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Argentina - 24 de agosto de 2022

 

A propósito del juicio a Cristina Kirchner en los tribunales macristas

Las distintas pandillas de la patria contratista se pelean por el reparto del botín

La disputa de los capitalistas por sus negocios
NO ES NUESTRA PELEA…

¡La lucha es clase contra clase, es contra todos los explotadores y saqueadores de la nación!

En los tribunales de los políticos patronales de esta democracia para ricos, las distintas pandillas de los parásitos que saquean la nación y matan de hambre al pueblo se disputan despiadadamente los negocios y, tal cual piratas, se persiguen por la parte del botín que les toca.
Fiscales y jueces, que constituyen la crema de la crema de lo más rancio de las élites burguesas oligárquicas de Argentina, junto a políticos patronales como los Kirchner, los Macri, la UCR, etc. se están tirando la culpa de quién se quedó con la mayor parte de las superganancias obtenidas con la obra pública en los últimos años en Argentina.
En estos días, entonces, de forma impúdica, desfilaron por la televisión los alegatos de los fiscales en el juicio a Cristina Kirchner y también la respuesta de ésta a las acusaciones de robo, hurto, asociación ilícita y un largo etcétera de las que se la incrimina.

Los trabajadores, los esclavos asalariados, los millones de desocupados y hambrientos no tienen nada que ver con estas disputas de las pandillas capitalistas en los estrados de la justicia burguesa, cuando ellos son los causantes de todos los flagelos que sufren los explotados.

Una justicia oligárquica y para ricos, que solo está para castigar al pueblo y a los que luchan, y salvar los negocios de los capitalistas

Semanas atrás, los jueces peronistas de Chubut, en Rawson, decretaron una condena infame contra Santiago Goodman, el ex-secretario general del sindicato docente, acusándolo de ser co-autor directo de la quema de la legislatura de esa provincia en los levantamientos de masas de septiembre de 2019, cuando Chubut quedó paralizada, puesto que millares de empleados públicos venían sin cobrar su salario durante meses.
En un juicio amañado, sin pruebas, el tribunal compuesto también por jueces gorilas de la UCR, bajo el comando del gobernador peronista Arcioni, condenaron a 3 años de prisión en suspenso al dirigente docente por el “delito” por encabezar la lucha… ¡para cobrar el salario!
Nada nuevo en la Patagonia de los Kirchner, en las provincias gobernadas por los grandes capitalistas del peronismo. Años atrás en Las Heras, Santa Cruz -la clase obrera no debe olvidarlo-, los jueces de los Kirchner condenaron a prisión perpetua a los obreros petroleros que en el año 2006 salieron a la lucha y encabezaron el combate contra el impuesto a “las ganancias” al salario que le impusieron los Kirchner a toda la clase obrera argentina. En la sede de Vialidad de Río Gallegos no solo se hacían negocios. Allí también, como denunciaron testigos en el juicio de 2013, la Gendarmería torturó a los obreros petroleros condenados a cadena perpetua para que se autoincriminen por “matar un policía”.
¡Miserables!
¡De eso se trataba también el trabajo que se hacía en Vialidad Nacional de los Kirchner, de Josecito, de los Caputo y de los Macri: torturar obreros!
¡Son represores y asesinos de los trabajadores y el pueblo! Los gorilas de la UCR y sus diputados acompañaron el clamor de los Kirchner de inculpar y castigar sin pruebas a los obreros petroleros de Las Heras por la muerte de un policía asesino, torturador y represor del pueblo.

Santiago Maldonado, Rafael Nahuel y Facundo Castro fueron asesinados, secuestrados por los matones de las pandillas que hoy se pelean por millones en los tribunales, encabezadas por la Bullrich y el fascista Berni, que fue aplaudido por ésta cuando entró con sus tropas a reprimir a las familias que en Guernica, de forma desesperada, buscaban una parcela de tierra donde colocar sus chapas para armar una casilla.

