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Presentación
Presentamos a nuestros lectores la última edición del año 2007 de “El Organizador Obrero Internacional”, vocero de la Fracción Leninista Trotskista.
Nuestro periódico internacional sale a la luz luego de un enorme esfuerzo colectivo de todos los grupos, militantes y dirigentes que constituimos esta fracción internacionalista revolucionaria que se ha propuesto, desde que fuera fundada hace ya dos años, el enorme desafío de lucha por poner en pie una Conferencia Internacional de las fuerzas sanas del trotskismo y las organizaciones obreras revolucionarias.
Nuestro combate es contra el reloj. Nuestra lucha por retomar el programa, la teoría y la estrategia de los fundadores de la IV Internacional en 1938, y nuestro combate por otorgarle al proletariado mundial la dirección que se merece, se topa hoy con la enorme velocidad que adquieren los acontecimientos internacionales que sacuden a todo el planeta.
Sostenemos, hoy más que nunca, que la crisis de la humanidad se reduce, en última instancia, a la crisis de dirección revolucionaria del proletariado. Los golpes de la crisis que comenzaran a principios de 2007 en Shangai, que recorrieran luego las bolsas de Estados Unidos y Europa y terminaran por dejar en grave crisis a la economía capitalista imperialista, demuestran toda la vigencia y validez del apotegma del marxismo revolucionario de nuestra época, que afirma que las condiciones para la revolución socialista internacional están mucho más que maduras; que éstas, inclusive, ya casi están descomponiéndose.
El parasitismo del capital en la época imperialista, el saqueo sin fin de las naciones oprimidas por parte del mismo, se ha chocado con las rocas submarinas de una enorme crisis financiera internacional. Un monto equivalente al de seis Plan Marshall –más de 500 mil millones de dólares- tuvieron que poner los estados imperialistas durante los meses de julio, agosto y septiembre pasados, para socorrer a sus bancos y empresas en quiebra.
No serán las potencias imperialistas y los capitalistas del mundo los que paguen la crisis actual: ya están arrojando sus costos sobre las masas explotadas del mundo.
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La crisis ya está acá, y con ella, comienza a descalabrarse todo el equilibrio económico, político y militar que el imperialismo había logrado imponer a partir de 2001 mediante su ofensiva contrarrevolucionaria con la que logró desviar y derrotar el ascenso de masas de principios del siglo XXI.
Es que con ella, llega a su fin un ciclo corto de expansión de la economía mundial, con el que el capital imperialista había logrado una sobrevida gracias a que terminó de incorporar plenamente al mercado mundial a los ex estados obreros en los que el capitalismo fue restaurado a partir de 1989. Hoy, todo el mercado de este planeta, transformado por los explotadores en una triste y sucia prisión, ha sido conquistado.
El inicio de la crisis manda al rincón de los trastos viejos de la historia toda la charlatanería del reformismo y de las direcciones traidoras del proletariado mundial, que una vez más, como ya lo habían hecho en los ’90, auguraban desde 2003 una “onda larga de expansión” de la economía capitalista que duraría varias décadas, que impulsaría que surgieran naciones como “polos de desarrollo” en un mundo supuestamente “multipolar”, y que el movimiento obrero mundial tenía por delante todo un período en el que podía conseguir conquistas reformistas.
Es que lejos de darle nuevas posibilidades a los pueblos oprimidos de desarrollarse y a la clase obrera de salir de su esclavitud, lo que realmente plantea esta crisis, cuando ya todo el mercado mundial ha sido reconquistado por las distintas potencias imperialistas y su transnacionales, no es únicamente una mayor sumisión, saqueo y expoliación de las naciones oprimidas, sino y sobre todo, el hecho de que, ante la brutal caída de la tasa de ganancia del capital financiero internacional, sobran potencias imperialistas en este mercado mundial ya reconquistado.
Cada potencia imperialista intentará hacerle pagar la crisis a las masas, y también a sus competidores imperialistas. Estados Unidos, como potencia dominante, con devaluación del dólar e inflación, arroja la crisis sobre Japón y las potencias europeas. Por su parte, Francia y Alemania, cada una por su lado, hacen bloques y se asocian a burguesías nativas para disputar con el imperialismo yanqui por las rutas y reservas de petróleo. Ahí están la nueva burguesía rusa y china, junto a la burguesía iraní de Ahmadinejad y los “ayatollahs”, que vienen de realizar maniobras militares conjuntas, impulsadas por atrás por Alemania y Japón respectivamente, potencias imperialistas que necesitan como el aire el petróleo y el gas de Rusia y la provisión de crudo por parte de Irán.
A la vez, Japón, intenta “pisar” China –país en el que es el primer inversor-, y se ha lanzado a una feroz ofensiva comercial por conquistar mercados, desplazando a sus competidores imperialistas, para su enorme producción de bienes de consumo.
