28 de junio de 2024
El revisionismo rompe todo lazo con el trotskismo y, codo a codo con el stalinismo, marcha a poner en pie una nueva “Internacional Progresista”, un nuevo obstáculo a los heroicos combates de las masas
La IV Internacional, nuestro partido, ha sufrido una nueva y cruel derrota: la mayoría de sus fuerzas ya han roto toda amarra con la IV Internacional, luego de un feroz revisionismo contra el marxismo durante Yalta pero sobre todo, a partir del ’89, que no dejó rastros de continuidad en el movimiento trotskista.
La tarea central y el desafío del VII Congreso al que marchamos es un rearme estratégico para recuperar las banderas de la IV Internacional que fueron entregadas y pisoteadas por el revisionismo.
Este Correspondencia Internacional y nuestro Congreso estarán abiertos a la intervención de todo obrero avanzado y núcleo revolucionario que quiera debatir abiertamente recuperar la IV Internacional e intente dar una respuesta revolucionaria a los test ácidos que se expresan en los choques abiertos entre revolución y contrarrevolución a nivel mundial y sobre todo, la posición ante la guerra que define con claridad quién es marxista y quién un vulgar reformista que ubica al proletariado en las trincheras del enemigo de clase.
Es decir, las trincheras de Siria, Ucrania, la Gaza masacrada a manos del sionismo y el Cáucaso, definen quién defiende los intereses del proletariado en las guerras y quién los traiciona.
Luego de que el stalinismo entregara los estados obreros en el ’89, el imperialismo puso en pie una nueva dirección traidora que llevó a crueles derrotas los levantamientos de las masas. El FSM se retira manchado de sangre, oprobio y traición, y surge una nueva “Internacional Progresista”, sostenida por stalinistas y ex trotskistas para profundizar las traiciones al proletariado internacional.
Las discusiones de nuestro Congreso también estarán abiertas a los militantes obreros y corrientes que están a la cabeza de la lucha contra el imperialismo y sus regímenes en todo el mundo, combatiendo a brazo partido contra la cínica y pérfida política de frentes de colaboración de clases con la burguesía que impulsa esta nueva internacional contrarrevolucionaria llamada “progresista”. Ellos vienen a continuar la obra del stalinismo y del FSM, luego de que éstos jugaran todo su rol contrarrevolucionario en la historia en las últimas décadas del siglo XXI.
Esta “Internacional Progresista” no hace más que retomar la vieja política del stalinismo de frentes populares, que en los ’30 le provocó graves tragedias al proletariado, como en China, España y Francia, y luego llevara al fascismo y a la guerra. Como diría Trotsky en el Programa de Transición, “los ‘frentes populares’ por una parte, el fascismo por otra, son los últimos recursos políticos del imperialismo en la lucha contra la revolución proletaria”. Es que uno, el “frente popular”, adormece y desvía el combate de los explotados y el otro, el fascismo, lo aplasta…
De esto se trata la “Internacional Progresista”: un verdadero frente popular a escala mundial que somete al proletariado a las burguesías “democráticas” como “Biden contra Trump”, “todos contra Milei”, “apoyemos a Boric contra la derecha”, “todos contra el uribismo”, “estamos junto al PSOE y Podemos para enfrentar a VOX”… Siempre buscando el “mal menor”. El resultado es que ese “mal menor” es el que hace el “trabajo sucio” y desorganiza a las masas para que luego el bonapartismo o el fascismo estabilicen la situación a favor de la burguesía.
Es que es Boric quien sostiene al régimen pinochetista. Es Biden quien comanda la masacre del sionismo en Palestina. Es Petro quien defiende a capa y espada las bases militares yanquis en Colombia, tal cual lo hace la burguesía chiita en Medio Oriente, proclamada como “antiimperialista” por muchos de los liquidadores de la IV Internacional, cuanto es esa teocracia iraní, junto a las burguesías árabes, la que cerca la heroica resistencia de las masas de Gaza.
Esta nueva “Internacional Progresista” emerge y fue puesta en pie por los gobiernos y regímenes burgueses. Es que el imperialismo ya le ha sacado hasta la última gota al FSM y su estafa de “Revolución Bolivariana”, tal cual “limones exprimidos” utilizados para salvar al capitalismo ante los primeros golpes del ascenso de masas que se dieron durante la primera década del siglo XXI y el crac mundial que sacude al planeta a partir del año 2008.
Este fue el momento preciso para que los renegados del trotskismo, imponiendo un revisionismo cruel para no dejar piedra sobre piedra del movimiento trotskista y su legado teórico, renegaran abiertamente de la IV Internacional y se pasaran con armas y bagajes a la pseudo-teoría de la “revolución por etapas” y los frentes políticos con la burguesía.
