Volver al índice DO 16 ¡Paremos la guerra de exterminio contra el pueblo palestino y las masas arabes del Libano! Volante del 24/7

 

¡Por la destrucción del Estado sioniista-fascista de Israel!

¡Paremos la guerra de exterminio contra el pueblo palestino y las masas arabes del Libano!

¡Por la derrota militar del ejército genocida de Olmert y Bush, y de las tropas invasoras en Irak!
¡Fuera las manos de la ONU, la OTAN y sus lacayos del gobierno y el ejército libanés que se preparan a consumar el genocidio contras las masas palestinas en el Líbano!

El 28 de junio, el ejército genocida y fascista de Olmert y Bush comenzaba su brutal ofensiva militar contra la clase obrera y el pueblo palestino en la Franja de Gaza y Cisjordania. Dos semanas después, extendía su ofensiva contrarrevolucionaria contra las masas palestinas al Líbano, país en cuya región sur se concentran, en campamentos de refugiados, cientos de miles de explotados palestinos y sus familias que fueran expulsados de su nación por el sionismo.
Desde entonces, el ejército sionista bombardea sistemáticamente la zona sur de Beirut –la capital libanesa-, es decir, los barrios obreros en los que se hacinan los trabajadores palestinos y sus familias junto a millones de obreros y explotados árabes libaneses, y también el sur de ese país, masacrando a las masas palestinas y destruyendo toda la infraestructura.
No es casual esta saña genocida del sionismo: es que fueron las masas palestinas del sur del Líbano las que en mayo de 2000 dieron inicio a la heroica revolución palestina, cuando los obreros y campesinos se alzaron, desarmaron a las milicias fascistas de la burguesía cristiano-maronita libanesa –aliada del sionismo-, se armaron poniendo en pie sus milicias obreras y campesinas, e hicieron huir en desbandada, derrotado y humillado, al ejército del estado de Israel que ocupaba esa región. Ese fue el primer paso de la heroica revolución que, en septiembre del mismo año, comenzaron los obreros y explotados palestinos en la Palestina histórica, enfrentando a Arafat y a la burguesía colaboracionista, desarmando a su policía y poniendo en pie las milicias obreras y campesinas.
El estado sionista-fascista de Israel, gendarme del imperialismo en Medio Oriente, busca imponer la “solución final” a la cuestión palestina. No le es suficiente con tener a las masas palestinas confinadas en campos de concentración en la Franja de Gaza y Cisjordania, después de haberlas masacrado en 2002, aplastando a sangre y fuego la revolución. Es que allí, en el corazón de esos campos de concentración donde los obreros y campesinos palestinos son sometidos al peor escarnio de un salvajismo fascista que el propio Hitler habría envidiado, se atalonó la resistencia de ese pueblo martirizado. Esa indomable resistencia amenaza, a cada paso, con extender su lucha a todo Medio Oriente, y de forma particular, con coordinarse con el sur del Líbano, donde cientos de miles de palestinos armados defienden su soberanía y son una amenaza histórica contra el poder sionista en la región, y contra el gobierno y el estado burgués libanés que es, de hecho, una nueva colonia yanqui en Medio Oriente. Por esta razón, esta guerra de exterminio contra el pueblo palestino, incluye liquidar el último vestigio de la grandiosa revolución palestina iniciada en 2000, es decir, ese verdadero semi-doble poder territorial de las masas palestinas armadas en el sur del Líbano. Ese es el objetivo por el cual se está bombardeando a esa nación, su infraestructura, sus puertos y carreteras.
Precisamente porque buscan imponer la “solución final” contra el pueblo palestino, y porque para ello deben aplastar el semi-doble poder armado de las masas palestinas en el sur del Líbano, es que el ataque sionista no toca ni al gobierno pro-imperialista ni al ejército libanés. Es por lo mismo que hoy Condoleezza Rice está en Medio Oriente, preparando la “solución final”: la intervención de tropas de la OTAN subordinando al ejército libanés pro-yanqui, bajo el paraguas de la ONU, para terminar de controlar a las masas palestinas, o de aplastarlas si no lo logra antes el ejército sionista.
Estamos entonces frente a una guerra contrarrevolucionaria de exterminio del pueblo palestino, llevada adelante por el estado sionista-fascista de Israel y su ejército genocida. Una guerra que tiene su teatro de operaciones desde los barrios de la zona sur de Beirut destruidos con toneladas de bombas, pasando por los campamentos del sur del Líbano donde las masas palestinas armadas combaten cuerpo a cuerpo contra los soldados sionistas, por Cisjordania y por la Franja de Gaza hasta Rafaj, la última ciudad palestina en la frontera con Egipto, donde el ejército sionista continúa masacrando.