Hace poco también fueron detenidos, perseguidos, encarcelados y condenados Daniel Ruiz y Sebastian Romero por enfrentar esta jubilación de miseria de los Macri que hoy, en pleno gobierno peronista, no sobrepasa los $36.000 que cobran millones de trabajadores, con los que no se puede vivir más de 5 días al mes. En los famosos 12 años de gobierno peronista de los Kirchner se procesaron a más de 7 mil luchadores obreros y populares, imponiéndoles pena y culpándolos de coacción agravada para quebrar las luchas obreras.
Encima de todo esto, el pueblo pobre hoy debe soportar que estos parásitos hablen de legalidad, justicia y se tiren por la cabeza los miles de millones de pesos que se robaron. Hoy intentan posar de “nacionales y populares” con planes trabajar miserables de $15.000, negándole el acceso al trabajo digno a más de 6 millones de trabajadores. El cinismo y el intento tardío de reflotar un partido político maloliente como el peronismo, que viene de matar de hambre durante 3 años al pueblo, continuando y profundizando la obra del Macri, el cipayo del imperialismo, ya resulta patético.
Esta es la Argentina de los capitalistas. Los de arriba se pelean por miles de millones que se embolsaron mientras los obreros, con su salario de miseria, ya no llegan al 15 de cada mes.

Nada tienen que ver los trabajadores con estas disputas de quienes amasaron fortunas con la obra pública, un negocio de ganancia asegurada y llave en mano otorgada por el Estado. Ayer lo hicieron con la dictadura militar y desde el ‘83 con esta podrida democracia para ricos. Todos hicieron fortunas a costa del saqueo del Estado y la superexplotación de la clase obrera.

Nada tienen que ver los trabajadores con estas peleas de los políticos agentes del imperialismo y cipayos de Wall Street. Todos ellos visitan a diario la embajada norteamericana y reciben instrucciones, junto a los jueces macristas y peronistas, del verdadero presidente de la Argentina, que es el embajador norteamericano Stanley, que actúa como un virrey de Wall Street en Buenos Aires. Éste, en una reunión con los mayores grupos empresarios de Argentina, junto a la oligarquía y las transnacionales, en el Council of Americas, definió y dio la orden que había que poner, sin demora, en la Argentina un gobierno de unidad nacional, para garantizar a los yanquis que ellos se quedan con la “parte del león” de los negocios del gas, de la soja, de los minerales y ahora del litio.

La unidad nacional que pregona el jefe de las elites dominantes desde la embajada yanqui incluye, por supuesto, a los traidores de la burocracia sindical, que lo visitan cotidianamente en esa embajada. Allí reciben las órdenes de cómo contener, entregar y atar las manos a la clase obrera argentina y al movimiento de desocupados, para transformar a la nación en una fuente de mano de obra esclava, precarizada, que les permita transformar Argentina en una verdadera maquiladora, como condición para invertir.
Por supuesto que el superministro Massa, del gobierno “nacional y popular” de la Kirchner, acató ese llamamiento y rindió examen ante su jefe, que fue rápidamente aprobado… ¡Miserables!
El gobierno “nacional y popular” de los Fernandez, bajo el mando de Massa, es del campo de los gorilas. Es que también están bajo las órdenes de Braden-Stanley.
Hablemos claro. Hay que poner orden en la patria contratista. Porque aprietan el torniquete los yanquis, que esta vez quieren quedarse con todos los negocios del estado, inclusive con la renta petrolera y gasífera de Vaca Muerta, con los cereales, la minería, etc.

Los de arriba, cuando discrepan en los negocios, dirimen sus peleas en esta justicia para ricos que todos reconocen, mientras disputan quién pone a su gerente de confianza en los tribunales

Esta justicia burguesa está para defender la propiedad, el saqueo y el latrocinio de las pandillas capitalistas y el imperialismo contra la nación y los trabajadores. Como vemos en este caso, lo hacen públicamente de forma tan clara, que esta denuncia no debería abundar en más explicaciones, puesto que ellos mismos las dieron en sus acusaciones y defensas.
Los fiscales macristas propusieron pasar a retiro y despedir de los negocios a Cristina con algunos años de prisión, que, incluso si es condenada, seguramente nunca cumplirá. Menem falleció con 90 años, casi embalsamado en el senado para que no cumpla ninguna condena.

