Columna de Opinión - 26 de noviembre de 2020 Por Iván León   A propósito de la muerte del “10” La hipocresía de la burguesía y el llanto amargo del reformismo   El sentimiento enajenado de los que nunca podrán ser Diego, pero sufren con su pérdida, debe ser respetado. Pero hacer pasar a Maradona como un “rebelde enfrentado a los poderosos” es cuanto menos una exageración. Maradona compartió el poder y los negocios con los más grandes poderosos del planeta. Un “cebollita” al cual el sistema convirtió en un riquísimo capitalista, cuya empresa y marca valen millones, no puede ser un enemigo que haga temblar a los poderosos. Hacer pasar a Maradona como un “Che Guevara”, de verdad, solo puede ser expresado como un sentimiento. Pero más allá de ello, a las cosas hay que llamarlas por su nombre. Maradona estuvo siendo ya muy grandecito en la Rosada en 1979, cuando los pibes que sí enfrentaban a la dictadura caían desaparecidos y Videla los perseguía al grito de “los argentinos somos derechos y humanos". Abrazó a Menem y a “chupete” De la Rua... y últimamente abrazó la causa de esa farsa de la “revolución Bolivariana”, no sin antes cerrar suculentos negocios con los más grandes banqueros y socios de las más poderosas petroleras del mundo en Qatar. Se va un gran futbolista. Vaya mis condolencias a los millones que sienten su partida. Los poderosos intentan, con Maradona, hacerles creer a millones de explotados que con sacrificio y sufrimiento se puede llegar como el Diego. Ello no es ni será así. Para hacerlo, hay que ponerle en pie en el pecho a los arriba, y para ello debe triunfar una revolución que no deje ni huellas de los poderosos. Maradona no luchó como un gladiador que levantó su espada en defensa  de los de abajo. Tan solo fue un transgresor del senado, al que llegó comprando su libertad por algunas monedas. En última instancia Maradona fue Maradona porque su empresa multimillonaria quiso que lo fuera. En última instancia, el sueño del “pibe de oro" se hizo realidad. Y el sistema hoy lo aplaude, con aplausos de los que usan a los muertos para sus business y el lamento forzado de su competencia. La Izquierda reformista, en la legislatura de la Capital Federal, en boca de su dirigente Solano, le realizó un homenaje a Diego, al que lo vende como antiimperialista y enemigo de los poderosos… Nada que aclarar… La “Nueva Izquierda” es de ese palo. Por un par de votos se saca todas sus caretas. Solano y el FIT festejan. TIENEN SU MODELO DE BURGUES PROGRESISTA PARA PRESENTAR EN SOCIEDAD. Ivan León