El imperialismo y su gendarme sionista necesitan exterminar al pueblo palestino –como acaba de declarar abiertamente el estado mayor sionista diciendo que su “modelo” es la guerra de limpieza étnica de los Balcanes-, imponerle una derrota histórica y definitiva a su lucha por su liberación nacional, y dejarlo sometido al apartheid y a la esclavitud en donde se encuentre: en el territorio de la Palestina histórica ocupado por el estado sionista, en el Líbano y también en Jordania donde los millones de trabajadores y explotados palestinos que viven en ese país son parias y mano de obra esclava, después de que la sanguinaria monarquía hachemita los sometiera a terribles masacres como la comenzada en septiembre de 1970 que costó al menos 18.000 vidas.
Cínicamente, en todo el mundo, los voceros imperialistas, los medios, hablan del “ataque al Líbano”, buscando ocultar así el objetivo imperialista de aniquilamiento del pueblo palestino, a grado tal que inclusive ya nadie informa de lo que sucede en Gaza y Cisjordania, y que ha desaparecido la palabra “Palestina” del vocabulario de los diarios, TV, etc. Por eso, es una voz valiente la de un grupo de intelectuales norteamericanos que en una carta, salieron a denunciar que “todos los argumentos, acusaciones y promesas subsiguientes sirven como una distracción para desviar la atención mundial de una práctica militar, económica y geográfica a largo plazo cuyo objetivo político es nada menos que la extinción de la nación palestina” ( “La doble moral de Occidente”, carta de John Berger, Noam Chomsky, Harold Pinter y José Saramago, publicada en español en Clarín, Argentina, del 21/07/06).
Estos intelectuales denuncian valientemente lo que toda la prensa imperialista –que se “horroriza” ante el “secuestro” de tres soldados sionistas por parte de la resistencia palestina y de Hizbollah- oculta conscientemente: que a mediados de junio, el ejército sionista secuestró a dos civiles, un médico y su hermano, en Gaza, y que en respuesta a ese secuestro fue que al día siguiente las fuerzas de la resistencia palestina tomaron prisionero a un soldado israelí. ¡El secuestro de aquellos dos palestinos en Gaza, no es más que la continuidad del accionar fascista del estado de Israel, que tiene “secuestrados” a más de 10.000 trabajadores, luchadores, mujeres y niños palestinos que se pudren en las cárceles como rehenes del sionismo y el imperialismo, al igual que lo son los milicianos antiimperialistas presos en Guantánamo y los combatientes de la resistencia iraquí torturados y vejados en Abu Graib y demás mazmorras angloyanquis en Irak!
Con esta ofensiva contrarrevolucionaria llevada adelante por su gendarme sionista, el imperialismo yanqui busca aplastar al pueblo palestino y dar un nuevo escarmiento a las masas explotadas de Medio Oriente y del mundo, y en primer lugar, a la heroica resistencia iraquí que ha empantanado a sus tropas invasoras dando tiempo al despertar de la clase obrera norteamericana, y ha provocado una crisis en el gobierno de Bush.
Para solucionar la crisis de su gobierno, para asentar el protectorado en Irak y poder comenzar a retirar sus tropas de allí; para poder ir a nuevas aventuras y ataques militares directos, como el que vienen preparando contra Irán, los carniceros imperialistas yanquis necesitan propinar nuevos golpes y ofensivas contrarrevolucionarias. De lo contrario, corren el riesgo de terminar como un gigante inválido, enterrados en las arenas de la Mesopotamia.
El triunfo de la guerra de exterminio sionista-imperialista contra el pueblo palestino daría como resultado un Líbano dividido y descuartizado entre las potencias imperialistas y el gendarme sionista, o bien transformado en un protectorado imperialista protegido por la ONU y por tropas de la OTAN - como lo son hoy Bosnia y Kosovo en los Balcanes, o como el propio Irak- asentado sobre las masacre y la esclavitud de millones de obreros y explotados palestinos. Por eso el gobierno reaccionario libanés mantiene a su ejército acuartelado, preservado por el sionismo y el imperialismo para que juegue el rol de “gurka” del protectorado en que se transformará el Líbano si son aplastadas las masas palestinas. El destino del pueblo libanés está indisolublemente ligado al destino del martirizado pueblo palestino. Únicamente con la victoria de la clase obrera y el pueblo palestino y con la destrucción del estado sionista-fascista de Israel, y con la derrota del gobierno libanés reaccionario y el desmantelamiento de su ejército a manos de las masas, tendrá futuro la nación libanesa.
Por ello, hay dos trincheras irreconciliables en esta guerra de exterminio que ha comenzado: o se está en la trinchera del pueblo palestino, luchando contra su aniquilamiento, por su victoria, por la derrota del ejército sionista genocida y por la destrucción del estado sionista-fascista de Israel; o se está en la trinchera de las potencias imperialistas, el estado de Israel y las burguesías árabes cipayas que son sus socias menores.
¡Hay que parar la guerra de exterminio contra la nación palestina! El camino para lograrlo: el levantamiento y armamento generalizado de las masas en Siria, Irán, Jordania y toda la región, marchando a combatir al sur del Líbano y la Palestina histórica, para que todo Medio Oriente sea la tumba de los carniceros imperialistas y del Estado sionista-fascista de Israel.

