16/3/08
El gobierno del MAS, sostenido en las dirección colaboracionistas de la COB y los campesinos, impone el camino a la trampa de referéndum por la nueva Constitución Política del Estado.
La fraudulenta Asamblea Constituyente y su “nueva” Constitución no le dan el pan y el trabajo al obrero, ni la tierra a los campesinos pobres, mientras le garantiza la propiedad y las ganancias a las transnacionales y los terratenientes.
Lugo de más de un año de pactos con el gobierno de Evo Morales, la Media Luna fascista, representante de la rosca que derribamos con la revolución en 2003-2005, vuelve a levantar cabeza.
¡BASTA!
Mientras la burguesía discute el reparto de sus negocios, los obreros y campesinos pobres son azotados por una brutal inflación y carestía de la vida.
¡La clase obrera debe romper toda subordinación a la burguesía y conquistar un Congreso de Delegados de Base de Todas las Organizaciones de la COB y los campesinos pobres!
¡Para derrotar a las direcciones colaboracionistas!
¡Enfrentar la carestía de la vida imponiendo trabajo para todos y salarios dignos con la escala móvil de salarios y horas de trabajo!
¡La verdadera nacionalización de los hidrocarburos y la minería bajo control obrero!
¡Expropiación de los Terratenientes para darles la tierra a los campesinos pobres!
¡Poner en pie la milicia obrera y campesina para aplastar a las bandas fascistas!
En el camino de imponer un gobierno obrero y campesino basado en la autoorganizacion de las masas y su armamento, el único que puede romper con el imperialismo y darle la tierra a los campesinos arruinados.
El gobierno de Evo Morales y Linera –socio de la transnacional francesa Totalfina- viene de aprobar, el 28 de febrero, la marcha a referéndum de la nueva Constitución Política del Estado (CPE) votada por la fraudulenta Asamblea Constituyente. Sin el acuerdo de la Media Luna -que también convoca a sus referéndum por los estatutos autonómicos-, y apoyado en una movilización de organizaciones obreras y campesinas, el MAS dio marcha a su plan de referéndums, camino a intentar imponer un nuevo régimen de dominio burgués estable con instituciones prestigiadas sobre la base del estrangulamiento definitivo de la revolución boliviana.
En el acto del gobierno de presentación del referéndum el mismo día que fue aprobado, se escuchó a los dirigentes colaboracionistas de las organizaciones obreras decir “enfrentaremos a la oligarquía fascistas en defensa del gobierno democrático y la nueva Constitución con la vida si es necesario”. Las direcciones colaboracionistas de las organizaciones de lucha de las masas, han llevado al proletariado y al campesinado pobre a apoyar “con la vida si es necesario” una Constitución burguesa que enfrenta en su totalidad las acciones y programa revolucionario de Octubre de 2003 y Mayo-Junio de 2005. Nada bueno vendrá para los explotados con esa Constitución que garantiza la permanencia, saqueo y super ganancias de las transnacionales, y lo “máximo” que puede dar para el campesino pobre son algunas parcelas de tierras improductivas, mientras permite a los terratenientes mantener la concentración de las mejores tierras, solamente que dividiéndolas en mayor cantidad de testaferros en función de “las hectáreas permitidas”. ¡Es la Constitución del MAS y las transnacionales! ¡Es la Constitución para no dejar ni rastros del combate revolucionario de los obreros y campesinos en 2003 y 2005!
Mientras tanto, la inflación azota a los explotados aumentando brutalmente la carestía de la vida cada día, la desocupación crónica y los salarios de hambre lejos de resolverse se profundizan, los miserables presupuestos para la educación y salud no pasan de medio año y los campesinos pobres sin sus tierras son golpeados por las inundaciones y epidemias, mientras el gobierno de Evo Morales destina jugosas sumas de dinero para subsidiar a los grandes terratenientes “afectados” por las inundaciones. ¡Ni la Consituyente, ni su Constitución ha dado nada a los obreros y campesinos pobres! ¡Los explotados que abrieron la revolución en 2003-2005 no tienen ni sus hidrocarburos, ni su trabajo, ni su pan, ni sus tierras! ¡Esta es la farsa de la “revolución bolivariana” de Chávez, Morales y el Foro Social Mundial; negocios para las transnacionales y las burguesías nativas, y miseria y super explotación para el proletariado y los campesinos pobres!
Tan solo a unos años de las históricas acciones independientes de masas que derribaron primero a Goni y lego se cobraron la cabeza de Mesa, e hicieran estallar por los aires al viejo régimen de la rosca, con las masas marchando a tomar el cielo por asalto al grito de ¡Fusil, metralla, Bolivia no se calla! ¡Fuera gringos! ¡Nacionalización total de los hidrocarburos o muerte! ¡La tierra para los campesinos!, hoy por las mil y una traición de las direcciones colaboracionistas del proletariado, los explotados han sido llevados a los pies del gobierno de Evo Morales y su Constitución burguesa, mientras la vieja rosca de la Media Luna, fortalecida por más de un año de pacto con el gobierno de Evo Morales, saca sus bandas fascistas apaleadoras de obreros y campesinos para disputar una parte de los enormes negocios hidrocarburiferos.
El gobierno de frente popular del MAS pasa a la ofensiva con su Constitución “Indigenista” al servicio del Mercosur, pues una vez que expropió la revolución, preservó las FF.AA asesinas de obreros y campesinos y les repartió una parte de los negocios de la minería, desorganizó las filas obreras y pactó con la Media Luna fascista, para poner los hidrocarburos bolivianos al servicio del Mercosur y la producción capitalista del cono sur; reagrupó tras de sí a la mayoría de las transnacionales que, vienen de cerrar el negocio de la carretera bi-oceánica que une el Pacifico con el Atlántico para transportar mercancías, es decir saquear los hidrocarburos bolivianos. Este acuerdo fue firmado por la Totalfina y la Repsol representados en los gobierno de Morales y Lula, junto a la British Petroleum representada por Bachelet. Mientras este acuerdo se firmaba los últimos días de 2007; Chávez y Kirchner cerraban el llamado “Gasoducto del Sur” cruzando a Bolivia con una verdadera cruz de las transnacionales para intentar enterrar definitivamente la revolución boliviana.
En esta situación, el imperialismo yanqui con su transnacional, la Exxon que quedara fuera de los negocios petroleros en Venezuela donde Chávez le dio aquellos a la Totalfina francesa, no queda bien posicionada en el reparto de los negocios y junto a los ganaderos de la Media Luna presionan al gobierno de Morales para que reparta “más equitativamente”.
Las actuales contradicciones ínterburguesas
Sin embargo los dos sectores de la burguesía, con las transnacionales por detrás, tienen total acuerdo en que hay que conquistar un nuevo régimen de dominio burgués estable, donde no quede ni rastro de las acciones independientes revolucionarias de masas de 2003-2005, su programa y sus organismos, pero que a su vez garantice un buen reparto del botín de los negocios hidrocarburiferos.
Para esto, la política del gobierno de frente popular de Evo Morales es marchar a los referéndums (sobre la Constitución, revocatorio y sobre las autonomías) para terminar por hacer un nuevo pacto con la Media Luna fascista e imponer un nuevo régimen de dominio burgués que no deje ni huellas de 2003-2005. Mientras tanto, al no estar las masas movilizadas de forma independiente, la Media Luna con sus bandas fascistas, presiona para quedar con una mejor parte de los negocios, y organiza sus propios referéndum de estatuto autonómico, manteniendo como amenaza permanente la partición de Bolivia para ahogar en sangre al proletariado y los campesinos pobres de la mano del imperialismo yanqui.
La cruda realidad es que mientras la burguesía discute sus negocios y define una salida definitiva a su favor estrangulando la revolución abierta en 2003-2005, las masas obreras y campesinas que dejaron cientos de muertos en los combates de barricada para expulsar al imperialismo y darle la tierra a los campesinos pobres, de la mano de Evo Morales y su fraudulenta Asamblea Constituyente están peor que antes.
¡Estos son los resultados de la imposición del pacto MAS-PODEMOS sostenido en las direcciones colaboracionistas de las masas! La burguesía se reparte sus negocios, los explotados hundidos en la peor de las miserias, una Constitución “Indigenista” al servicio de las transnacionales y el Mercosur de la burguesía, y las bandas fascistas apaleando obreros y campesinos.
La inflación es un flagelo permanente, donde el pan ya duplicó su precio, lo mismo que el brutal aumento de las carnes, pollo, arroz, aceite y toda la canasta básica; y cuando los rentistas quieren movilizarse ante esta situación, el gobierno con su “renta dignidad” de miseria en una mano y el garrote en la otra, los reprime brutalmente dejando ancianos heridos en las calles de La Paz como sucediera hace solo días.
La burocracia colaboracionista de la COB, CORs, CODs y sus “huelgas”: Fuegos de artificios para mantener sometido al proletariado a al gobierno de Evo Morales.
Vemos a las CODs y CORs organizar distintas movilizaciones contra de la inflación. El cinismo de estas direcciones no tiene limites. La COB viene de hacer una “huela general indefinida” llamada de un día para el otro, la cual no pudo mantenerse ni dos días, intentando demostrarle al proletariado que es débil y que solo le queda apoyar al gobierno. Es que de la mano del gobierno de Evo Morales, su Constituyente fraudulenta y su nueva CPE, lo único que le espera a los explotados es miseria, superexplotación y represión.
El responsable de la inflación es el gobierno de Morales y Linera, pues el saqueo de los hidrocarburos hace que el resto de las mercancías tienda a seguir el precio de los hidrocarburos que se exportan a precio dólar haciendo aumentar permanentemente todo lo que se produce en el país, como la comida. ¡Son las superganancias de las transnacionales cobijadas en el gobierno de Evo Morales y Linera, quienes hambrean a los explotados! La catástrofe natural, donde la burguesía nada pierde y los explotados quedan sin nada, es una excusa para profundizar esta situación, mientras los propios terratenientes hacen negocios con los subsidios del estado.
Por eso la política de las direcciones de la COB, las CODs y CORs, junto a la FSTMB no es más que puro cinismo colaboracionista. Pues no se puede siquiera, enfrentar la carestía de la vida y conquistar trabajo y salarios dignos, sin romper con la burguesía, con su gobierno y sus referéndum tramposos y sus instituciones, para unificar las filas obreras en un Congreso de delegados de base de las organizaciones obreras, de campesinos pobres y estudiantes combativos, para que el proletariado como clase, acaudille la lucha contra la carestía de la vida. ¡Sin imponer la ruptura de las organizaciones obreras con la burguesía, el proletariado no puede luchar!
Por el contrario, la política de las direcciones colaboracionistas de las organizaciones obreras y de campesinos pobres es organizar movilizaciones impotentes de contención, mientras subordinan a la COB, CODs, CORs y la FSTMB a la burguesía “democrática”, su Constitución y referéndums, contra la Media Luna fascista, impidiendo luchar contra la carestía de la vida, por los hidrocarburos y por el aplastamiento de las bandas fascistas. ¡Abajo las direcciones colaboracionistas de las organizaciones obreras!
La cobertura por “izquierda” a esta política de la burocracia la brinda el POR-Lora dándoles recetas para “verdaderas” luchas sindicales y saláriales, y criticando sus errores, pero negándose sistemáticamente a organizar el combate por derrotar a la burocracia de la COB a la cual sostienen como su pata izquierda.
