Argentina
- 24/04/2013
Ante la sentencia por el asesinato de Mariano Ferreyra Condenaron a 15 años a Pedraza, entre otros, y salvaron a la patronal asesina de UGOFE, a los funcionarios del gobierno de la Kirchner y al conjunto del aparato represivo estatal ¡Juicio y castigo a todos los responsables intelectuales y materiales del crimen de Mariano Ferreyra y de todos los mártires obreros! ¡Libertad de los PRESOS POLÍTICOS y DESPROCESAMIENTO ¡Fuera todos los jueces corruptos y antiobreros, sirvientes de Obama y Wall Street! ¡Tribunales Obreros y Populares! Si bien Pedraza y sus pistoleros, junto a un puñado de policías asesinos seguirán tras las rejas, la justa aspiración por verlos condenados a perpetua de cientos de miles de estudiantes, jóvenes, trabajadores ferroviarios y de toda la clase obrera fue burlada el 19 de abril por el Tribunal Oral en lo Criminal 21. Los jueces, además de darle penas menores a Pedraza, a un puñado de sus pistoleros de la burocracia sindical de la Unión Ferroviaria (UF), y a algunos policías asesinos que les liberaron la zona, descartaron toda responsabilidad del gobierno de la Kirchner y su gabinete, y de la patronal esclavista de UGOFE. ¡De eso trata la justicia burguesa, entregar a algunos para salvar al conjunto de los máximos responsables! Presentándose como paladines de la ley “bien aplicada” desde sus sillones de faraones, los jueces actuaron como lo que son: una institución fundamental del estado burgués que para nada es neutral. Pues el asesinato de Mariano Ferreyra en sí mismo puso al desnudo el funcionamiento y el verdadero rol del estado burgués. Porque mostró la complicidad y la actuación coordinada entre el gobierno de la Kirchner a través del Tomada (Ministro de Trabajo) y Aníbal Fernández (ex Ministro del interior), el jefe de la policía que liberó la zona y la patronal de UGOFE, que dio 120 permisos gremiales para que las bandas de la burocracia sindical comandadas por Pedraza vayan a escarmentar a los trabajadores tercerizados. ¿En qué “argumento” se basaron para “legalizar” su impunidad? El Tribunal dio a entender claramente durante la lectura de la sentencia que aquí en Argentina no regía la ley que se aplicó en los tribunales de Nüremberg en Alemania a la salida de la II Guerra Mundial contra los Nazis, es decir la presunción de responsabilidad de los generales por la actuación de sus oficiales subordinados. Por lo tanto, aunque había “indicios”, el juez por “no tener pruebas” deslindó de toda responsabilidad a la patronal asesina de UGOFE y del gobierno de la Kirchner, pero si aplicó condenas a un puñado de sus subordinados. ¡Una verdadera estafa! Se impuso así la política de la Kirchner y “La Cámpora” de que fue “un error, un exceso” como decían los generales genocidas en los ‘70s, cuando eran ellos los que daban las órdenes para masacrar a la vanguardia obrera. No podía ser de otra manera, pues los jueces -todos corruptos y antiobreros- son de los mejores cuadros políticos de la burguesía que están para garantizar la propiedad y los intereses de las transnacionales, para otorgar impunidad a los patrones asesinos y todos los gobiernos de los capitalistas agentes de Wall Street. Esa es su “justicia”, una justicia de clase con la que se encarcela y persigue a trabajadores, con decenas de presos políticos en las cárceles y con 6.500 compañeros procesados por reclamar por sus justas reivindicaciones. Es esta misma justicia la que dicta las órdenes a las fuerzas represivas para que masacren a los trabajadores como en el Indoamericano. Estos jueces no sólo defienden y garantizan la impunidad de los capitalistas, sino que ellos mismos también se enriquecen fraguando documentos y quedándose con propiedades, y junto a la policía asesina organizando y encubriendo los negocios sucios de la burguesía como el narcotráfico y la trata de blancas (¡Recordemos el caso “Marita” Verón!). Y ahora, el gobierno de la Kirchner con su “reforma judicial”, quiere darles legitimidad a estos jueces con un manto de democracia y el “voto popular”. Una reforma que ni siquiera puede otorgar una demanda democrática formal hasta el final porque se eligen candidatos sólo para el Consejo de la Magistratura que es el cuerpo que designa a los jueces. ¡¿Qué autoridad tienen todos estos parásitos para “impartir justicia”?! ¡Basta! ¡Juicio y castigo a todos los culpables del crimen de Mariano Ferreyra y de todos los mártires obreros! ¡Disolución de la oligárquica casta de jueces vitalicios y fiscales sirvientes de Obama y Wall Street! ¡Por Tribunales Obreros y Populares para juzgar y castigar a todos los asesinos y represores de los trabajadores y el pueblo!