El momento actual de la guerra en Medio OrientE. Mientras el estado sionista-fascista de Israel masacra, preparan una “solución final” al estilo de los Balcanes:
Con tropas de la OTAN y con el ejército libanés, lacayo de los yanquis, y bajo el
 paraguas de la ONU, se aprestan a masacrar a las masas palestinas

Masacrar al pueblo palestino, liquidar el semi-doble poder armado del sur del Líbano – que es irreconciliable con la existencia misma del estado burgués libanés-, y terminar así con el último vestigio de su heroica revolución, es el objetivo central de la actual guerra de exterminio, y la “solución final” que necesita el estado sionista-fascista de Israel para aplastar definitivamente a ese pueblo y garantizar su confinamiento en ghettos y su esclavización en Palestina, en Líbano y en Jordania.
Y además, el aplastamiento de las masas palestinas le daría a los yanquis mejores condiciones para comenzar a retirar sus tropas de Irak teniendo la espalda cubierta, sin correr el riesgo de que ese se retiro sea visto por las masas iraquíes, palestinas y de todo Medio Oriente como una derrota imperialista y una victoria de su lucha, y que esto se transforme en un levantamiento antiimperialista generalizado en la región. El destino de la clase obrera y los explotados de todo Medio Oriente, y en primer lugar el de la heroica resistencia de las masas iraquíes, está atado hoy indisolublemente al desenlace de esta guerra de exterminio.
Estados Unidos e Israel han comprobado que Hizbollah – la organización que controla a las masas palestinas del sur del Líbano-, a pesar de haberse reciclado en partido político, haber ingresado al parlamento libanés y al gobierno de unidad nacional de ese país, no logró desarmar a los explotados palestinos en el sur ni imponerles la rendición. Por eso, los carniceros imperialistas y su gendarme han decidido pasar directamente al ataque. “La estrategia de Estados Unidos es dejar que Israel haga el trabajo sucio de quebrar a Hizbollah y luego introducir una fuerza de estabilización extranjera para sostener al ejército libanés” (Washington Post, reproducido en Clarín del 23/07/06). O sea, el objetivo es que el ejército sionista aplaste a las masas palestinas, para que luego sea el ejército libanés el que termine de controlar al esclavizado pueblo palestino del sur, sostenido en tropas imperialistas de la OTAN y bajo la supervisión de la ONU
Por esa razón, los bombardeos sólo han arrasado con los barrios obreros y los lugares de concentración de las masas palestinas en el Líbano, sin tocar casi ni los barrios de la burguesía, sus hoteles de lujo, ni al gobierno abiertamente pro-imperialista ni, sobre todo, al ejército libanés. Preparan una intervención de tropas de la OTAN y de la ONU que jueguen el mismo papel que jugaron en Bosnia, cuando los “cascos azules” rodearon las ciudades bosnias como Sebrenica y Gorazde, desarmaron a las masas, y luego, con el argumento de que eran “tropas de interposición” que no estaban autorizadas a entrar al combate, dejaron que entrara el ejército serbio y masacrara a decenas de miles de explotados bosnios.
Una “solución final” del mismo tipo preparan contra el pueblo palestino. Avanzan rápidamente las discusiones para enviar al Líbano tropas europeas de la OTAN, que sin lugar a dudas, irán a rodear los campamentos palestinos del sur del Líbano, a desarmar a las milicias obreras y campesinas, y luego abrirán las puertas de esos campamentos para que entre el ejército pro-imperialista y pro-sionista del Líbano a terminar de consumar la “limpieza étnica”, al igual que lo hicieran en Bosnia el carnicero Milosevic y sus tropas genocidas.
Todas las potencias imperialistas –las que crearon al Estado de Israel como su gendarme, lo financian y lo arman hasta los dientes- reunidas en la cumbre del G-8, han salido a decir que “Israel tiene derecho a defenderse”, y están absolutamente de acuerdo en aplicar la “solución final” contra el pueblo palestino. Pero mientras el imperialismo yanqui sostiene abiertamente la ofensiva de su gendarme sionista, los imperialistas franceses y demás potencias europeas –que tienen intereses y negocios con las burguesías cipayas de Líbano, Siria e Irán-, temen que ésta termine encendiendo la llama de la lucha antiimperialista y contra el estado sionista, de las masas de toda la región. Por ello, plantean un inmediato cese del fuego, y una inmediata intervención de la ONU.
¡Abajo la OTAN, la ONU y sus lacayos del ejército pro-imperialista libanés que se aprestan a terminar la “obra” comenzada por el ejército genocida de Olmert y Bush, imponiéndole al pueblo palestino la “solución final” como en los Balcanes!

