Nuevamente el régimen pro-imperialista arremete con métodos de guerra para someter a la esclavitud a las masas en Colombia y a cambio nos promete una “paz” que no es otra cosa que la paz de los sepulcros.
Las FARC se retiran y entregan la lucha antiimperialista y por la tierra en Colombia y las masas las toman en sus manos… ¡Viva el Paro agrario!
Desde el 23 de octubre los campesinos, indígenas y negritudes iniciaron un paro agrario a nivel nacional, tomando y taponando las principales vías del país, plantones y movilizaciones en el departamento del Cauca, Valle del Cauca, Norte de Santander, Córdoba, Risaralda, Guajira y otros departamentos.
En medio de las protestas un indígena murió en la vereda La Delfina, cerca de Buenaventura, Valle del Cauca.
Esta nueva jornada de protestas fue convocada por la Cumbre Agraria, Campesina, Étnica y Popular contra las políticas gubernamentales que no responden a la voluntad de los habitantes de las zonas rurales de conseguir el cumplimiento de restitución de tierras. Los organizadores argumentan además que el Gobierno no les ha cumplido lo acordado en huelgas anteriores, como la del 2013, 2014 y 2016 que paralizó las carreteras en buena parte del país.
El compañero fallecido, identificado como Willington Quibarecama Nequirucama, fue "arrollado" por una tanqueta del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD) de la Policía en la aldea de La Delfina. Durante los enfrentamientos resultaron heridas ocho personas, una de ellas de gravedad. Los enfrentamientos se produjeron en la madrugada de este lunes, en la carretera "Cabal Pombo", que comunica la ciudad de Cali (suroeste) con Buenaventura.
Entre otros temas que se plantean y que han generado desacuerdos figuran aspectos como la sustitución de miles de hectáreas de cultivos de coca. Por su parte, la Cumbre Agraria considera que la movilización, denominada "Sembrando esperanza, cosechando país", es necesaria porque "las políticas del Gobierno ponen en riesgo los bienes naturales, la soberanía nacional y la supervivencia física y cultural de las comunidades rurales y del conjunto del pueblo colombiano".
Entre esas políticas destacan los Tratados de Libre Comercio (TLC), la Ley de Seguridad Ciudadana y el nuevo Código de la Policía, entre otros. Una de las principales denuncias han sido las agresiones de la Fuerza Pública, como lo evidencian estas fotografías captadas en el Catatumbo, Norte de Santander y otras regiones, en las que se observa cómo mujeres con bebés en sus brazos deben huir del Escuadrón Móvil Antidisturbios de la Policía tras los ataques de los uniformados.
Los campesinos aseguraron que tras las arremetidas de la Policía Antinarcóticos que llega para adelantar la erradicación forzada, muchos temen salir de sus viviendas y no regresar. Las desapariciones y asesinatos selectivos no cesan; son pan de cada día. Esa es la “paz” de Santos-Uribe que firmó con las FARC.
Por eso con banderas de distintas organizaciones sociales se dieron cita en Cali, en este plantón en la plazoleta de San Francisco para aclarar que los campesinos sí quieren la sustitución de cultivos pero concertada. Y explicaron que muchos se han dedicado a estos cultivos para poder sobrevivir porque las importaciones de las grandes multinacionales en acuerdo con el gobierno, a través del TLC, los arruinó y aparte de sufrir hambruna y miseria, el régimen los ataca con métodos de guerra.
Se denuncia por parte de las comunidades que se están disparando ráfagas de fusil y tiros de escopeta por parte de la fuerza pública. Los disparos se hicieron en el sector de La Agustina y El Pital. Hasta el momento hay 17 heridos atendidos en el puesto local de salud, uno remitido por consideración al hospital de segundo nivel de la región. Las heridas de los tres comuneros son en el rostro y otras partes del cuerpo.
En los enfrentamientos con la policía los Indígenas retienen a 17 policías en Risaralda, centro del país, después de duros enfrentamientos donde las comunidades lograron hacer replegar a la policía, dejando como resultado 26 heridos y los policías retenidos. Rodrigo Nacavera, integrante del Consejo Regional Indígena del departamento de Risaralda, les indicó a periodistas que los manifestantes solicitaron el retiro de los policías y miembros del Ejército que hacen presencia en la zona. Sin embargo, al no recibir respuesta decidieron retener a los uniformados junto con sus armas de dotación.
Los enfrentamientos entre manifestantes y miembros de la Fuerza Pública no cesarán hasta que el gobierno cumpla y deje de mentir e incumplir lo acordado en los paros pasados. En este paro participan unos 100.000 indígenas que le exigen al Gobierno nacional el cumplimiento de acuerdos sociales.
La paz y la solución a los problemas de la tierra no vendrán de la mano del parlamento burgués. Sólo vendrán de la mano de la clase obrera y los campesinos pobres derrocando al régimen burgués proimperialista. Sin la expropiación de la tierra de los grandes terratenientes y el imperialismo como a la vez la expropiación sin pago de la banca, todo planteamiento reformista será en vano y una farsa. 30 años desde la constitución burguesa de 1990 han demostrado que el problema de la tierra no se ha solucionado. Sólo con la lucha revolucionaria abierta y directa se podrá dar solución a los problemas de la tierra.
Hoy cuando vivimos una ofensiva del capital por órdenes de Trump, en esta etapa de reacción en toda la línea a nivel mundial, en Colombia se refleja en los asesinatos selectivos (190 asesinatos de dirigentes sociales) y nuevas masacres de manera directa por parte del régimen como fue la masacre de los 9 campesinos y más de 30 heridos en Tumaco (Nariño) por parte de la policía. Esto demuestra una vez más que los frentes populares de los estalinistas son una farsa, atan de pies y manos a los obreros y campesinos y nos convierten en carne de cañón, para que la burguesía “democrática” nos reviente a los tiros. ¡Basta de mentir!
Ya se ha hecho a los campesinos, maestros y transportadores en sus luchas. Llamamos a todas las organizaciones obreras, de derechos humanos y partidos que se reclaman de los trabajadores a hacer suyo el llamamiento del Sindicato nacional de trabajadores de minería artesanal de Colombia y asociaciones indígenas y campesinos a luchar juntos por la libertad de las decenas de trabajadores detenidos, por el juicio y castigo a los asesinos de más de 190 dirigentes y por la expulsión de la ESMAD y el ejército de los pueblos indígenas y de las comunidades negras.
Como proclaman los trabajadores: “nosotros producimos la riqueza, nosotros decidimos.” ¡La rebelión de los esclavos no es delito, es justicia!
Democracia Obrera para Centroamérica y el Caribe
Adherente al Colectivo por la Refundación de la IV Internacional (FLTI)
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