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Cuba - 7 de agosto de 2021

Jornada sobre Cuba y la restauración capitalistaTrotskismo vs. stalinismo

 

Intervención de Nadia Briante de la LOI-CI de Argentina y el periódico Democracia Obrera

A propósito de la entrega del último Estado Obrero al imperialismo de manos de la nueva burguesía castrista

Tres momentos decisivos del proceso de restauración capitalista en Cuba

Mi intervención será en torno a los hitos de la restauración capitalista en Cuba. Nosotros lo que identificamos son 3 momentos que son para nosotros decisivos, porque obviamente la restauración no se hizo de un día para el otro, y sobre todo para la resistencia y la heroica lucha de las masas cubanas y de todo el continente latinoamericano y de los EEUU, en defensa de las conquistas de esa revolución.
El primer momento se da justamente después del ´89, desde de la entrega de la URSS y del este europeo al imperialismo. Así el castrismo se transforma en agente de la restauración y comienza a tomar una serie de medidas en lo que se conoce como “período especial” donde se abre el comercio exterior y hay reformas en el turismo, la hotelería y la minería de níquel que son los sectores más importantes de la economía cubana. En eso sectores la entonces burocracia asociada a los monopolios imperialistas españoles, canadienses y franceses, va aumentando sus privilegios a la vez que hunde cada vez más al Estado Obrero Cubano, y profundiza la desigualdad social, porque la burocracia asociada al imperialismo manejaba dólares, mientras la inmensa mayoría de los trabajadores y campesinos cubanas vivían terribles penurias con las cartillas de racionamiento.
Pero todavía a principios de los ´90, se mantenían todavía en Cuba la propiedad nacionalizada de los medios de producción, el monopolio del comercio exterior y la planificación de la economía, aunque socavados, carcomidos por la política de la burocracia castrista.

El segundo momento se da a partir de 1992-1995, con la ley de inversiones extrajeras y se crean empresas mixtas de la burocracia castrista con el imperialismo.
Ya las empresas imperialistas podían sacar sus ganancias y sin pagar impuestos.
Y a su vez era el Ministerio de Trabajo, es decir la burocracia castrista, la que decía que trabajadores iban a ser contratados en esas empresas. De esa forma la burocracia ponía a sus hijos en puestos gerenciales para que hicieran carrera y poder transformarse luego en accionistas de esas empresas.
Así creaba también una capa de pequeñoburguesía y de aristocracia obrera, adicta a la burocracia y defensora de la perspectiva de la restauración capitalista.

Junto con las empresas mixtas se establece también el sistema de doble moneda en Cuba porque se desarrollaban dos economías: la economía de las empresas mixtas de la burocracia con el imperialismo, que trabajaba en moneda convertible a dólares, y la de la amplia mayoría de los obreros y campesinos cubanos, que expresaba la baja productividad del trabajo en los sectores en que la economía todavía estaba nacionalizada.

En estos primeros años de los ´90, el PBI cayó casi un 40% pero el salario de los trabajadores cubanos se devaluó casi un 80%. Es decir que con cada nueva medida de la entonces burocracia castrista se avanzaba en la restauración capitalista y se profundizaba a la vez la desigualdad social.
A partir de fines de los 90, de la mano de la enorme crisis económica que se desarrolla en América Latina, se desarrollan también procesos revolucionarios como en Ecuador (1997), Argentina (2001), Bolivia (2003-2005), etc. Las masas cubanas encuentran ahí una posibilidad de romper el aislamiento de Cuba.

Pero burocracia castrista jugó un terrible rol en estrangular esos procesos revolucionarios, por ejemplo lo vimos en 2003 en Argentina diciendo que no había que hacer una nueva Cuba y que la burguesía iba a reactivar sus negocios y que después iba a repartir.