En aquellos estados imperialistas constituidos por varias nacionalidades –como el Estado español o como los Países Bajos- la crisis golpea provocando tendencias a la disgregación de los estados, porque cada fracción de la burguesía quiere hacerle pagar la crisis a la otra. Así sucede, por ejemplo, en Bélgica, donde la burguesía flamenca y la burguesía valona intentan hacerse pagar mutuamente los costos de la crisis y están impulsando un proceso centrífugo y tendencias inclusive a la secesión nacional.
Para China y Rusia, el inicio de la crisis significa que llegó a su fin el corto período en que esos países podían mantener su carácter precario de naciones dependientes: lo que les deparan las potencias imperialistas, es su transformación definitiva en semicolonias, colonias directas o protectorados, e inclusive, su partición.
Por delante, entonces, está la más feroz guerra comercial y disputa por las zonas de influencia, los mercados, las fuentes de materia prima y de mano de obra esclava. E históricamente, si la revolución proletaria no lo impide, estará planteada la guerra, una nueva carnicería mundial interimperialista que será sin dudas muy superior a las dos que viéramos en el siglo XX. Estas son las leyes inexorables de este sistema capitalista imperialista que se sobrevive a sí mismo gracias a la traición de la dirección del proletariado internacional.
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Estamos en el momento de mayor desconcierto de las fuerzas burguesas imperialistas a nivel mundial. Es el momento en que la burguesía les hará pagar a la clase obrera y los explotados del mundo los 500 mil millones de dólares que los estados imperialistas tuvieron que poner como rescate de sus bancos y empresas golpeados por la crisis.
La devaluación del dólar y la inflación - junto a encarecimiento del crédito que volverá insoportable la situación de las masas de las naciones coloniales y semicoloniales- son el mecanismo con el que, por ahora, las pandillas imperialistas arrojan sobre la clase obrera todo el peso de la crisis que ha comenzado.
La crisis está aquí, y también el más feroz ataque de los capitalistas contra las masas. Para el proletariado mundial, es el momento de tocar el clarín de ofensiva; de preparar, no la retirada, sino por el contrario, una decidida ofensiva contra los explotadores.
La respuesta de las masas no se ha hecho esperar. El imperialismo yanqui está empantanado en Irak y Medio Oriente, donde somete a los peores tormentos y masacres a la clase obrera y los explotados de las naciones que ha sometido y ocupado, como Irak y Afganistán.
Ya se han levantando las masas en el sur de Asia. Por la demanda elemental y mínima de pan, de poder comer todos los días, millones de explotados de Pakistán han entrado en combate. En su lucha, con una fuerza ciega pero feroz y persistente, arremeten contra la feroz dictadura de Musharraf - el gendarme imperialista en Asia del sur- amenazando con dislocar todo el dispositivo contrarrevolucionario del imperialismo en esa zona del planeta.
Esta embestida de las masas paquistaníes por el pan, ya ha sublevado también a la Birmania (Myanmar) dominada por una dictadura feroz a las órdenes de la burguesía china, esos nuevos mandarines explotadores del proletariado y las masas.
En Pakistán, rápidamente han salido a ponerse a la cabeza de estas revueltas por el pan, las direcciones del Foro Social Mundial que preparan el último dique de contención contra las masas sublevadas, poniendo en pie un frente popular junto al cuerpo de abogados y la archirreaccionaria Corte suprema de ese país. En Birmania, por su parte, son los monjes budistas, agentes pro-yanquis, los que se pusieron a la cabeza de la revuelta de masas para controlarla y contenerla.
Esas revueltas por el pan en Sudasia amenazan también con sublevar a Bangladesh, donde se prepara y se organiza –interrumpida hoy por la catástrofe de las inundaciones- una huelga general de los trabajadores ferroviarios.
Estas revueltas, esta ofensiva de masas, feroz, persistente, son un poderoso revulsivo en una zona caliente del planeta en la que la demanda de pan y la lucha contra los regímenes dictatoriales y bonapartistas, se une al combate antiimperialista de la heroica resistencia de las masas afganas contra la ocupación de los ejércitos imperialistas genocidas bajo el comando de la OTAN.
La cobarde burguesía pashtún del Talibán, que ayer se entregara sin tirar un tiro y que hoy actúa como agente del contrabando de armas y de opio por cuenta del imperialismo alemán, es la encargada de impedir que el levantamiento antiimperialista y contra los explotadores de una de las clases obreras más explotada del mundo, como es la de Pakistán –donde millones de niños son esclavizados en las fábricas y maquiladoras textiles de las transnacionales- se unifique y se coordine con el combate de la resistencia afgana, hermana de la heroica resistencia del pueblo iraquí que día a día enfrenta a las tropas asesinas del imperio yanqui comandadas por los “centuriones” Negroponte y Petraeus.
