30 de noviembre
MOVILIZACIÓN CONTRA EL G20 EN BUENOS AIRES, ARGENTINA
¡Fuera Trump, Abe, May, Macron, Merkel! ¡Imperialists, go home!
¡Putin, asesino del pueblo sirio!
Los verdugos de los trabajadores y los pueblos del mundo, reunidos en el G-20, merecían ser recibidos con la huelga general y con piquetes en las calles. Se merecían un nuevo 18 y 19 de diciembre encabezado por la clase obrera.
Pero Buenos Aires no pudo ser el “infierno” que los trabajadores y la juventud de Hamburgo organizaron contra la cumbre del G-20 en 2017. Cuando el gobierno de Macri le declaró la guerra a los trabajadores, militarizando Buenos Aires con la CIA y la Mossad, con miles de policías y gendarmes en las calles, y con buques y aviones del Pentágono patrullando mar y cielo, el triunvirato de la CGT, con Moyano y las CTA’s, secundados por los partidos de la izquierda reformista como el FIT y el MST-MAS, que dirigen al sindicalismo “combativo” como el SUTNA (sindicato del neumático), seccionales docentes opositoras, etc., garantizaron una Argentina en “paz” a la cueva de bandidos del G-20.
En todos estos meses estas direcciones tiraron agua al fuego del 18 y 19 de diciembre, llevando a la clase obrera a los pies del parlamento y los partidos patronales. Dejaron aisladas centenares de luchas obreras, como las de Siam, Canale, Astillero Río Santiago, Cresta Roja, docentes, y de estudiantes terciarios.
Estaba planteado que estos sectores en lucha ellos encabecen, desde los comités de huelga y las asambleas, una gran Coordinadora Nacional para recibir a este G-20 como se merecía: con paros, piquetes y la huelga general, contra los burócratas traidores que sostienen las ganancias de las de las transnacionales, los banqueros, la patronal esclavista y el FMI.
¡Había que responder a esa guerra de clases que nos declararon el gobierno y el imperialismo, que se cobró las vidas de “Ronald” Orellana y Marcos Soria, como antes las de Santiago y el Rafa, y por la cual la clase obrera tiene rehenes en las cárceles como Ruiz y los jóvenes anarquistas, y perseguidos como Sebastián Romero y Jones Huala!
En la marcha, el FIT y la izquierda parlamentarista fue consecuente con esta política de “paz”: acordó con la Bullrich el recorrido ordenado de una marcha pacífica contra los verdugos del G-20, cuestión que respetó a rajatabla pese a que dirigentes de ellos fueron detenidos por la policía minutos antes del inicio de la movilización. Además, los aparatos de “seguridad” de la izquierda reformista se dedicaron a impedir toda iniciativa espontánea dentro de la marcha, como la de los jóvenes que hacían pintadas en las paredes para demostrar su odio contra el G-20.
Buenos Aires, por ahora, no fue Hamburgo ni el París de los piquetes y barricadas contra Macron, como lo había sido el 18 y 19 de diciembre peleando contra el ataque a las jubilaciones y la flexibilización laboral. El “infierno” contra el imperialismo y el gobierno lacayo de Macri quedó pendiente. Pero al calor del fuego que hoy hace arder Francia, nuevamente la llama de la lucha revolucionaria se encenderá en Argentina y el reformismo, colgado a los pies del parlamentarismo, verá sesgarse el piso bajo sus pies. |