Los ex trotskistas junto al stalinismo están poniendo en pie una nueva “Internacional Progresista”, basada justamente en apoyar los “frente democráticos” de las supuestas burguesías “democráticas” contra las “dictaduras” o los sectores burgueses “derechistas”. Esto es una verdadera falacia, como venimos desenmascarando desde la FLTI.
Esta es una infamia miserable porque esta nueva “internacional” de los “frentes democráticos” surgió justamente cuando el FSM dejaba su lugar en la historia en 2013-2014 planteando, como última contribución contrarrevolucionaria, que en Siria el “enemigo era el ISIS y el terrorismo”. Renegados del trotskismo, stalinistas y pseudo-anarquistas, corrieron todos a abrazar a Al Assad y Putin que llenaron de sangre la revolución siria y terminaron estrangulando el ascenso revolucionario de 2011 en todo Medio Oriente.
Esta enorme traición hoy la pagan las masas palestinas, que están siendo martirizadas por el sionismo con la excusa de la “lucha contra el terrorismo”.
Con esta mancha en la frente surgió esta nueva “internacional” de liquidadores de la IV Internacional que renunciaron abiertamente al trotskismo, stalinistas y burguesías agentes directas del imperialismo. Esta “internacional” fue la que apoyó a Biden con la excusa de “enfrentar a Trump”, a través del ala izquierda del Partido Demócrata de Sanders y Ocasio-Cortez. Todos ellos son los que hoy comandan al sionismo que llena de sangre a la Palestina masacrada, como ya dijimos. Es la juventud sublevada de EEUU la que choca abiertamente contra ellos.
Mientras tanto, luego de utilizar la figura “bonachona” de Biden, con la que sacaron a las masas sublevadas de EEUU de su combate revolucionario en las calles de 2020 y luego de que éste aplastó con los peores métodos fascistas los procesos revolucionarios en el mundo, fortaleció la OTAN y el control militar de las rutas del comercio internacional, ahora Wall Street prepara a Trump.
Los rasgos seniles de Biden parecerían ser un reflejo de los elementos seniles que muestra la economía norteamericana, que se sobrevive saqueando el planeta y con la industria de guerra. Así ganan tiempo los yanquis para terminar de colonizar China y Rusia.
Trump ha señalado como enemigo a los inmigrantes, a las masas empobrecidas de América Latina saqueadas por las transnacionales yanquis. Una verdadera demagogia fascista que ya ha juntado milicias blancas de 25 estados para ir a la frontera con el Río Bravo.
Va a volver Trump (el que organizó el putch al Congreso norteamericano) para intentar romper históricamente la contradicción del régimen imperialista norteamericano entre su política contrarrevolucionaria bonapartista y fascista a nivel mundial, y las formas democrático-parlamentarias que mantiene al interior de EEUU.
Los yanquis vuelven a los tiros al planeta para mantener su supremacía. En ese rol, nadie ha superado a Biden, salvo Johnson y Bush en sus invasiones a Vietnam y Afganistán e Irak.
Pero EEUU necesita derrotar a las masas norteamericanas para ir a ofensivas superiores, sin que le surjan permanentemente movimientos de radicalización que le atan las manos para guerrear en el mundo, como les paso con Vietnam, Irak y hoy Palestina.
Wall Street quiere sacar el látigo y al fascismo a las calles de EEUU, aunque los adoradores de la democracia burguesa no lo crean ni preparen al proletariado norteamericano para ello.
EEUU es el foco de la crisis mundial de la economía capitalista imperialista. Solo podrá mantener su dominio con contrarrevolución y guerra.
Los imbéciles pacifistas jamás admitirán que los yanquis llegaron a controlar la economía-mundo con la bomba atómica… Así terminó la Segunda Guerra Mundial y resultaron vencedores los “aliados democráticos” del traidor Stalin.
La brutal crisis y decadencia del imperialismo trae aparejada la crisis del parlamentarismo y el reformismo
Aquí y allá el imperialismo ha organizado una contraofensiva en gran escala frente al ascenso prerrevolucionario que había puesto a las masas a la ofensiva durante las primeras dos décadas del siglo XXI.
Las guerras de coloniaje y opresión y la tendencia a los golpes y putch bonapartistas, están a la orden del día. Para nada EEUU mantendrá el control del planeta por vía pacífica, ni ninguna potencia imperialista caerá de la economía mundial “tocando la lira”, como Nerón cuando ardía Roma. La lucha encarnizada por el mercado mundial y las fuentes de materias primas de África, Asia y América Latina y los choques interimperialista por el control del enorme y poderoso mercado interno chino y por las fuentes de materias primas de Rusia, no hacen más que profundizarse.
Hacia adelante la alternativa es clara: o el proletariado frena esta contraofensiva imperialista poniendo en pie una nueva dirección revolucionaria de combate por la revolución socialista a nivel internacional, o lo que estará por delante será la guerra generalizada y la devastación del planeta. No hay otra alternativa.