El nefasto papel de las burguesías nacionales de Medio Oriente
Sólo rompiendo toda subordinación a ellas, podrán las masas explotadas
de la región entrar al combate junto a sus hermanos de clase palestinos

Millones de obreros y explotados desde el Norte de África, pasando por Egipto, Siria, Irán, y llegando a la indomable resistencia iraquí, hierven de odio contra el imperialismo y el estado sionista que están masacrando al pueblo palestino. Sus ansias y su voluntad es poder tener un arma en sus manos y marchar a combatir codo a codo con sus hermanos de los campamentos palestinos de Gaza, Cisjordania y el sur del Líbano, para enterrar a ese estado genocida -y también a las tropas yanquis que ocupan Irak- en las arenas del desierto. Esa enorme disposición al combate es lo que se muestra en las movilizaciones que han comenzado en Jordania, Egipto, Irak, Sudán, Libia, etc. Ellos saben que, como lo demuestra el heroico combate de las masas palestinas del sur del Líbano, la pelea es casa a casa, cuerpo a cuerpo, por cada palmo de terreno, porque defienden su tierra. Millones de explotados de la región comienzan a ponerse de pie y ansían entrar al combate junto a sus hermanos palestinos, como lo hicieron ya en 2001 marchando a pelear a Afganistán. ¡El pueblo palestino necesita que ese sentimiento y esa voluntad de millones de obreros y explotados de Medio Oriente, se hagan realidad!
Pero las burguesías nacionales de la región se han conjurado para impedir que esto suceda. Así, las burguesías árabes de Egipto, Jordania y Arabia Saudita, se han alineado directamente con Estados Unidos, el Estado de Israel y el gobierno pro-imperialista del Líbano, exigiendo que “Hizbollah se desarme” -es decir, que las masas palestinas sean aplastadas. Egipto directamente mandó miles de policías a su frontera con la Franja de Gaza para impedir que las masas palestinas puedan salir, y que le lleguen armas, alimentos y medicinas a la resistencia palestina.
La burguesía siria –que durante 30 años mantuvo 40.000 soldados en el Líbano y que, junto con Irán, es la que sostiene y financia a Hizbollah-, ha dicho que no intervendrá en tanto y en cuanto su territorio no sea atacado. Es decir, se ha ubicado como “neutral”, cuando tiene enormes fuerzas militares –más de 600.000 soldados, cientos de aviones de combate, barcos de guerra, armamento pesado, etc.- que serían decisivas para impedir la “solución final” contra el pueblo palestino y la masacre de las masas árabes del Líbano. Mientras permite entonces el genocidio contra el pueblo palestino, la burguesía siria se ha ofrecido, además, como “mediadora” –con el visto bueno de Hizbollah- para negociar el intercambio de prisioneros, y prometiendo a cambio ayuda a los Estados Unidos en su “guerra contra el terrorismo” y en la estabilización del protectorado iraquí.
Lo mismo sucede con la burguesía del Bazar –chiíta- que gobierna Irán, que siempre se llena la boca hablando de la “madre de todas las batallas” contra el imperialismo y el estado de Israel, pero que no mueve un dedo para impedir la “solución final” contra el pueblo palestino. Es que es socia menor de los imperialistas franceses y alemanes en el negocio del petróleo que Irán provee a los monopolios imperialistas instalados en China. Los trotskistas internacionalistas de la FLT denunciamos que la burguesía chiíta de los ayatollahs iraníes le está clavando una puñalada por la espalda al combate del heroico pueblo palestino, porque es la que está sosteniendo al gobierno del protectorado imperialista en Irak, controlando todo el sur de ese país, y como tal, la que manda al ejército y la policía colaboracionistas a que masacren a los combatientes de la resistencia.
Es que como clase explotadora, socia menor del imperialismo, las burguesías nativas pueden llegar a discutir y regatear con el imperialismo por su tajada de los negocios. Pero prefieren la masacre de sus propios pueblos e inclusive la derrota nacional, antes que armar a las masas, antes que extender el combate contra el imperialismo y el estado sionista a todo Medio Oriente y sobre todo, antes que tocar la propiedad del imperialismo. Es que saben que así se pondría en peligro no sólo la propiedad y el dominio imperialista en la región, no sólo la existencia del estado sionista-fascista de Israel, sino también su propiedad y dominio. Por eso, sólo la clase obrera es la única clase verdaderamente nacional y antiimperialista, que puede llevar hasta el final la lucha nacional con el triunfo de la revolución obrera y campesina en todo Medio Oriente.
Por el contrario, la burguesía siria e iraní permiten que la clase obrera y el pueblo palestino sean masacrados y sometidos a una guerra de exterminio, a cambio de que no les toquen sus respectivos territorios, y de que los dejen seguir cobrando su tajada de los jugosos negocios del petróleo por garantizarles a los yanquis el gobierno del protectorado iraquí. ¡El martirizado pueblo palestino es sólo una moneda de cambio para el regateo por los negocios, en manos de estas burguesías cipayas cobardes!