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Estas revueltas por el pan ponen a la clase obrera de Asia del sur a la vanguardia del combate contra la brutal ofensiva de las potencias imperialistas y sus socios menores de las burguesías nativas, que buscan hacerle pagar a la clase obrera los costos de la crisis.
Pero desde la FLT afirmamos que ese foco revolucionario es parte integrante de la misma lucha por el pan, contra la carestía de la vida y contra ataque a sus más elementales conquistas, de los trabajadores europeos que, desde Londres hasta Georgia, se levantan y se sublevan contra la ofensiva de los regímenes y gobiernos burgueses.
Una enorme oleada de luchas obreras ha paralizado el transporte y los servicios públicos en Francia. Los trabajadores del correo son la vanguardia en Inglaterra. En Italia, la lucha contra el aumento del precio de la pasta –el alimento básico de los trabajadores- conmueve al país de punta a punta. En Alemania, el transporte de carga ha sido paralizado.
Los músculos de los batallones centrales del proletariado europeo comienzan a tensarse para hacer frente al ataque despiadado de los regímenes burgueses e imperialistas, que buscan afanosamente recuperar, a costa de las masas, las pérdidas de los malos negocios de sus respectivas transnacionales y bancos.
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La crisis está acá, pero también ha comenzado la respuesta de masas. La situación mundial comienza a tensarse. En la misma, se cocinan a fuego lento, nuevos cracs, nuevas guerras, nuevas ofensivas contrarrevolucionarias. Las condiciones de la época de crisis, guerras y revoluciones se vuelven actuales y presentes en el campo de batalla de la lucha de clases internacional.
Allí donde las masas logren golpear antes de que pegue la crisis y de que la burguesía pase a la ofensiva, como vemos en Pakistán, veremos tendencias a la disgregación de los regímenes y gobiernos, a la apertura de brechas y divisiones burguesas. Allí donde las masas no logren golpear antes, por el contrario, la tendencia será a la bonapartización de los regímenes. Ya vemos el blindaje de regímenes imperialistas como la monarquía española que, de la mano de su presidente Zapatero, persigue y hostiga, con leyes contra el terrorismo, al pueblo vasco oprimido. En Francia, vemos a Sarkozy intentar blandir el garrote como ayer la Thatcher los ‘80. En Nueva Zelanda, el estado salió a perseguir brutalmente y a encarcelar a los activistas del movimiento antiguerra, utilizando para ello las “Leyes contra el terrorismo”, como dan cuenta nuestros camaradas del CWG de Nueva Zelanda en las páginas de esta edición de “El Organizador Obrero Internacional”.
En particular en las potencias imperialistas, la tendencia será a la bonapartización y a blindar los regímenes, porque cada burguesía imperialista necesita propinarle, más temprano que tarde, derrotas decisivas a sus propias clases obreras para tener las manos libres y poder ir a nuevas aventuras militares y a superiores disputas con sus rivales imperialistas en su afán de recuperar lo que perdieron por la crisis.
En los nuevos y convulsivos enfrentamientos entre las clases que se preparan, si se profundiza la crisis y comienza una recesión mundial, estarán a la orden del día el frente popular y el fascismo, dos agentes distintos del imperialismo y la burguesía contra la clase obrera y las masas explotadas. El frente popular actúa engañando a las masas y paralizando su voluntad de combate -como lo vemos en Bolivia donde ha expropiado la revolución y como, en forma preventiva, intenta hacerlo en Pakistán para impedir que ésta se inicie-, y el fascismo levanta cabeza en los bordes de la situación mundial, como en Bolivia con la burguesía de la Media Luna y las transnacionales imperialistas y sus bandas armadas, o como vemos, aún en forma embrionaria y preparatoria, en la nueva emergencia de la Falange fascista en España.
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La crisis de dirección revolucionaria del proletariado –que no es otra cosa que la sobreabundancia de las direcciones traidoras- impide la sincronización de los combates del proletariado internacional. Ese el hándicap que tiene a su favor, en lo inmediato, este sistema putrefacto para sobrevivirse a sí mismo.
Todas las direcciones contrarrevolucionarias, las aristocracias y burocracias obreras de todo pelaje, se han complotado y centralizado para impedir hoy que una ofensiva de masas golpee decididamente a las fuerzas del imperialismo mundial.
Estados Unidos soporta la enorme crisis de su estado mayor, el gobierno de Bush. En la trastienda, un verdadero frente de Republicanos y Demócratas, sostenido en la burocracia sindical de la AFL-CIO y demás burocracias traidoras, garantiza llevar adelante un feroz ataque contra la clase obrera norteamericana.
