desviviera por explicarles a los trabajadores por qué sucedió todo esto, cuáles fueron los aciertos y errores cometidos y cómo superarlos, no objetaríamos. Pero como nada de eso sucede, este balance es digno de un mercachifle de cuarta y no de un partido que les dice a los obreros que es revolucionario.
Es una suma y resta de obreros despedidos y reincorporados como si fueran ganado, y de medidas de lucha agrupadas para demostrar que fueron muchas, sin ninguna jerarquía entre ellas, sobre todo porque no explica si esas eran las medidas que la lucha necesitaba. El objetivo de ese balance no es entonces explicarles a los trabajadores que jugaron todo en esta lucha el por qué de lo sucedido, sino salvar el prestigio de la dirección estudiantil del PTS.
El PTS no dice que la lucha empezó por un despido y terminó con 16. No explica que fue una provocación patronal para cambiar la lucha salarial y por la interna (ofensiva), por la lucha por la reincorporación (defensiva) y porque la patronal quería derrotar la fábrica antes que se abriera el período de las nuevas discusiones paritarias para garantizar sus planes de superexplotación. Tercero, no explica por qué si “lograron quebrar la intransigencia patronal” “no alcanzó para reincorporar a todos”. ¿En qué momento los obreros que venían quebrando la intransigencia patronal perdieron la iniciativa y la fuerza?
Cuarto, porque en ningún lado dice qué propuso el PTS para triunfar. En realidad, lo que hizo y dijo el PTS no existe en todo el balance, a pesar de que dirigió, a través de sus militantes, todo el conflicto.
Lo que el PTS oculta bajo siete llaves es que las asambleas conjuntas, los paros, impedir que salieran los camiones, etc., la mayoría de las veces fueron medidas impuestas contra su sugerencia, (y la de sus abogados), que aconsejaban dejar hacer a la patronal para mantener la “legalidad”.
Pero ahora se lo hacen los sorprendidos y dicen: “la empresa había iniciado una ofensiva en varios frentes: en primer lugar en la justicia reclamando el desalojo y el fin de la conciliación y los fallos de los juzgados” y ¿qué hizo la justicia en la que tanto llamaron a confiar?, “le rechazaron otra nueva medida cautelar y el tribunal 4 amenazaba con hacer caer el fallo que sostenía la conciliación obligatoria del ministerio. Tanto la justicia como el ministerio se negaron a multar a la empresa mientras violaba las disposiciones oficiales. De esta manera a la empresa nada le costaba violar la ley. La justicia penal intimó a los trabajadores (…) la empresa suspendió a todo el personal en forma ilegal (…) la empresa, con jefes coordinadores y la burocracia sindical, organizaron a los carneros para intentar quebrar la unidad y desconocer la interna”. ¿Y qué esperaban? La patronal defiende su propiedad, sus intereses, en ella hace lo que quiere porque no hay ley superior a la Constitución y ésta consagra la propiedad privada de los capitalistas, y para defender su propiedad la patronal usa todo lo que tiene: el estado (justicia, ministerios, parlamento, policía) que es un estado capitalista hecho por los capitalistas para garantizar la explotación obrera y también usa a los traidores de la burocracia sindical y sus matones porque para eso les paga. Una dirección que llame a los trabajadores a luchar y que no se prepare enfrentar esta acción patronal, no sirve para pelear y ganar. Pero lo más cínico del balance del PTS es que les echa la culpa de la derrota a los obreros cuando dice “muchos compañeros que habían sostenido cada una de las medidas votadas en la asamblea empezaron a plantear que, a pesar de querer seguir luchando por reincorporación de los despedidos, era necesario abrir una negociación con la empresa, tomarse un respiro.” Culpa a los obreros por levantar, cuando fue su política de confianza en las instituciones del régimen la que los llevó a una encerrona y los dejó amenazados y sin salida. Son los mismos obreros que durante el conflicto salvaron a esta dirección del desastre con su combatividad y que hoy resisten heroicamente.
Los trabajadores tenían todo el derecho de levantar, porque de parte de la dirección del PTS en la que confiaron durante todo el conflicto, no había ninguna propuesta que permitiera vencer a la patronal. Con el “cambio” radical en la justicia se le quemaron todas las estrategias al PTS y al CEPRODH. Pero lo peor es que en todo el balance no dice una palabra de cuál fue su política durante todo el conflicto y cuáles fueron sus resultados, como si no hubiera existido. Una política cobarde por parte de un partido que manda a los trabajadores a combatir y no se hace responsable de sus actos.
Ahora, el PTS arma a sus cuadros diciéndoles que todos querían que perdieran para poder destruirlos ¡Solamente los burócratas y reformistas pueden alegrarse de que a la clase obrera le vaya mal, para dirimir sus diferencias de aparatos!
Además, no es necesario recurrir al balance de Jabón Federal para demostrar que el PTS es una dirección reformista e incapaz. Está el balance de Brukman, donde fueron los artífices de la entrada de Caro. Está la destrucción de la Coordinadora del Alto Valle de Río Negro y Neuquén para hacer una multisectorial con el kirchnerismo y que condenó a Zanón a su actual precariedad. Están los despidos en las alimenticias y su incapacidad para conservar la interna de Pepsico, y varios etcéteras más, sin entrar a contar su política en docentes o todas sus agachadas a nivel internacional, como el apoyo al militar patriota Chávez en el referéndum, el apoyo vergonzante a la nacionalización de Evo Morales, el apoyo a la burocracia de la COB boliviana cuando ésta llama a que las fuerzas armadas entren en Huanuni, y su apoyo electoral al Frente PSOL-PSTU-PCB, como “ala izquierda” de un programa burgués. Comparativamente, debe ser la corriente que tiene el promedio más grande de derrotas bajo su dirección, por cantidad de militantes organizados.