La era del anti-reformismo se ha abierto. Estamos hablando no de un momento, sino de todo un período histórico.
El reformismo ya ni siquiera puede mostrar limosnas que hace pasar como conquistas y sus jefes de los “frente democráticos” se desenmascaran día a día.
Como vimos, ex trotskistas como el MST de Argentina, el PSOL de Brasil o la ISO de EEUU apoyaron, junto al stalinismo, al ala izquierda del Partido Demócrata de Sanders y Ocasio-Cortez (a la cual el PTS de Argentina, sin decirlo, le copió hasta sus spots electorales). Esta política terminó con Biden en el poder masacrando al pueblo palestino, como ya hemos planteado.
Hoy, toda esta izquierda reformista se rompe los dientes con la realidad, porque toda el ala radicalizada de la juventud norteamericana enfrenta abiertamente al genocida Biden, inclusive poniendo en riesgo su candidatura a la reelección.
El movimiento de la juventud palestina de EEUU ha emitido una declaración, que reproducimos como anexo a esta presentación, donde reivindican a sus organizaciones de lucha del “Movimiento Juvenil Palestino (PYM), En Nuestra Vida (WOL), la Red de la Comunidad Palestina en EEUU y Estudiantes por Justicia en Palestina” y manifiestan que son perseguidos y hasta encarcelados por el gobierno de Biden y son calumniados por Ocasio-Cortez de los “Socialistas Democráticos de América” (DSA), socia del PTS, el PSOL, el MST, los Anticapitalistas, etc. Ante esto, la juventud radicalizada define que “son ataques al movimiento de liberación palestino de conjunto”. Es decir, acusan de agentes del sionismo a todos los agentes del “frente democrático”.
Es más, denuncian que su movimiento de apoyo a Palestina ha sido mil veces calumniado por la llamada “izquierda progresiva” y afirman que “no somos leales a nuestro opresores”, para luego terminar planteando que “la liberación no vendrá de las urnas ni del proyecto electoral del DSA, sino del desarrollo colectivo y la acción revolucionaria de las masas”.
Este es un enorme botón de muestra que la “Internacional Progresista” no soporta ni soportará ningún proceso de radicalización decisivo de las masas ni de la vanguardia.
Esta gente no solo ha llamado a apoyar en EEUU, “contra Trump” al más grande genocida del pueblo palestino.
La mayoría de las corrientes de la izquierda reformista de esta nueva “Internacional Progresista” sostuvo a Putin “contra los fascistas de Kiev” en Ucrania. Otras afirmaban que EEUU y la OTAN iban a liberar a Ucrania de la masacre “gran” rusa. Ahí está el resultado: una Ucrania partida y ensangrentada.
En Chile todas apoyaron a Boric, el más fiel representante de la “izquierda gringa” de Wall Street. Sostienen los “pactos de reconciliación” como en Colombia, donde ha quedado intacto el régimen de las bases militares yanquis.
Entre otras tropelías, legitimaron a la “izquierda stalinista cubana” que encubrió el garrote de la nueva burguesía castrista que molió a palos a los obreros hambrientos de la isla.
En Argentina, son de hecho un ala del kirchnerismo, al que le suplican que enfrente a Milei, cuando es el partido peronista el que le dio el quórum y los votos necesarios en el Parlamento para que el gobierno aplique su plan contra las masas.
El FIT-U y el PTS, su corriente “más avanzada”, plantean que a la “Ley Bases” se la derrotaba presionando al Congreso y haciendo un petitorio para que la burocracia sindical llame a la huelga general. Jamás un reformista que ha intentado posar de izquierdista, se atrevió a semejante desfachatez antimarxista. Quieren obligar a las direcciones traidoras a ir más lejos de lo que ellas desean, con petitorios. Miserables. Ello se logró siempre, en todo el planeta y en toda la historia, con luchas, organismos de autoorganización, con masas armadas, con huelgas generales impuestas por la base a burócratas derrotados y colgados.
Aquí no termina todo. El FIT-U ahora llama a “judicializar” la ley antiobrera votada por el Congreso tutelado por la embajada yanqui en Argentina. Es decir, primero intentaron darle al Parlamento un carácter progresivo. Fracasaron, mientras la burocracia carnereó el paro general y desorganizó las filas obreras. Y ahora, la izquierda reformista recurre a la justicia burguesa para que rechace la “Ley Bases” e inclusive, con un petitorio libere a los presos políticos, luego de que el régimen policíaco moliera a palazos a las masas.
Jamás un reformista se atrevió a caer tan bajo: llaman a confiar en que la justicia burguesa, la institución más archirrreacionaria y policíaca del régimen burgués argentino, va a frenar el ataque del imperialismo. De verdad, miserables.
