El MIT/LIT-CI, tras los pasos de la “vía pacífica al socialismo” de los ‘70, pregona “democratizar” al régimen pinochetista de la mano de la Constituyente fraudulenta
Ante el inicio de la Convención Constitucional que se produjo el 4/7, el MIT / LIT-CI sacó una declaración titulada “En defensa del Manifiesto de los 34. ¡Por la Soberanía de la Constituyente!” (del 19/06), donde plantean su apoyo a la declaración pública que firmaron 34 constituyentes (entre ellos, María Rivera de la LIT-CI), autodenominándose “Vocería de los Pueblos”.
Como venía planteando el MIT, en esta declaración sigue pregonando la necesidad de que “la Convención debe ser soberana (...) para definir sus propias reglas de funcionamiento, poder discutir y decidir sobre todo”, como si los políticos de la ex Concertación, del PC y el Frente Amplio fueran a romper con los mecanismos del Pacto por la Paz y la Nueva Constitución.
Pero junto a esto, el MIT plantea: “la Constituyente, luego de declararse soberana, debe tomar las siguientes medidas: 1 – Destituir el gobierno de Piñera, el Parlamento y asumir el poder legislativo y ejecutivo; 2 – Condenar a los responsables políticos y militares de la represión al pueblo; 3 – Liberar a todos los presos políticos, chilenos y mapuche, de antes y después del estallido social; 4 – Destituir la cúpula de las FFAA, discutir mecanismos de participación democrática de la tropa en la Constituyente y someter el control de las fuerzas policiales y FFAA a la población organizada; 5 – Implementar una serie de medidas democráticas que permitan la amplia y directa participación popular en el Proceso Constituyente. Esas medidas deben ir en el sentido de democratizar todo el sistema judicial; 6 – Garantizar un plan de emergencia contra la pandemia y por la vida de los trabajadores (...) Todo el financiamiento de ese plan debe venir de la estatización, sin indemnizaciones y bajo control de los trabajadores, de las grandes mineras, Bancos y demás empresas de las 10 familias más ricas del país; 7 – Desmilitarizar inmediatamente la Araucanía y devolver las tierras al pueblo mapuche; 8 – Rediscutir inmediatamente todos los Tratados de Libre Comercio firmados en las últimas décadas con el objetivo de garantizar la independencia y soberanía nacional (...)” (negritas nuestras)
El MIT plantea que la Convención Constitucional puede devenir en soberana y si asume el poder se puede echar a Piñera, destituir a la cúpula de las FFAA, romper con el imperialismo y recuperar la tierra. De esta manera, le quieren hacer creer a los trabajadores que de la mano de esta institución burguesa de la Constituyente se puede derrotar al imperialismo que oprime y saquea la nación y a sus agentes, como la casta de oficiales pinochetistas que custodian sus negocios y su propiedad a punta de bayonetas. Es decir, afirman que es posible expulsar por la “vía pacífica” a los piratas de Wall Street.
EEUU organizó el golpe de Pinochet y demás dictaduras genocidas en el continente en los ’70. Hoy comanda la masacre de Al Assad y Putin contra las masas sirias. En América Latina tiene alistadas 9 bases militares en Colombia, junto a la base de la OTAN instalada en las Islas Malvinas y la que tiene instalada en Con Con para ahogar en un baño de sangre a las masas en defensa de sus intereses en Chile y toda la región, como está haciendo de la mano del gobierno de Duque contra los trabajadores y explotados colombianos. ¡A esto los dirigentes del MIT le contraponen la votación de 155 “convencionales” de la Constituyente! Por otra parte, esta Convención jamás va a enfrentar al imperialismo, porque la misma surgió justamente para resguardar los intereses y negocios de las transnacionales, desviando el combate revolucionario de masas que es el que puso a la orden del día la caída del gobierno de Piñera y de todo el régimen cívico-militar de la Constitución del ’80, sirvientes de Wall Street.
Contra la “vía pacífica a la ruptura con el imperialismo y a resolver la cuestión agraria” que proclama el MIT, los revolucionarios reafirmamos que la independencia nacional y la resolución del problema de la tierra son las dos tareas democráticas estructurales de un país semicolonial como Chile. Y tal como plantea el programa del trotskismo, esto no se puede conquistar sin el triunfo de la revolución socialista, como parte de un combate común con la clase obrera de toda América Latina y principalmente, con sus mejores aliados, los obreros norteamericanos.
Junto a esto, el MIT, sin ponerse colorado, afirma que la Convención Constituyente puede destituir a la cúpula de las FFAA a través de una votación... Es decir, según la LIT-CI, pacíficamente, por medio de una resolución constituyente, se puede terminar con la casta de oficiales pinochetista, que son el pilar fundamental del estado burgués, pues son la banda de hombres armados de la burguesía contra la clase obrera. En 1917 Lenin afirmaba, polemizando con el renegado Kautsky, el dirigente de la socialdemocracia alemana: “la liberación de la clase oprimida es imposible, no solo sin una revolución violenta, sino también sin la destrucción del aparato del poder estatal que ha sido creado por la clase dominante” (El Estado y la Revolución). Pero a 180° de esto, el MIT no se propone destruir el pilar del poder de la burguesía con el triunfo de la revolución de los obreros y explotados armados, tal como pregonaba el propio Kautsky.
