La Flexibilización, un único plan imperialista mundial determinado en el G20, asentado en las derrotas previas que impuso la burocracia sindical, la izquierda reformista con el sometimiento a la burguesía de los sindicatos y las organizaciones obreras de lucha
La Nueva Izquierda, con los destructores de la IV Internacional dentro, un factor fundamental para que avance el actual ataque de los capitalistas arrancando las conquistas obreras de todo el Siglo XX
20-11-2017
EN EL G-20 EL IMPERIALISMO DEFINIÓ SU
PLAN DE FLEXIBILIZACIÓN QUE HOY AVANZA
PARA IMPONER UNA VERDADERA ESCLAVITUD LABORAL
El ataque de flexibilización de Temer en Brasil, de Macron en Francia, de la Merkel y las transnacionales alemanas, la ofensiva de Trump, no es un rayo en cielo sereno, es un único y mismo plan organizado por las transnacionales imperialistas que, a comienzos del mes de julio, se reunieron en el G-20 en Hamburgo (Alemania). En esa Cumbre definieron: ¡La clase obrera del mundo debe producir en las mismas condiciones de los obreros de Bangladesh, Vietnam y Camboya!
Estas leyes de flexibilización que están imponiéndose en Francia, donde ya Hollande les ha arrancado a los trabajadores la jornada de trabajo de 35 horas semanales, pondrán a producir a la clase obrera sin convenios colectivos, preparando el terreno inclusive para acabar con los sindicatos y definiendo contratos y negociaciones individuales entre el obrero y el patrón. Lo mismo impone Trump, asentado en la ofensiva de Obama que liquidó los convenios y precarizó a la clase obrera norteamericana. En Brasil y ya se expande hacia el Mercosur este ataque avanza como parte de un crac profundo en los BRICS. Brasil un país quebrado y endeudado hasta los huesos, en medio de una galopante recesión que da algunos indicios de mejoramiento a medida que avanza la flexibilización y saqueo. Y fue el gobierno del PT fue la garantía para la ofensiva actual de Temer al que sostiene desde la “oposición”. Las transnacionales imperialistas se concentran, avanzan con un único plan de flexibilización en todo el mundo y a la hora de atacarnos no reconocen fronteras.
En Alemania, que ha puesto a Europa del Este como el patio trasero de sus transnacionales, ya se han lanzado feroces ataques contra los obreros siderometalúrgicos, son decenas de miles los despidos en la industria y ya son más de 6 millones de trabajadores que viven de subsidios del estado y son obligados a realizar trabajos part-time por menos de 400 euros. Mientras el imperialismo alemán comienza a desarrollar el mismo plan de flexibilización francés, al mismo tiempo concentra los capitales de las siderúrgicas como la Thyssen-Krupp y la Tata holandesa, con lo que le permite a este monopolio (la segunda siderúrgica más potente del mundo) disputarse el mercado de la industria del acero en el mundo.
En EEUU prima la flexibilización que ya había impuesto Obama y que hoy Trump profundizará, demostrando que su demagogia de “América primero” son promesas de manos vacías sacándole a su propia clase obrera inclusive sus magros seguros de salud. Al mismo tiempo que azuza a las bandas protofascistas de “supremacistas blancos” y las amenazas a los inmigrantes. Trump quiere poner al imperialismo yanqui en una posición más ofensiva y sus constantes amenazas con destruir Corea del Norte es parte de su plan por quedarse con China, que maneja la tercera mayor industria siderúrgica del mundo. Para conquistarlo precisa poner a su propia clase obrera a producir igual o peor que a los inmigrantes.
No será impune para la clase obrera norteamericana la política de la Nueva Izquierda que los sometió al “socialista Sanders” y al partido Demócrata yanqui, que sostienen al gobierno de Trump en su ofensiva por el mundo.
De conseguirlo pone en mejores condiciones a los monopolios de la construcción y de la industria de armamento y podrá competir en el mercado mundial con la Arcelor Mittal francesa y la Thyssen-Krupp alemana. Esto no es una cuestión menor, puesto que quien tenga el dominio de la industria del acero dominará las principales industrias: construcción, automotriz y centralmente armamentos.
Lo que todos los monopolios necesitan imponer son condiciones terribles de producción no solo contra los trabajadores del mundo colonial y semicolonias, sino principalmente para los trabajadores de los países imperialistas.