Acusaron a Cristina de hacer negocios millonarios con la obra pública. La acusan de embolsarse más de 40 mil millones de pesos. Esta, en su respuesta, sorprendida, afirmó, y demostró también, con números en la mano, lo siguiente: “Pero Lázaro Baez durante los 12 años de mi gobierno solamente tuvo el 10% de la obra pública y ¡facturó apenas 5 mil millones de pesos!”. Con el dedo acusatorio, afirmó que: “Son los empresarios de Macri, como Caputo, los de IECSA, los Roggio, el grupo Farallon, los que siguieron haciendo, como en la época de la dictadura y del gobierno de Macri y ¡en los 12 años de mi gobierno! (gritaba a los 4 vientos) las mayores obras de infraestructura para el Estado argentino”. En última instancia, lo que denunció Cristina, ni más ni menos, es que: “Yo apenas me quedé con 5 mil millones de pesos y ustedes con más de 50 mil millones de pesos. A ustedes les dimos las obras de construcción más grandes de la Argentina. Ustedes son los que le pagaron la coima a Josecito…”.
A confesión de parte, relevo de pruebas… Lo que discuten es quién le pagó más coima a Josecito y quien robó más de la obra pública. ¡Y lo dicen a plena luz del día, sin pudor alguno!

Como veremos luego, que haya corrientes que se dicen de la clase obrera y el socialismo, como el PTS de Bregman y Del Caño o el Nuevo MAS de la Castañeira, que salgan a apoyar fervorosamente a la Kirchner, “por tratarse de una perseguida política”, da como mínimo vergüenza ajena. Porque en realidad se están alineando en la defensa de los negocios de una pandilla de los capitalistas, que estaría tan dispuesta de perseguir a la otra si de dólares y de negocios se tratara. Esta gente desde hace rato rompió toda amarra con el movimiento revolucionario y la IV Internacional. Como decía Trotsky, el que le entrega la uña del dedo meñique a una fracción de la burguesía “le está entregando el alma al diablo”. Esta gente, hace rato que vive con él en el infierno.

Es que no puede haber dudas sobre esto. Nadie puede estar ya confundido. La Kirchner, lo que le está diciendo a los Macri, los Stanley, es lo siguiente: “yo les garanticé a ustedes todos los negocios que venían teniendo desde la época de la dictadura militar en mi gobierno, donde se la llevaron en pala, ¿por qué me atacan? Ustedes, señores macristas, en mi gobierno es cuando más plata hicieron con la obra pública. ¿De qué se quejan?” Decía, mientras pasaba una planilla con los más de 98 mil millones de pesos que facturaron los amigos de Macri durante su gobierno.
“Es más”, afirmó la señora, “fue Néstor Kirchner en la quinta de Olivos quien le entregó a Magnetto de Clarín la fusión con Cablevisión. ¿Por qué me persiguen?”, se lamentó Cristina, que como presidenta viene de ser la gerente de los negocios de toda la clase capitalista durante 12 años.
¿Hacía falta arrastrarse tanto, para luego intentar aparecer como “nacional, popular y combativa”?

Los jueces que dirimen esta pelea y que transcurren sus vidas casi anónimamente entre countries y viajes a EEUU, entre lujosas canchas de golf y de fútbol, provienen del partido militar, la UCR, el PJ y el PRO. Todos ellos provienen de esta cloaca inmunda de este sistema capitalista. Y a decir verdad, los políticos patronales también.

La patria contratista no le perdona a la Cristina que un recién llegado como Lázaro Baez se quede con una parte de sus negocios

Sus distintas empresas se concentran en la Cámara de la Construcción. Esta jamás le perdonó a los Kirchner que un ignoto comerciante de Santa Cruz le sacara una tajada enorme de sus negocios con el estado, que ellos tuvieron asegurados durante décadas. Ello es lo que se litiga hoy en tribunales, el surgimiento de una nueva pandilla burguesa que en los 12 años de kirchnerismo entró a los grandes negocios de la obra pública.

Se está presenciando en Argentina una feroz disputa al interior de la patria contratista. Esta es una fracción burguesa que, como ya dijimos, está ligada íntimamente a los gobiernos de turno, de donde consiguen sus prebendas, privilegios y licitaciones y donde deben dejar, como lo hicieron siempre con la dictadura, con los radicales, con los K, con los Macri, el 10% de sus negocios como “comisiones”.

Son los gobiernos burgueses entonces, los que les garantizan negocios seguros, sin riesgo alguno, construyendo autopistas, represas, carreteras, escuelas, etc., administrando puertos, con concesiones de vías navegables. Todos están atados y asociados a la banca imperialista. Son los más grandes saqueadores del Tesoro del estado como lo es el imperialismo y su saqueo fondomonetarista. ¿Capitalismo de riesgo? ¡Son unos parásitos, vagos y miserables!

