Volver al índice OOI 6 Dossier Especial | Primer aporte del CWG |
Primer aporte de los camaradas del CWG de Nueva Zelanda
Luego de un período de expansión, puntuado por serias crisis y ciclos ascendentes, la economía mundial ha experimentado recientemente otro shock -el colapso del mercado "subprime" de viviendas en los EEUU. Los trabajadores que habían tomado hipotecas sobre casas sobrevaluadas se encontraron con que no podían pagar las cuotas o perdieron sus trabajos, y tuvieron que dejar de pagar, haciendo que el mercado de la vivienda colapsara.
"Sub-prime" significa que son préstamos de alto riesgo a trabajadores de bajos ingresos. Este colapso ha creado pánico en algunos sectores de la burguesía y una intervención sin precedentes de la FED en los EEUU y del Banco Central Europeo. ¿Qué significa este shock? ¿Se trata de otra "corrección" más por la cual bienes sobrevaluados son purgados?, es decir, ¿otra "burbuja" como las burbujas de la crisis asiática del '97, la rusa de '98 y el colapso de las "punto com" del 2000-2003?¿O es un ataque cardíaco grave que podría llevar a una recesión global?
Aquí nosotros sostenemos que hasta ahora, el colapso del mercado de "sub-primes" no es tanto una indicación de una crisis financiera como una indicación de la destrucción de parte del valor histórico del salario de los EEUU a medida que millones de trabajadores pierden sus casas. Esto es parte de una devaluación del salario histórico de los trabajadores de los EEUU que verán una reducción importante en su participación del ingreso nacional. Esto, más que una crisis financiera, es lo que probablemente va a causar una caída en el consumo y se va a expandir transformándose en una crisis mundial.
Sea lo que sea, podemos estar seguros que se trata de un síntoma de una crisis sistemática de sobreproducción de capital que será resuelta ya sea a expensas de los obreros del mundo, o por el levantamiento de las masas explotadas para derrocar el sistema que las explota. Aquí nosotros llegamos a sopesar la severidad de la crisis y sus implicancias para los obreros del mundo.
El punto de vista de la burguesía es que el colapso del mercado de subprimes es el estallido de una "burbuja"
Un sector de la economía -las casas de los obreros- se volvió “sobrevaluado” a causa de la especulación incontrolada y malas inversiones. Normalmente el mercado opera suavemente y los shocks solo aparecen cuando los individuos toman malas decisiones que se complican como en el mercado de la vivienda, o los gobiernos tienen malas políticas que interfieren con las buenas decisiones. El colapso es por lo tanto una "corrección" que verá "revaluar" los bienes “viviendas” y verá pérdidas de alrededor de 50-100 mil millones de dólares, en su mayor parte afrontadas por obreros que perderán sus casas. Ven a los trabajadores como tomadores individuales de préstamos y su preocupación es protegerlos de las malas decisiones de otros pero no de las propias. Si ellos compraron casas que no pueden pagar o perdieron sus trabajos, eso es un riesgo que deben correr. Mientras que la burguesía está de acuerdo con respecto a las causas, no está de acuerdo sobre las soluciones.
(a) Los partidarios del mercado: Los que siguen a Milton Friedman que dijeron sobre la destrucción de Nueva Orleáns por el huracán Katrina que "cada crisis trae consigo una oportunidad", dicen que el mercado se va a auto-corregir. Aceptan que el colapso del mercado de la vivienda puede transmitirse al sistema bancario, y que es el rol del Banco Central defender el sistema bancario, pero se oponen a cualquier "salvataje" de los especuladores o de los obreros que perdieron sus casas. Ellos argumentan que intervenir para rescatar a los prestamistas o a los tomadores de préstamos es recompensarlos por tomar malas decisiones económicas. Una de las principales razones de que ocurran los shocks es porque el estado interfiere con las decisiones individuales, por ejemplo, "salvar" los préstamos malos sólo sirve para alentar a que se hagan más préstamos malos. En este caso los trabajadores que compraron casas más allá de sus medios de pago, no deben ser salvados.