La lucha de los trabajadores inmigrantes, la de los obreros de la General Motors y la Ford, han sido entregadas por esa burocracia sindical, y la lucha antiimperialista de las masas norteamericanas contra la guerra ha sido llevada a los pies del Partido Demócrata de Hillary Clinton y Barak Obama, que le garantizan al gobierno de Bush en crisis, la financiación para continuar con la guerra y la ocupación de Irak y le votan en el parlamento las peores leyes antiobreras.
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El rol jugado por el Foro Social Mundial en todo el continente americano, desde Alaska a Tierra del Fuego, ha consistido en expropiar las revoluciones que, de Argentina a Bolivia, de Ecuador a Venezuela, del México insurrecto en Oaxaca al levantamiento heroico de las masas chilenas contra el régimen cívico-militar, conmovieron a América Latina. Su papel fue el de llevar la lucha revolucionaria y antiimperialista de las masas a los pies de las burguesías nativas, que con Kirchner, Chávez, Morales, Correa y demás gobiernos antiobreros y represores como Lula y Bachelet, intentan recomponer los regímenes y gobiernos que el embate de las masas había dejado en crisis, y mantener los negocios del conjunto de la clase capitalista.
El Foro Social Mundial es una verdadera legión de traidores, desde la burocracia de la AFL-CIO a todas las burocracias sindicales del continente; desde los viejos stalinistas reciclados, a los renegados del trotskismo que sostienen “por izquierda” la llamada “revolución bolivariana”, la mayor estafa cometida contra la revolución y las masas explotadas en el continente americano.
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Todos ellos intentan recomponer la “paz social” para dar tiempo a que el imperialismo yanqui reconstituya su estado mayor, termine de derrotar aún más a su propia clase obrera y vaya a nuevas ofensivas contrarrevolucionarias para estabilizar el mundo ante el inicio de la nueva crisis de la economía mundial capitalista.
Mientras tanto, todos sostienen al gobierno en crisis de Bush, para que sea éste el que, antes de irse, haga todo el trabajo sucio, preparando nuevas ofensivas contrarrevolucionarias. Así, al tiempo que en el sudeste asiático, de la mano de su agente la burguesía surcoreana, el imperialismo norteamericano avanza en pactos con la ex burocracia stalinista de Corea del Norte, devenida en burguesía intermediaria que entrega a la clase obrera de ese país para que sea esclavizada de forma peor aún que en China por las transnacionales yanquis; en su patio trasero, América Latina, avanza aceleradamente en preparar, junto a la burocracia castrista, la consumación de la restauración capitalista en Cuba. Por eso, a la burocracia castrista restauracionista que ya está asociada con la burguesía internacional en miles de negocios en Cuba, preparándose para reciclarse en burguesía, le va la vida en estrangular todos los procesos revolucionarios del continente.
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Presentamos entonces, en este número de fin de año de “El Organizador Obrero Internacional”, un Dossier Especial de debate y reflexión, hacia el 3° Congreso de la FLT, sobre el estallido de la crisis de la economía mundial capitalista imperialista y la situación internacional, junto a la declaración que al respecto, elaborara el Secretariado de Coordinación y Acción Internacional (SCAI) de la FLT a mediados de septiembre pasado.
En la Parte II de esta edición de “El Organizador…”, los lectores podrán seguir el combate de nuestra fracción y de los grupos internacionalistas revolucionarios la integramos, contra esa oprobiosa expropiación de los procesos revolucionarios de América Latina que es la “revolución bolivariana”. Presentamos allí artículos que dan cuenta de la tragedia de la revolución boliviana, de la incorporación del proletariado peruano al combate de los explotados del Cono Sur, y también de las traiciones sufridas por la clase obrera brasileña por parte de la izquierda reformista del Foro Social Mundial que se encargó de impedir que ese proletariado se incorporara al torrente de la ofensiva revolucionaria de las masas que sacudió el subcontinente en el primer lustro del siglo XXI.
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Pero era necesario saldar cuentas, decisivamente, con todas las corrientes que componen el Foro Social Mundial y que han sometido a la clase obrera latinoamericana a las rastreras burguesías nativas. A esa tarea dedicamos esta primera parte de “El Organizador Obrero Internacional N° 6” que aquí presentamos.
Es que hoy, todos los antiguos fundadores y prohombres del Foro Social Mundial están directamente encabezando los regímenes y gobiernos burgueses del subcontinente, matando obreros y campesinos como en Bolivia, expropiando a lucha antiimperialista de las masas, como en Venezuela donde Chávez, con los petrodólares, compra títulos de la deuda externa de otras naciones semicoloniales y luego los negocia en la bolsa de Wall Street, embolsándose jugosas ganancias, mientras sigue vendiéndoles petróleo a los yanquis, a 100 dólares el barril, que alimentan con crudo venezolano la maquinaria de guerra con la que masacran en Irak. ¡Este es Chávez, el supuesto paladín del “socialismo del siglo XXI”!