Por un programa militar del proletariado para conquistar la victoria del pueblo
 palestino y las masas de Medio Oriente en la guerra contra el ataque genocida
sionista-imperialista

Millones de obreros y explotados de las naciones de Medio Oriente pugnan por levantarse en pie de guerra contra el sionismo y el imperialismo, en apoyo al pueblo palestino. Las burguesías nativas que se han alineado directamente con el imperialismo, reprimen ferozmente las movilizaciones de sus propios pueblos, como en Egipto y Jordania. Las burguesías siria e iraní se han declarado “neutrales”. ¡Hay que romper este cerco que han montado para impedir que entren al combate los obreros y los explotados de toda la región! ¡Es necesario que las organizaciones obreras, campesinas, estudiantiles y antiimperialistas de Siria, de Irán, de Jordania y de todo Medio Oriente, convoquen a formar brigadas obreras y populares para marchar al Líbano y a Palestina a combatir al sionismo genocida!
Frente a esta guerra de exterminio lanzada contra el pueblo palestino, el primer deber de la clase obrera y los explotados de todo el mundo, es luchar por la derrota militar del ejército genocida de Olmert y Bush, por la victoria militar de las masas palestinas y de Hizbollah y todas las fuerzas que combaten contra el estado-sionista fascista de Israel, y enfrentar al mismo tiempo a esa cueva de bandidos imperialistas de la ONU que junto con la OTAN y sus tropas genocidas, hablando de “paz”, se aprestan a intervenir para garantizar la masacre y esclavización del pueblo palestino.
La prensa imperialista intenta encubrir este ataque fascista de exterminio del pueblo palestino, diciendo que es un enfrentamiento con “células terroristas”. ¡Mentiras!: los terroristas son el estado sionista, su ejército genocida y sus servicios de inteligencia de la Mossad, que, junto a los legionarios imperialistas franceses y a los imperialistas yanquis de la “Escuela de las Américas”, son los maestros del secuestro, la tortura y el aniquilamiento de toda oposición o resistencia.
Por el contrario, Hizbollah es el ejército regular de las masas palestinas armadas. Por ello, es un deber de todas las organizaciones obreras, campesinas, estudiantiles y antiimperialistas de América y del mundo, reconocer como ejércitos beligerantes a Hizbollah y a todas las fuerzas que combaten contra el estado sionista-fascista de Israel, así como también a la heroica resistencia iraquí, y exigir el envío de armas, pertrechos, alimentos y medicinas a los mismos. Es una tarea impostergable de la clase obrera mundial, y en primer lugar, de la clase obrera de los Estados Unidos, de Francia y de demás potencias imperialistas, garantizar con la huelga, el boicot, los piquetes, las movilizaciones, que se frene todo envío de armas y pertrechos destinados al estado sionista-fascista de Israel y a las tropas angloyanquis en Irak, y por el contrario, que lleguen armas, alimentos, medicinas, etc., a las masas palestinas y a todas las fuerzas que combaten al ejército sionista. ¡Armas para el pueblo palestino! ¡Libertad inmediata a los más de 10.000 trabajadores, mujeres y niños palestinos que el estado sionista-fascista de Israel mantiene en sus cárceles como rehenes!
Los revolucionarios nos ubicamos en la trinchera militar de Hizbollah y de todas las fuerzas que enfrentan el ataque sionista-imperialista. Luchamos por su victoria militar y por la derrota del ejército sionista genocida de Israel. Apoyamos incondicionalmente el derecho del pueblo palestino a defenderse con todas las armas y medios que tenga a su alcance, puesto que está en juego su misma existencia. Al mismo tiempo, no le damos ningún apoyo político a esa dirección burguesa, y luchamos por una dirección proletaria de la guerra, la única que puede llevar hasta el final el combate antiimperialista de las masas y transformar a Palestina, Irak y todo Medio Oriente en un nuevo Vietnam y en la tumba del ejército sionista y de todas las tropas imperialistas.
Lamentablemente para las masas explotadas, mientras las fuerzas sionistas bombardean y masacran al pueblo palestino, Hizbollah se niega a armar a todas las masas palestinas del sur del Líbano, de la misma manera que Hamas y Al Fatah se niegan a armarlas en la Palestina histórica. Hizbollah no ha roto ni llama a tirar abajo al gobierno pro-imperialista y pro-sionista de unidad nacional del Líbano, encabezado por el primer ministro Fuad Siniora. No llaman a las masas libanesas a marchar a los cuarteles y desarmar al ejército libanés sirviente del imperialismo y al sionismo, ni a armarse y ponerse bajo el mando militar de la resistencia palestina; no llama a que Siria e Irán pongan todas sus fuerzas militares para derrotar el ataque sionista-imperialista; no llaman a la resistencia iraquí y a las masas de todo Medio Oriente a levantarse y a combatir contra el imperialismo y el sionismo, y a atacar su propiedad e intereses en toda la región.