(b) Los Keynesianos: Aquéllos que miran al estado para regular el mercado dicen que el mercado no puede autorregularse. Esto se debe a que las decisiones de capitalistas individuales no son necesariamente buenas para el conjunto de la sociedad. Ellos quieren que el estado intervenga y vaya más allá de defender el sistema bancario, revaluando las casas para que los trabajadores puedan todavía comprar casas. George Bush y Hillary Clinton están compitiendo entre sí para ofrecer un apoyo financiero nominal a los obreros que han perdido sus casas. Lo que los keynesianos quieren evitar es que las deudas de los trabajadores reduzcan su poder adquisitivo y causen una desaceleración en el consumo en los EEUU. De suceder esto, temen ellos que se transforme en una recesión generalizada que podría contagiarse a la economía global.
(c) Los Ricardianos: Lo mismo que los partidarios del mercado y que los liberales, los ricardianos creen que el capitalismo es capaz de permanecer en un estado de equilibrio. Pero las crisis como el colapso de las subprime no surgen de decisiones "malas" sean estas individuales o "colectivas". Resultan de los intereses de la elite "neoliberal" que usa su poder para dominar el mercado y pagar menos que el valor total de las mercancías. Los ricardianos adoptan la posición de David Ricardo, un economista político burgués que vivió en el periodo anterior al de Karl Marx. Ricardo decía que la explotación y las ganancias resultan del pago de la fuerza de trabajo por debajo de su valor. La respuesta de los extremistas a la crisis de las subprime es maldecir a la clase capitalista por especular con las viviendas de los obreros, subiendo el precio muy por arriba de su valor, y pagándoles a los obreros un salario muy por debajo de su valor. La solución es apoyar la intervención del estado movilizando a los trabajadores como una fuerza política para nacionalizar las viviendas y la industria para que las mercancías se intercambien en su valor real. Esta es la economía político burguesa que subyace por debajo del llamado "socialismo de mercado" de los neomarxistas como Petras y que inspira el apoyo a los líderes burgueses como Hugo Chávez y su "Revolución Bolivariana".
Sin embargo, lejos de ser un sistema que es normalmente estable y solo está sujeto a shocks que resultan de malas decisiones (sean individuales o colectivas) o del dominio de una elite avariciosa, la economía capitalista en la época imperialista está en un perpetuo estado de anarquía puntuado por crisis, guerras y revoluciones. No es el mejor ni el único sistema para adjudicar los recursos para responder a las necesidades sociales. En realidad los capitalistas no van a emplear a la clase que produce el valor a menos que el mismo dé una ganancia. Esto significa que la sobreproducción de valores, en la forma de dinero, mercancías y capital, lleva a la destrucción de valor tal como materias primas, máquinas y las condiciones de vida, así como las vidas mismas de los trabajadores.
El punto de vista marxista
El sistema capitalista es aquél en el cual una clase posee los medios de producción y es capaz de forzar a la clase trabajadora a trabajar para vivir y de explotar su fuerza de trabajo como fuente de plusvalía y de ganancias. El mercado es el mecanismo que permite que esto suceda, no un alegre lugar de encuentro de individuos racionales, ni un campo de batalla de ricas elites y trabajadores oprimidos. Los capitalistas compran la fuerza de trabajo de los obreros a su valor de mercado para extraer más valor, que ellos se apropian como su ganancia cuando venden en el mercado las mercancías producidas por los obreros. Los trabajadores resisten las reducciones en el valor de su fuerza de trabajo y los aumentos en la intensidad y las horas de trabajo por medio de los cuales el capitalista trata de aumentar su tasa de extracción de plusvalía (tasa de explotación). Los capitalistas también compiten entre ellos para producir mercancías a un precio de producción menor para capturar una porción mayor del mercado. La constante lucha de clases sobre la división del valor entre los capitalistas (y las naciones) significa que el mercado está en constante estado de desequilibrio, o, como Marx los describió, de anarquía.
(a) Crisis: Para Marx, "la crisis" se define como la interrupción de la reproducción de la producción capitalista.
Debido a que el capitalismo es un sistema en el cual el mercado es el que relaciona a la producción, la distribución, el consumo y el cambio, el sistema puede interrumpirse en cualquiera de estos puntos. Pero donde sea que ocurra esta interrupción, siempre es un síntoma de una crisis mayor, la de la sobreproducción de capital que resulta de la tendencia a la caída de la tasa de ganancia. Marx llamaba a la tendencia a la caída de la tasa de ganancia "la ley más importante de la economía política". Es necesario comprender esta ley para ver cómo la actual crisis del mercado de las viviendas subprime es una expresión de esta ley fundamental.