Son Chávez, los hermanos Castro y la burocracia restauracionista cubana los que sostienen a los gobiernos de Lula y Kirchner del Mercosur y saludan sus triunfos electorales, mientras al mismo tiempo, aplauden a Bachelet de Chile y a Ortega de Nicaragua, que hoy encabezan los regímenes y gobiernos de esos países atados con dobles cadenas, por los TLC, al imperialismo yanqui.
Son los encargados de enchalecar la lucha de los explotados e impedir su rebelión. Son los que, de la mano de los carniceros del Partido Demócrata yanqui, preparan la consumación de la restauración capitalista en Cuba y la transformación de la burocracia castrista en nueva burguesía nativa. Pero para ello, primero deben garantizar que no queden ni cenizas del fuego de la revolución en el continente americano.
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Presentamos aquí entonces, varios artículos que dan cuenta de las revueltas y levantamientos revolucionarios de las masas en Asia del sur en los que se ve con claridad la desincronización del combate de masas internacional impuesta por las direcciones traidoras, que le impide al proletariado pasar a una ofensiva decisiva en momentos en que la crisis golpea al capital financiero internacional.
Publicamos también varios artículos de los camaradas del POI (CI) de Chile sobre la situación en ese país, donde por el momento, el accionar de las direcciones traidoras le ha cerrado a la clase obrera el camino a la huelga general.
El lector encontrará también una declaración del SCAI de la FLT sobre la realización en Chile de la “Cumbre Iberoamericana” y simultáneamente, de la llamada “Cumbre de los Pueblos”, y un artículo sobre el incidente verbal entre el Borbón imperialista español y su socio menor, Chávez.
Publicamos también varios artículos de la LOI (CI)-Democracia Obrera de Argentina, país en el que, gracias al sostén de Chávez, Castro y el Foro Social Mundial, se fortaleció el régimen infame del Kirchnerato que se prepara ahora para comenzar su segundo gobierno, el de Cristina Kirchner, profundizando el ataque contra la clase obrera y los explotados.
Nuestra corriente interviene decisivamente en la polémica que se ha abierto entre la burocracia bonapartista cubana que prepara la restauración capitalista por la “vía china”, y los seudoacadémicos y liberales de izquierda como James Petras- el ideólogo hoy de los renegados del trotskismo en el continente americano- que alerta del peligro de que la “vía china” termine por provocar una revuelta de las masas cubanas contra la desigualdad salarial, contra el enriquecimiento descarado de la burocracia castrista restauracionista y el no menos descarado robo que ésta comete diariamente, antes de que pueda consumarse la restauración capitalista. Por ello, Petras aconseja agregarle a la “perestroika” castrista, unas gotas de “glasnost” y de “democracia”.
Desde la FLT afirmamos que para defender las conquistas de la revolución cubana, es necesario el derrocamiento de la burocracia contrarrevolucionaria que busca restaurar el capitalismo en la isla y que para ello, debe garantizar que no queden ni vestigios de revolución obrera y socialista en América Latina, enviando inclusive miles de cuadros, como en Bolivia, para que sostengan al gobierno de colaboración de clases de Morales, expropiador de la revolución que la clase obrera y los campesinos pobres comenzaran en 2003.
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Pero la crisis y el crac, la ofensiva despiadada del sistema capitalista imperialista para sobrevivirse, no dejarán vivir en paz al reformismo. Los márgenes de concesiones, de esa charlatanería hueca sobre la “regulación entre el capital y el trabajo”, se estrechan al máximo. Se pone más y más a la orden del día que para que la clase obrera viva, el imperialismo debe morir.
Por ello, es el momento en que el rejunte de stalinistas y renegados del trotskismo agrupados en el “ala izquierda” del Foro Social Mundial, tienen que jugar abiertamente su rol de rompehuelgas. Es que es el momento en que en Pakistán y en Europa, en América Latina y en Estados Unidos, la burguesía los necesita para que mantengan estrangulados los focos revolucionarios de ayer, y como bomberos para impedir que se incendien nuevas zonas el planeta. Necesitan que, para ello, el “ala izquierda” del Foro Social Mundial juegue todo su rol, apoyando desde afuera a los regímenes y gobiernos burgueses expropiadores de la revolución en América Latina, o impulsando una política de colaboración de clases para impedir que se inicie la revolución, como ya lo están haciendo en Pakistán. Cuando las bases obreras en Francia se sublevan contra los pactos que la burocracia sindical de la CGT dirigida por el Partido Comunista, quiere firmar con Sarkozy, necesitarán a los renegados del trotskismo que hace tiempo que abandonaron la lucha por la dictadura del proletariado para que las contengan, de la misma manera que sus congéneres latinoamericanos vienen haciéndolo en Argentina, Bolivia y Brasil.