Hoy la masacre de Siria golpea en todo el planeta. Ni bien comenzaba la operación masacre final en Siria, en Brasil, Francia y Alemania largaron este feroz ataque de flexibilización laboral para arrancarles todas las conquistas a los trabajadores.
Las condiciones en las que se avanza con la flexibilización en Brasil ya se desarrollan en toda América Latina. En el mayor país de Sudamérica con más de 200 millones de habitantes, sólo el 10-15% de los obreros estaban representados en los sindicatos antes del crac, teniendo en cuenta las estadísticas oficiales, hoy son más de 14 millones los desocupados y más de 40 millones los desocupados crónicos y miserables que ya están por fuera del circuito productivo. Aunque desde la CSP-Conlutas venimos denunciando que ya son más 25 millones de desocupados. Durante las últimas décadas la burocracia se encargó de dividir profundamente las filas obreras, inclusive dentro de una misma rama de la industria. Los convenios colectivos y todos los acuerdos que se negocian anualmente se hacen fábrica por fábrica o región por región.
La burocracia pelega convirtió a las centrales obreras como la CUT y las organizaciones de lucha como el Movimiento Sin Techo y Sin Tierra en un apéndice del PT, llevándolas a la impotencia total en momentos que el gobierno ilegítimo de Temer lanza el ataque de la patronal esclavista y las transnacionales, con el apoyo total por parte del PT, de Lula y Dilma, desde la “oposición”. Esta misma burocracia durante los últimos 15 años separó al proletariado de Brasil del combate revolucionario de los explotados de América Latina. Y ya abiertamente se desarrollan huelgas a pesar y en contra de esta burocracia como sucedió en las jornadas del 10 de noviembre y en las dos ultimas huelgas nacionales metalúrgicas.
El chantaje en Francia se sostiene en la burocracia que se encargó de sacar a la clase obrera del combate de ocupaciones de fábricas en 2009, en las que se tomaban a los patrones y gerentes de las transnacionales como rehenes. Llamaron de vándalos a los jóvenes que se defendían del asedio policial en los barrios obreros al grito de “todas las noches haremos de París una Bagdad”. Acompañaron a Francia en su ofensiva militar contra Mali y le dieron vía libre a Francia para que atacara a mansalva a los refugiados e inmigrantes que llegaban a Europa huyendo de la masacre en Siria, Irak y todo Medio Oriente. Así se juntaron en el frente “Anti terrorista” con la burguesía imperialista, con lo que legitimaron el blindaje del régimen francés con el que se amedrenta a toda la clase obrera.
En Francia hay casi 10% de desocupación, mientras la amplia mayoría de la juventud es la que sufre este flagelo, además de ser la más afectada con la precarización; sin contar que también son blanco de los ataques del estado y la policía, con muertes en las barriadas obreras (citês) o siendo procesados y encarcelados por luchar contra los ataques impiadosos de la V República imperialista.
La flexibilización en Francia y Brasil
como ejemplos para imponerla en todo el mundo
Las transnacionales necesitan aumentar su productividad y para eso deben escarmentar al proletariado con superexplotación, arrancándoles las conquistas conseguidas con enormes combates revolucionarios, no solo en el último período, sino ya hace más de un siglo.
Las leyes de flexibilización en Brasil y en Francia determinan que las empresas podrán hacer “comisiones internas” de negociación donde el patrón podrá definir condiciones de trabajo y contrato directamente con “representantes” del sector sin la intervención del sindicato. Lo que significa que se acabaron las negociaciones colectivas y priman por encima de los convenios laborales las negociaciones por fábrica y por sector. Así comienza a liquidar los sindicatos como organismos de lucha salarial y de condiciones de trabajo. El patrón podrá determinar negociaciones individuales de contratación, pudiendo negociar obrero por obrero su salario, condiciones y horas de trabajo. Un verdadero plan que llevaría las condiciones de la clase obrera casi a las de mediados del siglo XIX.
Las leyes de flexibilización también avanzan en profundizar la tercerización y la precarización laboral. La patronal y el gobierno de Temer y Macron se jactan de que han mejorado las condiciones de indemnizaciones para los obreros aumentando en un 20 o 25% el valor del monto.
¿Cuál es la trampa detrás de esta “bondad” de la patronal? El plan se basa en imponer despidos generalizados, negociando el despido uno a uno, para luego recontratar a la mano de obra que necesite bajo las condiciones actuales de flexibilización.
