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África del Sur - 15 de septiembre de 2021

En medio del saqueo imperialista y las pandemias

Las elecciones en Sudáfrica vienen a desviar la lucha de las calles y en Zimbabwe se preparan para promover la trampa electoral mientras ...

La situación de las masas en el sur de África se ha vuelto simplemente insoportable

En Sudáfrica y Zimbabwe la situación de los trabajadores y los pobres es desesperada y los regímenes, serviles al imperialismo del que son sus  socios menores, lejos de atender las necesidades de los trabajadores y las masas empobrecidas, prefieren recurrir a la represión y poner al ejército en las calles.

Por si esto fuera poco, en ambos países, por restricciones y prohibiciones, la clase trabajadora se ve impedida de reunirse para organizar medidas para luchar por sus derechos y demandas, y ni siquiera puede recurrir a reuniones virtuales por el alto precio de los datos de Internet, que solo los ricos y los patrones pueden comprar.

En Sudáfrica, el hambre, el desempleo, la terrible inflación sumada a la corrupción de los gobernantes llevaron a los trabajadores y las masas explotadas a protagonizar enormes jornadas de saqueos y enfrentamientos con la policía a partir del 9 de julio. De modo que fueron a buscar comida en tiendas, supermercados y centros comerciales y quemaron 1.400 cajeros automáticos. Si bien el brote comenzó contradictoriamente a manifestarse contra el encarcelamiento del corrupto expresidente Zuma, inmediatamente se profundizó por las pésimas condiciones en las que se encuentran sumergidos los trabajadores y las masas empobrecidas.
En Sudáfrica el 95% de la enorme riqueza está solo en manos del 1%, creando una desigualdad brutal, que se agravó en el año de la pandemia Covid-19. Gran número de muertos, vacunación lenta, mala gestión del agua que ha creado una escasez terrible tanto para beber como para regar los cultivos, el saqueo de las empresas mineras y otras corporaciones imperialistas, la recesión, el estancamiento económico, la desindustrialización, los recortes presupuestarios y la corrupción generalizada de los gobernantes ( lo que genera un gran descontento que se está tratando de canalizar con el juicio del expresidente Zuma) y todo el aparato de gobierno; es lo que hace tiempo hunde a este país de inmensos recursos minerales y agrícolas.
En 2020 se perdieron 2 millones de puestos de trabajo, principalmente en el sector minero; la tasa de desempleo subió al 42%, según Industrial Global Union; los ingresos cayeron un 16%; En enero de 2021, el 39% de los hogares se quedó sin dinero para comprar alimentos y el 17% sufrió hambre.

Ahora, el gobierno ha establecido restricciones sobre la celebración de reuniones y ha prohibido la venta ambulante, así como la operación de mercados al aire libre y ferias de frutas, verduras y otros alimentos. En este país donde más de la mitad de los trabajadores están en paro y apenas pueden mantenerse en épocas normales con ventas callejeras o trabajos informales, estas medidas les afectan doblemente, ya que les impide realizar este tipo de actividades por la prohibición de salir, y en el caso de los vendedores ambulantes, son perseguidos por la policía y su mercancía incautada, mientras que los trabajadores públicos, incluidos maestros, profesores y personal de salud, son obligados a trabajar aunque no se cumplan las condiciones sanitarias por la pandemia. Los trabajadores esenciales (mineros, fábricas, transporte, etc.) deben asistir a sus trabajos a pesar de la existencia de variantes más peligrosas de Covid y el bajo porcentaje de vacunación.

Las condiciones que llevaron a las masas a los disturbios y saqueos de julio no han cambiado, más bien han empeorado. Por eso la burguesía, dispuesta a que no se repitan, está tratando ahora de llevar a las masas a la trampa electoral ya que el 1 de noviembre habrá que elegir autoridades municipales.