Imaginémonos por un instante que la tarea de la II Internacional o del movimiento anarquista hubiera sido hacer un petitorio mundial por la libertad de los Mártires de Chicago… Nadie llegó tan lejos en la capitulación a un régimen burgués como el FIT-U, ni aun proponiéndoselo. Así les va: un proceso de enorme estallido recorre sus filas.
En Medio Oriente, la fobia “anti-islámica” del reformismo los ha llevado a estar en las barricadas del imperialismo y hasta a darle las condolencias al sionismo y sus colonos fascistas ante el justo ataque de autodefensa de las masas palestinas contra el robo de sus tierras. Ya antes se habían declarado “neutrales”, apoyando activamente el “frente antiterrorista”, o terminaron colgados de las banderas yanquis junto al partido stalinista kurdo…
Así está siendo parida esta “Internacional Progresista” que busca “democratizar” Maastricht con los sinvergüenzas que entregaron al proletariado griego como elementos de Syriza o hacer frentes internacionales con los desechos del siniestro stalinismo de Alemania Oriental, que fue la avanzada de la restauración capitalista en el ‘89.
Ellos navegan contra la corriente. A cada paso se enfrentan con las masas y su vanguardia radicalizada.
Ese nuevo partido de stalinistas, renegados del trotskismo y sus burgueses “democráticos” y “progresistas”, solo se ha encargado de atacar, hoy con poco engaño y muchísimas traiciones, a las masas. Tienen un enorme hándicap: la crisis de dirección del proletariado. La inexistencia de un estado mayor internacional, de un Kienthal y Zimmerwald que les presente batalla en todo el planeta.
La tarea del trotskismo es reagrupar sus fuerzas, las del marxismo revolucionario, para avanzar a poner en pie un nuevo estado mayor internacional, un Kienthal y Zimmerwald que le presente batalla a esta nueva excrecencia de la “Internacional Progresista” que viene con “cantos de sirena” ante la clase obrera mundial para encubrir los cañonazos de las guerras contrarrevolucionarias, al bonapartismo y al fascismo.
Este Correspondencia Internacional N°0 es un adelanto de la batalla que le hemos declarado a los entregadores de la IV Internacional, que profundizaremos en estos meses pre-Congreso.
Rearmar al movimiento revolucionario con las nuevas tareas y desafíos que tenemos por delante, y con el enfrentamiento implacable a las direcciones traidoras, es una de las condiciones clave para mostrarle al proletariado mundial quiénes son sus aliados y quiénes sus enemigos y cómo está el campo de batalla, que en última instancia, se encuentra lleno de escombros.
La crisis de dirección se agudiza. Nuestro desafío de poner en pie un estado mayor internacional se vuelve a plantear como política para la acción. Con el enorme giro a la derecha de los partidos de los ex trotskistas, lo que está por delante es su estallido, que ya ha comenzado. Ahora son ellos los “limones exprimidos” de los regímenes y gobiernos burgueses.
El imperialismo está basado en la escisión del socialismo. El programa de la IV Internacional mantiene toda su actualidad. La teoría-programa del stalinismo, que hizo suya esta nueva “Internacional Progresista”, pasará al basurero de la historia cuando el movimiento revolucionario consciente recupere las limpias banderas de la revolución proletaria y se ponga a la cabeza de la clase obrera en el siglo XXI para llevarla a la victoria.
La época de crisis, guerras y revoluciones se muestra como más vigente que nunca con esta contraofensiva imperialista. La premisa del Programa de Transición de que el desarrollo de los acontecimientos se define por la crisis de dirección que sufre el proletariado, ha sido y es confirmada con toda agudeza a cada paso de la lucha ofensiva o defensiva del movimiento obrero mundial.
El imperialismo yanqui pisa su “patio trasero” latinoamericano con frentes de colaboración de clases e intentonas bonapartistas
Los acontecimientos de Bolivia hoy
Cuando editamos este Correspondencia Internacional N°0 hacia nuestro Congreso, se está desarrollando un golpe militar contrarrevolucionario en Bolivia.
La crisis del MAS escindido en dos fracciones, la de Evo Morales y la del actual presidente Arce, que se disputan la administración de los negocios de la burguesía y el imperialismo, ha abierto una brecha y crisis política en las alturas.
El régimen boliviano se agota por estas enormes crisis, con estas disputas al interior del MAS. La alternativa “tipo Milei” o “tipo Bolsonaro” en Bolivia, ya fue utilizada por el imperialismo con el golpe de 2019 de Áñez y Camacho, los representantes de la burguesía de la Media Luna, el cual fue aplastado por las masas obreras y campesinas.
La derrota de esta intentona fascista obligó a la burguesía a traer nuevamente al MAS al gobierno en 2020, en un verdadero frente de colaboración de clases para contener a los trabajadores y campesinos que entraron en ofensiva revolucionaria, velando a los masacrados por el ejército banzerista en Senkata y Sacaba.