Es imperativo entonces luchar por una dirección proletaria de la guerra. Porque para ganarla, es necesario armar a todas las masas palestinas en el sur del Líbano, y también a las masas obreras y explotadas libanesas que quieren enfrentar al enemigo sionista y a su cómplice, el gobierno libanés pro-imperialista. Porque mientras los burgueses y las clases medias ricas del Líbano quieren que el pueblo palestino sea aplastado; mientras muchos de ellos pagan fortunas por salir del Líbano, los obreros y los explotados libaneses cuyos barrios han sido bombardeados y destruidos, han corrido a unirse con sus hermanos palestinos en los campamentos cercanos a Sidón y Tiro en el sur, y a pedir un arma para enfrentar al atacante sionista. ¡Hasta los propios medios de prensa imperialista han debido reconocer que por cada combatiente palestino que cae en la batalla, se levantan otros diez –explotados palestinos y también libaneses- para tomar su lugar!
Para ganar la guerra, entonces, hay que poner en pie milicias obreras y campesinas, y llamar a las masas a marchar a los cuarteles del cipayo ejército libanés agente del imperialismo y el sionismo, y a tomarlos por asalto. Hay que llamar a los soldados rasos a levantarse, destituir a la casta de oficiales, desarmarla, y poner en pie comités de soldados armados que garanticen que todo el arsenal pase a manos de las milicias obreras y campesinas combatientes contra el ejército sionista. ¡Es necesario armar a todo el pueblo palestino en el territorio de la Palestina histórica, poniendo en pie milicias obreras y campesinas, coordinadas y centralizadas con sus hermanos del Líbano! Hay que llamar a las masas palestinas de Jordania a levantarse y sumarse al combate, enfrentando a la monarquía cipaya, sirviente de Bush y Olmert.
Hay que golpear donde más le duele al enemigo: en su propiedad, sus ganancias, su bolsillo, expropiando sin pago y nacionalizando bajo control obrero, todas las propiedades e intereses sionistas y del imperialismo yanqui y de todas las potencias imperialistas en Líbano. ¡Ese es el misil más poderoso!
 Para ganar la guerra, es necesario llamar a las masas explotadas chiítas de Irak a romper con su burguesía colaboracionista con el invasor angloyanqui, y a pasarse a las filas de la resistencia, atacando a las tropas imperialistas. ¡Ese es el camino más corto para parar la “solución final” contra el pueblo palestino! Porque si las masas chiítas de Irak se suman a la resistencia, caería el gobierno colaboracionista del protectorado. Rompiendo con su burguesía, los obreros y los explotados chiítas podrían declarar que Irak, el sur del Líbano y la Palestina histórica, son tres frentes de batalla de una misma y única guerra contra el imperialismo y su gendarme sionista. ¡Así se desplomaría rápidamente el comando central del ataque sionista que está en manos de Bush y Condoleeza Rice, porque lo que contribuye a mantener la farsa de un “gobierno iraquí” ante las masas norteamericanas, es justamente la colaboración de la burguesía chíita en el gobierno del protectorado!
Hay que llamar a la clase obrera y los explotados de Siria y de Irán a romper toda subordinación a esas cobardes burguesías que permiten que se masacre a las masas palestinas, y conquistar el armamento de las masas, poniendo en pie milicias obreras y campesinas. ¡Hay que llamar a la clase obrera de todo Medio Oriente a romper toda subordinación a sus propias burguesías, y a paralizar con la huelga los pozos petroleros, las plantas de bombeo, destilerías, y toda la producción y el transporte de crudo en toda la región! ¡Hay que poner en pie una única lucha antiimperialista y contra el Estado sionista-fascista de Israel de las masas de Medio Oriente, para derrotar las “guerras del petróleo” del imperialismo, su gendarme sionista, y sus socios menores de las burguesías cipayas!
Estamos frente a un ataque para imponerle la “solución final” al pueblo palestino, es decir, para aplastarlo con el fascismo. La alternativa revolución o contrarrevolución –que es una alternativa histórica para la clase obrera mundial- se ha vuelto inmediata y concreta hoy para el pueblo palestino en Medio Oriente. El imperialismo sólo podrá mantener a su gendarme sionista, asentar el protectorado iraquí y la contrarrevolución en la región, imponiendo el fascismo contra las masas palestinas y árabes. El martirizado pueblo palestino sólo podrá triunfar en esta guerra y en su objetivo histórico, rompiendo toda subordinación política a la burguesía, y transformando la guerra contra el estado sionista y contra el imperialismo en el inicio de la revolución obrera y campesina en Palestina, Líbano y todo Medio Oriente. Sólo con el triunfo de la revolución obrera y campesina en todo Medio Oriente podrá destruir al Estado sionista-fascista de Israel y conquistar un Estado Palestino laico, democrático y no racista, que únicamente podrá ser garantizado por un gobierno obrero y campesino de las masas palestinas autooganizadas y armadas. Sólo en este camino podrán la clase obrera y los explotados de la región avanzar hacia una Federación de Repúblicas Obrero-campesinas de Medio Oriente, la única vía para terminar con la opresión, la superexplotación, el saqueo, las guerras y masacres que imponen el dominio del imperialismo y sus socios menores de las burguesías nativas en la región.