En el caso de Brasil esto es un hecho que ya está siendo aplicado. Durante los últimos años lo que primó fue el acuerdo individual de despidos, con los llamados “Planes de Despidos Voluntarios” (PDVs), al tiempo que se imponían suspensiones rotativas, con lo que la patronal regulaba la producción llamando a los obreros a medida que los necesitaba, pagándoles la mitad del salario y la otra mitad siendo paga por el estado brasilero, plan este al que la patronal y el gobierno de Dilma-Temer, apoyado por el Ministro de Trabajo Miguel Rosseto, lo llamaron Plan de Protección al Empleo o “Plan Alemán”. Así quedaron más de 20 millones de trabajadores en las calles y de a poco se va renovando la contratación con tercerización y flexibilización absoluta.
En Brasil, como se trata de una semicolonia, las condiciones son más terribles y es eso lo que se comienza a sentir en el conjunto de América Latina, desde México hasta Argentina.
Ligado a este plan se define la jornada intermitente de trabajo, que es una negociación por horas de trabajo, según la necesidad del patrón, negociando directamente con el operario el valor de la hora de trabajo y las condiciones, una vez que terminó la producción el operario es dispensado sin ningún derecho. Teniendo en cuenta que la ley ampara la posibilidad de que la jornada de trabajo se extienda a 12 horas, más las “horas extras” o su acumulación en “banco de horas”.
Pero la tercerización, que ya era una realidad en la mayoría de las industrias, ahora se generalizará para todas las categorías. Esta reforma prevé la posibilidad de tercerizar los oficios con finalidades específicas. Quiere decir que se podrá tercerizar a profesores, médicos, funcionarios públicos, etc. bajo condiciones de tercerización. Demostrando así lo profundo de la precarización que se preparan a imponer.
Otro ejemplo clave es la ofensiva sobre las mujeres trabajadoras. Tomando como base la ley brasilera, en el caso de las mujeres que trabajen en industrias que se consideren insalubres (como las industrias químicas, petroquímicas, etc.) cuando están embarazadas, o en el período de lactancia no se le garantizará licencia de forma automática, sino que se evaluará caso a caso bajo certificado médico. Lo que significa un enorme ataque a las condiciones, ya terribles, de explotación de las mujeres obreras.
Pero la ofensiva contra la mujer trabajadora no se detiene ahí. Ya se ha avanzado en imponer por decreto en la PEC 181 (Proyecto de Enmienda Constitucional) que criminaliza el aborto, inclusive cuando el embarazo haya sido producto de una violación o inclusive en casos de microcefalia por casa de zica virus, lo que configura una feroz ofensiva sobre las mujeres trabajadoras que debe ser defendida de forma aguerrida como demanda de todas las organizaciones de lucha junto a la pelea contra la Reforma Laboral.
La Ley de Reforma Laboral de Macron considera exactamente las mismas condiciones que desarrollamos anteriormente en Brasil. Pero en el caso de Francia cabe destacar un punto clave de esta ofensiva: en la anterior ley laboral se definía que sólo se podrían hacer despidos masivos no solo si la transnacional francesa estaba en crisis en su casa matriz, sino que también debería estarlo en sus filiales por el mundo; hoy esto ya no es un requisito.
La transnacional podrá despedir en masa en caso de que alegue crisis en su casa matriz, aunque esté lucrando en sus filiales. Este solo hecho determina que, si el proletariado francés no une sus fuerzas con el conjunto de los obreros explotados por las transnacionales como en las Renault o Citroën del Este europeo o las Arcelor Mittal en Brasil o Argentina, lo que se impondrá será el chantaje de la patronal imperialista.
El chantaje patronal no se detiene ahí. En caso de que el patrón decida despedir de forma arbitraria a un trabajador y éste inicie un amparo legal o juicio por daños morales, el trabajador deberá arcar con todos los gastos del juicio. ¡En caso de perder el pleito judicial será el trabajador quien deberá pagarle a los patrones!
La Reforma Laboral en Brasil ya entró en vigor el día 11 de noviembre. La patronal ya ha comenzado a lanzar anuncios de contrato por salario de 90-100 dólares mensuales sin derecho a nada. La burocracia sindical de la CUT y la CTB siguen sometiendo los sindicatos al PT. Ahora las direcciones de las centrales sindicales dicen que harán un Paro Nacional para el día que se vote la Reforma Previsional ¡BASTA!