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El programa de este “ala izquierda” del Foro Social Mundial es claro: se limita a decirle a los obreros que hay que hacer luchas de presión sobre los gobiernos burgueses para que “avancen al socialismo” –como le exigen a Chávez-, o para que sean “buenos” y no ataquen a los obreros. Es el programa de los “frentes democráticos” con los burgueses “progresistas, y de esa estafa que es el “socialismo de mercado” que pretende hacerle creer al proletariado que, de la mano de las burguesías nativas socias menores del capital imperialista, se puede “regular” la brutal explotación de la clase obrera y el saqueo de las naciones oprimidas.
Este “ala izquierda” del Foro Social Mundial está formada por stalinistas y por todos los renegados del trotskismo, comandados y centralizados por esa agente de Fidel Castro que es la impostora Celia Hart Santamaría y por el PSTU y el P-SOL que en Brasil demostraron cómo contener, bajo la disciplina del frente popular y en paz social, a más de 10 millones de obreros que rompían con el gobierno de Lula, con el PT y con la burocracia sindical de la CUT.
Hoy, frente al inicio de la nueva crisis de la economía mundial capitalista imperialista, se preparan, en el continente americano, para contener todo intento de las masas de rebelarse contra los regímenes y gobiernos cipayos de los antiguos “prohombres” del Foro Social Mundial. Así, la burocracia colaboracionista de la COB boliviana –sostenedora del gobierno de Morales-, junto al PSTU y al PSOL –devenidos en nueva burocracia sindical “de izquierda” de CONLUTAS y la “Intersindical” en Brasil-, están convocando para mediados de 2008 en Brasil un “Encuentro sindical de organizaciones obreras combativas de América Latina”. Por si hacía falta, la convocatoria a ese “Encuentro” de la mano de la burocracia cobista, entregadora de la más grande revolución americana de los últimos tiempos como es la revolución boliviana de 2003-2005, sostenida por el POR de Lora, no hace más que demostrar que los renegados del trotskismo tomaron la posta del stalinismo: porque ese “Encuentro” será sin duda, un calco del Congreso sindical latinoamericano que a mediados de los ’30, organizara en México el stalinismo para disciplinar a la clase obrera del subcontinente a la política de sumisión a los imperialistas “democráticos” que la burocracia stalinista usurpadora de la URSS y destructora de la III Internacional, había impuesto a partir de la firma del pacto de Stalin con el canciller imperialista francés Laval.
A aquel congreso, los stalinistas no dejaron entrar a Mateo Fossa por ser trotskista, a pesar de que había viajado mandatado por las bases de varios sindicatos de la clase obrera argentina. Y no tenemos ninguna duda de que los trotskistas tendremos también la entrada prohibida al “Encuentro” que preparan para 2008 los renegados del trotskismo que sostienen “por izquierda” a los regímenes cipayos del continente. Demás está decir, que eso será para nosotros, un gran honor.
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Este es el momento en que la burguesía les sacará hasta la última gota de jugo a sus agentes “de izquierda”, para imponer la paz social y sacar definitivamente a las masas de la senda de la revolución proletaria.
Pero, como dijimos, bajo las condiciones de la crisis que ha comenzado, al reformismo se le siega el pasto bajo los pies: es que nada tiene que ofrecerle a la clase obrera, que no sean nuevos y superiores ataques por parte del voraz e insaciable sistema capitalista en putrefacción.
Hoy, la política de “frente democrático” y “socialismo de mercado” de este “ala izquierda” del Foro Social Mundial, centralizada por Celia Hart, por el PSOL y el PSTU de Brasil y por la izquierda chavista de Estados Unidos, es la repetición, bajo las condiciones actuales, de las fórmulas traidoras del “socialismo en un solo país” y los frentes populares con los que el stalinismo ensangrentó y entregó al proletariado mundial en la década del ’30. Y es también una repetición de la política de “revolución por etapas” y de “coexistencia pacífica” que impulsara el stalinismo durante la segunda posguerra. Aquí, repitiendo y continuando la política del stalinismo, han terminado los pablistas que, detrás de distintos caudillos, usurparon la IV Internacional y el nombre del trotskismo para ponerlos al servicio de los regímenes burgueses y las direcciones contrarrevolucionarias.
De esta manera, el imperialismo ha provocado una nueva escisión del socialismo, pero en momentos en que, bajo las condiciones actuales, el reformismo queda cada vez más colgado de un pincel, como el pintor que pinta el techo sin escalera.
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Las fuerzas del trotskismo internacionalista, aunque hoy sean poco numerosas y estén aisladas, encontrarán en estas condiciones objetivas enormes fuerzas para el combate, para reagrupar sus filas, para ajustar su teoría, su estrategia y su programa; para reclutar para sus filas a los mejores cuadros y a la crema de la crema del proletariado y la juventud mundiales.
