Argentina - 27 de octubre de 2023

Se consumó la trampa electoral

La burguesía, en el Balotaje, define con qué gobierno administra sus negocios y comanda un ataque superior contra los trabajadores y el pueblo pobre

Ganó Massa, el candidato del gobierno antiobrero gorila, lacayo de los yanquis y del FMI de los Fernandez, que viene aplicando en los últimos años el peor ataque a las masas y el pago riguroso de la fraudulenta deuda externa,  multiplicada por Macri y cia.

La clase obrera fue sacada de escena por los traidores de la burocracia sindical y piquetera.
La izquierda reformista se negó a unificar a la vanguardia y coordinar las luchas con el Jujuy sublevado para preparar a los explotados para batallas decisivas ante una guerra feroz que largaron los capitalistas. Lo mismo hicieron durante estos años con oleadas de lucha que dieron origen a movimientos embrionarios de autoconvocados, que rompían con el gobierno peronista y enfrentaban a la burocracia sindical.

El FIT no solo dividió las filas obreras, sino también a los obreros del mismo FIT para disputarse a dentelladas las bancas electorales, luego de votarle 24 de 26 leyes al gobierno que tan solo le daban pequeñas limosnas a los trabajadores para sacarles todo, como realmente sucedió. Como ventiló la campaña electoral, los parlamentarios del FIT vienen de tener un pacto parlamentario con Massa, de votarles sus leyes que ellos llaman “progresivas” y criticarle las negativas. ¿Entonces por qué millones de hambrientos desesperados, trabajadores que pierden su salario en los primeros diez días del mes por una carestía de la vida insoportable y que odian al gobierno y los partidos patronales, van a votar al FIT? Justamente por eso, Milei “enfrentando a la casta”, sacó el 30% de los votos, haciendo girar terriblemente la situación a la derecha, apoyado en masas desesperadas dejadas libradas al azar por las direcciones traidoras.
El cretinismo parlamentario del reformismo y la traición abierta de la burocracia sindical dejó las filas de la clase obrera paralizadas.

La burguesía, en el Balotaje, define con qué gobierno administra sus negocios y comanda un ataque superior contra los trabajadores y el pueblo pobre
Massa y Milei, los candidatos del FMI y la embajada yanqui

Massa con anestesia y Milei directamente con el bisturí, buscan comandar el ataque a la clase obrera y terminar de entregar la nación al imperialismo, luego de encauzar, tras estas dos fuerzas archirreaccionarias, a todas las capas explotadas de la sociedad. Un enorme triunfo superestructural del régimen y las clases dominantes, que ahora buscarán imponerlo en las calles. Allí es dónde se definirá adónde va Argentina.
Milei, canalizando a sectores desesperados de las clases medias arruinadas y las capas bajas hambrientas del proletariado, explora las condiciones para poner en pie un movimiento protofascista; mientras Massa garantiza un gobierno de unidad nacional y de pactos parlamentarios, conservando las formas del régimen y su carácter,el más bonapartista de los últimos años.
Uno pone la motosierra como símbolo de lo que viene y el otro reagrupa a la burocracia sindical estatizada, con millones de dólares de las obras sociales y matones, como garantía de sectores de la alta burguesía nacional de que así se entregarán todas las conquistas obreras.

La estafa política y antidemocrática del régimen infame de la Constitución de 1853
El cinismo de los políticos burgueses en esta democracia para ricos

Nada se resuelve en esa cueva de bandidos del parlamento burgués. Todo se resuelve con pactos extraparlamentarios organizados en la embajada norteamericana y en las reuniones de las élites de Idea, de la Bolsa de Valores, de la Sociedad Rural Argentina. Allí se discuten y se preparan las dos puntas de la misma soga con la que buscan estrangular al proletariado y robarse las riquezas de la nación.