Si no se rompe el sometimiento de los sindicatos y organizaciones de lucha a la burguesía, si no derrotamos a la burocracia sindical, si no expulsamos de nuestros organismos a los colaboracionistas, este plan de los capitalistas se impondrá. La unidad de las filas obreras está planteada como tarea inmediata. El combate internacionalista del proletariado se torna una condición clara para poder enfrentar a las transnacionales, que no reconocen fronteras para saquear y superexplotar. El proletariado internacional no se ha rendido, lo han entregado sus direcciones.
Es que queda claro que las transnacionales quieren generalizar la ofensiva internacionalmente para imponerle a la clase obrera condiciones similares o peores que las del Siglo XIX ¡NO PODEMOS PERMITIRLO!
En Brasil los trabajadores siguen en pie de lucha, en Argentina ya comienzan a moverse las fuerzas de las bases metalúrgicas contra la entrega de los convenios, en Uruguay los trabajadores hicieron huelgas y paralizaciones el 16 de noviembre… Las fuerzas para coordinar una lucha internacional contra la flexibilización están. Hay que conquistar un Congreso de todos los trabajadores en lucha del Mercosur. En el III Congreso de la CSP-Conlutas de Brasil del mes pasado se votó organizar la huelga general contra la reforma y por derrotar a Temer, sin someterse al PT, allí están las fuerzas para hacer realidad la unidad internacional de la clase obrera. Hay que poner a la CSP-Conlutas como una herramienta para la unidad de los obreros del Mercosur. Como se hacía en los 1 de Mayo, como se luchaba en los 70 con las Coordinadoras de Argentina, las Huelgas fabriles en Uruguay y los comités de fábrica de Brasil.
Argentina y Brasil deben equipararse
en un régimen esclavista de producción
Sobre el Impuesto a las Ganancias y el “Imposto de Renda” en Brasil
En el caso de Brasil nunca se reclamó contra el “imposto de Renda” una especie de tributación anual, que arranca una tajada enorme del salario obrero en concepto de “Renta”. Asentado en la ley del Impuesto a las Ganancias, ahora con la “Reforma Tributaria” del gobierno de Macri, arrastrará a gran parte de los obreros sindicalizados a arrancarles una mayor tajada del salario.
El gobierno de Kirchner ya impuso el “Impuesto a las ganancias”, Macri lo profundiza. Había ciertos ítems que significaban un aumento -en negro o no embutido en el salario básico que se tributaban para jubilación- en el salario que estaban exentos del impuesto a las ganancias. Claramente este es un impuesto que ha significado un enorme robo al salario obreros centralmente de los obreros sindicalizados. Ciertos ítem que antes no eran descontados hoy pasarán a descontarse, como viáticos, plus por cargo jerárquico, desarraigo, auxilios por vivienda, etc. cabe aclarar que estos ítems no son generalizados, pero tocarán a todo un sector de jerárquicos e industriales como petroleros, mineros, marineros, capitanes de abordo, y otros gremios que tengan este tipo de conquistas salariales en sus convenios. Evidentemente el primer ataque que ya se vio a los convenios petroleros ahora se generalizará a jerárquicos. Aclaro que esta reforma tributaria hace una salvedad hacia petroleros, dejando a este sindicato por fuera del acuerdo, aunque ya los propios medio burgueses aclaran: “Esto es lo que dice el proyecto de ley, todo puede cambiar” (TN, noticiero 16-11-2017).
En Brasil se ha hecho un acuerdo profundísimo entre los sindicatos y la patronal. En Argentina un dirigente sindical que quisiera mantener un cierto pacto social tenía que plantear algún punto determinado al “Impuesto a las ganancias”. Sin embargo, en Brasil la burocracia sindical ha hecho silencio absoluto frente a este robo al salario obrero. Hoy esta cuestión empieza a ser parte del discurso de campaña electoral de Lula, él dijo en su último discurso en un acto en Diadema (ABC paulista) que “los trabajadores no deberían pagar tributos por salario”. Es un claro guiño a los sectores aristocráticos y a los sindicalizados. Sin embargo, es un enorme chantaje, puesto que lo que está en ciernes no es un “impuesto al salario” sino un ataque que dejará a la clase obrera sin ninguna garantía salarial de nada.
Ya salen avisos clasificados de empleo bajo la nueva reglamentación de “jornada intermitente” pidiendo trabajadores por salarios de R$400 (US$95), salarios con jornadas de 5 horas diarias pagando 1 dólar la hora, etc.