Más allá de los aspectos conspirativos, el golpe que está en curso en Bolivia y su desarrollo posterior, contra lo que dicen analistas burgueses e izquierdistas reformistas, está organizado directamente por el imperialismo yanqui y su jefa del Comando Sur, Laura Richardson, que con esta intentona volvió a colocar en el centro de la vida política de Bolivia al partido militar como garantía última de orden y estabilidad de los negocios del imperialismo y la burguesía de conjunto y del saqueo de la nación.
Mientras los golpistas rodeaban con tanquetas la casa de gobierno, Arce les rogaba que se retiraran. Ante su negativa, Arce nombró nuevos jefes de las distintas FFAA.
El nuevo comandante general Sánchez, una vez nombrado, llamó a sus subordinados sublevados a retirarse a sus cuarteles. Éstos acataron a su comandante en jefe.
No fue el presidente Arce, que según la Constitución es considerado el comandante de las FFAA, el que llevó a los insubordinados a los cuarteles, sino que fue el general Sánchez el que dio la orden y los golpistas acataron. Sánchez es el comandante en jefe de las FFAA y de los golpistas que acatan su disciplina…
Este fue el logro de la intentona golpista: volvió el partido militar banzerista como un factor clave e independiente para dirimir e intervenir en las disputas del MAS y en la crisis política de Bolivia y de su régimen de partidos.
Hacer pasar a Sánchez como un general “democrático” es una infamia. Lo mismo se hizo con la intentona golpista en Chile, llamada “Tancazo”, que sucedió meses antes del golpe del 11 de septiembre. El socialista Allende y Fidel Castro saludaron y nombraron como Comandante en Jefe a Pinochet, el general que iba a defender la “democracia”. La suerte estaba echada: el que mandaba era el que había parado a los golpistas, es decir, mandaba Pinochet que fue el que luego dirigió el golpe en septiembre, unificando a toda la casta de oficiales de las FFAA para aplastar al proletariado.
Este es el manual de los golpes militares organizados por el Pentágono. En Bolivia ha vuelto el partido militar al régimen con una enorme fortaleza porque es el que controla con una mano a los “golpistas” y con la otra, tiene tomados con un puño de acero a los políticos parlanchines de la “democracia” burguesa.
El MAS, ya sea con Arce o ayer con Morales, fue el encargado de aplicar los peores planes del imperialismo contra las masas y garantizar la entrega de la nación. Al igual que ayer al gobierno peronista de los Fernández en Argentina, el imperialismo lo viene utilizando como a un “limón exprimido”. El MAS le garantiza la cooptación de la COB y la estatización extrema de las organizaciones obreras y campesinas. Cuando las masas derribaban a Áñez y al fascista Camacho, fue el MAS, como ya dijimos, el que le salvó la vida a la burguesía boliviana y desvió a las masas que estaban en estado de revolución.
Pero la crisis económica se desarrolla vertiginosamente en una Bolivia que quedó cercada como gran exportadora de hidrocarburos, gas y minerales con los cuales se alimentaba el Mercosur. Las enormes reservas de gas y minerales en Argentina, han desarticulado a Bolivia de la división del trabajo en América del Sur como mayor proveedor de energía para el Mercosur.
Las transnacionales se llevan más del 70% de las rentas hidrocarburíferas y mineras de Bolivia. El imperialismo voraz le succiona sus riquezas a través del FMI.
La hora del coqueteo con el pueblo de los gobiernos burgueses en Bolivia se ha acabado.
¿Qué le queda a Bolivia? Que tiene la mayor reserva de litio de la región, aún superior a Argentina, Chile o Perú…
Mientras tanto, la crisis económica ya estalló con devaluación y carestía de la vida. Las masas comienzan a ponerse inquietas y amenazan con romper con el MAS.
Si ha sido el partido banzerista el que dio el primer paso para estabilizar y fortalecer al régimen boliviano, fue por la traición de la burocracia de la COB que ha atado la suerte del proletariado a sus verdugos del MAS.
Más allá de declaraciones, la dirección de la COB no movió un dedo ante el golpe y le dio tiempo a la burguesía para que con sus instituciones resuelva la crisis política por arriba… Como si un golpe se pudiera enfrentar con conferencias de prensa, papeles, huelgas pacíficas, sin llamar a los soldados a que desacaten a sus oficiales y a poner en pie comités y organizarse con la COB y las organizaciones de los campesinos pobres.
Un rol siniestro ya había jugado antes la COB cuando fue “neutral” ante el golpe de Añez y le firmó el “pacto de pacificación”. Traidores, mil veces traidores. Ayer estaban con Morales, luego con la Media Luna fascista. Eso es la burocracia: responden a quién les paga.
