Volver al índice OOI 6 Dossier Especial | Declaración de Emergencia de la FLT |
Declaración de emergencia de la Fracción Leninista Trotskista
Sobre el inicio de una nueva crisis de la economía mundial capitalista imperialista
Se ha abierto una nueva crisis mundial de la economía capitalista imperialista. Ésta sigue desarrollándose, como pre-infartos e infartos, golpeando al corazón del capital financiero internacional con caída de los precios de las acciones, de los títulos de la deuda de los países semicoloniales, con cracs bancarios que ocurren a lo largo de todo el mundo y con una enorme depreciación del capital que la crisis evaporará, desnudando así el carácter parasitario del capitalismo en su fase imperialista.
Esta crisis que ha comenzado pone en cuestión el equilibrio político, económico y militar que fuera impuesto en el 2003 mediante las guerras contrarrevolucionarias del petróleo, mediante el aborto, estrangulamiento o desvío de las revoluciones por el accionar del frente popular como en América Latina; mediante la utilización y la incorporación plena a la división mundial del trabajo de los nuevos mercados conquistados con la restauración capitalista a partir de 1989, como Rusia, China, etc.; con enormes inversiones en fuerzas destructivas -como los 500 mil millones de dólares anuales volcados al aparato industrial-militar en los EEUU-, y con el rol contrarrevolucionario de las direcciones traidoras que desincronizaron en el primer lustro del siglo XXI, el ascenso de masas en los países semicoloniales, de la lucha del proletariado en los países imperialistas.
Esta crisis tiene su primer estertor en las primeras caídas de la bolsa de China y sus bancos en febrero-marzo pasado, que fueron un indicio de la caída de la tasa de ganancia en las ramas de producción de bienes de consumo allí relocalizadas por las transnacionales para exportar al mercado mundial. Tuvo otra convulsión en la necesidad del estado australiano de socorrer su moneda ante la salida en masa de enormes capitales que, cambiando yenes a dólares australianos, hacían jugosos negocios financieros. Al aumentar el yen su valor, esos capitales fueron obligados a desprenderse rápidamente de la moneda australiana. Más de 150 mil millones de dólares norteamericanos tuvo que poner el estado australiano para salvar a su economía de un crac.
Al mismo tiempo, cerca de 500 mil millones de dólares tuvieron que poner los estados imperialistas para socorrer sus bancos en crisis. Como lo demuestran la crisis del Northern Rock en Inglaterra y el “corralito” establecido en el Paribas de Francia, más del 40% de los activos de los bancos imperialistas europeos estaban en el negocio parasitario con el que se financió la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos, que acaba de estallar.
La crisis ya está aquí. Estados Unidos, como potencia dominante, intentará hacérselas pagar, no sólo a la clase obrera y a los pueblos oprimidos del mundo, sino a otras potencias imperialistas, cuestión que agudiza y agudizará nuevamente las guerras comerciales, si la crisis mundial pega un nuevo salto hacia un “sálvese quien pueda”, si las nuevas medidas tomadas -como la rebaja de la tasa de interés en EEUU y el salvataje de los bancos por parte de las potencias imperialistas europeas- no logran parar el camino a la recesión y a la inflación que están en ciernes en el desarrollo actual de la crisis económica mundial.
Mientras esta crisis se desarrolla, se profundizan nuevos e inauditos padecimientos de las masas explotadas del mundo que, si la revolución y la lucha de clases no lo impiden, serán las que deberán pagar la crisis que los capitalistas han provocado, con ataques directos al salario, con un aumento brutal de la carestía de la vida, con el encarecimiento del crédito para los países semicoloniales endeudados -cuestión que empujará a las burguesías nativas a hacerles pagar a las masas, con tarifazos y más ataques, la crisis y los malos negocios del capital imperialista parasitario.
El capital financiero comienza a moverse hacia nuevas ramas de producción en las que recomponga su tasa de ganancia, manteniendo altísimo el precio del petróleo -que durante la crisis ha sobrepasado el pico de 80 U$S el barril- y los precios de los commodities para las inversiones en biotecnología y en biocombustibles, cuestión que carcomerá aún más el poder adquisitivo de las masas y de la clase obrera mundial.
Nuevos tambores de guerra ya resuenan en la política mundial. De las cacareadas “conferencias de paz” para una retirada “ordenada” de las tropas angloyanquis de Irak, nada ha quedado: sólo nuevas amenazas de agresión y sometimiento hacia Irán.
China y Rusia, como países dependientes del imperialismo, serán sometidos a nuevos ataque recolonizadores para imponerles nuevos status de colonias.
La última palabra de la crisis que ha comenzado no la tienen sólo el sistema capitalista mundial y sus perversas leyes que empujan a la destrucción de la civilización humana. El capitalismo no se cae ni se caerá solo. La revolución proletaria engendrada por estas nuevas condiciones, también dirá la última palabra de la resolución de la crisis que está en curso. Mientras que lo decisivo para que esta crisis se resuelva a favor del proletariado, estará concentrado en la resolución de la crisis de dirección revolucionaria, que es lo que le impide a la clase obrera abrirse decisivamente el camino a la revolución contra este sistema capitalista imperialista putrefacto.
La FLT llama a la clase obrera mundial a prepararse para los nuevos ataques que vendrán. Llamamos a los obreros de los países imperialistas a unirse a las luchas de las masas palestinas e iraquíes, y también a las de los trabajadores de las semicolonias empobrecidas de Latinoamérica, Asia y Eurasia.
Bajo estas nuevas condiciones, las direcciones traidoras y reformistas de las masas verán segarse el pasto bajo sus pies. Los límites para las concesiones y la conciliación de clases se estrechan y se estrecharán al máximo. Cada vez menos podrá el reformismo hacer pasar como “reformas” ante las masas, las migajas de un sistema capitalista imperialista decadente.
Estas condiciones crearán nuevas oportunidades para los trotskistas internacionalistas de derrotar a las direcciones contrarrevolucionarias agrupadas en esa cueva de bandidos que es el Foro Social Mundial. Los golpes decisivos que se preparan contra el proletariado de los países imperialistas, indispensables para que las potencias imperialistas tengan las manos libres para nuevas guerras y aventuras coloniales, no dejarán vivir en paz a las corrientes reformistas tradicionales de las potencias europeas, EEUU y Japón. El devenir inmediato deparará nuevas crisis y estallidos a las corrientes que, engañando a los trabajadores, falsifican el socialismo revolucionario y el legado histórico de los fundadores de la IV Internacional en 1938.
El combate por una Conferencia Internacional de los trotskistas principistas y las organizaciones obreras revolucionarias, un nuevo Zimmerwald y Kienthal de los revolucionarios internacionalistas, se vuelve y se volverá cada vez más presente.
Las condiciones de la época de crisis, guerras, revoluciones y de enormes cambios bruscos en el combate de clases internacional, estarán a la orden del día. Para ello, la crisis actual plantea más que nunca que, para que la clase obrera viva, el imperialismo debe morir.
18 de Septiembre de 2007.-
Secretariado de Coordinación y Acción
Internacional (SCAI)
De la Fracción Leninista Trotskista
Integrada por
Octubre Rojo Internacionalista (ORI) de Bolivia
Fracción Trotskista (FT) de Brasil
LOI (CI)-Democracia Obrera de Argentina
Liga Trotskista Internacionalista (LTI)
de Perú
Grupo de Obreros Comunistas (CWG)
de Nueva Zelanda
Partido Obrero Internacionalista (POI-CI) de Chile