Lo cierto es que la burocracia esta siguiendo al pie de la letra la política lorista. División de las filas obreras, impedir que surjan los organismos de democracia directa para la lucha política de masas y su armamento –soviet- y organizar luchas de presión por demandas saláriales, eso si, como Lora en sus periódicos, la burocracia también en sus actos se la pasa arengando el socialismo y la toma del poder por parte del proletariado.
El proletariado minero debe volver a ponerse de pie unificando sus filas bajo su programa histórico: Las Tesis de Pulacayo.
La política de colaboración de clases de las direcciones del proletariado ha silenciado la dinamita del minero. Solo se escuchan los dirigentes apoyando al gobierno o cuanto mucho exigiéndole que “cumpla la agenda de octubre”, lo que es una verdadera falacia, pues este gobierno vino a enterrar Octubre de 2003 y Mayo-Junio de 2005. El gobierno al que le “exigen” estos burócratas es el mismo que en Julio de 2007 organizó una trampa, y gracias a que la dirección del sindicato de Huanuni y la federación, llevaron a miles de mineros sin sus dinamitas y desorganizados a bloqueos de carretera por demandas locales, reprimió, apaleó y encarceló a los mineros que volvieron desnudos y humillados al distrito sin entender cómo pudieron sufrir semejante derrota. ¡No fueron las cobardes bandas fascistas de la Media Luna quienes apalearon a los mineros de Huanuni, sino el ejército asesino “bolivariano” de Evo Morales!
A esto las direcciones de las organizaciones obreras le respondieron profundizando la división y desorganización de las filas proletarias para someterlas al gobierno de Morales. Fue a fuerza de traiciones, balas y palos que han dividido y debilitado al proletariado minero boliviano.
Mientras el gobierno le entrega a las transnacionales el Mutún, una pequeña minoría de burócratas apoyado en los sectores acomodados de los mineros, garantiza el silencio de la dinamita revolucionaria. La mayoría del proletariado del subsuelo trabaja en condiciones inhumanas, y un océano de esclavos bajo la bota de los patrones Cooperativistas mueren como moscas en los socavones abandonados de toda la nación, y se pelean entre sí por las “mejores” minas abandonadas, como pasó tan solo hace semanas en el distrito de San José. ¡Basta! Con el proletariado minero subordinado a la burguesía de Morales y brutalmente dividido, la clase obrera boliviana no podrá ponerse de pie. ¡Hay que volver al programa revolucionario de las Tesis de Pulacayo! ¡Hay que imponer la unidad de las filas mineras! ¡Congreso minero de delegados de base de todo el país, de Comibol y de explotados en las cooperativas! ¡Para imponer la lucha en las calles por la nacionalización de todas las minas bajo control obrero incluido el Mutún! ¡Todo minero que no explota a otro minero, pasa a trabajar en las minas nacionalizadas con todas las conquistas de los asalariados! ¡La industrialización vendrá de la expropiación de todas las transnacionales en Bolivia como se planteó en 2003-2005! Para lograr esto ¡Fuera las direcciones colaboracionistas de la FSTMB y los sindicatos locales! Solo así podrá surgir la milicia minera que vuelva a aterrorizar a la cobarde oligarquía cruceña, pero no al servicio del gobierno del MAS, sino al servicio de sublevar a todo el proletariado y los campesinos pobres retomando el camino revolucionario del proletariado boliviano: el de 1952, su milicia y el programa de Las Tesis de Pulacayo.
Para enfrentar la carestía de la vida, conquistar el trabajo, el salario, la tierra, los hidrocarburos y aplastar las bandas fascistas: ¡Hay que romper con la burguesía y conquistar un poderoso Congreso de Delegados de Base de todas las Organizaciones de la COB, los campesinos pobres y los estudiantes combativos!
La clase obrera no puede estar dispuesta a dar la vida, como dicen sus dirigentes, por la Constitución de la burguesía. Los obreros y campesinos que cayeron en las barricadas de 2003-2005 murieron por el programa del proletariado y los explotados.
Para enfrentar la inflación hambreadora, para conquistar el trabajo y salarios dignos, derrotar las bandas fascistas de la Media Luna y retomar el camino de 2003-2005, hay que romper con la burguesía. La clase obrera debe imponer la ruptura e independencia total de las organizaciones obreras del gobierno de Evo Morales, su nueva Constitución al servicio de las transnacionales y sus referendums tramposos. El proletariado debe dar la vida si es necesario por sus organizaciones de lucha independientes de la burguesía y por sus propios intereses que son los intereses de todos los explotados. ¡Basta! Contra la carestía de la vida y la desocupación, ¡Hay que imponer la escala móvil de salarios y horas de trabajo! Contra el aumento generalizado de los alimentos ¡Hay que expropiar a los terratenientes y ganaderos, para darle la tierra a los campesinos y garantizar alimento barato!
El proletariado debe retomar sus banderas de Mayo-Junio de 2005 donde, en las calles se ganó a los campesinos pobres dirigidos por Evo Morales al grito de ¡Ni 30%, ni 50%, Nacionalización de los hidrocarburos!; debe recuperar la COR de El Alto indomable que fue usurpada por el MAS; debe volver a poner a los mineros como vanguardia revolucionaria en las calles al grito de ¡Nacionalización total de los hidrocarburos, las refinerías, los oleoductos y gasoductos bajo control obrero! ¡Nacionalización total de la minería bajo control obrero, incluido el Mutún! ¡Todos los trabajadores mineros explotados por los patrones Cooperativistas deben pasar a las minas nacionalizadas con todas las conquistas de los mineros asalariados y con salario mínimo al nivel de la canasta familiar!¡Ni 5.000, ni 10.000 hectáreas, expropiación total de los terratenientes para imponer granjas colectivas con fuerte inversión del estado para los campesinos pobres y sin tierra! ¡Expropiación de los bancos, banca estatal única para otorgar créditos baratos a los campesinos pobres e invertir en tractores, fertilizantes, semillas etc.!
Mientras la burguesía negocia las tajadas del saqueo y la superexplotación de Bolivia, quieren engañar a los explotados con sus referéndum tan fraudulentos como la Asamblea Constituyente del pacto MAS-PODEMOS, que garantizó la permanencia de las transnacionales y de los terratenientes. ¡Ningún referéndum resolverá los problemas de los explotados! ¡Abajo la trampa de los referéndum del MAS y la Media Luna! Pero este comino solo puede imponerse rompiendo con la burguesía, derrotando a las direcciones colaboracionistas de las organizaciones obreras y conquistando la única democracia para los explotados, la de un Congreso Obrero Nacional de Delegados de Base de Todas las Organizaciones de la COB, al cual asistan delegados de base de los campesinos pobres que están dispuestos a expropiar a los terratenientes. Ese congreso debe imponer la milicia obrera para aplastar al fascismo y enfrentar al ejercito anti obrero de Evo Morales. Solamente así, la clase obrera y los campesinos resguardarán la unidad boliviana al servicio de los explotados, expulsando a las transnacionales y expropiando a los terratenientes reabriendo el camino de la revolución proletaria que fuera expropiada por la farsa de la “revolución bolivariana”.
Un poderoso congreso nacional de delegados de base de todo el movimiento obrero para romper con la burguesía es lo único que puede despertar las enormes energías del proletariado, adormecidas por el frente popular, así como la de los campesinos arruinados y los estudiantes combativos que quieren expropiar a los terratenientes y aplastar el avance del fascismo. Este congreso deberá formar la milicia obrera y campesina nacional centralizada y llamar a los soldados rasos –los hijos de los explotados bajo armas- a que desconozcan a sus oficiales y se sumen con sus armas a este congreso obrero y su milicia para marchar a aplastar al fascismo. Ese congreso es el que puede derrotar a las direcciones colaboracionistas de la COB, que subordinan al proletariado a la burguesía, y retomar en las calles el combate por imponer trabajo para todos y escala móvil de salarios y de horas de trabajo para enfrentar la desocupación y la miseria. Este combate solo puede triunfar expulsando a las transnacionales con la verdadera nacionalización de los hidrocarburos y la minería bajo control obrero, y la expropiación de los terratenientes para darle la tierra a los campesinos pobres organizando granjas colectivas con fuertes inversiones del estado; imponer la nacionalización de la banca y banco estatal único que le otorgue crédito barato a los campesinos pobres y arruinados, como parte de las medidas más urgentes para los explotados.
Con este combate independiente en las calles, el proletariado le demostrará al campesino arruinado sometido al gobierno de Morales, que la clase obrera esta decidida a ir hasta el final con su lucha y garantizar sus sentidas demandas, recuperando así la alianza revolucionaria obrera y campesina en las calles. Para conquistar este camino, el único que puede impedir el estrangulamiento definitivo de la revolución, se vuelve vital derrotar a las direcciones colaboracionistas de las organizaciones obreras e imponer una dirección revolucionaria de la COB y de todas sus organizaciones que diga con claridad que estas medidas urgentes sólo podrán ser garantizadas por un gobierno obrero y campesino basado en la autoorganización y armamento de las masas, el único gobierno que puede romper definitivamente con el imperialismo y darle la tierra a los campesinos como palanca de la revolución latinoamericana.
Detrás de las actuales discusiones entre la burguesía boliviana por el reparto de los negocios y la puesta en pie de un nuevo régimen de dominio estable, se esconde el estrangulamiento definitivo de la revolución. Son los resultados de la “revolución bolivariana” de las burguesías nativas del continente, socias menores del imperialismo. Se trata de que los bolivarianos, una ves que expropiaron la lucha antiimperialista de las masas del continente y aislaron la revolución boliviana para que sea expropiada por el gobierno de frente popular de Evo Morales, terminen de imponer la “paz social” en el continente para garantizar los negocios del imperialismo y su propia parte.
Por eso, vimos cómo sobre los huesos y la sangre de los militantes de las FARC, los bolivarianos se abrasan y besan con Uribe, el gendarme imperialista en Latinoamérica, para que todas las transnacionales puedan continuar sus negocios “en paz” con los gasoductos y oleoductos en el continente, y son los bolivarianos los verdaderos encargados del desarme y entrega de los militantes de las FARC y la resistencia colombiana, para también darle un enorme escarmiento a los explotados del continente.
La nueva Constitución “Indigenista” del MAS y las transnacionales junto con sus referéndum, son parte de esta política de la “revolución bolivariana” para terminar con todo vestigio de combate revolucionario en el continente, y dejarle así las manos desatadas a la burocracia Castrista cubana para imponer la restauración capitalista en la isla, dándole un golpe certero a los explotados del continente y el mundo. ¡El proletariado internacional debe impedirlo!
Imponer la ruptura de las organizaciones obreras con el gobierno de Evo Morales para ganar nuevamente las calles como en 2003-2005, significa que, uno de los proletariado más combativos, rompe con la farsa de “revolución bolivariana” que se apresta a no dejar ni rastro del combate revolucionario de las masas del continente, volviendo a ponerse, los obreros bolivianos, como vanguardia de la revolución Latinoamericana.
Por eso, ese Congreso de ruptura con la burguesía, de delegados de base de la COB y los campesinos pobres que deben conquistar los explotados bolivianos, tendrá toda la autoridad para hacer un llamamiento internacional, no como ese fraude de “Encuentro Sindical Latinoamericano” que esta llamando la actual dirección colaboracionista de Montes y su camarilla, junto a la nueva burocracia de CONLUTAS de Brasil, sino un poderoso llamamiento del proletariado boliviano a un congreso Continental de las organizaciones obreras que rompan con la burguesía y enfrenten la farsa de la “revolución bolivariana” que sostiene los plantes imperialistas en nuestro continente, y se aprestan a aplicarle una enorme derrota a la revolución Latinoamericana restaurando el capitalismo en Cuba.
