05/04/2018
Sobre el documento del grupo adherente de la FLTI en Colombia
1) La situación mundial es de un enorme choque de clases. El período reaccionario, luego de las victorias contrarrevolucionarias del imperialismo en Siria y en Ucrania, no se pudo generalizar al planeta puesto que las masas presentaron batalla. Lo hacen en Francia, con la huelga metalúrgica en Alemania, con las masas de Rumania retomando los combates del pueblo ucraniano y con la vuelta de los mineros de ese país a la lucha. Con la clase obrera y los pueblos de Medio Oriente que resisten como en Yemen o han salido a la ofensiva como sucede en Palestina e Irán. Con las masas de África del Sur poniendo en crisis al dispositivo contrarrevolucionario más fuerte de la región que es el ejército de Pretorio y el gobierno y el régimen del CNA de Sudáfrica.
Pero lo que es más importante: el imperialismo yanqui no ha podido imponer esta reacción política en EEUU. No ha habido movilización del Ku Klux Klan o de los supremacistas blancos que no haya terminado con decenas de ellos en el hospital.
Esa visión de una situación mundial reaccionaria los puede llevar a los camaradas a desarrollar un programa acorde a una fase de resistencia y de situación defensiva de las masas. Desde nuestro punto de vista es al revés: el programa es crear las condiciones para que las masas superen a la dirección actual y puedan pasar a una contraofensiva como la que se abrió en 2008.
La situación es de una enorme polarización entre las clases, de intentos bonapartistas de la burguesía que aún no logran asentarse, tal cual vemos en Brasil o en la misma Rusia, donde luego de ganar Putin las elecciones con un enorme fraude, en 4 provincias salieron miles de trabajadores a la calle a pedir su renuncia. Ello significa que el imperialismo y sus regímenes no han podido conquistar una coyuntura reaccionaria en todo el planeta.
Es que si fuera como ustedes dicen, que se ha impuesto una reacción política mundial o que ésta avanza, el imperialismo ya tendría base de masas en sus países para avanzar a nuevos choques políticos y militares. Eso es lo que diríamos nosotros si tuviéramos esa caracterización de la situación mundial.
Están viendo al mundo desde el ojo de la cerradura de su país y no se dan cuenta que el mundo ya entró a Colombia. Se está formando una Nueva Izquierda, como en todo América Latina, con deshechos del stalinismo,con burgueses de “izquierda” y con los renegados del trotskismo legitimándolos como es el caso de Petro que ha sacado casi 3 millones de votos.
De no corregir esto, lo que le están diciendo a la clase obrera latinoamericana es que el movimiento obrero norteamericano se rindió y no es el gran aliado para la resistencia y el combate en Sudamérica.
Mirando hacia el norte de Colombia, el chavismo se hunde en el fango de la historia y con ellos se hunden todos los partidos que lo sostuvieron. Pero para nada la clase obrera de Centroamérica y de México ha sido sacada de escena. Ella vive en la lucha de la clase obrera norteamericana.
Una enorme polarización y choques entre las clases se ha abierto a nivel internacional. Ante esos duros combates, las tendencias al bonapartismo e inclusive al fascismo tienen como contrapartida la profundización de la existencia del frente popular para desorganizar a las masas y su lucha, como es el caso de Brasil, donde el frente de Lula y el PSOL con partidos burguesescontiene por izquierda la respuesta a la reacción que hoy levanta cabeza. Pero dar por asentadas las intentonas bonapartistas en Brasil, cuando lo que tienen que hacer es quitarles todas las conquistas al movimiento obrero y campesino, es dar por derrotada la lucha cuando ésta recién comienza.
Justamente, son estas condiciones las que obligan al reformismo a desenmascararse cada vez más ante las masas. Pegan las intentonas bonapartistas y el reformismo se saca la careta rápidamente. Y si las masas luchan, tienden a surgir inevitablemente procesos de radicalización y de ruptura con el reformismo. Eso fue el 18 y 19 de diciembre en Argentina, los grandes combates de la clase obrera y la juventud peruana y el despertar del proletariado boliviano, en el caso de nuestro continente.
2) Más allá de cualquier matiz o diferencia como las que plantean los compañeros de la LOI-CI, para nosotros que estamos siguiendo de cerca la cuestión colombiana, el programa del documento es lo más delicado. Nosotros peleamos por una dirección revolucionaria de los sindicatos. No entendemos por qué hablan de “clasista”. ¿Hay algún fenómeno de nueva dirección en los sindicatos sobre las cuales tener una táctica de “agrupaciones clasistas”?
¿Sindicatos “independientes del régimen”? No, deben ser independientes del estado; de todas las instituciones del estado, de las leyes que reglamentan el funcionamiento de los sindicatos, las cuotas compulsivas, etc.
