GRECIA Con los cantos de sirena de Syriza que prometía frenar el ataque de los capitalistas con un “gobierno obrero-burgués” y de rodillas ante el presidente Papoulias y el parlamento de la troika contrarrevolucionaria de los banqueros y la oligarquía financiera….Con el Partido Comunista y la burocracia sindical rompiéndole la cabeza a la vanguardia obrera para que no avance hacia el camino revolucionario de las masas de Libia y el Norte de África y Medio Oriente… Mientras el gran capital ya ha armado a las bandas fascistas que atacan a la clase obrera y a los inmigrantes… La heroica clase obrera griega, luego de enormes combates, ha sido llevada a una nueva encerrona Una “Santa Alianza” de burócratas sindicales y direcciones reformistas salvaron por ahora a los banqueros y capitalistas de la embestida revolucionaria de las masas
Una alternativa de hierro para Europa imperialista que somete junto a Estados Unidos y Japón a los pueblos oprimidos del mundo y esclaviza a la Europa oriental: ¡Revolución socialista o fascismo y barbarie capitalista! ¡Basta de reformistas enfermeros del capitalismo en bancarrota! Un nuevo desvío parlamentario para sacar del camino de la revolución a la clase obrera y que la burguesía cierre momentáneamente la crisis abierta en el régimen burgués griego Las elecciones del 17 de junio en Grecia, fueron una nueva trampa para sacar a la clase obrera y los explotados griegos del camino de la lucha revolucionaria. En estas elecciones en Grecia, donde el 40% de la población se abstuvo de votar, el partido Nueva Democracia (el partido de Karamanlis, que en 2008 comandó el ataque contra las masas) consiguió el primer lugar con el 30% de los votos. Aún así, vista la tibia cantidad de votos recibidos, el presidente Papoulias y Samaras (líder de ND), pudieron formar gobierno firmando un acuerdo con la Izquierda Democrática (6,3%) y el PASOK de Papandreu (12,3%). De esta forma, los banqueros y los grandes capitalistas lograron cerrar provisoriamente la crisis política del régimen burgués griego y pudieron soldar momentáneamente la cadena de dominio imperialista que encontraba a Grecia como a su eslabón más débil. Para esto contaron con la complicidad de Syriza, ese frente de eurocomunistas, ex trotskistas y reformistas de todo color y pelaje (que se dice a sí mismo “anticapitalista”) el cual consiguió, con el 26% de los votos (en su mayoría emitidos por la clase obrera), 70 bancadas ubicándose así como primera minoría parlamentaria. De esta forma, Syriza, con su política de colaboración de clases y “vía pacífica a parar el ataque de los capitalistas”, sostuvo a las instituciones del régimen de la Troika y dejó adormecidas a las masas frente al ataque redoblado que prepara el nuevo gobierno; de la misma manera que desarmó a los trabajadores frente a las cachiporras de las bandas fascistas que todos los días embisten contra los inmigrantes, la vanguardia obrera y sus organizaciones de lucha. Como si esto fuese poco, ya este frente “anticapitalista”, adorado por el FSM y su ala izquierda de falsos trotskistas, le había jurado a la Merkel mantenerse en el euro mientras le rendía pleitesía al régimen burgués en Grecia, prometiendo dejar intactas todas sus instituciones. ¿Y esta gente se dice “anticapitalista”?