Hay que poner en pie una dirección revolucionaria del proletariado boliviano, como parte de un único partido revolucionario de la clase obrera Latinoamericana.
La revolución boliviana fue expropiada por el frente popular y en estos momentos, la burguesía se apresta a estrangularla definitivamente. El factor determinante que impuso esta situación, es que el proletariado comenzó una grandiosa revolución en 2003-2005 sin una dirección revolucionaria a su frente, más por el contrario una enorme sobreabundancia de direcciones traidoras pusieron a los explotados al borde del abismo. Una vez más, como en 1952 y 1971, el proletariado boliviano protagoniza una enorme revolución que no puede triunfar. En estas tres revoluciones, el rol de los liquidadores del trotskysmo fue fundamental.
Nuevamente el POR jugó todo su papel, esta vez sosteniendo por izquierda a la burocracia colaboracionista de las organizaciones obreras para que no surjan los soviet y el armamento del proletariado en medio del ascenso de masas. Una vez que el frente popular asume el poder, el POR se dedicó a cubrir por izquierda la liquidación de la independencia de clases de las organizaciones obreras que encabezó la burocracia lechinista de la COB, negándose a luchar por centralizar a la vanguardia y derrotar a la dirección colaboracionista del proletariado. Cuando la reacción levantó cabeza con sus bandas fascistas, el POR aplicó la política stalinista en su tercer período, planteando que el MAS y la Media Luna son lo mismo, dejándole las manos libres a la burocracia de la COB para que impida que el proletariado tenga una política revolucionaria, para ganarse la base de los campesinos pobres subordinados al gobierno, para que surja el soviet en la resistencia y aplastar al fascismo romiendo toda subordinacion de las organizaciones obreras con el frente popular.
Vimos también a la LOR-CI –grupo satélite del PTS de Argentina-, que se la pasó toda la revolución planteando como consigna de poder su “Asamblea Constituyente”, la otra cara de la política del POR para que no se centralizaran los organismos de lucha política de masas y surja un doble poder nacional armado. Ahora que la Asamblea Constituyente fue la institución fundamental para que el frente popular termine por expropiar la revolución, y donde la vieja rosca de la Media Luna se volvió a fortalecer, esta secta de “eruditos” le dan recetas al proletariado de El Alto de cómo organizar sindicatos para que rompan con “su atrasada conciencia” ¡¿!? impidiendo que la vanguardia revolucionaria alteña saque la conclusión fundamental, que es que por traición de la dirección proletaria le expropiaron sus organismos y su revolución, para ponerlos a los pies del frente popular y a merced del fascismo.
El rol de los renegados del trotskysmo en la revolución boliviana abierta en 2003-2005, fue cubrirle la espalda por izquierda a la traición de la dirección de la COB y sus organizaciones, e impedir que se desarrollen, se centralicen y se armen los organismos de democracia directa conquistados por la revolución.
La conclusión fundamental que debe sacar la vanguardia proletaria y juvenil, es que sin una dirección revolucionaria internacionalista, que luchando por los soviet, de cara a la vanguardia y las masas derrote a las direcciones reformistas que conspiran contra la revolución, es imposible triunfar.
Por eso, con las lecciones del 52, del 71 y ahora con las lecciones revolucionarias de 2003-2005 y de las revoluciones del proletariado mundial que fueron abortadas, derrotadas y estranguladas, también por no tener una dirección revolucionaria a su frente, es que debemos poner en pie esa dirección internacionalista del proletariado boliviano.
Acontecimientos históricos ya están aquí, el proletariado boliviano volverá a ponerse de pie, sus traidores jamás. La dirección revolucionaria que debe ponerse de pie en Bolivia, para que sea verdaderamente revolucionaria, debe ser parte de una única dirección revolucionaria internacional, un único partido revolucionario del proletariado latinoamericano. Todas las fuerzas de los trotskistas internacionalistas y los obreros y jóvenes avanzados debe concentrarse en conquistar esta tarea de vida o muerte. La próxima revolución boliviana debe tener la dirección que se merece a su frente para triunfar como eslabón de la revolución latinoamericana y mundial.
Es por esto que Octubre Rojo Internacionalista, Integrante de la Fracción Leninista Trotskista, combate incansablemente por una conferencia internacional del trotskysmo principista y las organizaciones obreras revolucionarias, que ponga en pie, dando respuestas revolucionarias a los test ácidos de la lucha de clases mundial, un centro internacional revolucionario del proletariado mundial.
Laura sanches y Aniba Vera
VENEZUELA
El referéndum constitucional en Venezuela de diciembre pasado, provocó una división y una polémica entre las distintas corrientes de los renegados del trotskismo que conforman el “ala izquierda” del Foro Social Mundial comandada por Castro y Chávez a través de Petras y Celia Hart.
Hasta ese momento, todas estas corrientes venían sosteniendo –más abierta o más “críticamente”- al gobierno burgués de Chávez y su estafa de “socialismo del siglo XXI”. Sin embargo, frente al referéndum del 2 de diciembre de 2007, se dividieron en tres posiciones por un lado, Petras, Hart y todos los renegados del trotskismo del ala de la “nueva izquierda” –como el PSOL de Brasil, el MST de Argentina, Marea Clasista en el PSUV, etc.- comandados por el mandelismo con la presencia en Venezuela de la propia LCR francesa, fueron impulsores incondicionales del voto por el SI a las reformas constitucionales de Chávez. Por su parte, Orlando Chirino (UIT) y quienes integran el movimiento por un PT en Venezuela, llamaron al voto nulo. Mientras que la LIT-CI, su partido-madre, el PSTU de Brasil y la UST, su pequeño grupo en Venezuela, directamente llamaron a votar por el NO.
De esta manera, en los hechos, se dividieron tareas para jugar, cada uno, el rol que les ha sido asignado: ya sea de sostener directamente a Chávez desde dentro del partido burgués que éste viene de fundar, el PSUV, como es el caso Hart y los renegados del trotskismo de la “nueva izquierda” que no dudan inclusive en intentar falsificar al propio León Trotsky para justificar su apoyo incondicional a ese gobierno burgués expropiador de la lucha antiimperialista y revolucionaria de las masas en Venezuela y en América Latina; ya sea ubicándose a la izquierda del mismo para contener todo proceso de radicalización o ruptura de los trabajadores venezolanos con Chávez, como es el caso de la UIT-CI. En el caso del PSTU, llamando a votar por el NO –alineándose así abiertamente con la burguesía golpista abiertamente pro-yanqui- no hacía más que subordinar su política a las necesidades del régimen burgués brasileño que, con Lula a la cabeza, se oponía a la Constitución de Chávez y a la posibilidad de su reelección indefinida.
Es que, más allá de los matices y diferencias entre las distintas variantes de los renegados del trotskismo frente al referéndum constitucional, dos hechos de las últimas semanas mostraron que dichas diferencias son de segundo orden y que todos siguen siendo –más abierta o más críticamente- sostenedores de Chávez y de su estafa de “revolución bolivariana”. Así, frente a la masacre de Reyes y los militantes de las FARC en territorio ecuatoriano, todos ellos se subordinaron a los gobiernos burgueses de Correa y Chávez que, después de algunos fuegos de artificio sobre la “soberanía” y demás, terminaron rápidamente en la OEA y en la Cumbre de Río abrazados con el genocida Uribe, que así, legitimado, se dedicó a mandar a sus paramilitares a asesinar, en menos de diez días, a 5 dirigentes sindicales de bancarios, salud y docentes, activistas y organizadores de la marcha contra el terrorismo de estado realizada en Colombia el 6 de marzo.
Todas estas corrientes de los renegados del trotskismo, bajo el comando de Celia Hart, se alinearon políticamente con los gobiernos burgueses de Correa y Chávez e inclusive, se subordinaron a ellos en el terreno militar, cuando el ataque de las tropas de ocupación colombianas comandadas por Uribe y Bush no fue contra Ecuador o Venezuela, sino contra los militantes de las FARC y la resistencia colombiana. En esa trinchera militar, la de las FARC y la resistencia de las masas colombianas, era donde teníamos que ubicarnos lo revolucionarios, sin por ello dar ningún tipo de apoyo político a la dirección de las FARC, a su política de colaboración de clases y a su método impotente del foquismo. Demás está decir que estos renegados del trotskismo se mantuvieron bien lejos de esa trinchera militar: ninguno quiso ubicarse en la misma.
Cuando no se secaba aún la sangre de los militantes de las FARC y de los dirigentes obreros asesinados en Colombia, en Venezuela, Chávez mandaba a reprimir brutalmente a los trabajadores de SIDOR, para cuidar los negocios de su amigo, el patrón “bolivariano” Paolo Rocca, titular del grupo Techint, dueño de esa acería en Venezuela. Por supuesto que todos los renegados del trotskismo –ésta vez, la impostora Celia Hart Santamaría tuvo la prudencia de llamarse a silencio, al menos por el momento- salieron a “repudiar” la represión y a manifestar su apoyo a los obreros de SIDOR. El ala abiertamente chavista –Marea Socialista, CRT de Marcela Máspero, la corriente de Alan Woods- salieron a decir que los responsables son el ministro de trabajo y el gobernador del estado, y a pedirle a Chávez que intervenga a favor de los trabajadores. Los más críticos, como Orlando Chirino, dirigente nacional de la UNT, salieron a responsabilizar correctamente a Chávez por la represión. Demás está decir que en absoluto asumen su responsabilidad por haber sostenido a Chávez ni por haber llamado a los trabajadores a votar por él, dejándolos así atados a un gobierno patronal, inermes ante la segura represión que éste iba a desatar ante sus justos reclamos. Pero además, Chirino, como dirigente de la UNT, se ha cuidado muy bien de mencionar siquiera la palabra “huelga”, ni menos que menos, de llamar al paro nacional en apoyo a los obreros de SIDOR y contra la represión. En ello, todos los renegados del trotskismo en sus distintas variantes, tienen acuerdo: al gobierno burgués de Chávez se lo puede criticar, se lo puede presionar y denunciar inclusive, como en este caso, pero enfrentarlo con la huelga y los métodos de lucha de la clase obrera, está prohibido.
Todo ello no ha impedido que Chávez despidiera a Orlando Chirino -dirigente de la UNT e impulsor del Movimiento por un Partido de Trabajadores en Venezuela- de su puesto de trabajo en PDVSA. Demás está decir que, desde la Fracción Leninista Trotskista (FLT), repudiamos el despido de Orlando Chirino y exigimos su inmediata reincorporación a su puesto de trabajo en PdeVSA, sosteniendo una posición de principios de clase, como lo hacemos y lo haríamos ante el despido de cualquier trabajador por la patronal.