La tendencia a la caída de la tasa de ganancia es resultado de la necesidad que tienen los capitalistas de invertir porciones cada vez mayores de capital Constante en comparación con el capital Variable ("composición orgánica") para aumentar la productividad del trabajo. El capital Constante (C) no produce valor por sí mismo. Típicamente es materia prima o máquinas necesarias para la producción. A medida que es usado en la producción, el mismo valor que entra sale, es decir, permanece constante. El capital Variable (V) es el valor de la fuerza de trabajo que agrega valor en el proceso de la producción como el mismo se da, o sea, variable. Típicamente a medida que cada capitalista compite para aumentar la productividad del trabajo y bajar el valor de cada mercancía, tienen que gastar más en la última tecnología disponible y de aquí aumentar el consumo de materia prima. Mientras que la tasa de plus valía aumenta, en un cierto punto la misma no será suficiente para devolver la ganancia sobre el total del capital invertido y entonces el capitalista dejará de invertir. Cuando esto se generaliza, tiene lugar una crisis de sobreproducción de capital.
Marx llamó a esta ley "tendencia" porque era contrabalanceada por contratendencias (CT) en la medida que el capitalista buscaba formas de evitar que la crisis se desarrollara. Marx suponía que se produjeran tasas de plusvalía relativa creciente como parte de la propia tendencia. Las CT incluían reducir tanto el valor de C como el de V por medio del comercio exterior. Lenin desarrolló más tarde esta tendencia y las CT en su análisis del imperialismo basado en la exportación de capital a las colonias para aprovechar las materias primas baratas y la mano de obra barata. Las guerras comerciales y militares eran extensiones de esta reduccion de gastos para contrarrestar la crisis.
(b) La Crisis actual: De acuerdo a la definición de Marx, entonces, el colapso de las viviendas subprime en los EEUU es un síntoma de una crisis mucho más profunda de sobreproducción de capital.
Las financiación usada para especular en el mercado de viviendas es una pequeña parte del total de capital "ficticio" dentro de los EEUU que no tiene ningún valor porque no hay ningún valor de bienes para respaldarlo o para cambiarse por él. Esta es la razón por la cual la burguesía trata de explicar la crisis desestimándola como una "corrección" y una "burbuja" estallada, no obstante ellos temen que se pueda contagiar de la esfera de la distribución, al consumo, el cambio ya la producción misma. Los partidarios del mercado comprenden por lo menos que las inversiones "malas" deben ser "purgadas" para salvar el resto del sistema (Martin Wolf). Los keynesianos, sin embargo, están convencidos de que las inversiones "malas" deben ser manejadas por la intervención estatal correcta. Ellos no confían en el mercado y representan la fracción dominante del capital norteamericano que usa el estado para fortalecer el capitalismo subsidiándolo a expensas de los capitales y las naciones más débiles y en última instancia, de los trabajadores de todo el mundo. Esto incluye a los trabajadores de los EEUU cuya pérdida de empleos y salarios declinantes significan que no pueden afrontar el pago del costo de sus casas.
Frente al colapso de las subprimes, los Bancos Centrales han suministrado la liquidez para balancear cualquier pérdida de poder adquisitivo de los compradores y para evitar que la crisis del crédito cause una caída brusca en el consumo que se difunda al exterior hacia Asia. Unos pocos cientos de miles de millones de dólares es muy poco comparado con el total del valor de los bienes que existen dentro de los EEUU y del total de la deuda que los EEUU descargan sobre las naciones más débiles y sus clases trabajadoras mediante la emisión de dólares. El riesgo de la deuda de los EEUU es trasladado desde los bancos norteamericanos a los bancos centrales de otros países como China y Japón, que compran los bonos basura de los EEUU. De esta forma el gobierno norteamericano traslada el costo de pagar por el colapso de las subprimes a sus rivales económicos. Sin embargo, lo que está enmascarado por esta maniobra es que esta liquidez va a ir a fortalecer los bienes de la burguesía, y no reemplazará el poder adquisitivo perdido de la clase trabajadora. Esto es parte de una participación cada vez menor de la clase trabajadora en el ingreso y podría impactar en el consumo y por lo tanto en los "artículos chinos".