Esta es la tragedia de América Latina y la clase obrera mundial cuando entran en acciones ofensivas: los frentes de colaboración de clases, como el de Petro, Boric, Lula, el MAS de Bolivia, etc. en América Latina, desvían las luchas con engaños y “cantos de sirena” para que luego vengan los “Bonaparte” a poner orden y a terminar de derrotar a las masas sublevadas.
Hoy es la Bolivia mil veces castigada y saqueada la que padece esta traición y se expone nuevamente al peligro de la contrarrevolución directa.
La crisis de dirección, la sobreabundancia de direcciones traidoras, es el factor clave que le cierra a las masas el camino a la victoria
Contra la política de frente popular y la teoría de campos burgueses “progresistas” del stalinismo, continuada al pie de la letra por los renegados del trotskismo, se pone a la orden del día el combate por una estrategia soviética independiente del proletariado para llevar a la victoria los procesos insurreccionales que protagoniza la clase obrera. El combate por imponer la ruptura de las organizaciones obreras con la burguesía, es la tarea mínima del momento, sin la cual el proletariado no podrá defender sus conquistas, ni siquiera a sí mismo.
Como vemos, no solo en América Latina, sino también en África, Europa y todo el mundo, la crisis de dirección, no nos cansaremos de insistir, es lo que explica las grandes tragedias de las masas y la desorganización de sus energías de lucha y enorme predisposición al combate. Las direcciones traidoras deshacen lo que las masas construyen en su lucha.
“¡Ahora sí, guerra civil!”, fue la consigna con la cual las masas derrotaron a Áñez, Camacho y los chicos millonarios de la burguesía fascista. ¡Fusil, metralla, Bolivia no se calla! A 180° de esto, los dirigentes de la COB lanzan papeles, conferencias de prensa… Miserables.
Cuanto más tarde el proletariado en romper horizontalmente al ejército y ganarse a los soldados rasos para organizarlos dentro de la COB y con las organizaciones campesinas, más cerca estará de sufrir una cruel derrota. El sometimiento de la clase obrera al MAS la pone a los pies de los generales “democráticos” que están bajo el mando de la misma general Richardson que comandó el golpe de Zuñiga.
La democracia burguesa en Bolivia y a nivel internacional, por las disputas interimperialistas, la crisis económica y el saqueo imperialista, comienza a ver su final. El ocaso de la democracia parlamentaria es directamente proporcional a la catástrofe y la profundización de la crisis del putrefacto sistema capitalista. Como hemos planteado y venimos insistiendo, las tendencias que se abren y se profundizan a nivel internacional es al bonapartismo y al fascismo.
Estas condiciones son las que se refractan en Bolivia, donde el imperialismo y la generala Richardson con la intentona golpista llevaron al régimen a la casta de oficiales de las FFAA que son, en última instancia, las que representan más fielmente los intereses del imperialismo y de todas las fracciones burguesas. Pero, sobre todo, del imperialismo norteamericano para quedarse con todas las reservas de litio para la región.
El intento de Zuñiga es el anticipo de un ataque brutal a las masas. El grito de guerra de los verdugos del pueblo no es otro que el “litio para los yanquis, sin intermediarios”… Milei de Argentina no es una excepción, como no lo fue el golpe de Áñez y el de Dina Boluarte en Perú o el putch de Bolsonaro ante el triunfo electoral de Lula …
La crisis política y la defensa de las libertades democráticas la resuelve el proletariado tomándose la tierra, aliado al campesino pobre, expropiando a las transnacionales, rompiendo con el FMI, con el método de la revolución proletaria, o lo resolverá la burguesía y el imperialismo llevando a Bolivia a una nueva masacre. Ahí están Senkata y Sacaba para recordarlo. Nunca más.
¡Por la destrucción de la casta de oficiales asesina y golpista de las FFAA banzeristas! ¡A rodear los cuarteles! ¡A poner en pie comités de soldados rasos y de suboficiales que con las organizaciones obreras y campesinas detengan y desarmen a todos los oficiales golpistas y pongan las armas al servicio del pueblo para que vuelvan las heroicas milicias de la COB de la revolución del ’52! Solo las milicias obreras y campesinas podrán aplastar definitivamente a los asesinos del pueblo y expropiar a los saqueadores de la nación.
El desarrollo de estas condiciones internacionales de contraofensiva imperialista y de enormes respuestas y resistencia revolucionaria de los explotados está abriendo a nivel internacional una situación aún indefinida, donde para nada las masas se retiraron de la escena.
La crisis del imperialismo yanqui y su ofensiva para mantener el control del planeta no se detiene. Contra los teóricos de la “democracia permanente”, basta ver la Palestina masacrada para comprender cómo EEUU y demás potencias imperialistas dominan el mundo: con fascismo, bonapartismo y guerras.