La “propuesta” del MIT es la vieja receta de la “vía pacífica al socialismo” de Castro y Allende que terminó siendo la “vía sangrienta” al golpe militar genocida y que tan caro pagó la clase obrera chilena. 50 años después, de forma senil, la dirección del MIT está tras las huellas del Partido Comunista de Corvalán que con esta política traicionó la revolución de los Cordones Industriales en los '70.
Tan obnubilados están con la Convención Constituyente que le dan a esta un valor sin límites. Pero a diferencia del MIT, jamás el marxismo revolucionario planteó que una Asamblea Constituyente asuma el poder, porque esto significa apoyar a un poder de la burguesía y el imperialismo como es la Convención que ha comenzado a sesionar en Chile. Esta política es una verdadera confesión de partes: si de la mano de un poder burgués, la clase obrera y las masas explotadas pueden lograr la ruptura con el imperialismo y conquistar la tierra, trabajo, salarios y pensiones dignas, educación y salud gratuitas y de calidad, ¿para qué pelear por la revolución socialista? Evidentemente, para el MIT no es necesario.
Es que la LIT hace rato que rompió con el trotskismo. Su estrategia en los países semicoloniales es que primero hay que expulsar al imperialismo ampliando la democracia burguesa, es decir, vía volver soberana la Constituyente, y así se puede avanzar al socialismo. Una pseudo-teoría reaccionaria, continuadora de la socialdemocracia y el stalinismo.
Lo que verdaderamente está diciendo el MIT, en una clara política de colaboración de clases, es que un sector de la burguesía puede romper con el pacto por La Paz y la Nueva Constitución y así conquistar una Constituyente soberana al servicio de los trabajadores y el pueblo.
¿En serio el MIT cree que la mayoría de la Constituyente que son los políticos de la ex Concertación, el PC y el Frente Amplio van a promover que esta sea una Constituyente soberana y van a otorgar todas las demandas de los trabajadores y explotados? Crear ilusiones en esa estafa de la Constituyente como hace el MIT, significa engañar y embaucar a la clase obrera y las masas.
Pero estos vulgares demócratas, ni siquiera son consecuentes. Ellos buscan “democratizar” a una Constituyente amañada, totalmente antidemocrática, que se inauguró reprimiendo a los familiares de los presos políticos, demostrando el verdadero carácter de la democracia burguesa pinochetista que impera en Chile.
Esa farsa de Convención Constitucional no va a garantizar ni la más mínima demanda democrática a las masas, porque es un apéndice del régimen pinochetista y está bajo el control de esa casta de oficiales contrarrevolucionarios de las FFAA que a punta de fusiles custodian la propiedad privada de los capitalistas y el imperialismo.
El MIT piden que esta Convención amañada rompa con los “acuerdos prestablecidos”, cuando la mayoría de esta, la Derecha Pinochetista, la Concertación, el Frente Amplio y el PC defienden ese pacto a rajatabla. Y si lo llegaran a hacer, los generales saldrían a impedirlo en nombre de la “ley” y en “defensa de la democracia”. ¡No hay posibilidad de conquistar la más mínima de las demandas democráticas sin aplastar a esa casta de oficiales pinochetista!
Para luchar por la democracia hasta el final, el MIT tendría que llamar a movilizar y armar a los trabajadores para derrotar a las fuerzas represivas del estado y a sus generales asesinos. Pero el MIT se llama al silencio antes que llamar a la clase obrera y las masas a armarse, a poner en pie sus comités de autodefensa, a formar la milicia obrera y campesina, a ir a buscar a los soldados rasos para que desacaten a la oficialidad pinochetista y se pasen con sus armas al bando de las masas. Como dice el Programa de Transición: “Engels definió al Estado como ‘destacamentos de hombres armados’. El armamento del proletariado es un elemento concomitante imperativo a la lucha”. Pero lo que inculca el MIT es la “vía pacífica” a “democratizar” a un régimen que se impuso masacrando a los obreros revolucionarios de los Cordones Industriales y bombardeando La Moneda. Es que “los reformistas inculcan sistemáticamente a los obreros la idea de que la sacrosanta democracia está mejor garantizada cuando la burguesía está armada hasta los dientes y los obreros están desarmados”. (Programa de Transición)
Por ello la estrategia del MIT no es llamar a la clase obrera, a la juventud rebelde y las masas explotadas a retomar y profundizar la senda del combate revolucionario abierto en Octubre de 2019, sino exigirle a la Constituyente que amplíe la democracia e incluso avance al socialismo. Así continúan embelleciendo esta trampa de salvataje de Piñera y de sobrevida de este maldito régimen cívico-militar, sirvientes del imperialismo.
Partido Obrero Internacionalista – Cuarta Internacional (POI-CI),
adherente a la FLTI
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