Una sola clase obrera mundial, una misma lucha.
Llamamiento de emergencia a los obreros y los explotados de Estados Unidos, Europa,en América Latina y el mundo: ¡Paremos la guerra de exterminio contra el pueblo palestino y las masas árabes del Líbano!

Si triunfa en la guerra contrarrevolucionaria de exterminio contra el pueblo palestino, el imperialismo yanqui se fortalecerá para intentar aplastar a la resistencia iraquí, y para luego atacar a la nación iraní. Se fortalecerá para redoblar su ofensiva en América Latina, y también para recrudecer el ataque contra su propia clase obrera. Así, en Medio Oriente se concentra hoy el futuro próximo de la resistencia iraquí, de la nación iraní, y de la clase obrera mundial. Por eso, el combate de las masas palestinas, iraquíes y de todo Medio Oriente, es una lucha que todo el proletariado mundial tiene que tomar en sus manos.
La llave maestra que puede abrir el camino al triunfo de las masas palestinas, de Irak y todo Medio Oriente, está en manos del proletariado de los países imperialistas, y en primer lugar, de la clase obrera norteamericana que ha vuelto a la escena de la lucha de clases mundial con su combate contra la guerra en Irak, en apoyo a las víctimas del Huracán Katrina, y sobre todo, con la lucha de los millones de trabajadores inmigrantes latinos contra el tráfico de esclavos.
¡Los trabajadores inmigrantes tienen que levantarse en defensa de sus hermanos de clase palestinos, esclavizados y tratados como parias igual que lo son ellos en los Estados Unidos! ¡Los trabajadores portuarios de Oakland –que han sido vanguardia en el combate contra la guerra de Irak-, tienen en sus manos la posibilidad de llamar a paralizar todo embarque de armas para los ejércitos de Olmert y Bush, y a garantizar todo envío de armas y pertrechos a los combatientes de los pueblos palestinos e iraquí!
¡Abajo Bush! ¡Huelga general por la derrota del ejército sionista en Palestina y el sur del Líbano, y de las tropas yanquis en Irak, y por la destrucción del Estado sionista-fascista de Israel! Con ese combate y esas banderas, la clase obrera norteamericana uniría sus filas inmediatamente los obreros y explotados palestinos que hoy están siendo masacrados en esta guerra de exterminio y, mostrando una clara alternativa de clase e internacionalista, contribuiría decisivamente a arrancar a las masas palestinas y de Medio Oriente de la subordinación a sus propias burguesías, y a conquistar una dirección proletaria de la guerra contra el ataque genocida sionista-imperialista, y también contra las tropas yanquis que ocupan Irak.
La heroica juventud obrera francesa se rebeló en noviembre pasado porque, como sucede con sus hermanos palestinos, son esclavizados, perseguidos, recluidos en verdaderos “ghettos”. También lo son los millones de trabajadores inmigrantes africanos y de Medio Oriente que en Francia son tratados como parias, y a los que hoy Chirac y Sarkozy quieren expulsarles sus hijos de las escuelas y deportarlos. ¡Hay que llamar a la juventud obrera de las “Cités” y a los trabajadores inmigrantes, a ganar nuevamente las calles, a incendiar las ciudades de toda Francia al grito de “Todas las noches haremos de París una Bagdad”, en apoyo a sus hermanos palestinos! ¡Hay que llamarlos a poner en pie brigadas obreras internacionales para marchar a combatir en las trincheras de los campamentos palestinos del sur del Líbano y de la Palestina histórica!
Pero para avanzar en este camino, la clase obrera de las potencias imperialistas deberá también derrotar a las burocracias y aristocracias obreras y a las direcciones del Foro Social Mundial que la subordinan sus propias burguesías imperialistas. ¡Basta de llevar al proletariado norteamericano a los pies de los carniceros imperialistas del Partido Demócrata y de su poderoso “lobby” de la burguesía sionista; basta de llevar a la clase obrera francesa a los pies de la V República imperialista! ¡Romper con las aristocracias y burocracias obreras agrupadas en el Foro Social Mundial, que quieren arrodillar al proletariado ante los imperialistas franceses y alemanes y sus llamados a la “paz” para que sea la cueva de bandidos imperialistas de la ONU la que garantice el aplastamiento del pueblo palestino!
Los obreros y los explotados latinoamericanos tenemos mucho que aprender del martirio del pueblo palestino y de la situación de las masas de todo Medio Oriente: ¡a semejante situación lleva la subordinación de la clase obrera a las burguesías nativas! El destino de la clase obrera y el pueblo palestino e iraquí, es el que nos espera a los explotados de América Latina de la mano de la subordinación de la clase obrera a las burguesías nativas y sus regímenes y gobiernos, a los Chávez, Evo Morales, Lula, Kirchner y Bachelet, que imponen el castrismo y las direcciones contrarrevolucionarias agrupadas en el Foro Social Mundial. Porque con los cantos de sirena y el engaño de la colaboración de clases, estrangulan la lucha de las masas, desorganizan sus filas, y al mismo tiempo golpean con represión a la vanguardia obrera y preparan superiores golpes contrarrevolucionarios contra las masas.
¡Romper toda subordinación a la burguesía, ese es el camino para unirnos con nuestros hermanos de clase palestinos y de todo Medio Oriente en una sola y misma lucha contra el imperialismo y su gendarme sionista!
Los revolucionarios de la FLT impulsamos la más amplia unidad de acción para organizar movilizaciones, manifestaciones y otras acciones que signifiquen apoyar la lucha de las masas palestinas e iraquíes, y enfrentar al imperialismo, al sionismo y a la cueva de bandidos imperialistas de la ONU, aunque sea un pequeño paso. Por ello, hacemos un llamamiento de emergencia a todas las organizaciones obreras, campesinas, estudiantiles y antiimperialistas de América y del mundo, a ganar las calles, a rodear las embajadas sionistas y yanquis en todo el mundo por la derrota militar del ejército genocida de Olmert y Bush y de las tropas yanquis en Irak, y por la victoria de las masas palestinas e iraquíes; contra el plan de la OTAN y de la cueva de bandidos imperialistas de la ONU, y por ¡Armas para el pueblo palestino y para todas las fuerzas que enfrentan al estado sionista-fascista de Israel!