Nuestro programa está asentado en las sólidas bases del socialismo científico y de la teoría-programa de la revolución permanente cuyo valor y vigencia como programa para el proletariado mundial se confirman día a día, en la vida misma. Porque para que haya pan, para terminar con la carestía de la vida, para terminar con el yugo imperialista, para que la clase obrera, los explotados y los pueblos oprimidos vivan, no hay tarea más inmediata que la lucha por la revolución proletaria y la toma del poder.
Para avanzar por ese camino, hoy la tarea decisiva es poner en pie un centro, un estado mayor internacional de las fuerzas del proletariado revolucionario que sólo logrará un camino a las masas si logra derrotar, ante los ojos vigilantes de las mismas, a las direcciones traidoras de todo color y pelaje que obstaculizan el camino a la victoria del proletariado.
Presentamos hoy entonces, esta nueva edición de “El Organizador Obrero Internacional”, vocero de la FLT. Nuestro combate por reagrupar cuadros y fuerzas sanas del proletariado internacional no es una tarea para pequeños círculos. Combatimos por poner en pie un estado mayor internacional del proletariado porque nuestro programa es cada vez más necesario para que nuestra clase triunfe. El proletariado necesita que el legado y el programa de la IV Internacional de 1938 pueda ser una bandera real de sus combates. Todos nuestros esfuerzos están puesto en ello, porque hay que decirle la verdad al proletariado internacional: ¡adelante con las revueltas y las insurrecciones por el pan! Obreros y campesinos pobres sublevados en Pakistán, retomemos el camino de la heroica revolución iraní de 1979: ¡a rodear los cuarteles, a destruir al ejército asesino de Musharraf, a formar un solo frente de batalla contra el invasor yanqui en Afganistán! ¡Ninguna subordinación a las burguesías que regatean sus negocios mientras explotan como esclavos a los trabajadores, como los ayatollahs de Irán o los contrabandistas de opio de la burguesía pashtun! ¡A unirse con los hermanos de clase que se levantan en Irán o en heroicas huelgas contra la esclavitud asalariada, como lo hacen los millones de obreros de Egipto que hoy toman la bandera de lucha del martirizado pueblo palestino! ¡A unirse con el proletariado migrante de Medio Oriente que se pone de pie, con heroicas huelgas, en el fastuoso Dubai donde los jeques árabes construyen lujosos edificios a base de obreros esclavos encerrados en verdaderos campos de concentración!
Hermanos de clase de Europa: vuestra lucha por el pan, contra el ataque de vuestras conquistas, contra la inflación y la carestía de la vida, ya tiene una enorme retaguardia en sus hermanos de Sudasia. Los esclavos asalariados de Georgia se han levantado, demostrando una vez más la catástrofe que trajo la restauración capitalista impuesta por la burocracia stalinista en las ex repúblicas soviéticas. Obreros de las potencias imperialistas europeas: ustedes tienen la llave para revertir esa enorme derrota del proletariado, tomando en vuestras e inscribiendo en vuestras banderas de combate la lucha por la restauración de la dictadura del proletariado bajo formas revolucionarias en Polonia, Rumania, Hungría, Georgia, Rusia y demás ex estados obreros en los que el capitalismo fue restaurado, como parte indispensable del combate por los Estados Unidos Socialistas de Europa.
Millones de obreros inmigrantes de Asia, África, Medio Oriente y América Latina realizan los peores trabajos en la Europa imperialista y también al interior de los Estados Unidos. Ellos son los encargados de llevar el combate de clases del mundo semicolonial y colonial al corazón mismo de las potencias imperialistas.
¡Abajo la aristocracia y la burocracia obreras! ¡Por la unidad de la clase obrera europea para defender sus conquistas, que sólo podrán ser defendidas efectivamente si proletariado europeo entra en operaciones de guerra de clases y de revolución. ¡Abajo Sarkozy y la V República de los carniceros imperialistas franceses! ¡Abajo la monarquía imperialista española y sus lacayos Zapatero y Aznar, opresores del pueblo vasco y socios del carnicero Bush en el saqueo de América Latina!
Obreros y campesinos de Bolivia: hay que recuperar la revolución que comenzamos en el 2003-2005, rompiendo con el gobierno de frente popular y colaboración de clases de Morales. “Los pacos de rojo son los peligrosos”, ese grito de combate del proletariado chileno, debe extenderse desde el sur del continente hasta el corazón de La Habana, donde la burocracia castrista –esos entregadores de la revolución centroamericana junto a los “comandantes” sandinistas y del FMLN salvadoreño hoy devenidos en yuppies de Wall Street- prepara la consumación de la restauración capitalista en Cuba.