La Cámara de la Construcción une a los “barones”, los hombres de negocios íntimamente ligados al poder.
Ellos, junto a la Cámara de los bancos nacionales y extranjeros, la Bolsa de Valores, la UIA y los gorilas de la Sociedad Rural, constituyen el verdadero poder y son los que realmente gobiernan en Argentina, tras la fachada de los distintos políticos patronales, pero siempre bajo el mando de la embajada yanqui.
La democracia burguesa solo edulcora y encubre ante las masas esta brutal dictadura del capital y a los verdaderos dueños de la nación.

Un ejemplo vivo de lo que aquí decimos es cuando la misma Cristina reconoció que Lopecito, su segundo funcionario político en el Ministerio de Obras Públicas, vivía en una casa regalada por el grupo Farallon, socio de Macri y una de las empresas constructoras más grandes de Argentina. ¿Cuestión que ignoraba hasta ahora? ¡Increíble! Todos, inclusive ella, comían del mismo plato.

Cristina dio un curso altamente clarificador de cómo ella, su gobierno y la patria contratista de Macri y demás delincuentes hacen jugosos negocios con el estado. Ella misma explicó cómo, en estos negocios, todos los integrantes de la patria contratista se protegen contra la inflación, cuando afirmó que ellos cobraban mes a mes un ajuste de los certificados de la obra de acuerdo a la inflación. Para ellos sí hay “actualización de contrato” firmado por el estado y cláusula gatillo para cobrar su certificado de obra sin que les afecte la inflación. Para los trabajadores, nada. ¡Miserables! Ese es el pus de este podrido sistema capitalista de un puñado de parásitos que viven a expensas de la sangre y el sudor de los trabajadores y el pueblo argentino. Esa es la verdad.

Cristina se ufanó de que en sus 12 años le había pagado al FMI toda la deuda externa argentina por 10 mil millones de dólares. Con esos fondos se podrían haber construido más de 3 millones de viviendas, para entregarle techo a más de 12 millones de argentinos. Esta es la defensa de la Cristina. “Soy de ustedes, imbéciles, ¿Cómo me atacan?”, se lamenta.

Los trabajadores no tienen nada que ver con este robo y saqueo de la nación. No pueden optar entre ninguno de sus verdugos. Estas bandas de delincuentes y parásitos son socios y están entrelazados en múltiples negocios en el campo con la Sociedad Rural, con los bandidos imperialistas, los petroleros, etc. De esto se trata el lugar histórico de las burguesías nativas en los países semicoloniales, socios menores del imperialismo en los países que este oprime.

El kirchnerismo entró a los grandes negocios de la burguesía argentina encabezando el desvío y el control de la lucha revolucionaria de masas del 2001

Para hacer esto tuvieron y aún tienen que vestirse de “amigos del pueblo”. Desviaron, con esa farsa de la “revolución bolivariana”, la enorme lucha revolucionaria y el “Argentinazo” que protagonizaron los trabajadores y el pueblo pobre estafado en 2001. Kirchner se ufanaba de “haber sacado a la Argentina del infierno”. Ese es el verdadero reconocimiento que quiere la Kirchner de sus pares en la historia. Es decir, el haber salvado al sistema capitalista y los negocios de todas las elites dominantes en el país.
En el 2001, es decir, en aquellos años, los Kirchner, un sector del peronismo, mutaron. Es que los “nacionales y populares” y “bolivarianos” de ayer y de hoy venían de abrazarse con los Macri y su banda en la década infame de los ’90 como lo fueron todos, los mejores soldados de Menem. No es casual que en el Frente de Todos hoy estén en puestos destacados Alberto Fernandez, Aníbal Fernández, y Felipe Sola, que no solo fueron de los mejores soldados de Menem, sino los mejores soldados de la burguesía para reprimir y matar al pueblo, cuando actuaron, junto a Duhalde, como autores ideológicos y materiales de la masacre de Kostequi y Santillán en Puente Pueyrredón en 2002.

De esto se trata esta obra, donde los protagonistas son las distintas pandillas de esclavistas peleando por los negocios, pero cuando sus esclavos se sublevan, todos utilizan el mismo látigo y todos tienen el mismo jefe, la embajada yanqui y el FMI.

Para los trabajadores, esta no es nuestra pelea. Nuestra pelea es contra todos ellos. Para que se vayan todos los jueces peronistas, radicales y del PRO de esta podrida justicia para ricos.