¡Por una Conferencia Internacional de los trotskistas principistas y las organizaciones obreras revolucionarias!

Nuevamente, por segunda vez en lo que va del siglo XXI, la candente cuestión palestina se ha puesto en el centro de la escena mundial. No es casual: la larga lucha de la clase obrera y el pueblo palestino por su liberación nacional, por derrotar al ocupante sionista y recuperar su territorio histórico, ha jugado y juega un papel central en el combate por la revolución obrera y socialista en todo Medio Oriente.
A partir de mediados de 2000, la grandiosa revolución palestina que había comenzado, se transformaba en un test ácido de la lucha de clases mundial, que dividía aguas con claridad entre reformistas y oportunistas por un lado, y revolucionarios del otro. Hoy, la guerra de exterminio sionista-imperialista que busca imponer la “solución final” de la cuestión palestina, vuelve a trazar una línea de sangre: de un lado, las direcciones contrarrevolucionarias y reformistas agrupadas en el Foro Social Mundial –incluidos los renegados del trotskismo-, que se postran ante el sionismo, ante el plan contrarrevolucionario de “dos estados” de las potencias imperialistas, y ante los cínicos llamados a la “paz” de los carniceros imperialistas franceses que ellos pintan de “democráticos” y la cueva de bandidos imperialistas de la ONU. Del otro lado, las fuerzas revolucionarias e internacionalistas del proletariado mundial que nos ubiquemos incondicionalmente en la trinchera del pueblo palestino, luchando por su victoria, y que atemos nuestro destino al de las martirizadas masas palestinas.
La cuestión palestina vuelve hoy al centro de la escena, cuando se ha consumado ya la bancarrota definitiva de las corrientes de los renegados del trotskysmo, destructores de la IV Internacional, y su pasaje al bando del enemigo de clase, integrándose a esa verdadera internacional contrarrevolucionaria que es el Foro Social Mundial. ¡Son ellos los responsables de que hoy la bandera de la IV Internacional no flamee en los campamentos palestinos de la Palestina histórica y del sur del Líbano! ¡Son ellos los responsables de subordinar a la vanguardia proletaria de Francia, de Estados Unidos, etc., a sus propias burguesías imperialistas, y en América Latina, de arrodillarla ante los Chávez, Morales, Kirchner, y demás gobiernos de las burguesías nativas socias menores del imperialismo, actuando todos ellos bajo el mando centralizado de Fidel Castro y la burocracia restauracionista cubana!
La actual guerra de exterminio y la indomable resistencia de las masas palestinas, ponen hoy nuevamente al rojo vivo la necesidad de reagrupar, a nivel mundial, a todas las fuerzas sanas de la IV Internacional y de las organizaciones obreras revolucionarias que resisten y se niegan a someterse a la política de colaboración de clases y de servilismo a la burguesía del Foro Social Mundial y los renegados del trotskismo. La línea divisoria es clara: son sanas y revolucionarias todas las fuerzas que se ubiquen hoy en la trinchera del pueblo palestino, levantando una estrategia y un programa revolucionario para transformar la guerra en el inicio de la revolución obrera y campesina en Palestino, Líbano, Irak y todo Medio Oriente, y para sublevar a la clase obrera al interior de los Estados Unidos y demás potencias imperialistas, contra toda política de apoyo a la ONU y a los imperialistas “democráticos”.
Los revolucionarios de la Fracción Leninista Trotskista (FLT) llamamos a todos los grupos y organizaciones que en todo el mundo se ubican en esta trinchera, a poner en pie una Conferencia Internacional de los trotskistas principistas y las organizaciones obreras revolucionarias. Ponemos a discusión esta declaración y el programa revolucionario en ella concentrado, como un punto de partida al servicio de impulsar una campaña internacional en apoyo al pueblo palestino, y este reagrupamiento de los revolucionarios internacionalistas a nivel mundial. ¡No hay tiempo que perder!

24 de julio de 2006.-

Secretariado de Coordinación
Internacional de la Fracción
Leninista Trotskista, integrada por:

Octubre Rojo Internacionalista (ORI), de Bolivia
Liga Trotskista Internacionalista (LTI), de Perú
LOI (CI)-Democracia Obrera, de Argentina
Fracción Trotskista (FT), de Brasil
Partido Obrero Internacionalista (POI-CI), de Chile
Grupo de Obreros Comunistas (CWG),
de Nueva Zelanda