En esta sección polemizaremos centralmente con la escandalosa posición del PSTU frente al referéndum constitucional venezolano del 2 de diciembre de 2007. Pero el lector encontrará también una breve polémica con la impostora Celia Hart Santamaría que publicó el 1/12/07 un artículo titulado “León Trotsky dice SI a las Reformas Constitucionales”; así como también la posición de la FLT frente a la brutal represión del gobierno de Chávez contra los obreros de SIDOR,
La polémica entre James Petras y el PSTU de Brasil sobre el referéndum constitucional en Venezuela
Una disputa entre dos variantes del stalinismo alrededor de a qué sector de la burguesía apoyar
El 2 de diciembre de 2007, se realizó en Venezuela el referéndum convocado por Chávez, para votar por SI o por NO a las reformas introducidas a la Constitución. Luego del referéndum y del triunfo del NO en el mismo, el intelectual norteamericano James Petras, defensor del gobierno de Chávez y del voto por el “Sí” en ese referéndum, en declaraciones realizadas para una radio de Uruguay afirmó que tenía pruebas de que instituciones imperialistas habían financiado con 213,000 dólares a los estudiantes venezolanos partidarios del “No”, y que con esa gente habían trabajado los “trotskistas” como el PSTU. En respuesta a estas afirmaciones, la dirección del PSTU sacó una carta abierta, en la que plantea que las acusaciones de Petras son las calumnias y amalgamas típicas del stalinismo contra el “trotskismo” e intenta defender políticamente su llamado a votar por el “No” en el referéndum. Lo primero que demostraremos es que, lejos de representar en esta polémica el PSTU al “trotskismo” no es más que una discusión entre dos alas del stalinismo –una, Petras, representante directa de la burocracia castrista, y otra, el PSTU, que juega el papel de contener en brasil- alrededor de cuál era, en la trampa del referéndum venezolano, el sector burgués “progresista” y democrático” al que había que apoyar. Veamos.
No estamos ante una polémica más, ni ante un hecho menor: Petras ha venido trabajado estrechamente con la dirección del PSTU de Brasil desde hace ya un tiempo, ha sido invitado por ese partido varias veces a sus actividades y a dar reportajes en su periódico. Es más, junto con Celia Hart Santamaría, Petras fue el invitado de honor en el CONAT (el congreso de fundación de CONLUTAS) en mayo de 2006. James Petras es, además, un representante confeso de la burocracia castrista restauracionista. Tanto es así, que viene de protagonizar, hace unos meses atrás, una discusión con el propio Fidel Castro, sobre cuál es la mejor forma de restaurar el capitalismo en Cuba: mientras los hermanos Castro defienden la ”vía china” para la restauración capitalista, Petras defiende la “vía rusa” que significa combinar la “perestroika” (las medidas restauracionistas en la economía) con algo de “glasnost”, es decir, un poco de “democracia” para descomprimir el descontento de las masas por las penurias cada vez más agudas que sufren, e impedir toda posibilidad de irrupción de las mismas.
Petras, entonces, ha sido durante los últimos años el representante de un ala del castrismo que, en los hechos, venía co-dirigiendo al PSTU. Por lo tanto, lo que estamos presenciando es una ruptura en la dirección del PSTU, con la cual Petras rompe abiertamente.
Como demostraremos a lo largo de este artículo, lejos de representar al “trotskismo” en esta discusión, el PSTU no es más que otra ala stalinista de ese partido común que tenían con Petras y que ahora se ha fracturado. Por eso, y para comenzar, hay que decir que es realmente ridícula la “sorpresa” del PSTU ante las acusaciones de Petras. El PSTU se sorprende ante la “actitud stalinista” de Petras, como si no supieran desde siempre que Petras es castrista –o sea, stalinista. ¿Cómo pretende el PSTU que actúen los stalinistas, si no es como siempre lo han hecho, recurriendo a las acusaciones morales, la calumnia, las mentiras y la agresión física para dirimir discusiones políticas? El PSTU se dedica a hacer un partido en común con stalinistas y castristas confesos como Petras...¡y después llora cuando los stalinistas actúan como lo que son!
Una polémica entre un reformista pro-stalinista y un reformista filosocialdemócrata alrededor de cuál es el campo burgués “progresivo” al que someter al proletariado
El PSTU intenta centrar su respuesta a Petras en el análisis del referéndum y de su resultado, es decir, en explicar por qué triunfó el “No” y qué implica ese resultado. Comienza por mencionar, al pasar un hecho que, a partir de allí, desaparecerá de su carta. Dice: “Existe un hecho innegable: tres millones de venezolanos que votaron por Chávez en las elecciones presidenciales del 2006, ahora no lo hicieron.” O sea, que Chávez no perdió el referéndum porque la burguesía golpista impulsora del No ganara más votos, sino porque 3 millones de obreros y explotados que antes apoyaban a Chávez, se abstuvieron, no fueron a votar. Ya volveremos sobre esta cuestión más adelante, pero dejemos sentado aquí que a este hecho esencial –la abstención masiva de tres millones de trabajadores que antes votaban por Chávez- que determinó el verdadero resultado del referéndum y que configura la verdadera novedad de la situación venezolana, el PSTU no le da ninguna importancia.
El PSTU afirma que hay una enorme confusión sobre la cuestión venezolana, que parte del hecho de que “tanto el gobierno de Chávez como la mayoría de la izquierda mundial presentaron el voto por el SÍ como un “voto progresivo”, por el socialismo, y al NO, como un “voto reaccionario”, por el capitalismo. Al mismo tiempo, los medios, muchos de ellos proimperialistas, hacían una interpretación parecida”.
Y continúa el PSTU afirmando que “Para nosotros, el significado de lo ocurrido es exactamente el opuesto. El SÍ representaba, de contenido, un voto reaccionario porque era el respaldo a un proyecto burgués totalitario, aunque estuviese camuflado de banderas rojas y alusiones al “socialismo”. El NO era, de contenido, un voto progresivo porque representó el rechazo de importantes sectores del movimiento de masas a este proyecto y una expresión de su insatisfacción con la política socioeconómica del gobierno de Chávez” (negritas nuestras). Esta es la tesis central que el PSTU intenta defender contra Petras.
En estos dos párrafos, salta a la luz toda la esencia de la polémica entre Petras y el PSTU: es una pelea entre un intelectual reformista filostalinista, y una corriente reformista de tipo más socialdemócrata, discutiendo cuál es en la Venezuela actual, el “campo burgués progresivo” que hay que apoyar y al cual subordinar al proletariado. Petras dice que éste está representado por Chávez y su reforma constitucional, y el PSTU dice que por el contrario, hoy el “campo burgués progresivo” está representado por la burguesía gorila que está en contra de Chávez y que impulsó en NO en el referéndum. Pero ambos, el PSTU y Petras, parten de la misma base: ambos parten de la vieja teoría stalinista de los “campos burgueses progresivos” –base de sustentación de la teoría de la “revolución por etapas”, y consecuentemente, discuten sobre cuál es el hoy en Venezuela, el ”campo burgués progresivo” que la clase obrera debería apoyar.
La teoría-programa de la revolución permanente, y la teoría-programa reformista de los “campos burgueses progresivos”
A confesión de parte, relevo de pruebas. El PSTU hace tiempo que ha renegado del trotskismo y de los fundamentos básicos del marxismo revolucionario, es decir, reniega del principio de que la sociedad está dividida en clases antagónicas, cuyos respectivos intereses históricos son irreconciliables: burguesía y proletariado. Ha renegado asimismo de la Teoría-programa de la revolución permanente, que afirma con claridad que en esta época imperialista, la burguesía de los países coloniales y semicoloniales ya no puede jugar ningún papel progresivo ni completar las tareas de la revolución burguesa (independencia nacional y revolución agraria) porque está intrínsecamente ligada al imperialismo. Y que, por lo tanto, sólo el proletariado, acaudillando a los explotados y al conjunto de la nación oprimida, y dirigido por un partido revolucionario, derrocando y expropiando a la burguesía e imponiendo la dictadura del proletariado, puede resolver íntegra y efectivamente esas dos tareas inconclusas de la revolución burguesa.
Contra la teoría-programa de la revolución permanente, el PSTU ha abrazado abiertamente la teoría, la política, el programa y la práctica del stalinismo: sus teorías de los “campos burgueses progresivos” y de la “revolución por etapas”, y la nefasta política de los “frentes democráticos”, o sea, de subordinar a la clase obrera a la burguesía supuestamente “democrática” contra la burguesía “fascista” o “totalitaria”, etc. , que derivan de ellas.
Esta concepción, desarrollada ya por los mencheviques en Rusia a principios del siglo XX –como los fines de la revolución eran democrático burgueses, la clase obrera debía subordinarse a la burguesía liberal para derrotar al zarismo, para que Rusia tuviera un período de desarrollo capitalista que luego permitiera comenzar a luchar por la revolución proletaria-, fue generalizada y elevada a teoría por el stalinismo, con su política de frentes populares en los ´30. León Trotsky definía con claridad en qué consistía esa política: “La conclusión que [los dirigentes stalinistas] han extraído de todo esto es que se necesita la sólida unidad de todas las fuerzas ‘democráticas’ y ‘progresistas ’, de todos los ‘amigos de la paz’ (esa expresión existe) para la defensa de la Unión Soviética por un lado y de la democracia occidental por el otro” (“El congreso de liquidación de la Comintern”, en Escritos T. VII, vol. 1, pp. 133 y 135-6).
Esta política de subordinación del proletariado de los países imperialistas a las burguesías imperialistas “democráticas”, tuvo su expresión en los países semicoloniales o coloniales en la conformación de “frentes antiimperialistas” con burguesías nativas o con militares supuestamente “patriotas”, “progresivas”, “nacionalistas”, a las que la clase obrera debía subordinarse para lograr los objetivos de la revolución burguesa en la primera etapa. Para esta teoría y política, tanto en los países imperialistas como en los países oprimidos, da lo mismo que el campo “progresivo” esté en el poder o en la oposición.
Sin embargo, fue recién Mao Tse Tung durante la segunda guerra mundial y en la posguerra, el que intentó darle un fundamento filosófico a esta seudoteoría stalinista, con la llamada “teoría de las contradicciones”. Dicha teoría parte de un hecho real: que la burguesía no es una clase homogénea, que hay diferencias y disputas entre las mismas; que existen burguesías imperialistas y burguesías de países dominados, y que esas diferencias y disputas entre sectores de una misma clase a veces llegan a expresarse, inclusive, en enfrentamientos físicos: golpes de estado, guerras civiles, invasiones del imperialismo a naciones oprimidas, guerras interimperialistas, etc. Pero Mao tomó este aspecto de la realidad y le dio un valor sin límites, afirmando que “Cuando el imperialismo desata una guerra de agresión contra un país (semicolonial, NdeR), las diferentes clases de éste, exceptuando un pequeño número de traidores, pueden unirse en una guerra nacional contra el imperialismo. Entonces, la contradicción entre el imperialismo y el país en cuestión pasa a ser la contradicción principal, mientras que todas las contradicciones entre las diferentes clases en el país, quedan relegadas temporalmente a una posición secundaria y subordinada”. Y concluye luego: “De este modo, si en un proceso hay varias contradicciones, necesariamente una de ellas es la principal, la que desempeña el papel dirigente y decisivo, mientras las demás ocupan una posición secundaria y subordinada. Por lo tanto, al estudiar cualquier proceso complejo en el que existan dos o más contradicciones, debemos esforzarnos al máximo por descubrir la contradicción principal ” (Mao Tse Tung, “Sobre la contradicción”).
Basado en esta teoría de las contradicciones, Mao planteó entonces que la clase obrera y los explotados debían unirse al campo progresivo de la “nación” dirigido por la burguesía, contra el otro campo, conformado por el imperialismo y un “pequeño grupo de traidores”.