Lo que la crisis actual revela es una crisis más profunda que enfrentan el imperialismo norteamericano y la economía mundial en su constante lucha por contrarrestar la tendencia a la caída de la tasa de ganancia con una serie de CT. El colapso del mercado de subprimes es un síntoma de la reestructuración de la fuerza de trabajo norteamericana a medida que pasa de la manufactura y el ensamblaje a las industrias del conocimiento en torno de la biotecnología, la informática, y la investigación técnica y científica. Un indicador más fuerte aún de esta reestructuración es la pérdida neta de 4000 puestos de trabajo en los EEUU comparado con los 100.000 nuevos puestos de trabajo previstos para ese mes. En ese mismo mes se perdieron 46.000 puestos de trabajo en manufactura, 22.000 en construcción y 32.000 en el sector de la educación. Otras cifras muestran que la caída en la industria de la construcción está reduciendo los puestos de trabajo para los trabajadores inmigrantes y que eso se ha reflejado en la caída importante de las remesas de dinero a los países de América Latina. Así, mientras que la vieja aristocracia obrera está perdiendo sus privilegios tradicionales, el ejército de reserva de trabajadores inmigrantes también está sufriendo el ataque.
Toda esta información muestra que la clase trabajadora de los EEUU está sufriendo una reducción drástica en sus estándares de vida históricos que más tarde o más temprano se reflejará en su pérdida de consumo. Esto es un abaratamiento de V (capital variable) como CT a la caída de la tasa de ganancia. Una reducción en el valor de las viviendas hará que las casas sean más baratas, pero esto muy difícilmente compensará por la pérdida de las jubilaciones, de la cobertura de salud, la pérdida de empleos y un cambio fundamental de puestos de trabajo en la manufactura a "empleos Walmart". Esta devaluación de V debe ser por lo tanto una reducción en los salarios reales y deberá volcarse hacia una reducción en el consumo de las importaciones consistentes en "artículos chinos". Si esto realmente crea una crisis global depende de la habilidad de los productores de artículos chinos en volver su producción a diferentes mercados o a cambiar para productos diferentes. Las exportaciones desde Asia a los EEUU (no solo de productos de consumo) promedian el 16-20%. Esto no toma en cuenta a las corporaciones asiáticas como Toyota que produce dentro de los EEUU y que podría perder ventas en forma similar a las automotrices yanquis en los últimos años. China también está expandiendo su comercio interasiático y sus ventas domésticas están creciendo. Una reducción importante en el consumo de los artículos chinos en los EEUU, hundiría, según la Economist Intelligence Unit, su superproducción de artículos para la exportación. El efecto de una caída en la producción en China también reduciría la demanda de commodities provenientes de Latinoamérica y vería una caída en los precios.
Conclusiones
Una recesión global de esta magnitud no necesariamente cambiaría el "equilibrio" establecido por la dominación de los EEUU sobre el control del petróleo, el combustible nuclear y el biocombustible. EEUU utiliza su dominio del petróleo para chantajear a los rivales más débiles a que comercien en petrodólares y bonos basura. Usa su poder militar para ocupar y controlar el mercado del petróleo y lo seguirá haciendo para asegurar su control del combustible nuclear y el biocombustible. Fuerza a sus rivales a aceptar esta hegemonía y a invertir en los bonos basura yanquis de forma que cualquier sacudida en este equilibrio significaría una crisis para todos los estados. Una recesión global no traería por sí misma una nueva rivalidad imperialista tal como para cambiar este orden mundial. China no se atreverá a vender sus bonos basura, así como Putin ha puesto recientemente los fondos en dólares de Rusia en el Banco Central. Tratará de resolver su crisis de superproducción a expensas de sus propios trabajadores.
Pero los ataques sobre los trabajadores de los EEUU así como sobre los de Asia y Latinoamérica para forzarlos a aceptar salarios de miseria y la economía en negro, para intensificar la tasa de explotación y superexplotación, y el saqueo de las materias primas, creará las condiciones en las cuales la resistencia se tornará cada vez más internacionalizada. Los movimientos de resistencia en Irak y Palestina y las crecientes luchas obreras en Latinoamérica y Asia juntarán sus fuerzas y traerán finalmente a los trabajadores de los EEUU a escena como parte del proletariado mundial. Bajo estas condiciones el "equilibrio" será cambiado.
Septiembre de 2007
Dave Brown