Terminada la elección, la candidata a presidente de Macri y el PRO, Patricia Bullrich, llamó a votar a su “archienemigo” Milei, que estaba aún más a la derecha que ella. Es que atrás de ambos están los representantes de las grandes transnacionales, la oligarquía agraria y los grandes contratistas del Estado, a los que los Kirchner les sacaron los negocios para beneficio propio en los últimos 16 años. Ahora, vuelven desesperadamente por ellos. Y lo quieren hacer blindando al régimen.
La burguesía argentina aprendió del 2001, que luego de la derrota de sus partidos y la policía, no estaba el partido militar para poder utilizarlo nuevamente. Esta pandilla burguesa proclama abiertamente que éste debe volver como tal e integrarse al régimen.
Los otros, también buscan lo mismo, pero en operaciones específicas y “creando un FBI”. Pero hablando bien y pronto, ningún sector burgués serio opina que con esto se resuelve la garantía de los negocios del imperialismo. Stanley y “la jefa” Richardson, comandante de la IV Flota yanqui, ya decidieron como hacerlo. Como en Chile y en Perú, lo que se instalará en Argentina serán las bases militares yanquis para cuidar directamente sus negocios de Vaca Muerta, litio, de los agroalimentos, etc.

Massa miente. Posa de bonachón y amigo del pueblo. ¡Cínico! Este hombre viene del íntimo riñón menemista, como los Fernández, Cavallo y Melconian.
Este candidato  anuncia “pelear contra la derecha” de forma descarada, cuando es el más grande amigo del FMI que viene pagando hasta el último centavo de la deuda externa, apoyado en los traidores de la burocracia sindical, que le entregaron de manos atadas a la clase obrera a la más feroz explotación de los capitalistas, a la esclavitud del trabajo en negro y flexibilizado de amplias capas de la misma.
El domingo a última hora se terminaban de contar los votos y al día siguiente Massa le pagaba 2600 millones de dólares al FMI.
Massa dice “defender la democracia” contra la “derecha” de Milei. Pero Massa actúa como presidente, decide como presidente, resuelve como presidente… gobierna el país. Fernández se fue de vacaciones a Puerto Madero. ¿Quién votó a Massa presidente? De esto se tratan las estafas de esta podrida democracia para ricos, donde los monopolios buscan tener el gobierno más autoritario y antidemocrático para saquear la nación.
Massa anuncia “combatir contra la derecha” y llama a un gobierno de unidad nacional… Con la Bullrich y con Milei… con Macri y los gorilas de la UCR. Un vil engaño.

Como afirmamos los marxistas revolucionarios, la motosierra y el garrote con el que amenaza Milei a los trabajadores y el pueblo no funciona sin la demagogia electoral y las frases dulzonas con las que Massa busca recuperar el apoyo político de amplios sectores de la clase obrera.
Son distintos, pero no funcionan uno sin el otro. Son perros distintos, pero guardianes de los mismos negocios. Son distintos, pero huelen igual: salen de la misma cloaca del podrido sistema capitalista y del establishment y las elites dominantes que los manejan y supervisan.

El establishment, las transnacionales, la oligarquía, los banqueros y el imperialismo ven a la clase obrera con las manos atadas por sus direcciones. Prueban y seleccionan a su estado mayor que comandará el ataque, habiendo logrado un enorme triunfo con la trampa electoral y desorganizando las filas obreras.
La situación de la clase obrera es delicada, porque, como si fuera poco, como ya dijimos, la adaptación del FIT y sus partidos al régimen ya es escandalosa. Prometían que de la catástrofe capitalista de la nación se sale colocando muchos diputados de izquierda en el parlamento y luchando. Como si fuera posible triunfar y conseguir demandas mínimamente serias que las masas necesitan sin derrotar al capitalismo, y eso se hace con la victoria de la revolución socialista. Revolución que escondieron muy bien bajo la alfombra.
Por ello, los marxistas afirmamos que por encima de todas las reivindicaciones parciales de nuestra clase está la cuestión del poder. El FIT, en su campaña electoral, afirma que sin tomarlo, la clase obrera puede mejorar su nivel de vida y existencia. Mentira. Una falacia. Se trata de un reformismo sin reformas, que vota leyes que dan limosnas, las de un gobierno agente del FMI, que le puso un par de monedas en un bolsillo a los explotados y le sacó con la superinflacion la billetera entera por el otro, como hizo Massa las últimas semanas.
¿Cómo conseguir la reducción de la jornada laboral, expropiarle la tierra a la oligarquía (cuestión que silencian), nacionalizar el comercio exterior, es decir, atacar la propiedad de los capitalistas, sin tomar el poder? Esta gente… ¿De qué se ríe? ¿Del Marxismo? ¿Qué quieren inventar? Sobre el reformismo sin reforma, ya está todo escrito.