Contra esta teoría de la colaboración de clases, el marxismo sostiene que la sociedad está dividida en clases antagónicas, y que es necesario desarrollar la lucha entre ellas hasta lograr la conquista del poder por el proletariado. ¿Ignora el marxismo revolucionario la existencia de disputas y roces entre distintos sectores de la burguesía? En absoluto. Es más, en el caso de que esos choques entre fracciones burguesas lleguen al terreno físico, los revolucionarios formulamos una política frente a los mismos: por ejemplo, cuando un país imperialista ataca militarmente a un país colonial o semicolonial, nos ubicamos incondicionalmente en la trinchera militar de la nación agredida, sin dar por ello el más mínimo apoyo político a la burguesía nativa ni a su gobierno, porque el objetivo central inmediato del proletariado sigue siendo el mismo: hacerse del poder, derrocando a la burguesía, único camino de ganar la guerra nacional contra el imperialismo.
Entonces, jamás, bajo ninguna circunstancia, los marxistas revolucionarios damos apoyo político –por más crítico que sea, a un gobierno burgués. Es que cualquiera sea la situación de la lucha de clases, nuestro objetivo inmediato es la revolución proletaria y la conquista del poder. Por ello, el más mínimo apoyo político dado a un gobierno burgués, significa renunciar a la lucha por su derrocamiento, o sea, por la revolución y la toma del poder.
Vale la pena aclarar que el 2 de diciembre pasado no estábamos en Venezuela ante una situación en la que los roces entre distintas fracciones burguesas se hubieran transformado en enfrentamiento físico, en una agresión militar imperialista, ni una intentona golpista, ni en una guerra civil de campos burgueses. Se trataba tan sólo de un proceso de votación en un referéndum bonapartista.
Por el contrario, para el PSTU, que ha roto con el trotskismo y ha abrazado la “teoría de las contradicciones” de Mao y la política de campos del stalinismo, la contradicción fundamental en Venezuela era, hasta ahora, “democracia o golpe proimperialista”. Pero, con el proyecto de reforma constitucional de Chávez, contradicción fundamental habría cambiado, pasando a ser “democracia o bonapartismo de la mano de Chávez”, y a esta nueva contradicción principal quedan subordinadas nuevamente, todas las demás, y en primer lugar, la contradicción burguesía-proletariado.
¿Cuál es entonces el razonamiento del PSTU? Mientras en esa “contradicción fundamental” Chávez representó el campo “progresista”, el campo de la “defensa de la democracia”, ellos se ubicaron con Chávez: así fue frente al golpe de 2002, frente al lock-out patronal, frente al referéndum revocatorio de 2004, e inclusive frente a las elecciones presidenciales de 2006 donde el grupo de la LIT en Venezuela, la UST, llamó a votar por Chávez.
Sin embargo, impulsando una reforma constitucional que introducía en la constitución burguesa “bolivariana” vigente desde 1999, fuertes medidas bonapartistas para reforzar su poder y su control sobre el movimiento de masas –cuestión que es así, efectivamente-, Chávez, en este caso, ya no constituiría el campo burgués ”progresivo” sino el “reaccionario”. Y entonces, en este caso, el campo burgués “progresivo” estaría del lado del No, o sea, de la mano de la burguesía golpista. En síntesis, mientras Chávez encabezó el campo democrático y progresivo”, el PSTU se alineó con él. Cuando dejó de serlo, el PSTU se alineó con la burguesía que llamaba a votar No al proyecto bonapartista de Chávez. Pero siempre, siempre, subordinado a un “frente democrático” con la burguesía progresista”.
Queda por demás claro que el PSTU se pasó al campo del reformismo y se hizo continuador del stalinismo. Para ello, no sólo renegó del trotskismo, sino inclusive rompió con el propio Nahuel Moreno que, por ejemplo, en 1981 rompiera con la OCI de Lambert que en Francia apoyaba al gobierno de Mitterrand y el PC, y que para justificar esa capitulación, recurría también a la seudoteoría stalinista de los “campos burgueses progresivos”.
El PSTU, cómplice de esa trampa contra los explotados que fue el referéndum bonapartista
El PSTU intenta demostrarle a Petras que votar por el Sí era reaccionario y no “un paso hacia el socialismo”, porque la reforma “mantenía y profundizaba el carácter capitalista que ya tenía la Constitución aprobada en 1999, con algún adorno referido al “socialismo” o a la “producción social”, y no “introducía ningún avance antiimperialista, como lo muestra la creciente entrega de áreas petroleras al imperialismo o las concesiones cada vez mayores a las compañías automotrices internacionales (Toyota, Mitsubushi, GM, Ford, etc.), como la eliminación de impuestos en la comercialización de vehículos”. Pero, sobre todo, porque “el verdadero objetivo de las reformas era fortalecer el bonapartismo del gobierno. Es decir, el poder centralizado de Chávez. No sólo para debilitar a la oposición de derecha sino, esencialmente, para enfrentar la insatisfacción de las masas”.
Es claro que esto es así. Si triunfaba el “Sí”, se le daban garantías a la propiedad privada, a las leyes de patentes de los yanquis, los jugosos negocios que están haciendo en Venezuela el imperialismo yanqui y las demás potencias imperialistas, y a la estatización profunda de las organizaciones de las masas. Todos aquellos renegados del trotskismo que apoyaron el SI –como el MST de Argentina, la LCR de Francia, etc., que se reunieron con Celia Hart en Caracas para dar apoyo a Chávez- llamaron a los explotados a que voten por mantener intacta la propiedad e intereses de la burguesía y del imperialismo, y por profundizar la sumisión de sus organizaciones a la misma.
Ahora bien, ¿qué pasaba si triunfaba el No, como sucedió? Pues bien, se mantiene la constitución burguesa de 1999 que ya garantiza que la propiedad y los intereses de las transnacionales no se toca, que tampoco se toquen los grandes bancos ni ninguna propiedad del imperialismo y de todos los explotadores, se mantienen los actuales mecanismos de estatización de las organizaciones obreras, se mantienen en pie las mismas prerrogativas que le permiten a Chávez mandar a la policía a reprimir las huelgas obreras, se mantiene el neuvo código penal que es una verdadera ley antihuelgas, etc. El PSTU, llamando a votar por el No, llamó a los trabajadores a apoyar la continuidad de esa Constitución burguesa de 1999.
Por eso, la verdadera trampa contra las masas venezolanas fue el propio referéndum, que es, en sí mismo, un mecanismo totalmente antidemocrático y bonapartista. Es que en él, los trabajadores y los explotados están obligados a “elegir” únicamente por dos alternativas burguesas: o por el Sí de la burguesía chavista (la “boliburguesía); o por el NO de la burguesía antichavista.
Esa es la trampa que prepararon contra las masas venezolanas, trampa que no enfrentó ninguna de los corrientes de los renegados del trotskismo: ni los que llamaron a votar nulo, ni menos que menos el PSTU, que llamando a votar por el NO, no sólo legitimó la trampa del referéndum sino que se subordinó directamente a las 31 familias de la burguesía que, junto a las transnacionales, controlan la economía venezolana.
Para todos los renegados del trotskismo, el referéndum no es un mecanismo bonapartista y antidemocrático para engañar a las masas y obligarlas a elegir entre la “sartén” de la burguesía chavista y el “fuego” de la burguesía abiertamente pro-imperialista, sino un legítimo mecanismo democrático en el que las masas pueden expresar su voluntad. De esta manera, volvieron a darle apoyo político al gobierno burgués de Chávez –un gobierno nacionalista burgués, bonapartista sui géneris que, como sucede inevitablemente, cada vez es menos “sui géneris”, o sea, cada vez regatea menos con el imperialismo, y cada vez es más puramente bonapartista contra las masas-, lo que significa renunciar a luchar por su derrocamiento, es decir, renunciar a la lucha por la revolución obrera y socialista y la dictadura del proletariado.
La caradurez del PSTU no tiene límites: no sólo no enfrentó la trampa del referéndum, sino que plantea que el triunfo del NO en el referéndum –festejado por el imperialismo yanqui, por toda la burguesía golpista, etc.- es… ¡un “triunfo de las masas”! Así, dice: “Por eso, nosotros consideramos que el resultado del referendo es un triunfo de las masas frente a un proyecto reaccionario y no una derrota del “proyecto socialista” (explicación que, en última instancia, culpa a las masas por haberse dejado confundir por el enemigo). Un triunfo de las masas que, al derrotar en el terreno electoral un proyecto burgués reaccionario, tienen hoy mejores condiciones de avanzar en su organización y movilización autónomas, en el camino de la lucha por el verdadero socialismo” (negritas nuestras).
Los trotskistas internacionalistas, por el contrario, afirmamos que la realización del plebiscito, en sí misma fue una derrota para las masas, que nuevamente fueron llevadas a tener que elegir entre dos opciones burguesas. Inclusive, aunque 3 millones de trabajadores y explotados que siempre votaban por Chávez esta vez no fueron a votar –lo que es un indicio de que se achica la base social del nacionalismo burgués de Chávez- la abstención es también una expresión de la impotencia y apatía de todo un sector de trabajadores que no tuvieron y no tienen una dirección revolucionaria capaz de canalizar su justo descontento hacia una estrategia y un programa obreros independientes. Justamente porque durante años se dedicaron a apoyar a Chávez presionándolo para que “avanzara al socialismo”, justamente porque el PSTU y la LIT, junto con los demás renegados del trotskismo apoyó la campaña de “10 millones de votos para Chávez” en las presidenciales del 2006; justamente porque jamás, jamás la dirección de la UNT –integrada por distintas variantes de los ex trotskistas- rompió con la burguesía, los tres millones de trabajadores que se abstuvieron en el referéndum, y hoy los obreros de SIDOR ferozmente reprimidos, no tienen una alternativa ni una UNT que sea, efectivamente, una herramienta de lucha.
Lo que estamos viendo hoy en Venezuela es una tragedia similar a la que viviera la clase obrera argentina a mediados de los ’40 cuando el stalinismo, con Peter a la cabeza, entregó la gran huelga de la carne y por esa vía, le entregó el control del movimiento obrero a Perón. Ese mismo papel están jugando hoy en Venezuela los renegados del trotskismo que dirigen la UNT. Y hay que decir que el PSTU, en particular, alineándose ahora con la burguesía escuálida venezolana, demuestra seguir al pie de la letra el camino que luego tomara el PC Argentino, que terminó, después de someter a la clase obrera al peronismo, alineándose con la fracción pro-imperialista de la burguesía encabezada por el embajador yanqui Braden, en la nefasta Unión Democrática.
Con la excusa de “no separarse de las masas”, el PSTU se puso ayer a los pies de Chávez y hoy, a los pies de la burguesía gorila de las 31 familias: siempre de rodillas ante la burguesía
El PSTU, ubicándose siempre en el terreno de la seudoteoría de los campos burgueses progresivos y reconociendo al referéndum como un mecanismo legítimo y democrático, se dedica a abordar entonces las causas de la derrota de Chávez.
Al argumento de Petras de que lo decisivo habría sido la”campaña mediática” de la derecha, el PSTU responde demostrando que hoy “el gobierno de Chávez tiene un poder mediático, financiero y político muy superior al que tenía en 2002 ó 2004. Luego del cierre de la RCTV y su incorporación al estado, posee 6 canales públicos, mientras que sólo 2 cadenas nacionales son privadas. ¿Por qué no le fue posible contrarrestar desde ellos la campaña mediática del imperialismo?
Su situación financiera es mucho mejor que en 2002: el precio del petróleo está llegando a los 100 dólares por barril, mientras que ese año apenas superaba los 22. Es decir, los ingresos anuales que dispone se han multiplicado varias veces. Al mismo tiempo, en término institucionales, controla totalmente la Asamblea Nacional y una mayoría abrumadora de las gobernaciones y alcaldías”.