La masacre en Siria, los golpes contrarrevolucionarios en Bahréin y Egipto, la invasión a Yemen, las ofensivas contrarrevolucionarias en Libia y un larguísimo etcétera, fueron todos preparados con una política de colaboración de clases de las direcciones obreras con la burguesía y el imperialismo.
Solamente a corrientes que viven en las nubes de un par de bancas parlamentarias como el PTS de Argentina se les puede ocurrir el dislate de plantear que “el imperialismo se expande con democracia”… Esta gente merecería estar en las trincheras de Ucrania o Gaza, trabajar en las fábricas-cárceles del Partido Comunista Chino o vivir en La Habana, padeciendo la restauración capitalista que impone a los palazos la nueva burguesía castrista. Quizás preferirían estar en Moscú, donde la homosexualidad está penada por ley y la reunión de dos o más personas en una plaza es considerada una manifestación que merece ser reprimida.
En medio de esta feroz contraofensiva imperialista, Ucrania, como nación oprimida, ha quedado ocupada por Moscú y ha sido derrotada su lucha de liberación nacional contra la invasión rusa por una fenomenal entrega de la banda pro-imperialista de Kiev que sacrificó al proletariado y a las masas explotadas en la guerra nacional, sometiéndolos a condiciones de padecimientos inauditos.
La Ucrania partida y ocupada en su parte oriental por Moscú, quedó así atada al FMI y a la Europa de Maastricht. Este es el resultado inevitable de una nación oprimida derrotada por sus opresores. De eso se trata la “victoria” del carnicero Putin en su objetivo de partir Ucrania, cuestión que abre el camino directo al ingreso de Kiev a la Unión Europea.
Las masas responden a la brutal contraofensiva imperialista con heroicos combates de resistencia
En el otro polo de la situación hoy se encuentra Kenia, como ayer fuera Sri Lanka o el levantamiento de Irak, donde las masas “toman Versalles” en enormes acciones independientes, pero no terminan de hacerse del poder por no tener una dirección revolucionaria a su frente. Estas acciones espontáneas demuestran que el proletariado no se ha rendido y que despliega toda su potencialidad en el combate, allí donde se libera las manos de las direcciones traidoras.
En Kenia, contra el aumento generalizado de precios, arde el Parlamento de los explotadores y las masas buscan destruir el poder burgués con una verdadera semi-insurrección espontánea que aún merece ponerse de pie, armando al pueblo y rompiendo horizontalmente a un ejército represor de los explotados y lacayo del imperialismo. El estallido revolucionario de Kenia es una sublevación contra el saqueo y el control que ejerce el FMI de esa nación oprimida a la que le succiona hasta la última gota de sus riquezas a cuenta del conjunto del imperialismo.
La heroica resistencia de las masas palestina de Gaza, pese al cerco que le impusieron las burguesías árabes y la teocracia iraní, ha impedido la victoria de uno de los ejércitos más poderosos del mundo. El método de combate es la guerra civil de masas. Se pelea contra el invasor desde debajo de los escombros. “Los palestinos parecen fantasmas”, declaran los generales sionistas.
Mientras tanto, como ya vimos, una enorme vanguardia estudiantil en EEUU se ha ligado ya al movimiento de la juventud de las Panteras negras y ha iniciado una lucha abierta contra el genocida Biden, jefe de Netanyahu, llamando a romper con el sionista Sanders y con Ocasio-Cortez, la “dama de izquierda” de las fuerzas fascistas del sionismo instaladas en Wall Street y en la Palestina ocupada.
En Harlem, Nueva York, se está abriendo un frente de la resistencia de Gaza. Un movimiento de jóvenes palestinos comienza a agrupar a miles de estudiantes sublevados en EEUU que chocan abiertamente con todas las fracciones del Partido Demócrata y ni hablar con Trump. Ellos son la base y el punto de partida de toda estrategia proletaria para que el movimiento obrero norteamericano conquiste su independencia de clase y la ruptura con todos los partidos burgueses. Un ejemplo a seguir por los obreros automotrices de la UAW y los trabajadores de servicios como Amazon, que hoy son la avanzada de la clase obrera que intenta recuperar todas las conquistas que les arrebataron Wall Street y los capitalista desde los sucesivos estallidos de la crisis de 2008.
Biden, que fuera apoyado por stalinistas y renegados del trotskismo “contra Trump”, cada vez se desenmascara más como el más grande asesino y fascista que existe hoy en el planeta.
Así, la izquierda reformista mundial, sometida al ala izquierda del Partido Demócrata, marcha en un ángulo de 180° con la juventud rebelde y radicalizada de EEUU que tiende a romper con todos los partidos burgueses imperialistas. Allí están las reservas estratégicas de la clase obrera internacional para los combates que están por delante.