¿Un “fallo contradictorio” como dice Altamira del FIT? Lamentablemente, la dirección del PO, todo el FIT, y la izquierda reformista no han denunciado ni denuncian el carácter de clase de este tribunal y de toda la justicia patronal, basado en el derecho burgués, con jueces educados en décadas de genocidio y persecuciones a la clase obrera. Esta misma casta vitalicia de jueces estuvo con la dictadura videlista, y luego aplicó la Ley de Punto Final y Obediencia Debida para salvar a los milicos genocidas en los ‘80s; es la que dejó en libertad a Alfonsín tras los asesinatos de los levantamientos del hambre en 1989; a Menem cuando asesinaron a Víctor Choque y Teresa Rodríguez; a De la Rúa después de masacrar el 20 de diciembre del 2001; a Duhalde que ordenó la represión en Puente Pueyrredón que se cobrara la vida de Kostequi y Santillán; y a los Kirchner tras la masacre de la mina en Río Turbio, Cromañón, Fuentealba, el Indoamericano, Jujuy, Once y Mariano Ferreyra. Una casta de jueces vitalicia del régimen de la reaccionaria Constitución de 1853-1994, basada en la división de poderes donde cualquier decreto, ley o fallo de un poder que signifique aunque sea una mínima e insignificante concesión a las masas, la burguesía se encarga de vetarlo a través de otro de los poderes de la nación (Ejecutivo, Legislativo y Judicial). La política desplegada por Altamira (PO) y la dirección del Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT), impuso un enorme límite a la predisposición para luchar por una verdadera justicia que aplique un castigo a los instigadores intelectuales y materiales del asesinato de Mariano Ferreyra. Desde el mismo día que el compañero cayó en su puesto de lucha, miles de estudiantes, jóvenes combativos, trabajadores ferroviarios y amplias franjas de la clase obrera ganaron las calles, protagonizando una jornada de lucha nacional, y su grito era “A Mariano Ferreyra lo vamos a vengar con piquetes y la Huelga General”. Desgraciadamente el centro del programa levantado por el PO, y seguido por toda la izquierda reformista, fue “Perpetua a Pedraza”, haciendo a un lado la demanda de Juicio y Castigo a todos los instigadores intelectuales y materiales del crimen de Mariano Ferreyra y de todos los mártires obreros. Así liquidaron esta demanda que fuera un motor en la lucha de los trabajadores y explotados contra los milicos genocidas de la dictadura videlista. Fue la dirección del Altamira, el PO y el FIT la que se impuso a si misma un “techo” en el programa que levantó, cortando así con la cadena de responsabilidades. El viernes 19 de abril, mientras la indignación y la bronca de todos los que fueron a manifestarse a la puerta de los tribunales estaban a flor de piel, Altamira y Pitrola (PO) criticaban el “fallo” como “contradictorio” porque si bien este constataba la red de complicidad, la “sentencia” no se correspondía con lo que se demostró durante el juicio. Para los marxistas revolucionarios “El estado es un órgano de dominación de clase, un órgano de opresión de una clase por otra, es la creación del “orden” que legaliza y afianza esta opresión, amortiguando los choques entre las clases” (Lenin, “El estado y la revolución”). Ese estado burgués se reduce a una banda de hombres armados que tiene a disposición cárceles y otros elementos (como la justicia y sus tribunales) para imponer y mantener su dictadura sobre los explotados. Por eso, no vendrá ni un “fallo justo” ni “ejemplar” para los trabajadores, pues cualquier “concesión mínima” que dé este pilar del estado burgués será utilizada para luego embestir contra los trabajadores. No por casualidad el manifiesto comunista planteaba: “la liberación de los trabajadores, será obra de los trabajadores mismos”. Por el contrario, Altamira, Pitrola y la dirección del FIT demuestran así, lamentablemente, ser continuadores de aquellos políticos como Bernstein y Kautsky de la socialdemocracia alemana de principios del siglo XX, para los cuales el estado era “neutro”, una “bolsa vacía” dónde cada clase podía imponerle su propio contenido. Con esta falsa premisa política demostrada en mil y un combates de la clase obrera, el FIT intenta presionar a los jueces para que estos fallen a favor de los explotados, es decir que esta institución reaccionaria sea la que haga justicia. Una verdadera utopía reaccionaria que no hace más que desarmar, desorganizar e inocularle el veneno reformista a la clase obrera y los explotados.
Un fallo aplaudido por el gobierno de la Kirchner y toda la patronal Sólo los trabajadores conquistando la democracia obrera y uniendo su lucha impondrá el juicio y castigo a los responsables del crimen de Ferreyra y de todos los mártires obreros, liberar y desprocesar a los más de 6500 compañeros perseguidos, y derrotar en las fábricas y en las calles a la burocracia sindical La dirección del PO y del FIT anunció que apelara el fallo, pues quieren un “fallo ejemplar” que condene a Pedraza y sentar un precedente para el futuro en la lucha contra la burocracia sindical. El problema no está en la apelación el fallo, sino en que le dicen a la vanguardia combativa de la clase obrera que a la burocracia se la derrota con la justicia. Nada más falso que ello. La pelea por ver a los burócratas asesinos como Pedraza tras las rejas de por vida, por castigar a todos los responsables intelectuales y materiales del asesinato de Mariano Ferreyra y de todos los mártires obreros, retomando la lucha por el “JUICIO y CASTIGO a todos los represores de los trabajdores”; es un mismo combate por conquistar la libertad de los presos políticos y el desprocesamiento de los 6.500 luchadores obreros y populares perseguidos por la justicia patronal. Para eso la clase obrera debe romper con toda atadura al estado burgués que le imponen sus direcciones y poner en pie un Movimiento Nacional de Organizaciones Obreras y Populares que coordine estas demandas, derrote a la burocracia de la CGT y la CTA e imponga la Huelga General. Luchando así, se conquistarían las condiciones para que vuelva a tronar en las calles el grito de guerra de la revolución del 2001: “Que se vayan todos, que no quede ni uno solo” y llevarlo a la victoria con una insurrección triunfante. Pues se trata de demoler piedra sobre piedra de esa casta de jueces videlista-peronista-radical, uno de los pilares del estado de los capitalistas, y conquistar los Tribunales Obreros y Populares, que son los únicos que podrán imponer una verdadera justicia de clase que castigue a todos los responsables de todos los crímenes de la patronal y sus agentes contra los trabajadores. Porque como decían Marx, Engels, Lenin y Trotsky, no se puede reformar el Estado burgués o que la clase obrera lo utilice en su beneficio, sino que hay que demolerlo con la revolución obrera y socialista, y el poder en manos de los trabajadores y explotados.
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