Demostrado esto, el PSTU concluye que esos argumentos de Petras y compañía son una “cortina de humo”, con la que buscan esconder la verdadera causa de la derrota de Chávez: “su pérdida de apoyo en el movimiento de masas”.
Acto seguido, el PSTU plantea que sectores de las masas comenzaron a dejar de apoyar a Chávez a causa de los bajos salarios, la falta de alimentos básicos, la inflación galopante, la represión del chavismo contra las huelgas obreras, el carácter cada vez más abiertamente autoritario del gobierno de Chávez y el surgimiento, al amparo del aparato del estado dominado por el chavismo, de una nueva burguesía –la boliburguesía- que ostenta sin ningún tipo de pudor sus riquezas y lujos ante las masas explotadas que soportan terribles penurias.
Lo que por supuesto no dice el PSTU, es que si Chávez llegó a hacer todo esto –hambrear a las masas, alimentar a la boliburguesía, reprimir, etc.-es gracias a que desde hace más de un lustro todos los renegados del trotskismo, incluido el PSTU, lo apoyaron, lo sostuvieron, y se encargaron de decirles a las masas que de la mano de Chávez y su “revolución bolivariana” se podía llegar al “socialismo del siglo XXI”.
Ahora, sin que se le caiga la cara de vergüenza, el PSTU llora porque el gobierno burgués que ellos contribuyeron a sostener y al que le dieron apoyo político, actúa como... ¡un gobierno burgués! Este es el triste destino de los renegados del trotskismo, un destino de culebrón, de novia despechada abandonada ante el altar: el PSTU se dedica a hacer un partido en común con stalinistas y castristas confesos como Petras... y después llora cuando su “novio” stalinista actúa como tal y lo acusa de ser “agente del imperialismo”. Se dedica durante todo un lustro a sostener a un gobierno burgués como es el de Chávez, y después llora cuando ese gobierno actúa como tal.
Como todo renegado del trotskismo devenido en reformista, el PSTU siempre justificó su apoyo a Chávez y su política de exigirle –¡a un gobierno burgués!- que avance efectivamente al socialismo, con el viejo y desgastado argumento de que las masas son chavistas y que no hay que separarse ni aislarse de ellas. Hoy, con el mismo razonamiento reformista, cuando comienza a ser cada vez más evidente a los ojos de sectores de las masas que la “revolución bolivariana” y el “socialismo del siglo XXI” lo único que significa son jugosos negocios para la burguesía y el imperialismo, y más miseria y explotación para ellas, el PSTU deja de apoyar a Chávez, descubre “de repente” que es un gobierno burgués antiobrero, represor y bonapartista, descubre “de repente” que ha surgido la “boliburguesía”, descubre “de repente” que las organizaciones obreras están estatizadas, que la inflación es de casi el 30%, que las masas sufren penurias, etc. En el afán de no quedar pegados a este “monstruo” que ellos –junto a todos los renegados del trotskismo- contribuyeron a crear, el PSTU sale corriendo y se arroja a los brazos... de la burguesía golpista.
¿Cómo justifica esto? Como ya demostramos, diciendo que allí está ahora el “campo democrático” contra el bonapartismo chavista, y que un sector de las masas lo comprendió. Así, dice: “Las reformas, tanto en su contenido como en su método de aprobación, intentaban dar un salto cualitativo en este curso totalitario del gobierno. Un sector importante del movimiento de masas lo comprendió o lo intuyó de esta forma. Vieron que no existía ninguna amenaza real de golpe de derecha y que, por el contrario, la verdadera amenaza a las libertades democráticas y a los derechos de los trabajadores provenía desde el propio gobierno de Chávez.
Por eso, a diferencia del 2002-2003, cuando estuvieron dispuestas a dar la vida para defender a Chávez, o cuando lo apoyaron por amplia mayoría en votaciones anteriores, sintiendo que así defendían sus derechos y libertades contra la derecha y el imperialismo, esta vez rechazaron las reformas porque, bajo un barniz socialista, eran profundamente reaccionarias y había que frenarlas. Como decían los trabajadores de la refinería petrolera de Puerto La Cruz: “Hay que dar un pará´o”. Esta “intuición” de las masas venezolanas fue totalmente correcta.
Esta es la explicación del triunfo del NO y no la teoría de la conspiración mediática-financiera del imperialismo y sus “agentes izquierdistas a sueldo”. Es lo que explica, por ejemplo, que en la región de Petare, una de las pobres de Caracas y vanguardia de la lucha contra el golpe en 2002, el NO haya triunfado por 61 a 38%. ¿Esa combativa región de Caracas se llenó repentinamente de contrarrevolucionarios”?.
Con la misma excusa de “no aislarse de las masas” que utilizó durante años para apoyar críticamente a Chávez, hoy el PSTU –escudándose en que supuestamente esas “masas” habrían dejado de apoyar a Chávez y habrían votado por el NO- terminó a los pies de la burguesía gorila y golpista. El tiempo pasa, las circunstancias cambian, pero siempre, siempre, encuentran al PSTU… de rodillas ante algún sector de la burguesía.
Pero para sostener su “tesis” sobre el triunfo del NO y justificar su apoyo a la burguesía golpista, el PSTU se ve obligado a falsear los hechos y el resultado del referéndum. Porque oculta que el SI de Chávez perdió no porque el NO haya sacado más votos que antes (sacó 4.300.000 votos, exactamente la misma cantidad de votos que había logrado el candidato burgués de la oposición golpista, Rosales, en las últimas elecciones presidenciales), sino porque el chavismo perdió 3 millones de votos de trabajadores y explotados que se abstuvieron, que no fueron a votar Chávez que en la elección presidencial de 2006, había sacado 7.200.000 votos.
El fantasma del “golpe” agitado por Petras, y los silogismos del PSTU: dos tapaderas distintas para legitimar la misma trampa del referéndum
Cuando Petras acusa al PSTU de aliarse a los estudiantes financiados por el imperialismo yanqui y la CIA, el PSTU le responde con un silogismo, diciendo: “En sus artículos, nuevamente haciendo eco de las posiciones del gobierno de Chávez, usted los acusa de ser manipulados por la CIA y financiados por el gobierno norteamericano. En otras palabras, de ser contrarrevolucionarios golpistas.
Ya ha quedado claro que la política estadounidense no es impulsar un golpe. Pero es necesario profundizar mucho más el análisis del significado de estas movilizaciones. Para nosotros, el movimiento estudiantil venezolano se movilizó contra los ataques a las libertades democráticas que realizaba el gobierno de Chávez y, especialmente, contra el profundo significado reaccionario y antidemocrático de la reforma constitucional.
Así se transformó en el sector del movimiento de masas que se puso a la vanguardia del NO. Todos los analistas indican que su ingreso a la escena fue decisivo para el triunfo del NO ya que estas grandes movilizaciones tuvieron gran impacto sobre otros sectores sociales. Es un proceso genuino y sumamente progresivo y no, como usted dice, parte de una conspiración contrarrevolucionaria”.
Tanto Petras como el PSTU son dos estafadores, porque ambos - el primero, agitando el fantasma del “golpe”, y el segundo, negándolo- legitimaron la trampa del referéndum bonapartista. Es claro que si la realización de dicho referéndum hubiera significado algún peligro real para la propiedad y los intereses de los monopolios imperialistas y las 31 familias, éstos habrían tratado de impedir su realización por todos los medios, incluido mediante un golpe.
Pero en absoluto fue así: los políticos patronales de la oposición impulsaron con todo el referéndum y la participación en el mismo, llamando al voto NO. Es que era claro que, ganara el SI o ganara el NO, los monopolios imperialistas y la patronal golpista no perdían NADA, absolutamente NADA. Y, por el contrario, la trampa del referéndum les fue útil a todas las fracciones de la burguesía para entrampar y engañar una vez más, a los trabajadores y el pueblo pobre de Venezuela. Y esta trampa fue sostenida por Petras y por TODOS los renegados del trotskismo, incluido el PSTU, aunque hoy se agarren de los pelos, como dos stalinistas que son, porque tienen diferencias sobre a qué burgués “democrático” había que apoyar. Esta política, por parte de un intelectual como Petras, sirviente de la burguesía y de la burocracia castrista, no nos sorprende para nada. El problema es la política igualmente reformista, pero de signo opuesto, con la que le responde el PSTU que se dice “trotskista”.
Ahora bien: el PSTU se debe haber visto en camisa de once varas al día siguiente del referéndum, cuando Chávez salió a aceptar la derrota del SI y dijo que respetaría el resultado porque es “democrático”. ¿Y ahora, que hará el PSTU? ¿Cómo hará para posicionarse del lado de la burguesía “democrática” cuando ambas fracciones en Venezuela –tanto Chávez como la burguesía anti-chavista, han dado probadas muestras de “respetar la democracia burguesa”? ¡Al PSTU le toca salir del laberinto en que se metió por su propia voluntad!
El PSTU y el papel del movimiento estudiantil: sobre cómo falsificar la historia para justificar lo injustificable
Intentando justificar lo injustificable, el PSTU da vueltas, tropieza a cada paso con sus propios pies, y llega al nivel de plantear verdaderas brutalidades y falsificaciones.
En relación al movimiento estudiantil que impulsó el NO, afirma que éste “se movilizó contra los ataques a las libertades democráticas que realizaba el gobierno de Chávez, y especialmente, contra el profundo significado reaccionario y antidemocrático de la reforma constitucional”. Y termina planteando que “Salvando las distancias, podemos comparar la situación del movimiento estudiantil venezolano con el de la Plaza Tienanmen, en 1989. Allí, los estudiantes chinos enfrentaron al régimen dictatorial del Partido Comunista que ya había restaurado el capitalismo en el país, exigiendo libertades democráticas. Muchos de ellos marchaban llevando como símbolo la Estatua de la Libertad e, incluso, la ideología de varios de sus dirigentes asociaba las libertades democráticas con un apoyo al imperialismo estadounidense. Pero estas señales externas y la posición de esos dirigentes (consecuencia, en última instancia, de que enfrentaban una feroz dictadura capitalista camuflada detrás de banderas rojas con el martillo y la hoz), no podían ocultar que el movimiento de conjunto era altamente progresivo”.
El PSTU no se para ante nada con tal de justificar que salió de la “sartén” del apoyo “crítico” a Chávez para caer en la olla de la burguesía “escuálida” de las 31 familias. ¡Hay que tener sangre de pato para comparar las movilizaciones de los estudiantes y obreros chinos de 1989 aplastadas por la burocracia que, en el mismo acto, impuso la restauración capitalista en China y devino en burguesía, con las movilizaciones de los estudiantes de clase media de Venezuela en 2007 a favor del “NO” impulsado por la burguesía de las 31 familias en la trampa del referéndum!
En 1989, la burocracia china aplastó a sangre y fuego en Tiananmen porque al movimiento estudiantil movilizado había comenzado a sumarse el proletariado chino, amenazando con irrumpir con una revolución política que frustrara el plan de la burocracia de consumar la restauración y reciclarse en burguesía. Por eso, la masacre que comenzó en Tiananmen se continuó luego con la más brutal persecución de todo activista obrero y estudiantil hasta el más remoto rincón de China y terminó con más de tres millones de obreros, estudiantes y campesinos masacrados. Fue precisamente sobre la base de esta brutal derrota que la burocracia consumó la restauración en China y devino en burguesía.