PO y MST-EL SOCIALISTA: MAS DE LO MISMO
El PO, como el resto de la izquierda fueron parte de la misma política aunque ahora hagan leña del PTS. Porque salvo alguna comitiva que fue al acto, no hubo ninguna política de parte del Polo Obrero ni de ninguna corriente de izquierda o piquetera de las principales, para coordinar efectivamente y fortalecer la lucha de TVB.
No vimos al PO mocionar que ellos cortaban las rutas de Matanza en solidaridad con TVB y por trabajo para todos. Por el contrario, solamente se ofrecieron para llevarle el reclamo a Solá en una audiencia, el mismo perro “legalista” que ellos critican pero cambiándole el collar. No los vimos acompañando y protegiendo las marchas obreras contra los matones del SOJO. No los vimos llamando a los sindicatos que dirigen a coordinarse con los trabajadores de TVB. Por el contrario, en la marcha federal se negaron a que los trabajadores de TVB encabecen la marcha y hablen en el acto. Sus militantes fueron a la reunión para organizar la “columna obrera” de esa marcha a decir que las luchas en curso tenían que ir a “apoyar a los docentes y estudiantes” que otra cosa “desvirtuaría el contenido de la marcha”. Como si se pudiera ganar la pelea contra el imperialismo por la educación sin la participación y la lucha coordinada de las organizaciones obreras. Tampoco lo vimos al MST-El Socialista que solo volcó a sus dirigentes sindicales para mostrarse pero que fue incapaz de hacer una medida de coordinación.
Ambos son tan “legalistas” como el PTS, aunque con otro discurso. Uno propone “Hacer cumplir el fallo judicial con ‘metodos obreros’, forzando la entrada de los despedidos” (PO), el otro llama a reclamar a “la CGT, diputados, y al intendente, a que se hicieran presentes en la fábrica y ayuden a entrar a los trabajadores”. (MST), pero todos llamaban a aplicar la conciliación obligatoria. Ninguno denunció esa trampa de la patronal y el estado, como tampoco denunciaron la intervención de Recalde y los parlamentarios Es que son todos de la “izquierda de Tomada”.
Incluso en las medidas que plantean ambos, solo profundizan la política del PTS, porque PO lo acusa de “la tardanza en montar el acampe, la negativa a escarchar la conferencia de prensa armada por el presidente de la compañía, la débil agitación sobre la planta de Pilar o la desestimación del piquete a Querubín…”, en síntesis, lo del PTS pero más “decidido”. Y siempre dejando exclusivamente en las manos de los trabajadores de Jabón Federal todo lo que se haga. Con eso fortalecieron el aislamiento.
Incluso PO discute sobre la toma de la fábrica por la toma misma, es solo una medida más de aguante y resistencia, cuando en realidad si los obreros tomaban la fábrica tenía que ser para poner sobre la mesa la lucha por la nacionalización sin pago y bajo control obrero de Jabón Federal, y esta era una lucha de todo el movimiento obrero. Si hasta llega a reivindicar la toma de la Ford, y la de Atlántida, que terminaron en sendas derrotas, siendo la última dirigida por el propio Pitrola, despedido desde entonces, y donde las direcciones de los esos conflictos nunca estuvieron a la altura de las circunstancias a pesar de la combatividad que demostraron los trabajadores como en Atlántida. El MST-ES, ante la toma y la nacionalización tiene los mismos argumentos que la patronal de TVB.
Pero viniendo de direcciones que se han dedicado a mantener los corralitos entre movimientos de desocupados, que participa de la dirección de sindicatos junto con la burocracia, como el PO en FOETRA, sin volver a la marcha federal, o a sus políticas en la universidad, etc. Son partidos que se ha cansado de apoyar gobierno burgueses en toda Latinoamérica, pedirles una estrategia obrera independiente es pedirles peras al olmo.
Para terminar aunque ellos no dicen que la culpa la tienen los obreros, terminan dejando a los trabajadores librados a su propia suerte, el PO porque ni se le pasa por la cabeza la idea de la coordinación, salvo para las listas sindicales y los plenarios electorales, y el MST-ES justificando su política de aislamiento en que “tratan de que la izquierda reemplace a los obreros”.
Con eso buscan esconder que ellos dirigen, codirigen e influencian sectores enteros de trabajadores. Que si se pusieran de acuerdo y levantaran una política de congreso de delegados de base inmediatamente toda una fracción importante de la clase se pondría en marcha. Pero no es esa su política, ni su intención.
En realidad van a los conflictos a garantizar el aislamiento. Van a contener que ningún sector obrero escape al control del régimen burgués. Su tarea es ser diques de contención para todo sector de trabajadores que cuestione al capitalismo y rompa con la burocracia, para que no confluyan con el programa revolucionario.
En síntesis, son disciplinados militantes del Foro Social Mundial y de laestafa de la “revolución bolivariana” que postrarán simpre a los trabajadores a los pies de algún sector burgués.
PTS, PO, MST, son los botones de muestra de la política que el conjunto de la izquierda reformista está levantando hoy mismo en el Hospital Francés y preparando una nueva derrota.
MC y LS