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Argentina, San Nicolás - 03 de noviembre de 2021

Atentado al local del sindicato de capataces de San Nicolás

El gobierno de Alberto quiere imponer (al igual que Macri) la reforma laboral con represión y ataques de bandas parapoliciales de los sindicatos

Hay que parar a las bandas parapoliciales de la burocracia sindical de la Fe.M.P.I.N.R.A

 

Un nuevo hecho muy grave acaba de acontecer en la sede de Fe.M.P.I.N.R.A San Nicolás, donde se atacó al trabajador Héctor Calvo, quien trabaja en PTP Groupy se alojaba momentáneamente en la sede del sindicato de capataces mientras trabajaba, como es normal la solidaridad de clase en las organizaciones obreras.
Luego de la gran solidaridad recibida y la denuncia a los hechos (menos de los sindicatos que integran la federación y funcionan en ese local), uno de los voceros de la burocracia sindical, Leonardo Díaz, hace declaraciones justificando el ataque dando la razón a las denuncias penales que se hicieron.
Contestar a este personaje que es un carnero odiado por los trabajadores tercerizados del puerto por traicionar su lucha entrando en lanchas a manejar las máquinas para quebrar la huelga del Supa, parece una pérdida de tiempo, pero sirve para clarificar cuestiones de principio del movimiento obrero. Porque los voceros de la patronal como Díaz o Octavio Martin (a quien los trabajadores de la terminal 5 odian pues lo vieron enfrente del bloqueo del comercio exterior que llevaron a cabo contra la tercerización y los despidos, del lado de la prefectura en la esquina del edificio de la prefectura, después de eso es obvio que le pagan desde el gobierno para que sea vocero de los negocios de Mazza y las empresas contra los trabajadores) siempre hablan como la gente que les paga.
Para Díaz, Roberto Coria (dirigente del sindicato Guincheros) es un patrón y dueño de la Fe.M.P.I.N.R.A, por eso “manda” y decide lo que se hace en un local sindical, llegando incluso a desalojar gente como lo hace cualquier terrateniente urbano que echa gente a la calle porque no recibe dinero. Como esta gente no participa de ninguna lucha del movimiento obrero, ni se le cruza por la cabeza que los locales sindicales son de los trabajadores, los afiliados son sus dueños. Es una tradición de solidaridad dar alojamiento a trabajadores en los sindicatos.

 

Peleas de fracciones sindicales o bandas parapoliciales que atacan a los trabajadores

Como los trabajadores de la terminal 5 no aceptaron la reforma laboral ni los despidos y se plantaron, el gobierno, las empresas y la banda de empresarios sindicales empezaron una serie de acciones judiciales y ataques físicos contra los trabajadores. Como todos los trabajadores de la terminal 5 odian a los que le quisieron sacar el plato de comida a sus hijos, se dice que hay peleas sindicales (eso lo dice incluso el Partido Obrero que sigue en la directiva de la bordo S.E.A.M.A.R.A. que firmara el acta de la traición, para justificar así la división de los trabajadores).
Estos dichos y los ataques se centran en la agrupación Guincheros Unidos quien se prepara para participar en las elecciones del sindicato Guincheros en oposición a Coria (firmante del acta de la traición), pero lejos de ser una pelea de facciones sindicales lo que hay es un ataque del gobierno de Alberto contra los sectores en lucha. Así como desalojaban a los trabajadores que querían una vivienda digna en Guernica (en un predio donde se preparan para hacer negocios inmobiliarios al mejor estilo Larreta en la Capital), también mandaron 1200 policías a reprimir y desalojar el bloqueo del comercio exterior que llevaban adelante los trabajadores de la terminal 5. Hoy, como el conflicto se judicializó, quieren llevar a la derrota a los trabajadores por medio de los ataques a sus activistas, referentes o delegados. Es por eso que los ataques de las bandas de la Fe.M.P.I.N.R.A hacen lo que la policía no puede hacer: al mejor estilo de los ’70, desde los sindicatos salen las fuerzas parapoliciales del gobierno para aplastar a los opositores, como antes lo hacían contra la juventud trabajadora peronista, los montoneros y los delegados del PST.

 

La Fe.M.P.I.N.R.A, los servicios de inteligencia y el gobierno de Alberto centraron su ataque en los trabajadores que luchan

Es por esto que los trabajadores portuarios no deben quedar solos, y hay que poner en pie un comité de autodefensa de las organizaciones obreras para frenar los ataques de las bandas de los matones de la Fe.M.P.I.N.R.A. Un comité de autodefensa nacional que le dé un escarmiento a estas bandas parapoliciales y las haga retroceder y respetar la democracia de los trabajadores, pues de no hacerlo estos grupos surgirán en todos lados con el avance de la crisis económica y el deterioro de las condiciones de vida de los trabajadores. Así forman las trasnacionales a sus bandas fascistas haciendo atentados, golpeando a los opositores, y si no se los para, empezarán los ataques cada vez más violentos hacia los obreros que luchan, como en los ‘70 surgían las bandas fascistas del Ministerio de Desarrollo Social y los sindicatos, que luego se incorporaron a los grupos de tareas de la dictadura militar.

 

¡Fuera las bandas parapoliciales de los sindicatos!¡Por un comité de autodefensa de las organizaciones obreras para frenarlos!

Así como Coria se cree dueño y patrón de los sindicatos, transformaba el camping de Hudson (perteneciente a los trabajadores guincheros) en un hotel de barrabravas para imponer con el terror el fraude en la junta electoral. Se da el atentado al local del sindicato capataces (edificio donde funcionan los sindicatos que pertenecen a la federación y que se callaron transformándose en cómplices de este echo). Es una tarea de todos los trabajadores, sin importar la ideología o corriente a la que pertenezcan, juntarse y defender a los activistas, los delegados, los dirigentes, así como a los locales sindicales y de los partidos obreros. En esta democracia de los ricos, la democracia de los trabajadores viene de la mano de la unidad.

"Las bandas fascistas sólo pueden ser contrarrestadas victoriosamente por los destacamentos de obreros armados que sienten tras de sí el apoyo de millones de trabajadores. La lucha contra el fascismo no se inicia en la redacción de una hoja liberal, sino en la fábrica y termina en la calle. Los elementos amarillos y los gendarmes privados en las fábricas son las células fundamentales del ejército del fascismo. Los piquetes de huelgas son las células fundamentales del ejército del proletariado. Por allí es necesario empezar. Es preciso inscribir esta consigna en el programa del ala revolucionaria de los sindicatos. En todas partes donde sea posible, empezando por las organizaciones juveniles, es preciso constituir prácticamente milicias de autodefensa, adiestrándolas en el manejo de las armas.
La nueva ola del movimiento de masas no sólo debe servir para aumentar el número de esas milicias, sino también para unificarlas por barrios, ciudades y regiones Es preciso dar una expresión organizada al legítimo odio de los obreros en contra de los elementos rompehuelgas, las bandas de pistoleros y de fascistas. Es preciso lanzar la consigna de la milicia obrera como única garantía seria de la inviolabilidad de las organizaciones, las reuniones y la prensa obrera".(El Programa de Transición)

Luis Ocampo

 

 

 

 

 

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