Por el contrario, en Venezuela –que, en primer lugar, no es un estado obrero deformado en descomposición como lo era China a fines de los ’80, sino un estado burgués semicolonial-, la movilización de los estudiantes universitarios por el NO, fue una movilización de una franja de los hijos de las clases medias y de la burguesía en apoyo a una fracción de la burguesía –los escuálidos de las 31 familias- contra otra –la “boliburguesía” chavista- en un referéndum burgués, una trampa bonapartista para seguir sometiendo a la clase obrera y los explotados a la burguesía.
Hoy, el PSTU falsifica los hechos y la historia, tratando de presentar la lucha de los obreros y estudiantes chinos de 1989 como una “movilización democrática” contra una dictadura; para así tratar de barnizar con una pátina “progresista” a los estudiantes venezolanos que se movilizaron a favor de una de las opciones burguesas en la trampa del referéndum, y presentarlos como “el” fenómeno “progresivo” en Venezuela, ocultando el hecho de que 3 millones de trabajadores que siempre apoyaron a Chávez esta vez no lo hicieron, preparándose así para subordinar a todo trabajador que comience a hacer la experiencia con ese gobierno burgués, al movimiento estudiantil “democrático” y por esa vía, a otra fracción burguesa. “Independencia de clase”, “estrategia obrera independiente”, “política de clase” parecen ser palabras prohibidas para el PSTU.
Para el PSTU, las reglas del juego que impone la burguesía son sagradas
Sin duda, el PSTU saca a la luz su total servilismo y subordinación al régimen burgués, cuando intenta responder a los que le dicen, como Petras, que el triunfo del NO fue festejado por el imperialismo y la burguesía golpista. Así, le dice a Petras: “Usted podría decirnos que, más allá de todas las consideraciones que hemos señalado, la derecha venezolana y el imperialismo también llamaron a votar por el NO. Por lo tanto, ellos también triunfaron en el plebiscito. Sería una nueva “vuelta de tuerca” en el razonamiento de que “quien no votaba SÍ es contrarrevolucionario” (argumento en el cual también quedan incluidos los que llamaron a abstenerse o votar nulo).
En primer lugar, es necesario señalar que el propio mecanismo del referendo, por su antidemocrática limitación de alternativas, obliga a formular una posición que puede coincidir con la de sectores con los que estamos totalmente enfrentados por consideraciones de clase y objetivos estratégicos.
La derecha y el imperialismo llamaron a votar NO para mantener el carácter capitalista semicolonial que hoy tiene Venezuela, sólo que con ellos directamente en el gobierno en lugar de Chávez. Su principal objetivo era capitalizar electoralmente el desgaste del gobierno. Por eso festejan.
Por nuestra parte, en un debate democrático, hubiéramos podido expresar, como lo hicieron nuestros camaradas de la UST venezolana en sus declaraciones, que nos oponíamos a la reforma por su carácter burgués y reaccionario, que estamos a favor de impulsar un proceso de movilización y organización autónomas de los trabajadores para avanzar en el camino del verdadero socialismo y que ese sería el mejor modo de impulsar la lucha a muerte contra la derecha y el imperialismo. Que para eso, es necesario construir un “tercer campo” de los trabajadores y las masas que permita romper la polarización que hoy existe entre dos fracciones burguesas (el chavismo y la derecha). Pero en el llamado al voto sólo podíamos decir NO porque así lo imponían las reglas del referendo” (negritas nuestras)
¡A confesión de parte, relevo de pruebas! El PSTU dice: “la burguesía me impone las reglas, y yo las respeto: o llamo a votar por el SI, o llamo a votar por el NO. No puedo hacer otra cosa”. Eso sí, aclara el PSTU, el “contenido” del voto NO de la burguesía era “para mantener el carácter capitalista semicolonial que hoy tiene Venezuela, sólo que con ellos directamente en el gobierno en lugar de Chávez”. En cambio, el PSTU llamaba a votar por el NO pero con un “contenido” distinto, para “avanzar en el camino del verdadero socialismo”, etcétera, etcétera.
En primer lugar, ¿podrían decirnos los señores reformistas cómo se hace para distinguir en la urna el “contenido” de un voto NO por el programa de la burguesía, del “contenido” de un voto NO por el programa del PSTU? Imposible: justamente, eso es parte de la trampa de un referéndum.
Y en segundo lugar, afirmar que solamente se podía llamar a votar por el SI o por el NO, es una confesión abierta de servilismo a las instituciones del régimen burgués. ¡Qué muestra de la completa impotencia del reformismo!
Porque se podía perfectamente no caer en la trampa del referéndum. Para ello, era necesario, en primer lugar, denunciarlo abiertamente ante los trabajadores como la trampa que era, y oponerle al mismo la lucha por una Asamblea Nacional venezolana que resolviera los verdaderos problemas de la nación oprimida por el imperialismo, es decir, las verdaderas tareas democráticas en los países coloniales y semicoloniales, que son terminar con el yugo imperialista y realizar la revolución agraria. Una Asamblea nacional verdaderamente democrática, con diputados revocables y que ganaran el salario medio de un obrero, electos uno cada 10.000 habitantes tomando el país como distrito único. Una Asamblea verdaderamente resolutiva y soberana, que concentrara en sus manos todos los poderes –ejecutivo, legislativo y judicial-, terminando con la bonapartista institución presidencial, destituyendo a la casta de jueces y reemplazándolos por tribunales obreros y populares; disolviendo a la casta de oficiales del ejército y armando a todo el pueblo. Una Asamblea soberana expropiara sin pago a todos los monopolios y a las 31 familias, comenzando por la expropiación sin pago de todas las petroleras imperialistas y renacionalización total y bajo control obrero de PdeVSA y de todas las empresas privatizadas; que deje de pagar la deuda externa, cese la venta de petróleo a los imperialistas yanquis masacradores de los pueblos iraquí y afgano, rompa todos los tratados económicos, políticos y militares que atan a Venezuela al imperialismo, y tome las medidas más urgentes para garantizar trabajo, salarios dignos, vivienda, salud y educación a los trabajadores y el pueblo.
Se podía plantear perfectamente esto ante los trabajadores y los explotados, explicando que una Asamblea Nacional así, verdaderamente soberana y democrática, solamente podía ser convocada y garantizada por un gobierno obrero y campesino apoyado en la autoorganización y el armamento de las masas, impuesto con una insurrección triunfante sobre las ruinas del régimen burgués “bolivariano”, ese régimen fantoche de los expropiadores de la lucha antiimperialista de las masas. Se podía decirles a los obreros y los explotados que la primera e indispensable condición para avanzar por ese camino, era y sigue siendo hoy, la ruptura de las organizaciones obreras con la burguesía, para conquistar un Congreso nacional de delegados de base de la UNT que ponga en pie a la clase obrera venezolana con una estrategia y un programa obrero independientes, que permita unir las filas obreras, soldar la alianza obrera y popular, para que el proletariado se erija verdaderamente como lo que es: el caudillo de la nación oprimida, el único que puede llevar hasta el final la lucha de las masas contra el imperialismo.
Se podía perfectamente levantar esta política, dialogando con los trabajadores y los explotados –tanto con los que engañados fueron a votar por el NO o por el SI, como con los tres millones de ellos que se abstuvieron y que, a falta de una corriente verdaderamente revolucionaria que les marcara este camino, pueden terminar desmoralizados y sometidos a la impotencia. Demás está decir que ninguna de las corrientes de los renegados del trotskismo levantó esta política, ni tampoco el PSTU.
Pero, una vez más, para justificar su postramiento a una variante burguesa –ayer a Chávez, hoy a la burguesía proimperialista de Venezuela- el PSTU recurre a la más brutal falsificación. Así, dicen: “Por otro lado, la historia hace que, a veces, los revolucionarios coincidan en un hecho totalmente limitado con su enemigo irreconciliable, el imperialismo, partiendo de objetivos totalmente opuestos. Por ejemplo, en marzo de 1917, Lenin volvió a Rusia, junto con otros luchadores no bolcheviques, como Julius Martov, en un tren que atravesó Alemania con un permiso especial del gobierno del Káiser. Lenin volvía a su país para disputar la dirección de la revolución, impulsar a los obreros rusos a tomar el poder e iniciar la construcción del socialismo. El Káiser intentaba aprovechar la agitación de los leninistas contra la permanencia de Rusia en la Primera Guerra Mundial y así debilitar militarmente a ese país, contra el que estaba combatiendo. Es bueno recordar que los enemigos rusos de Lenin, en realidad enemigos de la revolución socialista, no dejaron de utilizar el episodio del “tren especial” para acusarlo de “agente del Káiser”.
¡El cinismo y la caradurez de esta gente no tienen límites! Lenin necesitaba llegar a Rusia y para ello, no había otro camino que atravesar Alemania que estaba en guerra con Rusia. El Káiser le dio permiso para atravesar el país en un tren, con la única condición de que ese tren no podía detenerse en ninguna ciudad de Alemania. Punto. Eso fue todo. Lenin, a diferencia del PSTU, jamás llamó a votar por el Káiser en un referéndum, ni le dio el más mínimo apoyo político, ni lo embelleció como “democrático” ante las masas ni nada: por el contrario, no hizo más que llamar a los obreros alemanes a levantarse contra el Káiser y a derrocarlo.
Queda por demás claro que el desbarranque del PSTU –y con él, de la LIT, del cual es partido-madre- es total, como completa es su ruptura con el trotskismo. Como no podía ser de otra manera en una corriente que se ha pasado con armas y bagajes al reformismo, tiene que recurrir, tras los pasos del stalinismo, a las más brutales falsificaciones de las lecciones, el programa y el legado de la III Internacional revolucionaria y de la IV Internacional fundada por Trotsky en 1938.
Por eso, es una estafa que el PSTU quiera presentar las calumnias de Petras como un ataque del stalinismo contra el trotskismo, cuando no son más que los métodos normales de un stalinista que discute con otro reformista alrededor de a qué burgués “progresivo” hay que apoyar. ¡Fuera del trotskismo y del legado de la IV Internacional de 1938, las manos del PSTU, la LIT y demás renegados que han tomado la posta del stalinismo y han hecho suyos su política de colaboración de clases y su estrategia de “revolución por etapas”!
Los tres millones de obreros y explotados que no fueron a votar al referéndum, demostraron así ser un millón de veces más perspicaces que los Petras, que el PSTU y que el conjunto de los renegados del trotskismo que entraron todos –los que votaron por el SI, los que votaron por el NO, y los que plantearon el voto nulo legitimando el referéndum- en la trampa burguesa del referéndum. Lamentablemente, por la ausencia de una alternativa revolucionario que levantara esta política y mostrara otro camino, las fuerzas de esos millones que comenzaron a romper con Chávez están hoy sumidas en la impotencia y dispersas. Pero no dudamos de que, los nuevos y agudos acontecimientos de la lucha de clases que se avecinan y la enorme voluntad de combate de la propia clase obrera venezolana, hoy sometida a salarios de miseria, a la carestía de la vida, a la escasez y a la represión por el “bolivariano” Chávez, nos darán a los revolucionarios internacionalistas mil y una oportunidades para confluir con ella y poner en pie la dirección revolucionaria, trotskista e internacionalista que necesita y se merece el proletariado venezolano.
¡Fuera de León Trotsky y su legado las manos de la impostora y falsificadora Celia Hart Santamaría y de la burocracia castrista que se prepara a consumar la restauración capitalista en Cuba!