¡Que se vayan todos, que se termine ese parlamento con cámara de senadores vitalicios y se acabe con los presidentes que, con poderes de monarca, gobiernan por decreto si así lo desean!
¡Que se vayan todos y se termine esta podrida democracia para ricos, que esconde la más feroz dictadura del capital! Mientras se pelean, todos se ponen de acuerdo a la hora de imponerle el saqueo al pueblo para pagarle al FMI, a la hora de remarcar su producción con precios exorbitantes, a la hora de fugar divisas, de poner tasas de intereses leoninas para el ahorro de los trabajadores y el pueblo, a la hora de defender su propiedad que mantienen como parásitos, tal como hace la oligarquía agraria que quema sus campos y manda sus vacas a pastorear a las islas del Delta para luego contrabandearlas y exportarlas desde Brasil, como lo hacen con la soja desde Paraguay.
Lo que está podrido, corrupto, lo que merece morir, es este sistema capitalista. No se trata de corrupción, sino de un sistema basado en la ganancia y robo, que se sostiene a sangre y fuego contra la única clase productora de riquezas, la clase obrera.
Lo corrupto y podrido es este Estado y una elite dominante de parásitos sirvientes y cipayos del imperialismo y los yanquis. Todos se jactan de Vaca Muerta, la enorme riqueza de gas y petróleo que yace en el subsuelo de la Patagonia. Pero todos callan que la entregaron a la Chevron y la Exxon, en un contrato de privacidad y confidencialidad, un acuerdo espurio y entreguista, por 10 años, como lo acaba de hacer el gobernador Morales de la UCR en Jujuy o Saenz en Salta con el litio.

La verdad es que esta obra pestilente que hoy se presenta por la televisión, este pleito de parásitos en los tribunales de la ciudadela del poder lo pagamos los trabajadores con hambre, miseria, carestía de la vida y desocupación.
Esto se va a terminar con una revolución socialista triunfante que no deje piedra sobre piedra de esta feroz dictadura del capital.

El combate es clase contra clase

¡Esta no es nuestra disputa ni nuestra pelea! ¡Nuestra lucha es contra todos ellos! A ninguno de estos bandidos le ha temblado el pulso a la hora de reprimir, asesinar y encarcelar a los mejores elementos de la clase obrera y el pueblo pobre.
No olvidamos a los centenares de dirigentes obreros asesinados por las AAA de Perón y López Rega. No olvidamos a Luder, el presidente peronista, que dio la orden de “exterminar a la subversión” ni al gorila de Balbín llamando a “exterminar a la guerrilla fabril”. Todos colaboraron con la dictadura, comenzando por sus jueces y sus políticos, que le entregaron más de 800 intendentes y gobernadores a Videla.
Y mientras los Macri se abrazaban a la dictadura militar, los Kirchner estaban escondidos en Santa Cruz bajo el manto protector de la fuerza aérea. Si no es así, que nos demuestren cuántos habeas corpus presentaron como abogados recién recibidos por los compañeros desaparecidos, entre ellos, millares de los suyos.
La nueva generación de la clase obrera debe saber esto.
Es que, durante décadas de esta democracia para ricos, entre todos salvaron a la mayoría de los milicos genocidas entregando solo la cabeza de unos pocos de ellos. La Cristina se defiende de los jueces y fiscales hijos de golpistas del ’76 y se calla que las fuerzas armadas que ella comandó estaban compuestas por una casta de oficiales heredada de Galtieri, Bignone y Videla, de la cual se castigó a algunos pocos, como ya dijimos, para salvarlos a todos. Y los salvaron con esta misma justicia para ricos, que durante décadas los tuvo en libertad aún a los más conspicuos representantes del genocidio.

Las pandillas de la patria contratista defienden sus intereses y sus negocios.
Los trabajadores debemos defender los nuestros.

Los trabajadores peleamos por lo nuestro, por nuestro trabajo, por un salario mínimo vital y móvil de 250.000 pesos y el reparto de las horas de trabajo entre todas las manos libres para producir.
Ellos se tiran los millones que se robaron por la cabeza, mientras todos juntos nos roban el salario con la garantía que da la burocracia sindical peronista controlando y oprimiendo al movimiento obrero apoyada en el estado, que la sostiene y coimea. Han alimentado a una burocracia piquetera, pagada ayer por Macri y hoy por ellos mismos, para controlar al movimiento de desocupados e impedir que luche por trabajo y salario digno junto a los ocupados, como en 2001.
Luchamos por recuperar las empresas privatizadas por el menemismo.
Luchamos por romper con el imperialismo y expropiar las tierras de esos parásitos que mantienen la tierra leyendo La Nación en un café de la Recoleta, asociados a Cargill, ADM y Bunge.