Argentina se encuentra en una verdadera encrucijada. Como dijimos, la burguesía selecciona sus instituciones para pasar al ataque. Tiene las manos libres para hacerlo. Explora las condiciones con todos sus agentes para regular su ataque. Las clases dominantes son conscientes de que sin una nueva masa de plusvalía extraída a la clase obrera, el FMI no cobrará su deuda usurera ni el capital reconstituirá su tasa de ganancia.

Con la trampa de las elecciones se intentaron conciliar falsamente los antagonismos de clase y frenar la lucha revolucionaria de las masas. Por ahora, la burguesía lo logró. Pero es cauta. Explora la motosierra, pero a la vez se prepara para hacer el ataque con anestesia, con engaños y un gobierno de unidad nacional de las fuerzas burguesas.

La clase obrera aún no se ha rendido. Desconfía del régimen y sus partidos. Pero no encuentra un camino y una organización para la lucha. Esperaba una iniciativa de sus organizaciones, y esta no llegó. Por ello, se abre un peligroso proceso que puede llevar a transformar su bronca y su odio en explosiones aisladas de desesperación cuando comiencen los ataques de los capitalistas.
Las direcciones de la clase obrera, el único instrumento que han utilizado estos años para la preparación de esta lucha que está en curso fue la manguera para apagar incendios. Y ahora le echan la culpa a las masas de haber mojado la pólvora. ¡Traidores!

Las tendencias protofascistas, que cada vez más audazmente probará la burguesía si el proletariado no le presenta batalla, representan el producto orgánico de la decadencia capitalista, del mismo sistema del cual salen Massa y ese partido antiobrero y proimperialista que es el peronismo, que aquí y allá produce una metamorfosis siempre al servicio de los grandes capitalistas y el imperialismo.

Las tareas del momento

Hay que explicar pacientemente a la clase obrera las condiciones del campo de batalla y de la política de la burguesía y el imperialismo. No hay tiempo que perder. Hay que enfrentar el balotaje con un programa y tareas que preparen a la clase obrera para una guerra decisiva de clases.
Los reformistas se quejan de la “pasividad” de la clase obrera. Esto es una infamia. Se carga la responsabilidad de la pasividad actual sobre los hombros de las masas obreras. Como si los partidos y los sindicatos se encontraran al margen del proletariado y no fueran sus órganos de lucha.
La clase obrera puso en pie durante décadas organizaciones políticas y sindicales para la lucha. En los momentos decisivos, como ahora, en que la Argentina capitalista se cae sobre los hombros de los explotados, estas organizaciones se han convertido en un peso muerto que se cae sobre sus cabezas. Esto lo impuso la burocracia sindical, la burocracia piquetera y el cretinismo parlamentario del FIT.
La clase obrera sabe que lo que está por delante es una lucha decisiva para salir de la postración actual. Y no encuentra ninguna dirección audaz que haya impulsado una campaña revolucionaria en todo el país, inclusive utilizando la campaña electoral. La clase fue dejada aislada en combates dispersos y reivindicaciones parciales, que fue ganando uno a uno la burguesía.
Se trata de una cuestión de vida o muerte. El ataque de los capitalistas ya está aquí y solo se profundizará. El imperialismo, a nivel mundial, y el yanqui en particular en bancarrota profundiza el ataque a las masas para salir de su crisis. La masacre en Gaza es un nuevo escarmiento que prepara para las masas de Magreb y Medio Oriente, y a nivel internacional.
Bajo las órdenes de la IV Flota de EEUU, surgió el Grupo de Lima, de 11 ejércitos de 11 estados latinoamericanos bajo sus órdenes, desde las bases militares instaladas en Honduras, Colombia, Chile y Perú.
El imperialismo viene por todo. Las masas latinoamericanas y de EEUU presentaron y presentan una dura batalla. Pese a haber sufrido derrotas, como el golpe contrarrevolucionario en Perú o desvío de sus combates por los traidores del stalinismo y burocracias sindicales, hacia salidas pseudoparlamentarias que, una vez que desorganizan a las masas, avanzan para que la burguesía y el imperialismo profundicen el saqueo de nuestros países.