Para apoyar el SI en el referéndum de diciembre de 2007 y constituirse en “veedores internacionales” del mismo, viajaron a Venezuela Celia Hart Santamaría, dirigentes del PSOL de Brasil, de la LCR de Francia y del MST de Argentina, entre otros. Un día antes del referéndum, la impostora Celia Hart publicó un artículo denominado “León Trotsky dice SI a las Reformas Constitucionales”, falsificando abiertamente las posiciones y el legado de Trotsky para llamar a apoyar al gobierno burgués de Chávez. No es sorprendente: no hace más que seguir tras los pasos de la vieja burocracia stalinista que falsificaba a Lenin para justificar su política contrarrevolucionaria tanto al interior de la URSS como en el terreno de la lucha de clases internacional.
Dice así Hart Santamaría en su artículo: “Esta nota apurada es para declarar que los trotskistas del mundo, los que merecen tenerse en cuenta, estamos por el SI. Esta vez no van a lograra apartarnos de la revolución como sucedió en muchos tristes momentos.
León Trotsky dice SI .Y que esto lo sepan todos los trabajadores venezolanos que aspiran a un mundo donde no sea el Capital quien ordene, sino el Trabajo y el Amor.
Decimos SI porque la esperanza que le queda a la humanidad se concentra en estas dos letras milagrosas.
Decimos SI porque Trotsky tomó el Palacio de Invierno declarando todo el Poder de los Soviets, diciendo SI.
Decimos SI, porque Stalin y sus estelas, que han quedado reducidos a cenizas, relegados al estercolero de la historia, no han podido impedir que la justicia social y la auténtica democracia vayan de la mano.
Decimos SI porque en estas reformas convertidas en Revolución están las Tesis de Abril y la Revolución Permanente de una sola vez.
Decimos SI, porque le hemos ahorrado tiempo y dinero a Rosa Luxemburgo, con aquella disyuntiva entre reforma y revolución. Aquí en Venezuela la reforma se convierte en revolución y viceversa.
Los trabajadores que con su voto representan a la Revolución Mundial dicen SI y si no lo dicen el mundo se quedará sin revolución.
(...)Por lo cual en este último aviso decimos SI. Que es el Si para seguir trabajando por la revolución socialista, que es el SI para que León Trotsky no sea un artefacto esotérico e indescifrable”.
Toda esta charlatanería no son más que burdas falsificaciones. ¡Ni una sola cita de Trotsky puede poner esta falsificadora como “prueba” de las estupideces que escribe y con las que envenena la conciencia de los trabajadores!
No les queda más que falsificarlo: es que no podrán encontrar nunca, jamás, en ningún escrito de Trotsky y de la IV Internacional en vida de éste, ni una coma ni una frase sobre la base de la cual se pueda justificar el apoyo a un gobierno burgués ni, menos que menos, a una burocracia stalinista como la de Cuba que se prepara a restaurar el capitalismo en la isla y a reciclarse en burguesía.
Esta impostora no puede poner una sola cita,porque todo lo dicho y hecho por Lenin y Trotsky, niega lo que ella quiere afirmar. Las Tesis de Abril de Lenin decían: “Ningún apoyo al Gobierno Provisional; explicar la completa falsedad de todas sus promesas, sobre todo de la renuncia a las anexiones. Desenmascarar a este gobierno, que es un gobierno de capitalistas, en vez de propugnar la inadmisible e ilusoria "exigencia" de que deje de ser imperialista.
(...) Explicar a las masas que los Soviets de diputados obreros son la única forma posible de gobierno revolucionario y que, por ello, mientras este gobierno se someta a la influencia de la burguesía, nuestra misión sólo puede consistir en explicar los errores de su táctica de un modo paciente, sistemático, tenaz y adaptado especialmente a las necesidades prácticas de las masas.
Mientras estemos en minoría, desarrollaremos una labor de crítica y esclarecimiento de los errores, propugnando al mismo tiempo, la necesidad de que todo el poder del Estado pase a los Soviets de diputados obreros, a fin de que, sobre la base de la experiencia, las masas corrijan sus errores.
No una república parlamentaria -volver a ella desde los Soviets de diputados obreros sería dar un paso atrás- sino una república de los Soviets de diputados obreros, braceros y campesinos en todo el país, de abajo arriba”.
¡Ni una palabra, ni una coma de las Tesis de abril puede utilizarse para justificar el apoyo al gobierno burgués de Chávez y el voto SI en el referéndum!
Lo mismo sucede con la teoría-programa de la revolución permanente, cuyas Tesis dicen con total claridad: “3. El problema agrario, y con él el problema nacional, asignan a los campesinos, que constituyen la mayoría aplastante de la población de los países atrasados, un puesto excepcional en la revolución democrática. Sin la alianza del proletariado con los campesinos, los fines de la revolución democrática no sólo no pueden realizarse, sino que ni siquiera cabe plantearlos seriamente. Sin embargo, la alianza de estas dos clases no es factible más que luchando irreconciliablemente contra la influencia de la burguesía liberal-nacional.
4. Sean las que fueren las primeras etapas episódicas de la revolución en los distintos países, la realización de la alianza revolucionaria del proletariado con las masas campesinas sólo es concebible bajo la dirección política de la vanguardia proletaria organizada en Partido Comunista. Esto significa, a su vez, que la revolución democrática sólo puede triunfar por medio de la dictadura del proletariado, apoyada en la alianza con los campesinos y encaminada en primer término a realizar objetivos de la revolución democrática”.
Las tesis de la revolución permanente llaman al proletariado a mantener total independencia y a luchar “irreconciliablemente contra la influencia de la burguesía”, sea ésta “liberal” o “nacional” como los Chiang Kai Shek o los Chávez. ¿Dónde encuentra la falsificadora Celia Hart una palabra de dichas tesis que justifiquen su política genuflexa ante las burguesías nacionales?!
Pero si Celia Hart y la burocracia castrista restauracionista pueden hoy falsificar el legado del trotskismo para utilizarlo como cobertura de su pérfida política de colaboración de clases, de expropiación de la revolución obrera y campesina en América Latina, y de su acelerada marcha a la imposición de la restauración capitalista en Cuba, es gracias a que los renegados del trotskismo, usurpadores del nombre la IV Internacional, lo permiten y les dan la “legitimidad” para hacerlo. Por esa razón, en el mismo artículo, Hart Santamaría les retribuye el “favor”, declarando que los únicos y verdaderos “trotskistas” son los que apoyan esta política stalinista de colaboración de clases. Dice: “Acá estamos todos: Está la bellísima Francia, allí, donde al decir de Carlos Marx todo se lleva a sus últimas consecuencias… Allí donde los ferroviarios paralizaron el país. La Liga Comunista Revolucionaria…que encarna sus mejores tradiciones…que encarna a La Comuna de París de Louise Michel; al Mayo Francés… y a los que jóvenes que se agolpan en la banlieu…y todos ellos gritan: SI
Acá están también las esperanzas del Partido del Socialismo y la Libertad del verde Brasil (PSOL). Allá donde quieren privatizar el Amazonas de todos los hombres: los mejores brasileños, los más comprometidos…gritan SI.
Y está Argentina, la de los 30.000 desaparecidos, en estos instantes representada por el Movimiento Socialista de los Trabajadores, diciendo SI a la Reforma de la Constitución.
Y está sobre todo la Argentina del Che, sentenciando el SI.
Y finalmente está Cuba, donde encontramos que es interminable la revolución, donde el Che hizo su mejor labor; donde León Trotsky sin pedir permiso hizo que no se derrumbara la revolución cuando Fukuyama declaraba el fin de la historia. Esa Cuba de Fidel de verde olivo grita SI.
América Latina, Europa, la América del Norte de los movimientos antiguerra y de los inmigrantes explotados…gritan SI”.
Hoy, todos ellos –la LCR mandelista y sus grupos en Estados Unidos, el MST de Argentina, el P-SOL de Brasil, Marea Socialista de Venezuela, entre otros- junto a Celia Hart, se autoproclaman la “Cuarta Internacional” y se aprestan a reunirse en Toronto en mayo próximo para desde allí centralizar su pérfido accionar en el continente americano.
Parecen fuertes, pero no lo están: es que las implacables leyes de la historia son más fuerte que cualquier aparato. Bajo las actuales condiciones, cuando ha comenzado la crisis de la economía mundial capitalista, y todos los días se suceden nuevos y convulsivos acontecimientos, más y más los necesitan los gobiernos y regímenes para que controlen al ala izquierda del proletariado, y así, más y más los deja expuestos. Porque hoy, comienza a quedar claro ante los ojos de sectores de la vanguardia proletaria mundial, que son los que sostienen a Chávez, cuando éste viene de abrazarse abiertamente con Uribe y con Correa de Ecuador, festejando los negocios comunes que están haciendo y harán, cuando la sangre de los militantes de las FARC y de la resistencia colombiana masacrada por Uribe y sus fuerzas armadas de ocupación al servicio de los yanquis, todavía está fresca; cuando su policía viene de reprimir violentamente a los obreros de SIDOR, en defensa de la propiedad y los intereses de la multinacional Tenaris (Techint).
Comienza a quedar claro que son los que fueron corriendo a prosternarse ante Correa, horas antes de que su ministro de defensa declarara sin ambages que las fuerzas armadas ecuatorianas hace años que se dedican a masacrar a las FARC en la frontera. Comienza a quedar claro, sobre todo, que son los que sostuvieron y sostienen con todas sus fuerzas a la burocracia castrista y quieren falsificar al trotskismo para cubrirle la espalda, en momentos en que cada vez más abierta y ostentosamente dicha burocracia se prepara para consumar la restauración capitalista y reciclarse en burguesía. Comienza a quedar claro que son el “ala izquierda” del Foro Social Mundial encargada de garantizarles a las transnacionales imperialistas y las burguesías nativas –“bolivarianas” o no- de América Latina la “paz social” para que puedan hacer sus negocios, mientras el imperialismo yanqui se dedica a recomponer, su estado mayor, en crisis por el empantamiento de sus tropas en Irak.
Y como lo demuestra ya la situación de los renegados del trotskismo en Argentina, o el despido de Chirino de PdeVSA en Venezuela, una vez que los hayan utilizado hasta el final y les hayan sacado la última gota de jugo, la burguesía y la burocracia restauracionista se desharán de ellos, tirándolos a la basura como a limones exprimidos.
Este es el deplorable destino de renegados del trotskismo devenidos en reformistas, enfermeros del capitalismo en putrefacción. Los acontecimientos convulsivos de la lucha de clases mundial que estamos presenciando, y las nuevas guerras, cracs, revoluciones y contrarrevoluciones que se preparan, no los dejarán vivir en paz y no dejarán rastros de ellos. La historia, que es la historia de la lucha de clases, cumplirá una vez más su tarea justiciera, a condición de que las fuerzas sanas del trotskismo de todo el mundo seamos capaces de cumplir la nuestra: la de conquistar, sobre la base de las lecciones y el programa frente a la cuestión cubana, boliviana, venezolana y demás tests agudos de la lucha de clases mundial, un reagrupamiento internacional, un nuevo Zimmerwald y Kienthal del siglo XXI que sea un paso decisivo para volver a poner en pie, sobre los escombros dejados por la bancarrota de los renegados, el partido mundial de la revolución socialista sobre la base del legado y el programa de la IV Internacional en su Congreso de fundación de 1938.