La política de “vía pacífica al socialismo” y de “gobierno obrero-burgués” de Syriza y la izquierda reformista mundial: una trampa mortal para la clase obrera que allana el camino a las bandas fascistas del gran capital “Nada es tan peligroso para el proletariado, especialmente en las condiciones actuales, como el veneno azucarado de las falsas esperanzas. Nada aumenta tanto la insolencia de los fascistas como el blando ‘pacifismo’ de las organizaciones obreras. Nada destruye tanto la confianza de las clases medias en el proletariado como la pasividad expectante, como la ausencia de voluntad de lucha”. (León Trotsky, ¿Adónde va Francia?) El engaño de la política de frente popular de Syriza (sostenido por la izquierda reformista mundial) fue decirle a las masas que “el ataque de los capitalistas se para con elecciones, ganando la mayoría y gobernando el país”. La clase obrera, llevada al desvío parlamentario, optó por Syriza en las elecciones de mayo, y esos canallas de la “izquierda radical” lo utilizaron para legitimar al conjunto del régimen y sus instituciones. Ellos fueron la tercera fuerza en la primera vuelta electoral. Pero no llamaron a echar al stalinismo y la burocracia de los sindicatos y organizar una gran acción independiente de masas. No usaron la tribuna electoral para organizar al movimiento de masas y poner en pie un congreso de las organizaciones obreras. Acudieron presurosos al llamado del presidente Papoulias y se reunieron con él para intentar formar gobierno. “Entre los fascistas y los pacifistas de todos los matices se estableció una división de tareas: unos refuerzan el campo de la reacción; los otros debilitan el campo de la revolución. Esta es la verdad no camuflada” (León Trotsky, “¿Adónde va Francia?”) Mientras la izquierda radical jugaba a formar gobierno -manteniendo intactas las instituciones del régimen- y se preparaba para la segunda vuelta de las elecciones, el gran capital profundizaba el ataque de las bandas fascistas sobre los trabajadores inmigrantes, la vanguardia obrera y sus organizaciones de lucha. En los últimos dos meses los ataques “neonazis” en los barrios obreros se han multiplicado a 270 por día. Mientras Syriza hacía demagogia de la “vía pacífica a parar el ataque de los capitalistas”, las bandas fascistas del gran capital desplegaban su agresividad. Syriza, pregonando en Grecia su “vía pacífica al socialismo”, desorganiza las filas obreras, somete a las organizaciones de lucha a la burguesía y de esta manera le deja la puerta abierta a las bandas fascistas armadas por el gran capital para intentar aplastar al proletariado. Esta trampa mortal la vivió ayer la clase obrera chilena. En los ´70, engañada con la política de “socialismo por la vía pacífica” del reformismo dirigido por Fidel Castro, fue aplastada por la dictadura sangrienta de Pinochet, que significó una gran derrota y una ofensiva contrarrevolucionaria contra el proletariado de toda América Latina. Siguiendo a Syriza como la sombra al cuerpo, el Foro Social Mundial y los renegados del trotskismo llamaron a un “gobierno de unidad de izquierda” en Grecia, del PC, Syriza y la “izquierda radical”… por elecciones, y sin derrotar al presidente. Ese gobierno de unidad de la izquierda que impulsa tenazmente el reformismo, es para impedir que las fuerzas de las masas que giran a la izquierda estén al servicio de derrotar a la burocracia stalinista en los sindicatos para unir a la clase obrera. Quieren que ese frente único gobierne (en una primera etapa, aclaran) para frenar el ataque de los capitalistas, administrando los intereses de la cc y dirigiendo a la policía y las FFAA, masacradoras de la clase obrera, junto al presidente Papoulias. Por supuesto, en la segunda etapa aseguran que harán el “socialismo”… por “vía pacífica”, a través del parlamento y del gobierno griego. Contra esta política de los reformistas, los trotskistas afirmamos que el camino para enfrentar a los capitalistas y derrotar a sus bandas fascistas, es la lucha porque las masas pongan en pie sus organismos de autoorganización, armamento y democracia directa, es decir los consejos obreros… los soviets, para conquistar los organismos de doble poder que preparen la insurrección victoriosa, y aplastando a la casta de oficiales y demoliendo hasta el último de los escombros del estado burgués, imponga un gobierno provisional revolucionario obrero y campesino asentado en los organismos de las masas en lucha. El cual tendrá futuro si convierte a Grecia en el primer acto de la revolución socialista europea e internacional.
