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Argentina - 27 de junio de 2025

La bancarrota del PTS, devenido en un apéndice del peronismo

A propósito de su XX° Congreso…

Confraternizando con el enemigo de clase


La dirección de este partido en su Congreso planteó que “la lucha contra la proscripción de Cristina Fernández de Kirchner es un punto crucial en la defensa da las libertades democráticas” para justificar un frente político “anti-Milei” con el PJ, el otro agente de la gran patronal y los yanquis.
En una de sus resoluciones dicen que: “…sacar a Cristina Kirchner de esta contienda electoral y de las futuras, con estos métodos proscriptivos… es un intento de sectores de las clases dominantes de reconfigurar el régimen político más hacia la derecha por la vía de desplazar a una figura que, aún de forma distorsionada, expresa aspiraciones de fracciones de la clase trabajadora…”

Plantear así la cuestión es un engaño. Veamos.
Por un lado, no se trata de proscribir a Cristina Kirchner para “reconfigurar el régimen” más a la derecha, sino de reconstituir al PJ tras su figura, para que el régimen tenga una contención probada, por si las masas en las calles hacen fracasar los planes de Milei y el imperialismo.
Mientras la Kirchner se ofrece al gran capital y al imperialismo como su “salvadora”, el PTS y el FIT-U la encubren por izquierda en una abierta política de colaboración de clases.
Como planteara Trotsky en marzo de 1936 en ¿A Dónde va Francia? “Visto desde el ángulo del régimen burgués, el Frente Popular es un episodio de la rivalidad entre el radicalismo y el fascismo para ganar la atención y los favores del gran capital. Confraternizando de modo teatral con los socialistas y los comunistas, los radicales quieren mostrar al patrón que el régimen no está tan enfermo como lo pretenden las derechas… que mediante los ‘revolucionarios’ domesticados se puede disciplinar a las masas obreras y, en consecuencia, salvar del fracaso al régimen parlamentario.”

El PTS apoyado en la pseudoteoria stalinista de “campos burgueses” irreconciliables, lleva a la clase obrera a renunciar a sus intereses para actuar como furgón de cola del bando “democrático” (PJ) contra el bando “ultra-reaccionario” (Milei). ¡Cuando los dos son distintos agentes de la gran patronal de AEA, el FMI y el imperialismo!
Todo frente político con la burguesía, cuyos intereses se enfrentan en un ángulo de 180º, lo único que logra es liquidar la fuerza reivindicativa de la clase obrera. Como ya dejara en claro Trotsky en 1937 en “La lección de España: última advertencia”: “La ley del paralelogramo de fuerzas se verifica incluso en la política. La resultante es, como se sabe, tanto más pequeña cuanto más divergentes sean las fuerzas entre sí. Cuando los aliados políticos tiran en direcciones opuestas, la resultante es cero.”

Por otro lado, cuando dicen que Cristina Kirchner expresa de “forma distorsionada” las aspiraciones “de fracciones de la clase trabajadora”, revisan las lecciones del marxismo revolucionario liquidando toda política de independencia de clase.
Por ejemplo, si nos situamos luego de la revolución rusa de febrero de 1917 con la imposición de un gobierno provisional de coalición entre los mencheviques y los SR con el partido burgués Kadete, un gobierno de colaboración de clases... ¿Qué diría el PTS? ¿Podría afirmar que los kadetes o los ministros burgueses del gobierno expresaban de manera distorsionada las aspiraciones de los trabajadores? No lo pueden decir.
Los bolcheviques no dejaban lugar a confusiones. En junio de 1917 levantaron junto a la consigna de “Todo el poder a los Soviets”, la de ‘¡Abajo los diez ministros capitalistas!’. Era el modo más sencillo de expresar la necesidad de romper la coalición con la burguesía.” (Historia de la Revolución Rusa, Trotsky, 1929). Así desenmascaraban a los mencheviques y SR que conciliaban con los kadetes, enemigos de los obreros y de la revolución.
¡Son unos falsificadores! La burguesía está para manipular, desorganizar y aplastar a los trabajadores.
Trotsky, en plena revolución española, cuando el bando republicano estaba en guerra contra el bando fascsista de Franco, definió contra la política de colaboración de clases del stalinismo, que: “Sin revolución proletaria, la victoria militar de la democracia significa únicamente un rodeo en el camino del fascismo.”(¿Es posible la victoria?, abril de 1937)

En conclusión. El combate de la IV Internacional contra toda colaboración de clases (el llamado Frente Popular) le cabe perfectamente al PTS.
Ya en las tesis de la Revolución Permanente, Trotsky planteó que, en los países coloniales y semicoloniales, como es el caso de Argentina, “la resolución íntegra y efectiva de sus fines democráticos y de su emancipación nacional tan solo puede concebirse por medio de la dictadura del proletariado, empuñando este el poder como caudillo de la nación oprimida...” Es más, sin la alianza del proletariado con los campesinos (clases medias arruinadas) los fines de la revolución democrática no pueden realizarse, ya que “la alianza de estas dos clases no es factible más que luchando irreconciliablemente contra la influencia de la burguesía liberal nacional.”
La política del PTS es su opuesto. Ya hace rato que rompieron con el trotskismo. Aunque se vistan de “Cordobazo del siglo XXI” y de “Socialismo del futuro” se han abrazado al peronismo. Renegaron de la lucha por la revolución socialista, ante la feroz ofensiva imperialista en Argentina y en todo el continente.

Nicolás Crámer y Walter Torres

 


13 de junio: reunión convocada por el PJ, de la que participaron dirigentes del PTS

 

 


Columna del PTS en la movilización en apoyo a Cristina Kirchner el 18 de junio

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