En Cuba el castrismo le dijo a las masas que el aislamiento se rompía de la mano de Chávez y las burguesías “bolivarianas”. Y desarrollaron lo que se conoció como el ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América), que no era sino un mercado creado para que el imperialismo pudiera invertir directamente en la isla a través de las empresas que tenían en las repúblicas bolivarianas. Así se liquidaba otro elemento del Estado Obrero que era el monopolio del comercio exterior. La burocracia castrista seguía enriqueciéndose y hacía negocios con exportación de servicios de salud y educación, que eran otra conquista de la revolución.

Ya en 2009-2010, otro momento clave en el proceso de restauración se da con el pacto Obama-Castro. Donde a fuerza de tanto traicionar a las masas la burocracia castrista se gana el derecho a ser el principal agente del imperialismo para la restauración.
En el año 2010 en Congreso de la Juventud Comunista Cubana al grito de “¡Basta de obreros vagos!” vota el despido de más de 500 mil trabajadores, liquidando así el pleno empleo en Cuba y crea un ejército industrial de reserva, que da lugar a la propiedad individual y crea una base social pequeñoburguesa para la restauración capitalista al amparo del cuentapropismo.
A su vez se legaliza el derecho de herencia dándoles a los jerarcas castristas la posibilidad de legar la propiedad a sus hijos
En 2014 la Asamblea Nacional vota la “Ley de inversiones extranjeras” que le garantiza a los monopolios imperialistas en que no serán expropiados.
En 2015 el imperialismo yanqui reabre la Embajada en La Habana. Como parte de las concesiones al imperialismo, se creó una zona franca en Puerto Mariel, una zona estratégica de depósito y circulación de mercancías de las trasnacionales, donde se anotaron 27 compañías de España, Holanda, Francia, Bélgica, y de Panamá, Brasil, México, Corea del Sur.
La derrota del ascenso revolucionario de 2011, cuyo punto más alto fue, sin dudas, las revoluciones del Magreb y Medio Oriente y en Ucrania, fue viento a favor de la nueva burguesía cubana que profundizó su ofensiva restauradora.

Se impone en Cuba un gobierno abiertamente restaurador del capitalismo en la Isla y Cuba deviene en nuevo estado capitalista en transición, en el sentido de que a medida en que avanza la imposición de la nueva burguesía con sus pactos con las transnacionales en todos los intersticios de la economía de la isla, Cuba avanza más y más a ser colonizada o semicolonizada por el imperialismo. Es dependiente del imperialismo, pero aún no fue semicolonizado, es decir, que aún no está sometido al imperialismo por tratados de coloniaje económicos, políticos y militares.

El PC cubano ya es un partido burgués, como el de los “empresarios rojos” del PC chino, o los PC de los oligarcas de Rusia. Tienen restaurantes de lujo y compañías ligadas al turismo, mansiones en barrios exclusivos como El Laguito, donde viven bajo custodia militar. Es el partido de los burgueses que se abrazaron a Obama e izaron la bandera yanqui en La Habana. La base social de esta restauración es una burguesía ávida de negocios y propiedad, conscientemente impulsada desde 2010 por el PC cubano al amparo del “cuentapropismo” (que aumentó de 150 a 600 mil desde 2010) y las “cooperativas”.

En el 2018 votan una nueva Constitución, que reconoce abiertamente la propiedad privada, y le da seguridad jurídica la producción capitalista ya impuesta en el país.

En el año 2020, una nueva medida de la nueva burguesía castrista viene a profundizar las penurias que sufren las masas. A medidas de ese año, se da la unificación de la moneda, que hace desaparecer al peso devaluado cubano y establece una moneda a medida de las empresas imperialistas, garantizando obreros con salarios de hambre, con una devaluación que para el bolsillo del trabajador cubano fue del 300%. Hubo paquetazos, desabastecimiento… Las movilizaciones que estamos viendo hoy en día, responden a eso.

 

 

 

 


Obama junto a Raúl Castro

 


La bandera yanqui siendo izada en Cuba


Enero de 1959, triunfa la revolución en Cuba

 


Centenares de personas celebran en La Habana la caída de Batista en 1959

 

 

 

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