Y la historia del movimiento obrero y sus combates los va a condenar a todos ellos

La historia de la clase obrera y sus combates hará justicia con los 30.000 desaparecidos disolviendo esa casta de oficiales asesina de las fuerzas armadas y a la policía, gendarmería, servicios de inteligencia represores de los luchadores.
Serán los tribunales obreros y populares los que harán justicia con los asesinos de Verón, Victor Choque, Teresa Rodriguez, Kostequi, Santillan, Justiniano, Maldonado, Facundo Castro, Rafael Nahuel y todos los asesinados por esta democracia para ricos y sus fuerzas policiales.
Serán los tribunales obreros y populares los que absolverán a los obreros petroleros de Las Heras condenados a perpetua, a Daniel Ruiz, Sebastian Romero y a todos los obreros que por centenares están procesados por esta justicia de jueces gorilas del peronismo, la UCR y el PRO.
Serán los tribunales obreros y populares los que harán justicia recuperando los miles de millones de dólares que una élite de oligarcas de grandes empresarios de banqueros y el imperialismo se robaron y fugaron del país expropiando e incautando todos sus bienes y propiedades, y proscribiéndolos para siempre de la vida política y del manejo de los recursos y riquezas de la nación, y encarcelando a todos los saqueadores del pueblo.
Serán los tribunales obreros y populares, apoyados en la lucha revolucionaria de las masas, los únicos que podrán disolver esta casta de jueces millonarios, represores, defensores incondicionales de la propiedad privada, de los medios de producción y de cambio de una clase dominante que ha llevado a la mayoría de la nación a la postración, el hambre y la miseria.

El movimiento obrero no tiene aliados entre sus verdugos

La política escandalosa de la izquierda parlamentaria: un apoyo abierto a los políticos patronales
Atan la suerte de la clase obrera a uno de sus verdugos que ellos llaman “progresistas”

La escandalosa posición de corrientes de la izquierda, como el PTS o el N MAS, apoyando políticamente a una de las pandillas de grandes capitalistas que saquearon la nación es tan solo un ejemplo más que demuestra que estas corrientes han roto toda amarra con el programa del marxismo revolucionario, es decir, del trotskismo y la IV Internacional. Han devenido en un verdadero apéndice del kirchnerismo.
Cada vez tendrán menos excusa para no votarlos en las elecciones contra Macri, puesto que su política campista los lleva cada vez más a ello, es decir, definen su estrategia y su programa buscando cómo apoyar al “burgués progresista” o al “campo progresivo” de los enemigos de la clase obrera contra el campo regresivo o reaccionario. Están tras las huellas de la vieja política de colaboración de clases del stalinismo. Un verdadero programa para poner en pie un “frente popular”, como le gustaba llamar a los Partidos Comunistas cuando hacían alianzas políticas con la burguesía, alineando al proletariado a una fracción de ella. El PTS queda comprometido con el gobierno de los Fernandez y su ala kirchnerista, a la que trata de “progresista” y “perseguida”, cuando ésta, al igual que los jueces gorilas y sus fiscales, cuenta con el control de todos los aparatos de represión del estado. Una posición vergonzosa.

Estas corrientes de la “Nueva Izquierda” son parientes y gemelas de las que apoyaron abiertamente a los Petro, a los Boric, a los Lula, a los Arce, a los Castillo. Una Nueva Izquierda esta vez agente directa de los yanquis, como lo son estos gobiernos, que primero se reúnen con la embajada norteamericana y las grandes transnacionales en sus países para oprimir a los trabajadores y entregar las riquezas de nuestros pueblos.
El FIT, en sus distintas variantes, ya está en ese camino, puesto que no solo han desplegado banderas el N MAS y el PTS apoyando abiertamente al kirchnerismo, sino que los otros, como IS y sus aliados, manifiestan abiertamente que estos jueces de la dictadura, de la oligarquía vernácula pueden hacer justicia con el robo y saqueo de la nación.
Discuten alrededor de cuál es el “campo burgués progresivo” que supuestamente le serviría a la clase obrera y sus luchas. Pero esta pérfida política solo logra terminar de romper toda estrategia y lucha por la independencia de clase como condición para preparar una contraofensiva obrera y popular, que coloque a la clase obrera en las mejores condiciones para derrotar a los traidores de la burocracia sindical y reabrir el camino a la huelga general, uniendo los combates de los trabajadores ocupados, desocupados y el pueblo pobre. ¡Allí está la fuerza de la clase obrera y sus aliados! Y no en someterse a ninguno de sus verdugos.