Desde la FLT no cejaremos en el esfuerzo por completar la tarea más inmediata, presente y candente del momento: la de independizar a la vanguardia del proletariado y la juventud revolucionaria del continente americano del Foro Social Mundial y de su “ala izquierda” de renegados del trotskismo que, aliados a los stalinistas, han estrangulado la lucha revolucionaria y antiimperialista de la clase obrera latinoamericana y la han puesto los pies de las burguesías nativas, socias menores del imperialismo en el saqueo de nuestras naciones.
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La situación mundial se ha tensado. La crisis ya está acá. Las primeras escaramuzas de las batallas de clase que están por venir, ya se han hecho presentes en la escena mundial. Las direcciones traidoras, pagadas por el gran capital, que sobreabundan en el planeta, juegan todo su pérfido rol. La burguesía, como clase explotadora, cuando el agua de la crisis le llega al cuello, desarrolla todo su instinto contrarrevolucionario de conservación de su propiedad, su fortuna y su dominio. Bajo estas circunstancias, la única forma de que el proletariado se libere es teniendo a su frente una dirección revolucionaria.
Sabemos que la demanda de “Fuera las transnacionales y el gas para los bolivianos” volverá a retumbar en los combates de América Latina. Sabemos que para enfrentar los ataques de sus propias burguesías imperialistas, los obreros franceses, alemanes, ingleses, norteamericanos, deberán hacer “todas las noches de París, de Nueva York, de Londres y Berlín, una Bagdad”, como lo pusiera como moción en las calles ayer la heroica juventud obrera sublevada en las Cités francesas.
Las fuerzas revolucionarias internacionalistas no podemos perder un minuto más. Es el momento preciso para que ya se haga realidad nuestro llamamiento a poner en pie una Conferencia Internacional de las fuerzas sanas del trotskismo y las organizaciones obreras revolucionarias. Una Conferencia internacional de los que no tenemos pactos ni acuerdos con ningún sector de la burguesía, ya sea grande o pequeño, “democrático” o fascista, de los que no estamos colgados a los faldones del frente popular, de los que combatimos por sincronizar y coordinar el combate de la clase obrera y los pueblos oprimidos del mundo semicolonial con la lucha del proletariado de los países imperialistas que tiene la llave para su liberación. Una Conferencia internacional de los que seguimos levantando las banderas de la lucha por la revolución política contra la burocracia restauracionista cubana, de los que nos preparamos para no quedar sometidos a al stalinismo como quedara todo el movimiento trotskista en los ‘80 cuando la burocracia stalinista se pasaba con armas y bagajes al campo de la restauración capitalista y se hacía agente directo del Citibak y la Banca Morgan.
Una conferencia internacional para poner en pie un estado mayor revolucionario que sea capaz de ganarse el justo odio de todos los traidores del proletariado a nivel internacional, que combata a brazo partido por conformar una legión de organizadores obreros internacionalistas de la clase obrera en cada país, de los que, a ese partido unificado de la “revolución bolivariana” que es el Foro Social Mundial, le opongamos un partido latinoamericano de la revolución obrera y socialista que realice la unificación proletaria del subcontinente y la unidad con el proletariado norteamericano.
No hay tiempo que perder. La tensión de la lucha de clases al interior de las potencias imperialistas no dejará vivir en paz al reformismo y a los partidos de la aristocracia y la burocracia obrera, de los que ya forman parte los renegados del trotskismo. Estos, al igual que sus congéneres de América Latina, estallarán en mil pedazos cuando la burocracia castrista suelte el piolín que los une y se pase con armas y bagajes a las filas de la burguesía.
Como decía Trotsky, hay muchos menos irreductibles que adaptados y oportunistas en las filas de la clase obrera mundial. Es hora que los irreductibles que defendemos el rumbo y el programa de la IV Internacional de su Congreso de 1938, reagrupemos ya nuestras filas. Nuestras tareas son históricas.
Este material que presentamos demuestra la superioridad teórica, estratégica y programática de los trotskistas contra la mediocridad y charlatanería del revisionismo y el marxismo vulgar cuyas “sesudas” y voluminosas “elaboraciones” han ido a parar nuevamente al basurero de la historia porque, día a día, demuestran no pasar la prueba de los hechos. Reagrupar cuadros internacionalistas es la tarea del momento. Conquistar un nuevo reagrupamiento internacional, es la necesidad de la hora. En una situación mundial todavía indefinida, se acumulan enormes contradicciones de carácter histórico y se preparan nuevas y superiores convulsiones. Su desarrollo marcará la hora y proveerá las condiciones para que el marxismo revolucionario vuelva fusionarse con el proletariado mundial.
Secretariado de Coordinación
y Acción Internacional de la FLT