Se profundiza la época de crisis, guerras y revoluciones
Cambios bruscos en la situación mundial
Esta tercera década del siglo XXI que se ha iniciado está demostrando ser tanto o más convulsiva que las dos anteriores. Como ya dijimos, la época de crisis, guerras y revoluciones está en pleno desarrollo. Es el momento de cambios bruscos en los combates de clase, en la crisis de las naciones, en las conflagraciones militares. El capitalismo en su bancarrota ya solo podrá estabilizarse con guerras que, a no dudarlo, como diría Trotsky, es lo que está por delante. ¡Ay del que crea que la Segunda Guerra Mundial será la última!
Sobran potencias imperialistas. Luego de sucesivas crisis, el mercado mundial se ha achicado. La disputa por las fuentes de materias primas de la “gran” Rusia y por colonizar China, luego de utilizar su enorme mercado interno, tensa toda la situación mundial.
La guerra en Ucrania, los aprestos militares en Taiwán, la concentración de las fuerzas militares de EEUU y su flota naval en el Atlántico y en el Pacífico, preanuncian que las enormes inversiones en equipamiento y pertrechos militares que el imperialismo norteamericano, el gran vendedor de armas del mundo, le ha impuesto a todas las naciones, es para utilizarlos… para destruir. EEUU ya ha sacado de escena como competidor en el mercado mundial de armas a Rusia. Los saldos comerciales de las naciones, como así también las nuevas deudas de los países, son para comprar armas. La guerra es el único y verdadero negocio que florece, como lo hace el capital financiero ficticio basado en el saqueo y el parasitismo.
La bancarrota capitalista no ha terminado por responsabilidad de la traición de las direcciones del proletariado.
Para engañar a las masas, el FSM hablaba de estafas como la “revolución bolivariana”, el “socialismo de mercado” o el “socialismo del siglo XXI”, impulsaba “pactos de reconciliación” como en África del Sur y pregonaba un “Maastricht más social” y “primaveras de los pueblos” en Medio Oriente… Lo que vino con esta nueva “Internacional Progresista” que está de pie, fue el infierno en Medio Oriente, un Maastricht que estalló por la ofensiva de la OTAN y el imperialismo yanqui, con la “gran” Rusia cercada profundizando sus golpes a las naciones oprimidas como en Ucrania, un ataque feroz a la clase obrera norteamericana y la profundización del parasitismo imperialista.
Hoy en día, un fondo como BlackRock tiene en su poder el 75% de los valores ficticios de deudas externas, derivativos, seguros e hipotecas. Es una superoligarquía de la oligarquía financiera de Wall Street, la city de Londres, Tokio y Frankfurt. Esta verdadera mafia imperialista controla el 50% de la Reserva Federal de EEUU. Ese capital sin respaldo solamente se puede revalorizar estrangulando a los pueblos oprimidos, saqueando sus fuentes de materias primas y con guerras, si la revolución proletaria no lo detiene,
Esta vez es el imperialismo el que se ha podido poner a la ofensiva abierta, insistimos, con los yanquis buscando recuperar el mercado mundial y con todas las potencias imperialistas enfrentando abiertamente a su propio proletariado y redoblando su ataque sobre sus zonas de influencia.
La clase obrera debe unir sus filas y su combate a nivel internacional. La heroica resistencia de las masas palestinas de Gaza pone esta tarea como la decisiva para frenar esta contraofensiva imperialista con la lucha por la revolución socialista.
En cada uno de los focos de revolución y contrarrevolución como Bolivia, Argentina, Kenia, Irak, las huelgas de la clase obrera iraní, el ingreso al combate de la juventud rebelde norteamericana y ni hablar de las indomables masas palestinas, se resolverá en gran medida el futuro próximo no solo de la clase obrera, sino de la civilización entera.
De allí que se ha vuelto más imprescindible que nunca nuestro combate por recuperar la IV Internacional y sus banderas, ensuciadas por los traidores del trotskismo que las entregaron al stalinismo y a pandillas burguesas oligárquicas y pro-imperialistas.
Los revolucionarios tenemos nuevas y enormes tareas por delante. Las fuerzas están afuera. Se trata de dotarlas de un programa revolucionario, de colaborar con los explotados en lucha y resistencia para que pongan en pie los organismos aptos para el combate que los reformistas aquí y allá destruyen, para avanzar a poner en pie un estado mayor internacional que derrote al reformismo, al oportunismo y al revisionismo en el marxismo en un combate decisivo de cara a las masas.
Invitamos a todos los compañeros, simpatizantes de nuestra organización, a todos los obreros y jóvenes con los que combatimos a diario y a las organizaciones que se reivindican del marxismo revolucionario a nivel internacional con las cuales peleamos en común, a intervenir en nuestro Congreso y a organizar y planificar el debate.
Nuestro pre-Congreso está abierto. ¡Manos a la obra!
Secretariado de Coordinación Internacional de la FLTI
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