Con golpes de la quinta columna, con sucesivas traiciones y con política de colaboración de clases de SyRiZA y las alas izquierdas del Foro Social Mundial: una “Santa Alianza” de direcciones traidoras salvó a la burguesía imperialista en Grecia de una nueva crisis revolucionaria El desvío electoral en Grecia fue el corolario de múltiples traiciones y puñaladas por la espalda que sufren los explotados griegos a manos de su dirección, desde que comenzaron a levantarse contra la ofensiva del capitalismo en crisis. En 2008, cuando la clase obrera y la juventud griega amenazaban en las calles con barrer al gobierno del asesino Karamanlis-ND, el PC los llamaba “vándalos” y “agentes de la CIA”. Los partidos socialimperialistas fueron los encargados de aislar la lucha revolucionaria de las masas helenas que pugnaban por ser la chispa que incendiara la pradera de toda Europa. Esta “santa alianza” de burócratas sindicales, stalinistas y su pata izquierda, los ex trotskistas, bajo el programa de “morigerar el ajuste” y de “una Europa más social”, impidieron que las huelgas generales de Grecia, los paros y movilizaciones de la clase obrera del Estado español, las revueltas de la juventud en Tottenham, etc., se coordinaran para derrocar a los gobiernos de las autocracias y los banqueros imperialistas. Pero las masas no se rindieron. En octubre de 2011, impulsadas por el triunfo revolucionario del ajusticiamiento del chacal Khadafy en Libia, por la entrada en escena de los indignados de Wall Street, con el renacer del combate en Egipto, Siria y toda la región, con los Indignados del estado español enfrentando a la monarquía, en las calles de Grecia sonaba el “¡que se vayan todos!” de la revolución Argentina del 2001 y “¡Hay que pelear como en Túnez, Egipto y Libia!” Para detener la ofensiva revolucionaria de las masas, esta vez fue necesario que el stalinismo jugara nuevamente en la historia el rol de quinta columna al servicio del gran capital. Los cachiporrazos del PC contra la vanguardia griega que pugnaba por abrir su revolución prendiendo fuego el parlamento infame, fueron el primer acto de un golpe palaciego de la Troika que con Papoulias ponía en el poder a Papademos, para descargar un ataque superior contra las masas.
La burguesía imperialista quiere avanzar en su ofensiva contrarrevolucionaria en toda Europa mientras las corrientes social-imperialistas nos hablan de una “Europa más social y justa” El verdadero plan de ataque a las conquistas del proletariado de Europa Occidental todavía no se ha terminado de imponer, es decir todavía no es todo lo que la burguesía parásita necesita para mantener sus negocios. Lo que vimos (las reducciones salariales, los despidos, el ataque a las jubilaciones, a la educación y salud públicas) es apenas un inicio de la verdadera política contrarrevolucionaria del imperialismo para descargar todo el peso de su crisis sobre las masas. Hasta ahora alcanzó para “recapitalizar” los bancos y las transnacionales pero eso no basta para salir de la crisis económica que no hace más que profundizarse; por eso lo que necesita la burguesía es aplicar una feroz flexibilización laboral, para entregarle a las transnacionales imperialistas mano de obra esclava y un enorme ejército industrial de reserva que le permita garantizar un nuevo ciclo de inversión. La sangrienta burguesía imperialista necesita en forma urgente aumentar decisivamente la tajada de plusvalía absoluta y relativa que le arranca al movimiento obrero. Hoy ya son 27.000.000 los desocupados, este dato no hace más que avizorar que en el futuro inmediato a la clase obrera europea le espera, si es que no lo impide con la revolución proletaria, las mismas condiciones infrahumanas que Hitler impuso en el ghetto de Varsovia. Hay que decirle la verdad a la clase obrera de toda Europa: no es sólo en el espejo de Grecia en el que se deben mirar sino en el de la clase obrera China que produce a destajo, en verdaderos campos de concentración donde se les quitan los documentos y el calzado para que no puedan escapar. Esta es la “Europa más social” que pregonan los partidos socialimperialistas como el NPA y el SWP inglés y que repite como cacatúa la izquierda reformista mundial: millones de desocupados en España, Grecia, Italia y Portugal; cientos de miles de familias sin vivienda; millones de niños, hombres y mujeres padeciendo enfermedades de la Edad Media; obreros sin trabajo buscando comida en la basura.
Las burocracias sindicales y los reformistas impiden que en Grecia y en Europa se frene el ataque de los capitalistas luchando como los obreros y explotados de Libia y las revoluciones del Norte de África y Medio Oriente El imperialismo concentró sus fuerzas y la de sus agentes allí donde las masas llegaron más lejos en su ofensiva revolucionaria. Una “santa alianza” de patrones, el estado, la burocracia y toda la izquierda, se puso en pie contra la clase obrera y los explotados. La pata izquierda del complot contra el proletariado y sus combates revolucionarios fue la encargada de cercar la revolución en Siria.