Evidentemente en Brasil las enormes entregas impuestas por la burocracia durante las últimas dos décadas fueron terribles. La clase obrera argentina debe levantarse junto a los trabajadores de Brasil.
Sobre la reforma Previsional
En el paquete de medidas antiobreras además de la reforma laboral y la ley de tercerización impuesta por decreto a comienzos de año, hay una reforma que significará un cobro inmediato por parte de las transnacionales y el imperialismo de la fraudulenta deuda externa, como es ley de Reforma Previsional que está en discusión.
¿De qué se trató esta reforma de la Previsión en Brasil y en Argentina? Durante el gobierno de Lula ya se había avanzado en un primer ataque a los cofres públicos de jubilación en beneficio de los cofres privados, se determinaron topes jubilatorios que reducían el porcentaje de jubilación de los trabajadores del estado. La excusa para imponer el tope de jubilación, era que se desviaban muchos fondos para pensionistas que no las necesitaban y que esto había generado un déficit en las cajas de jubilaciones y pensiones del Instituto Nacional del Seguro Social ¡La misma excusa que usa hoy Temer y Meirelles (Ministro de Hacienda y Previsión Social) para avanzar en la Reforma Previsional!
La Reforma Previsional que impuso el gobierno de Lula, se desarrolló bajo los mismos moldes de hoy, hasta en los más mínimos detalles. Hoy los “petistas” denuncian que Temer paga coimas a los parlamentarios para que le voten las reformas y les sostengan los decretos. Pero todas las reformas antiobreras que impuso el PT fueron sobre la base de la coima y la corrupción ¿O se olvidaron del “Mensalao”? Ahora todos quieren salvarse a sí mismos hundiendo a la clase obrera. Son todos ladrones y chupasangres de la clase obrera y los explotados. (Ver recuadro)
Las Reformas Previsionales anteriores impusieron que sean los trabajadores los que paguen su propia jubilación e inclusive su propia indemnización con el llamado Fondo de Garantía, o sea que arrancaron del propio salario lo que antes eran aportes patronales, este plan hoy se quiere imponer en Argentina. Por eso debe quedar claro hasta donde se llevará el plan de reforma previsional y jubilatoria.
En Brasil en aquella época se desarrollaron enormes combates, huelgas nacionales de los trabajadores del estado, reprimidas ferozmente por el gobierno de Lula-Alencar, dando continuidad al plan del gobierno de Cardoso. Este combate fue entregado por la burocracia sindical. Así acabaron con el factor previsional, que estipulaba jubilación por cantidad de años de trabajo.
Temer, hoy ampliará esa edad jubilatoria y además esta se determinará en base a cómputos por años de servicio bajo contrato directo. Aquel que ya hace 15 años que trabaja sin contrato, tercerizado o precarizado, o sea el 80-90% de los trabajadores de Brasil, no se jubilarán jamás. Es por eso por lo que la clase obrera ya definió que esta reforma previsional impone que se trabaje hasta la muerte, como se denuncia en las calles. Mientras los cofres de las Pensiones quedará como garantía del pago de la Deuda externa. El FMI, ya dio un visto bueno a la Reforma pero exige agilidad en la votación. Ya se calcula que la renegociación de la deuda que incluye que se garanticen estas reformas inmediatamente, significará que el FMI y el BM se llevarán el equivalente al 98,8% del PBI hasta 2020. Es decir que la actual Reforma se impondrá ahora y se llevará a cabo en la próxima presidencia, sólo a partir de allí se podrá definir que los negocios volvieron a ser “rentables”.
Por eso es terrible el tiempo que se le está concediendo a la patronal. La política de la burocracia es que ya pasó la tercerización, ya impusieron la reforma laboral, ahora no podemos permitir que impongan la Reforma Previsional. Una verdadera traición, dejaron que pasara el grueso del ataque, sometiendo las demandas obreras al PT, a Lula y a Dilma. Boicotearon abiertamente todo intento de unidad de las filas obreras. Ahora pretenden organizar un “Plan de lucha” para cuando el Parlamento vote la Reforma.
O los trabajadores derrotan a la burocracia y unen sus filas para enfrentar este ataque o la patronal impondrá condiciones inauditas contra la clase obrera. Cada segundo que se le da de tregua a los capitalistas significará años de condiciones esclavistas de trabajo.