¡Que se vayan todos, que no quede ni uno solo!
¡Hay que preparar una contraofensiva obrera y popular!
¡Paso al Argentinazo triunfante!

El camino de la clase obrera es retomar los grandes combates de sus gestas históricas, el de la resistencia del ’55 contra la Libertadora, el del Cordobazo, las coordinadoras de los ’70, y el levantamiento del 2001, que echó al presidente en helicóptero, como se lo merecen los represores y entregadores de la nación del gobierno de Fernandez, Massa y su vicepresidenta.
Despertar ilusiones en los trabajadores sobre las bondades del gobierno actual, es decir, de la vicepresidenta de la nación, equivale a “tirar toneladas y toneladas de agua sobre el fuego de los combates de la clase obrera”. Es un apoyo explícito al gobierno burgués proimperialista del peronismo. Es que nadie pelea si no odia a su enemigo. De eso se trata la política capituladora de la izquierda del régimen, hacer pasar a los enemigos de los trabajadores como sus aliados.

La crisis política se agudiza. El peronismo ya no tiene epopeyas ni leyendas para contar, sino un derrotero de ataques y represión a la clase obrera. Es el gran organizador de los traidores de la burocracia sindical, siempre lista a actuar como gendarme del capital. Burocracia sindical y también piquetera que utilizan ahora para pagar con el hambre del pueblo el último saqueo que hizo el imperialismo y la gran burguesía con el gobierno de Macri y su banda de negocios.
Los de arriba se pelean. Alistan sus instituciones para atacar a las masas, ya sea los partidos políticos patronales, la justicia burguesa y a sus fuerzas represivas.
Preparar una contraofensiva obrera y popular se vuelve de vida o muerte. Es necesario un nuevo reagrupamiento de las filas obreras. La lucha por un nuevo partido revolucionario que combata bajo las banderas internacionalistas del trotskismo y la IV Internacional está planteada como una necesidad imperiosa.
La clase obrera ha puesto enormes esfuerzos y dejado enormes jalones en la lucha contra este gobierno, como lo hizo antes contra los gorilas y oligarcas del PRO. De forma incipiente, pero que tiende a generalizarse en cada combate serio, se ha puesto en marcha un movimiento de autoorganización y de ruptura con la burocracia sindical peronista. Si este proceso se desarrolla y se extiende se crearán las condiciones para una ruptura definitiva y abierta de la clase obrera con todos los políticos patronales y con el peronismo en particular.
En estos desafíos está puesto todo el empeño de nuestras fuerzas trotskistas revolucionarias en Argentina. Solo reclamamos un puesto de lucha y el derecho a convencer desde allí de nuestro programa por la revolución socialista a los mejores combatientes de la clase obrera y la juventud.

La tarea del 2001 ha quedado inconclusa, puesto que la demanda de “que se vayan todos” solo puede ser cumplida si se impone un gobierno obrero y popular revolucionario basado en las organizaciones de lucha y revolucionarias de los explotados.

El camino es el Argentinazo triunfante. Prepararlo y organizarlo es la tarea del momento. Para ello, llamamos a los trabajadores y la juventud rebelde a organizarse bajo la bandera y el programa de la IV Internacional.

¡Que se vayan todos, que no quede ni uno solo!
Argentina será socialista o colonia de Wall Street

 

 
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Crisitna Kirchner

 


2012 - Cristina Kirchner y John Watson CEO de Chevron Acuerdo YPF-Chevron

 


2013- trabajadores petroleros condenados por los tribunales de las petroleras

 


Roggio, Franco Macri y Calcaterra en la Cámara de la Construccion exponentes de la patria contratista

 


Argentina 2001

 


Cristina Fernández de Kirchner junto a Marc Stanley y Laura Jane Richardson

 


Massa en el consejo

 

 

 


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