Esto no sería posible sin la traición del PC a las masas de toda la región, como en Sudáfrica donde es parte del gobierno y la burocracia sindical COSATU se dedica a  entregar las luchas y romperles la cabeza a los trabajadores tal como hizo en la huelga de los mineros de Marikana en 2012.
Julius Malema, ex miembro del ANC, parlamentario por el partido que fundó, el EFF (Luchadores por la Libertad Económica) y seguidor de Hugo Chávez, proclama la redistribución de la tierra y una África para los africanos en la que los blancos no están incluidos, salvando la entrega al imperialismo y la rapiña y explotación de las masas negras por parte de los millionarios burgueses negros; trata de ganar prestigio con su apoyo a los levantamientos de masas en Swazilandia, posicionándose a la izquierda del CNA. Malema y su partido, el opositor EFF, intenta contener en la izquierda el descontento de quienes rompen con el CNA, y se prepara para intervenir en esta trampa electoral. Lo que quiere imponer es un desvío a las acciones que los trabajadores y masas sudafricanas empobrecidas llevaron a cabo en las calles el pasado mes de julio.

Lo mismo es válido para Zimbabue

Las mismas penurias se viven en el vecino país de Zimbabue, donde los trabajadores que aún siguen trabajando no cobran hace meses y muchos vendedores ambulantes se han ido a comer a zonas rurales, ya que no pueden salir a vender debido a las restricciones de cierre y las zonas de mercado están cerradas y la represión es tan severa como en Sudáfrica. Y dado que son un engranaje muy importante en la provisión de alimentos a las áreas pobres de las ciudades, los barrios de clase trabajadora encuentran aún más difícil obtener alimentos frescos a precios asequibles.

También en Zimbabwe, la burguesía se prepara para la trampa electoral mientras los trabajadores y los pobres luchan por poner comida en la mesa. Las elecciones generales, que se pospusieron de 2020 a 2021 debido a la pandemia, finalmente se celebrarán en 2023. La oposición al gobierno ha aumentado. Los partidos de oposición, incluido el ISO-Z, están ilusionados con la esperanza de vencer al ZANU-PF, tras ver al partido gobernante perder las elecciones en Zambia, por lo que están ansiosos por discutir y organizar los preparativos de las urnas, no descartando la posibilidad de un frente electoral.

El SWP inglés y su partido hermano en Zimbabwe, ISO-Z, guardan silencio sobre la terrible situación en el país, al igual que la ZCTU (central de trabajadores). Corrientes como la ISO que llaman a formar un partido obrero no ponen su peso en la vanguardia obrera para reagruparla con el fin de derrotar a la burocracia sindical colaboracionista de la ZCTU.

Nada bueno traerán estas elecciones para los trabajadores y las masas oprimidas de Sudáfrica y Zimbabwe.

Gane quien gane las elecciones, ninguna de las demandas urgentes de los oprimidos, como acabar con el hambre y el desempleo, tendrá solución. Las penurias de los trabajadores y  de las masas explotadas solo se solucionarán con la autoorganización de la clase obrera, los campesinos pobres y las masas explotadas para tomar en sus manos la dirección de la nación, expulsando al imperialismo y a sus cómplices, la burguesía nativa, tanto blanca como negra y con la expropiación de las multinacionales imperialistas que saquean el continente africano; poniendo en marcha la economía bajo un plan de emergencia obrero, los explotados podrán salir de la catástrofe a la que están sometidos.
Las masas sudafricanas han protagonizado enormes batallas de clases.
No tienen la dirección que se merecen porque los dirigentes que tienen las someten a la burguesía y a sus trampas y engaños.

¡Luchemos por la ruptura con la burguesía de las organizaciones que hablan en nombre de la clase obrera, marchemos para poner en pie comités obreros de empresas, desempleados y consumidores!
Luchar por una dirección revolucionaria en los sindicatos es un paso para abrir el camino para conquistar trabajo y un salario digno para todos y para unir a la clase trabajadora de toda África del sur.
Hacemos un llamado a quienes hablan en nombre de la clase trabajadora como NUMSA y UMCO, la ISO, la ZTUC, A QUE ROMPAN CON LA BURGUESÍA, y pongan su peso para organizar los levantamientos de masas que están en el horizonte cercano. Las huelgas de maestros y personal de salud en ambos países, el levantamiento de masas contra la monarquía en Swazilandia hace un par de meses, apoyado fervorosamente por los trabajadores del sur de África, los levantamientos del hambre en Sudáfrica de julio prevén enormes batallas de clases que se están preparando bajo el fuego del crack capitalista y los sufrimientos sin precedentes de los de abajo.
Poner en pie las organizaciones aptas para el combate y conquistar una dirección revolucionaria de la clase obrera es allanar el camino hacia la victoria.

 

Corresponsal

 






 

 

 

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