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Argentina - 11 de enero de 2021

21 días de una enorme huelga por un salario igual a la canasta familiar despertó la simpatía de centenares de miles de trabajadores.
La lucha aceitera enfrentó la traición de los carneros de la burocracia de la CGT y su pacto social infame con la UIA y el gobierno
¡Así se lucha!

 

Los aceiteros enfrentaron las paritarias de entrega de la burocracia sindical y conquistaron un salario mínimo de $ 93 mil pesos
Su lucha y sus reclamos son los de todo el movimiento obrero

¡Fuera la burocracia sindical! ¡Abajo el Pacto Social!

 

Con asambleas, paro y piquetes los aceiteros enfrentaron a los monopolios cerealeros para conquistar un salario al nivel de la canasta familiar.

En una durísima lucha y ganando la simpatía y el apoyo de miles de trabajadores que veían como propio el reclamo de 93 mil pesos de salario mínimo, los aceiteros enfrentaron las paritarias de hambre impuestas al conjunto del movimiento obrero. Luego de 21 días de una huelga que comenzó el 9 de diciembre, el acuerdo alcanzado contempla un salario inicial de $93.647, sumas extraordinarias de $70.000 y un bono en cuotas de $90.000. Acuerdos similares alcanzaron los aceiteros del SOEA San Lorenzo y los recibidores de granos nucleados en URGARA, quienes continuaron de paro hasta el 7 de enero, a pesar de que la patronal intentó dividirlos, paralizando los puertos de Cargill Alvear, Cofco Lima, TBB, LDC Bahía Blanca. Además, los trabajadores de Dánica hoy están en mejores condiciones para mantener su encuadramiento en aceiteros y reincorporaron a uno de sus compañeros despedidos.

Si los trabajadores aceiteros y recibidores pudieron triunfar es porque la patronal y el gobierno de Fernández vieron con espanto que su lucha se pudiera generalizar no solo en la rama aceitera y portuaria, sino a todos los trabajadores del país, rompiendo el Pacto Social. Es que sindicatos afines pararon en solidaridad y distintas organizaciones obreras llevaron su apoyo porque la huelga aceitera despertó la simpatía de millones de trabajadores. ¡El triunfo de los heroicos aceiteros es de todos los trabajadores de país!

La unidad de aceiteros y recibidores fue clave para poner en cuestión las paritarias de hambre del Pacto Social

Los trabajadores de la Federación Aceitera, del SOEA San Lorenzo y URGARA venían reclamando por el retraso en la revisión de salarios, bonos pandemia y porcentajes adeudados entre otros ítems, pero no obtenían respuestas. Los tres gremios se unieron y dieron un gran paso en la lucha aceitera. Fue así que llegaron a paralizar la rama cerealera de Argentina y frenar las exportaciones con más de 130 barcos varados sin poder cargar ni descargar, en un sector donde los capitalistas y los monopolios cerealeros vienen haciendo enormes fortunas y con el precio de la soja en alza.
Los trabajadores en huelga sabían que podían triunfar, porque saben de los millones de dólares que se llevan la patronal de la agroindustria y las cerealeras. Estas podían pagarles el salario por el cual lucharon con un mínimo porcentaje de sus ingresos: entre el 0,5% y 1,2%. Incluso los aceiteros afirmaban “que muestren los balances” cuando la patronal argumentaba tener pérdidas para no darles el aumento. Con ese mismo argumento de la patronal y su “crisis” por la pandemia nos pasaron los más infames ataques: rebajaron el salario, destrozaron convenios, despidieron y flexibilizaron a millones de trabajadores. ¡Ellos no tienen ninguna crisis! ¡Que todos los patrones muestren sus libros de contabilidad!

Con el paro de la Intersindical Marítima Portuaria se daban las mejores condiciones para generalizar su lucha por salario con el cual comenzaban a simpatizar los trabajadores del país

El 23 de diciembre, en solidaridad con la lucha de aceiteros y recibidores de granos, la Intersindical Marítima Portuaria y Afines del Cordón Industrial, que nuclea a los trabajadores del Centro de Patrones y Oficiales de Pesca, del SEAMARA, SUSB, SOMU, SUTRAVIP, SUPA de San Lorenzo, AJEPROMM y UTHGRA, entre otros, declararon un paro de 36 horas, sumándose a la gran huelga aceitera. Por su parte, los camiones no salían de sus puntos de carga por lo que no había circulación de los mismos en las distintas plantas. De esta forma, retirando el transporte de las terminales y plantas, este sector clave para las cerealeras le prestaba un apoyo enorme a la huelga de los aceiteros, demostrando que el peso de este en la producción y en la exportación podía aglutinar a diferentes sectores de trabajadores del país.

Un llamado de los aceiteros desde las puertas de Dreyfus y el puerto de San Lorenzo hubiese puesto a la clase obrera en las mejores condiciones para poder coordinar su resistencia, uniendo sus reclamos por trabajo y salario junto a los de aceiteros y convertir esa huelga en un punto de atalonamiento contra la entrega de la burocracia sindical y su infame Pacto Social para derrotar el ataque de los capitalistas y su gobierno. Así hubiéramos evitado incluso el robo a los jubilados votado en el Parlamento.
La huelga aceitera puso en cuestión que había que echar a los burócratas carneros de la CGT y la CTA que dejaban peleando solos a los aceiteros y recibidores, como lo hizo con todas las luchas en 2020. Es que estos traidores son el principal sostén del ataque patronal encabezado por el gobierno de Fernández, que sometió a la clase obrera a miles de padecimientos, firmando paritarias de hambre frente a la devaluación y la inflación, y dejando solos a los trabajadores que salieron a pelear en duras luchas de resistencia, enfrentando incluso a sus pistoleros y a la policía asesina de Fernández.