Por eso dejaron aislado al proletariado griego y lo ahogaron en cientos de acciones que no alcanzaron para que se abriera la revolución europea. Hoy las consecuencias están a la vista, los padecimientos inauditos de las masas son cada vez mayores y aumentan a ritmos infernales. Así paga la clase obrera la política de los partidos socialimperialistas como el NPA y el SWP, quienes se juntaron en la “Cumbre de los pueblos” en Madrid, en 2010, para dividir país por país al proletariado y someterlo al Maastricht de la Europa imperialista. Ellos mismos, los pregoneros de la “Europa social” de la Merkel, Berlusconi, los borbones y compañía, son continuadores de la política de “trabajo inglés para los ingleses” levantada por la burocracia de las Trade Unions. Con este programa de la aristocracia obrera le ataron las manos al proletariado europeo para pelear junto a sus hermanos de clase los trabajadores inmigrantes atacados por los gobiernos y regímenes imperialistas, ignorados por la burocracia sindical socialimperialista y que hoy son vejados en los campos de concentración o apaleados por las bandas fascistas como en Grecia. ¡La única “Europa social” de los banqueros imperialistas es desocupación, hambre, miseria y represión para la clase obrera de los propios países imperialistas y saqueo, masacre, expoliación mayor esclavitud y guerras para los pueblos que oprimen! ¡Anticapitalistas las pelotas! ¡Lacayos de las transnacionales, sirvientes del capital financiero internacional! Por eso, son enemigos de unificar en uno solo los combates de la clase obrera internacional, más allá de las fronteras y los mares. Ni siquiera pueden permitir que se unifique en una sola huelga en un mismo país. Son ellos los responsables de que la clase obrera no pueda recomponer sus fuerzas y preparar una contraofensiva a la altura del ataque de los banqueros. Aún no está dicha la última palabra. A pesar y en contra de todos, las masas vuelven al combate, como en el Perú profundo, en el Chile revolucionario o como en Europa y EEUU. Aún no han sido apagadas las brazas ardientes de la revolución obrera y socialista que comenzara en el Norte de África y Medio Oriente.
¡Hay que imponer la ruptura de las organizaciones obreras con la burguesía Ahora todos los renegados del trotskismo llaman a las masas a “prepararse para luchar”. ¡Cínicos! Si fueron ellos los que impidieron en cada combate que la clase obrera derrotara al PC echándolo de los sindicatos y luego, acusaron al mismo stalinismo (que le rompía la cabeza a la vanguardia) de ser “sectario” por no querer formar un “gobierno de unidad de la izquierda”. Siempre ocultaron y aún ocultan, que el verdadero poder del régimen en Grecia es el del Presidente, que llama a formar los sucesivos gobiernos y es el comandante en jefe de las FFAA (a las que todo socialista serio debe llamar a aplastar, si está por imponer el “poder de la clase obrera”). La izquierda reformista y el Foro Social Mundial, esos amigos y sostenedores de los Al-Assad, de los Chávez, los Castro, son declarados enemigos de las masas armadas e insurreccionadas. Ellos en Grecia intentan hacerle creer a la clase obrera y los explotados que hicieron 15 huelgas generales, que enfrentaron los planes del imperialismo, que pusieron en pie sus piquetes de huelga y sus barricadas, que no se puede derrotar el ajuste. Por eso, bajo el fuego graneado del capital y el ataque del enemigo, el proletariado tiene que cambiar de dirección. Necesita sacudirse el yugo de tantas traiciones y tantas puñaladas por la espalda. ¡Fuera la burocracia y el stalinismo de los sindicatos y las organizaciones de lucha! ¡Sólo así podremos conquistar la unidad de las filas obreras! ¡Hay que imponer ya mismo la ruptura de todas las organizaciones obreras con la burguesía! ¡Congreso Nacional con delegados de base de los obreros y los campesinos pobres! La clase obrera y los explotados deben autoorganizarse para tomar la solución de los problemas en sus propias manos. En cada barrio, ciudad y región, deben ponerse en pie y coordinarse los consejos de fábrica junto a los desocupados y los obreros inmigrantes, los comités de soldados rasos, las asambleas de barrio, comités de abastecimiento e inquilinos, los piquetes de huelga, piquetes de autodefensa y las organizaciones estudiantiles para centralizar el combate del conjunto de los explotados.
¡Por un programa para unir las filas obreras! ¡Ningún sacrificio más de la clase obrera para pagar la crisis de los carniceros imperialistas! ¡Hay que expropiar a los expropiadores! ¡Ni un solo euro más para los usureros imperialistas! ¡Escala móvil de salario y horas de trabajo! ¡Expropiación sin pago de los terratenientes urbanos, las cadenas de hoteles y grandes conglomerados para tener vivienda! ¡Expropiación sin pago y bajo control obrero de los astilleros, las transnacionales imperialistas y los bancos! ¡Nacionalización sin indemnización de la banca y el comercio exterior bajo control de los trabajadores! ¡Anulación del IVA e impuestos a las grandes fortunas!