Pero la clase obrera en el continente americano no se ha rendido. En EEUU los obreros de las automotrices marcan el camino, como ayer lo hacían las masas de Ecuador, Bolivia, Chile, Colombia.
En Argentina, se está disputando y se disputará una batalla decisiva de la clase obrera latinoamericana en el período inmediato. 
El imperialismo y las burguesías tienen a su favor el rol de las direcciones traidoras. Inclusive los ex trotskistas, que llamaron a votar y apoyar, e inclusive a entrar a los gobiernos de colaboración de clases como en Brasil, o al de Boric que administra los negocios del régimen pinochetista, o como ayer a Castillo o a Petro y su plan de reconciliación de “paz de los cementerios” de Colombia. Y lo que es peor, ocultan y limpian por izquierda la traición más grande del continente americano, que es la entrega de Cuba obrera y campesina al imperialismo por parte de la nueva burguesía del Partido Comunista Cubano. Estos son los responsables del “atraso en la conciencia de las masas” ¡Traidores! Ellos pusieron el grito de “El socialismo no va más” y muelen a palos a los obreros que se sublevan contra la nueva Cuba capitalista y protegen a los gusanos de La Habana, que se reúnen con los gusanos de Miami para hacer negocios.
Estas son las condiciones del campo de batalla a nivel internacional y en Argentina, que los obreros conscientes y perspicaces deben comprender para orientarse con una política de clase y revolucionaria.

Comencemos por el principio… ¿Voto en blanco? ¿Voto nulo? ¿Abstención? ¡Fuera el balotaje del imperialismo y los partidos de la embajada norteamericana! ¡Que se vayan todos, que no quede ni uno solo!

¡Basta de engaño y trampa electoral!
¡Paso a la lucha revolucionaria de la clase obrera y los explotados!

¡Los de arriba vienen por todo, preparemos una lucha decisiva para ir por todos ellos!

Estamos a tiempo, ¡Pongamos en pie un comité nacional de lucha de organizaciones obreras combativas y del movimiento piquetero, para preparar y organizar la lucha contra los traidores de la burocracia sindical, enfrentar a los capitalistas y conquistar la huelga general!
La condición para ello es romper con la burguesía y todas sus instituciones de dominio. ¡Hay que poner en pie un nuevo polo de independencia de clase para que sea la clase obrera la que pese en la vida política nacional, antes de que sea demasiado tarde! ¡Basta de pactos parlamentarios con la burguesía! ¡Basta de someter los sindicatos a la patronal! ¡Basta de mendigar limosnas para el movimiento de desocupados!
¡Por una salida obrera y revolucionaria a la crisis!
¡Paso a la unidad de la clase obrera de América Latina! ¡Por una lucha continental contra el imperialismo! ¡De pie junto a los sindicatos y las masas revolucionarias de Gaza!
¡Fuera la lacra stalinista burguesa de La Habana!
¡Que vuelva la revolución obrera y campesina en Cuba y toda América Latina!

Argentina será socialista o colonia de Wall Street

Carlos Munzer