Decenas de organizaciones obreras, movimientos de desocupados, sindicatos y comisiones internas, se pronunciaron y solidarizaron con la huelga de aceiteros, llevando su apoyo al piquete. Pero lamentablemente esto no se tradujo en acciones, siguiendo el ejemplo del paro de la Intersindical Marítima, siendo que muchos de ellos se encontraban reclamando paritaria y un bono de fin de año. Y este era el momento para conseguirlo. El sindicalismo combativo y los movimientos de desocupados dirigidos e influenciados por el FIT-U, como el SUTNA, SUTEBAs Multicolor, UF Haedo, Subte, Frigoríficos, CICOP, Polo Obrero. MST-Teresa Vive, etc., y hasta el propio FIT-U, lamentablemente no pusieron todas sus fuerzas para coordinar la resistencia obrera junto a la huelga aceitera. No pusieron todas sus fuerzas para pegar como un puño contra el infame Pacto Social con el cual nos declararon la guerra los de arriba y el gobierno de Fernández, comandados por el imperialismo y el FMI. De haberlo realizado, todos los desocupados del país hubieran tenido también un punto de apoyo para luchar por trabajo digno y romper con la burocracia piquetera que los somete a la mendicidad de los ministerios y la Iglesia.

Incluso el cordón industrial, desde San Lorenzo al norte de Buenos Aires, donde se ubican las siderúrgicas más grandes del país, podría haber sido un bastión de combate para toda la clase obrera si la Comisión Interna de Acindar, que se solidarizó con la huelga aceitera, ponía en pie de lucha a los metalúrgicos, que venían de sufrir la entrega de su salario por parte de la burocracia sindical empresaria de Caló, cuando se empezaban a decir “¡Vamos por los 93 mil!”. Por ejemplo, Miguez de la Tendencia del PO y miembro de la comisión interna de Acindar, que dio su apoyo en Dreyfus, si hubiera llamado a una asamblea general para votar acciones en apoyo a la huelga aceitera, este habría sido un paso enorme y decisivo para desconocer y romper las paritarias miserables firmadas por Caló y unificar la lucha con los aceiteros por los 93 mil pesos de salario mínimo para todos los metalúrgicos.
Generalizar esta lucha es un reaseguro para que los aceiteros, que dieran tanto de sí, puedan mantener su conquista ante la patronal y el gobierno, que buscarán redoblar su ataque. ¡Esa conquista hay que defenderla! La lucha no ha terminado; es solo un round en una pelea por todas nuestras demandas y por derrotar a los capitalistas y su gobierno.

Es que la patronal querrá arrebatarles a los aceiteros, tarde o temprano, con devaluación, inflación, con impuestos al salario, despidos y atacando los convenios, lo que conquistaron coordinando a todos los sindicatos agroindustriales del cordón de San Lorenzo.

¡No hay tiempo que perder! ¡Hay que generalizar la lucha de la huelga aceitera por 93 mil pesos a todo el movimiento obrero del país!

La lucha unitaria de aceiteros junto a los recibidores y otros sectores, que paralizaron la producción y el embarque, les mostró a todos los trabajadores los miles de millones de dólares que facturan la patronal agroindustrial y las cerealeras, además de la renta millonaria que recibe la oligarquía. Los capitalistas no tienen ninguna crisis, somos los trabajadores los que padecemos la crisis que nos arrojaron. ¡Hay que poner las riquezas de la nación en manos de la clase obrera! ¡Ahí estará el dinero para hacer realidad un salario mínimo de 93 mil pesos para todos! ¡Sobra plata para garantizar trabajo, vivienda, salud y educación de calidad para los trabajadores ocupados y desocupados!

¡Ningún sector puede continuar peleando solo! ¡Hay que preparar una lucha decisiva para que de una vez por toda la clase obrera pueda obtener todas sus demandas! ¡Los aceiteros tienen toda la autoridad ganada en el combate para llamarla y organizarla!
¡NO PODEMOS PELEAR MÁS DIVIDIDOS! Los sindicatos y movimientos de desocupados combativos, comisiones internas y delegados opositores a la burocracia sindical, poniendo todas sus fuerzas deben encabezar ya junto con los aceiteros la pelea por derrotar el ataque contra los trabajadores, poniendo en pie un Comando de Lucha Nacional con un pliego único de demandas que abra el camino a la huelga general, retomando el camino de los combates revolucionarios de diciembre de 2017.

¡Fuera la burocracia sindical empresaria! ¡Abajo el Pacto Social!
¡Coordinadora de lucha nacional de trabajadores ocupados y desocupados!
¡Trabajo para todos! ¡Reincorporación inmediata de todos los trabajadores despedidos!
¡Paritaria única nacional! ¡Salario mínimo, vital y móvil de $93.000 para todo el movimiento obrero!
¡Basta de mendicidad y limosnas! ¡$51.000 de seguro de desempleo para todos!
¡Escala móvil de horas de trabajo! ¡6 horas de trabajo sin reducción salarial y turno más en todas las fábricas!
¡Basta de flexibilización laboral! ¡Los convenios no se tocan! ¡Pase a planta permanente de todos los contratados y contratistas!
¡Expropiación sin pago y bajo control obrero de toda fabrica que cierre, suspenda o despida!
¡Abajo el impuesto al salario!

¡Libertad a Romero y todos los presos por luchar! ¡Desprocesamiento de Ruiz, Arakaki, Ponce y de todos los trabajadores y luchadores perseguidos!

 

¡Los de arriba vienen por todo hay que ir por todos ellos!

 

Comité Redactor de Democracia Obrera

 

 

 

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