¡Una sola clase, una sola lucha en toda Europa y el Mediterráneo Desde las minas de Asturias en el Estado español a todos los rincones de Europa… Los 27 millones de desocupados en Europa son la expresión de la putrefacción de este sistema capitalista imperialista, que no hace más que despilfarrar más de 216 millones de horas hombre por día. La avaricia y la búsqueda incesante de ganancias de los parásitos imperialistas descarga todo el peso de la crisis económica creado por ellos mismos sobre el proletariado europeo y los pueblos oprimidos del mundo, a la vez que escupe el veneno del fascismo, el racismo y el chauvinismo. La tragedia es que hoy cuando el crac azota a las masas de España e Italia, que se preparan para enfrentar el ataque de los capitalistas, no están las masas revolucionarias encendiendo en Atenas la chispa que incendie toda Europa. La traición fue someter a la clase obrera europea a sus verdugos, cada una a sus regímenes y gobiernos burgueses. Por eso, ante el ataque del gran capital, es necesaria la unidad internacionalista de la clase obrera europea. Enfrentamos a los mismos enemigos, a los mismos gobiernos y estados imperialistas que quieren hacernos pagar la bancarrota de la economía generada por sus bancos y demás parásitos del capital financiero internacional. La primera demanda de los trabajadores de Europa debe ser: ¡Basta de cárcel, persecución y muerte a los trabajadores inmigrantes! ¡Ellos son el corazón de la clase obrera europea! ¡Todos somos obreros inmigrantes! ¡Abajo la burocracia sindical que deja a nuestros hermanos de clase afganos, iraníes, paquistaníes y albaneses fuera de los sindicatos! Como gritaban los obreros rumanos de la Renault “¡quremos ganar igual que los obreros de la Renault de Francia!”. A igual trabajo igual salario en toda Europa y al otro lado del Mediterráneo. ¡Fuera Frontex y sus centros de detención de Grecia, Turquía, Italia y de toda Europa! ¡Abajo el muro del oprobio que levantan en la frontera greco-turca! ¡Libertad a todos los trabajadores inmigrantes presos en las mazmorras del imperialismo! Desde Europa la clase obrera debe encabezar el combate de sus hermanos de clase del Norte de África y Medio Oriente. ¡Dinero, alimentos, medicamentos y armas para la resistencia en Siria! ¡Ningún barco de los piratas imperialistas debe salir de los puertos de Europa! ¡Por brigadas obreras internacionales para derrotar al imperialismo en Siria y transformar al Mediterráneo en la tumba de los banqueros imperialistas! ¡Por los Estados Unidos Socialistas del Norte de África y Medio Oriente!
¡Con estas direcciones no se puede pelear! ¡Hay que poner en pie una dirección revolucionaria! ¡Hay que conquistar un Polo Revolucionario Internacional! ¡Hay que refundar la IV Internacional! Dos teorías y dos programas se han venido enfrentando en los combates revolucionarios de las masas en Grecia, Libia, Siria y el resto del Norte de África y Medio Oriente. Los reformistas y sus falsas teorías de “revolución democrática”, “revolución por etapas”, de “vía pacífica al socialismo”; y su política de “frente popular” han montado un cerco sobre estos heroicos combates y quieren llevar a la derrota al proletariado. Las masas han dado todo de sí. Riegan con su sangre los campos de batalla para terminar con tantos siglos de martirio y opresión. Le entregan miles y miles de mártires a la lucha revolucionaria. Aquí y allá se sublevan contra el orden existente. Los Indignados de Wall Street, los obreros griegos, los trabajadores de Túnez, Libia, Egipto y Siria, los heroicos mineros de Asturias, han demostrado las enormes energías que tiene la clase obrera. Para triunfar el proletariado necesita de una dirección revolucionaria internacional. Por ello llamamos a todas las organizaciones obreras revolucionarias y a las corrientes que se reivindican del trotskismo principista a poner en pie un Polo Revolucionario Internacional. ¡En esa tarea estamos empeñados quienes integramos la FLTI y luchamos por Refundar la IV Internacional con su programa de 1938! Fracción Leninista Trotskista Internacional |