La ausencia del programa para la democracia obrera en los sindicatos es realmente alarmante en ese programa para un grupo que se llama “Democracia Obrera”. Las resoluciones votadas por asamblea de base, los delegados revocables, los rentados en los sindicatos yendo a trabajar cada dos años, las negociaciones realizadas con veedores de base, las cuentas públicas de los sindicatos controladas por sus afiliadas, son cuestiones de la democracia obrera que brillan por su ausencia en vuestro documento.
3) Pero donde el programa hace agua es con el llamando a “Congreso Obrero, campesino, etc.”. ¿Y los comités de autodefensa? ¿Y la milicia obrera y campesina? ¿Ustedes creen que se puede avanzar a una Huelga General Revolucionaria y a un Congreso obrero y campesino en Colombia sin comité de autodefensa y milicia obrera? En Colombia todos los días matan a varios luchadores de izquierda y sindicales. ¿Pero acaso ustedes no plantean que hay un régimen fascista y totalmente reaccionario en Colombia? ¿Cómo no plantean comité de autodefensa y milicia obrera? ¿Y la ruptura con el imperialismo y la expropiación sin pago y bajo control obrero de las transnacionales como programa mínimo e inmediato?
Igualmente, la duda que tenemos es si ustedes ven realmente las condiciones para la huelga general revolucionaria como un programa de acción inmediato o si las masas van a la trampa electoral, como vemos nosotros. Si es así, vuestro programa no tiene ninguna política para las elecciones. Ni siquiera llaman a votar en blanco o a hacer voto nulo. Nada. Si llaman a la huelga general es para boicotear las elecciones. Entonces, llamen al boicot. Pero no pueden ignorar que hay elecciones donde las masas van a ir a votar en el próximo período. Sin esto, su programa es totalmente sindicalista.
Les insistimos, en mayo hay elecciones. Ante este engaño a las masas se les plantea quién gobierna. El programa de acción para el período inmediato que incluye a las elecciones, debe plantear la lucha por un gobierno obrero y campesino revolucionario basado en los organismos de autodeterminación y armamento de las masas y la denuncia de que en Cuba los Castro han planteado que el socialismo no va más cuando el combate por la revolución es una tarea decisiva para sacar a las masas de Colombia y de todo el continente americano de su miseria.
Estamos frente a un programa ecléctico que no responde ni a las tareas inmediatas de la clase obrera ni a sus necesidades inmediatas ni pone a la orden del día la lucha por la revolución socialista cuando las masas intentan responder quién gobierna en las próximas elecciones y entran en la trampa electoral del régimen.
Pero lo grave, insistimos, es la definición que hacen de “un sindicalismoclasista”, porque cada burócrata sindical lo puede llenar con su contenido. Esa es una parte peligrosísima del documento que nos puede preparar para ser consejeros de burócratas de izquierda.
Tomen esto como un aporte puesto que no pensamos actuar como una federación de grupos nacional-trotskistas donde cada uno tiene derecho a hacer las peores tropelías en su país sin ningún control y luego proclamar lealtad al programa de la IV Internacional en los Congresos.
Sin ninguna duda el grupo ha hecho un esfuerzo en esta elaboración. Este es nuestro aporte.
Por supuesto que vuestro documento en las condiciones internacionales y de Colombia no contempla la visión estratégica que hemos discutido en nuestro Congreso, pero la evolución de un grupo con posiciones políticas es sana porque permite discutir programa con claridad. Consideramos el vuestro una verdadera adaptación sindicalista a la burocracia de izquierda de los sindicatos. Ahí radica lo central de la diferencia.
Esperamos su respuesta. Abramos la polémica.
Hugo de CROJA de Brasil
Paula Medrano de Democracia Obrera del Estado Español
Felipe del POI-CI de Chile
Olvis de la LSTI de Bolivia
PD: Un programa que en Colombia no denuncia la entrega de Cuba al imperialismo, que no llama a romper con el TLC ni a unir a la clase obrera colombiana con sus hermanos de clase de Venezuela, estrangulados por la “revolución bolivariana”, las FARC y el castrismo, es un vacío en momentos en que las FARC se han derrumbado estrepitosamente ante los ojos de las masas y no sacaron más que un 0,32% de los votos en las pasadas elecciones legislativas.
PD2: Hemos leído la correspondencia de los compañeros de la LOI-CI sobre este documento. Aquí hacemos otros aportes. Pero estamos en un período pre-Conferencia. El III Congreso de la FLTI votó realizar una nueva Conferencia para discutir los debates pendientes. Abramos la discusión sobre este y otros puntos que están en debate como:
a) Centralismo-democrático de la FLTI
b) La crisis de las bolsas y la perspectiva inmediata de la guerra comercial abierta por las potencias imperialistas
c) Brasil: ¿golpe militar o el régimen se blinda con ropaje bonapartista?
d) Sudáfrica: se desnuda el CNA y el NUMSA llama a hacer un partido de trabajadores revolucionario
PD3: Está claro que este debate de Colombia es parte y es inseparable de la discusión sobre el test ácido de nuestro continente que es la cuestión de Brasil ante la enorme crisis política que se abrió allí.